Argentina: No podemos permitir
que nos fumiguen con Agrotóxicos
24 de octubre de 2017
Desde la Unión de Trabajadores
y Trabajadoras Rurales Sin Tierra de Mendoza, del Movimiento Nacional Campesino
Indígena, expresamos nuestra más profunda preocupación y repudio por la medidas
que están tomando los gobiernos nacional y provincial para el control de la
polilla de la vid, a través de fumigaciones (pulverizaciones) aéreas con
agrotóxicos.
En Argentina, el desarrollo en el campo de la
agricultura industrial, impuesto por las corporaciones transnacionales, se basa
en el uso masivo de agrotóxicos, lo que ha provocado, entre otras
consecuencias, grandes desequilibrios ecológicos, graves daños a la salud de
los pueblos rurales (que presentan altas tasas de cáncer) y alimentos cada vez
más contaminados con venenos.
En Mendoza la vitivinicultura se encuentra en
una etapa de extranjerización y camino a la dependencia de paquetes
tecnológicos para disminuir el trabajo (que para los empresarios es un costo) y
aumentar el uso de agrotóxicos. Esto genera grandes desequilibrios ecológicos
que desencadenan efectos nocivos en los cultivos.
Hoy la corporación vitivinícola y el gobierno
de la provincia impone una medida, que, lejos de promover la Soberanía Alimentaria
de nuestros pueblos, pone en riesgo la salud de la población rural y de las
producciones agroecológicas y orgánicas de la provincia.
Desde este lunes comenzarán las aplicaciones
aéreas de el agrotóxico chlorantraniliprole, que lleva como nombre comercial
Coragem (de DuPont), en varios departamentos de nuestra provincia. El producto,
rotulado como “banda verde”, pretende ser de baja toxicidad, pero las
autoridades no dan garantías de que no vaya a afectar a la población y otros
seres vivos, cómo las abejas o los controladores biológicos, tan importantes en
cultivos agroecológicos y orgánicos. Un ejemplo de esto lo tenemos con el
glifosato (el herbicida más usado de nuestro país), que a pesar de ser “banda
verde”, ha sido declarado, en más de 200 investigaciones científicas, como
altamente tóxico. La
Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció que el
glifosato es potencialmente cancerígeno.
Con este panorama nos preguntamos: si el
producto no implica riesgos para las familias rurales: ¿porque el ISCAMEN y el
SENASA recomiendan mover colmenas o tapar sus piqueras?, ¿porque las zonas con
escuelas y centros de salud no serán fumigadas? Y, si, según consta en el
propio instructivo del veneno, no se puede aplicar a cauces de riego y espejos
de agua ¿porque se supone que no nos vaya a afectar la salud de las familias
rurales?.
Ni siquiera las escuelas rurales de nuestra
provincia, que verán pasar los aviones casi sobre sus cabezas, están enteradas
de ésta tan descabellada acción. Por todo esto repudiamos esta medida que es
irresponsable y arbitraria, que pone en riesgo la salud de nuestras familias y
que profundiza un modelo que, lejos de garantizar la alimentación de nuestra
población, defiende los intereses de un puñado de empresarios.
Las familias rurales tenemos derechos a no ser
fumigadas con productos químicos, aún cuando los presenten como inocuos.
Exigimos se contemple el principio precautorio,
y el derecho a no ser fumigados, y se suspenda la fumigación aérea.
Exigimos estudios de impacto ambiental y de
salud de la mano de ámbitos de consulta y participación de las comunidades
rurales.
¡LOS AGROTÓXICOS MATAN!
¡SOBERANÍA ALIMENTARIA
YA!
Unión de Trabajadores y Trabajadoras Rurales
Sin Tierra
Movimiento Nacional Campesino Indígena
15 AÑOS LUCHANDO POR LA TIERRA Y LA SOBERANÍA
ALIMENTARIA
Contactos:
2615516029
2615994533
2615618282
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