François Houtart es el alma de la tierrra
Ha tocado partir a un
hombre excepcional
El talante de François Houtart es el de
quienes dejan tanto que su contribución no permite ser valorada de una vez.
Habrá momentos y espacios de sobra para atesorar lo que nos deja en ejemplo y
en sabiduría. Hoy, con el pesar de saber que ya no le tenemos entre nosotros,
nos limitamos a compartir este sentimiento.
Criado en la fe cristian a
que le llevó al sacerdocio, su formación sociológica le permitió llegar a la
más profunda e integral comprensión del hecho social, a percatarse sin
prejuicio de la importancia del descubrimiento marxista y de la necesidad del
pensamiento revolucionario, para lograr un mundo de justicia y equidad. Su
reflexión y su hacer práctico fueron de una coherencia impecable, y su
dedicación y energía le acompañaron sin fallas hasta los instantes finales de
su vida física.
No había llegado a los cuarenta años cuando se
incorporó –ya con los primeros ecos de una introducción audaz de la sociología
en el hermético mundo del pensamiento religioso– a los trabajos del Concilio
Vaticano II. Incluso se le reconoce informalmente una importante participación
en la redacción de algunos de los documentos conciliares más importantes en el
plano social. Los pontífices de la Iglesia Católica posconciliar le han conocido y
respetado, compartan o no sus reflexiones. Canónigo de la arquidiócesis de
Malinas y catedrático destacado durante muchos años de la Universidad Católica
de Lovaina, creó el Centro de Investigaciones Socio-religiosas de Bruselas y la
revista Social Compass, de
sociología de la religión, pioneros en su tipo. Pero nunca tuvo aspiraciones en
la jerarquía eclesiástica ni en las instituciones académicas. Su mayor honor, a
lo largo de su prolongada y fructífera existencia fue poner su reflexión y su
quehacer al servicio de las causas que sabía y sentía en consonancia con los
principios: fue el más incansable defensor de una cultura de vida para la
humanidad.
Convirtió al mundo llamado tercero,
periférico, subdesarrollado, pobre y dependiente en centro de su motivación e
intervenciones sociológicas. Son notables las investigaciones que realizó en la
India, Sri Lanka, Vietnam, varios países de África y la América Latina. Sus
trabajos le han valido reconocimiento y admiración en todos los países en que
los ha desarrollado. Jugó un papel sumamente activo en el impulso de los
movimientos sociales a través del Fórum Social Mundial y el Fórum Mundial de
Alternativas junto al pensador marxista egipcio Samir Amín. Fundó el Centro
Tricontinental (CETRI) en la Universidad de Lovaina la Nueva, junto a su colaboradora
la
socióloga GenevieveLemercinier , publicó desde 1994 la revistaAlternatives Sud ,
que dirigió hasta el 2004, para facilitar estas acciones, orientadas siempre a
la construcción de un mundo mejor.
Las relaciones de François Houtart con la
sociedad cubana, con su comunidad científica e intelectual, con sus
instituciones y con figuras políticas y religiosas han sido sistemáticas y de
abierta colaboración a lo largo de nuestro escabroso ensayo de construir
soberanía y socialismo en la frontera del imperio.
Cuando en el año 2004 la iniciativa de un
conjunto de cubanos que, en una u otra medida, habíamos participado ya con él
en varias tareas, cobró forma, Carlos Tablada, con el consenso del equipo, le
propuso la presidencia de Ruth Casa Editorial, pues apreciábamos los objetivos
del proyecto inspirados en ideas, aspiraciones y utopías que eran también las
suyas. Houtart la aceptó gustoso, y la ha ejercido en todos estos años con una
dedicación que impresiona por su siempre cargada agenda, y con la modestia que
le era característica. De hecho, le esperábamos en La Habana el 9 de junio para
una semana de trabajo.
Tenemos que despedirnos hoy, con dolor de
quien ha presidido este proyecto y que nos deja con su aliento el reto de ser
consecuente con la lucha por el Bien Común de la Humanidad en su comprensión
más auténtica, cuya multifacética conceptualización ayudó tanto a comprender.
François no va a descansar, tal como se expresa en el título de su biografía,
François es El alma en la tierra, su Energía se está transformando y seguirá
haciendo el bien por los pueblos, las personas que el Capital explota, margina,
mata.
Le decimos ahora: ¡No hay adiós para ti,
François, porque tu obra y tu pensamiento son también para nosotros un
compromiso vivo!
Sus compañeras y compañeros de RUTH
CASA EDITORIAL.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=227660
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