domingo, 25 de junio de 2017

I.Observemos cómo el Frente de Lucha por la Soberanía Alimentaria Argentina desarrolla esa lucha tan necesaria.

Comunicado de Prensa del FLSAA
DNU sobre semillas y 
la consolidación de un Estado Transgénico
1 de junio de 2015

Desde hace algunos años, se viene dando una puja entre las  principales empresas biotecnológicas del sector semillero (con Monsanto a la cabeza) y sectores que representan los intereses de productores del agronegocio. El reciente anuncio del Gobierno sobre el inminente Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) -que vendría a “reordenar” el agronegocio- pone de manifiesto, una vez más, el carácter monopólico, concentrado y extractivista del Modelo Productivo y la consolidación de un Estado Transgénico.
 
Este decreto, según las declaraciones del Jefe de Gabinete Aníbal Fernández y el Ministro de Agricultura Casamiquela, contendría al menos tres aspectos que ya se anunciaban en el ante-proyecto redactado por Monsanto y avalado por el Poder Ejecutivo Nacional de modificación de la actual Ley de semillas.
 
  • En primer lugar, dejaría en claro el pago del “canon tecnológico” haciéndolo efectivo una vez consumada la transacción comercial de la semilla. El pago de dicho canon, que cumpliría similar función a la de una PATENTE,  en principio beneficiaría largamente a Monsanto y a todas las multinacionales del Agronegocio, quienes procuran maximizar sus ingresos mediante el control reforzado de las transacciones de sus nuevos productos. Este aspecto del decreto beneficiaría a las empresas multinacionales como se dijo, o bien a un Estado defensor del sistema de patentamiento y la “propiedad intelectual” que garantice el cobro de “regalías” sobre un bien común como las semillas. Ya lo declaraba así Cristina Fernández  de Kirchner, al presentar en New York las inversiones de la multinacional Monsanto en la provincia de Córdoba.
  • En segundo lugar,  a partir  del DNU el Estado se comprometería a reforzar los mecanismos de control sobre las transacciones mediante la creación de un registro de Semillas y de Pequeños Productores, para limitar el uso propio. De este modo, so pretexto de favorecer a los Pequeños Productores, el esfuerzo de los organismos estatales implicados estaría al servicio de la maximización de las ganancias de Monsanto y de los que en el futuro tengan la “propiedad intelectual” de la “mejora” en la semilla.
  • Finalmente, plantearía la creación de un fideicomiso o fondo de inversión en biotecnología, lo que le permitirá al Gobierno, según dicen, realizar innovaciones en áreas específicas, mediante la aplicación de retenciones sobre el canon tecnológico. Con el “discurso progresista” al que nos tienen acostumbrados desde el Gobierno Nacional, se expresa que “el Estado orientará las inversiones en biotecnología en función de la soberanía alimentaria”.[1] Una verdadera aberración surgida del pensamiento colonizado de quienes conducen el destino de nuestro Pueblo y pretenden destruir todo sueño de liberación, autonomía y soberanía que podamos tener.
 
Con el anuncio del DNU, una vez más, comprobamos cómo  se pone en evidencia, la visión empresarial, pro-transgénica y extractivista del gobierno CFK y el poder monopólico que la multinacional ejerce sobre éste.

Según dicen sus funcionarios "la idea es que Monsanto pueda cobrar por la tecnología que produce, porque nosotros queremos más tecnología, mejores semillas, más producción”[2], “no se quiere hacer una guerra con Monsanto por este tema”[3], y buscará darle la razón con otro aspecto: el control de la bolsa blanca, semilla que se comercializa de manera ilegal. Afirman que  “no es conveniente demonizar a Monsanto[4] porque pretenden que haya más inversiones de la industria de semillas en biotecnología. Es preciso mencionar que para que prospere esta situación, las empresas exportadoras de granos fueron cómplices de la multinacional para  control en los puertos establecido en los acuerdos privados con los productores.
En sus manifestaciones públicas, como era de esperar, ninguno de los sectores involucrados por el DECRETO (Sociedad Rural Argentina; Confederaciones Rurales Argentinas; Federación Agraria Argentina; CONINAGRO; Federación de Acopiadores de Granos y Centro de Corredores de Cereales de Rosario entre otros) pretenden poner en discusión el sistema productivo dominante. Simplemente pujan por quedarse con una mejor porción de la torta que se cocina al calor del sufrimiento de millones de personas, víctimas de las fumigaciones, la dictadura alimenticia y del deterioro del ecosistema.

Lamentablemente, algunos dirigentes de movimientos campesinos que poseen vínculos estrechos con el Gobierno Nacional simplemente se manifestaron “sorprendidos” con esta medida, en un país con más de 30 millones de hectáreas destinadas al agronegocio.[5] La misma medida, según lo anunciado, involucra mayores controles y registros,  supuestamente para permitir (o inducir) a los exceptuados el uso de las semillas con “la mejora tecnológica”.
En este sentido, cabe mencionar que el  Secretario de Agricultura Familiar Emilio Pérsico y líder del Movimiento Evita, en conjunto con representantes del AGRONEGOCIO y sectores de la Iglesia vienen impulsando “las mesas de diálogo” con representantes de movimientos campesinos (los mismos que hoy se manifiestan sorprendidos por el DNU), en su intento por instalar la aceptación de la “inevitable” coexistencia entre el Agronegocio y la agricultura familiar.[6] Aunque Pérsico no estuvo presente en la reunión donde se anuncia el decreto, al parecer con el fin de no quedar involucrado en esta  medida, podemos suponer su beneplácito, el cual permitiría exceptuar a productores de su cartera.
 
Frente a  este panorama desde el FLSAA continuaremos en la misma senda contra el Agronegocio y denunciando a sus responsables políticos de todos los sectores. Por lo cual:
- Reafirmamos nuestro rechazo a la modificación de la Ley de Semillas y lo hacemos extensivo  al DNU anunciado por considerarlo un subterfugio para legitimar las modificaciones de la mencionada ley. Así como también, rechazamos cualquier otra normativa que en el futuro pretenda modificar  la actual Ley de Semillas o avance en la legitimación o fortalecimiento del Estado transgénico, el patentamiento o privatización de las semillas, y/o cualquier mecanismo de control estatal o privado del uso propio de las semillas.
- Rechazamos el falso argumento de la “generación de empleo”  que genera el agronegocio y les recordamos la enorme cantidad de personas que han sido expulsadas a causa del mismo. Muchas de estas personas que hoy se encuentran sin un trabajo digno, fueron arrancadas de sus territorios y condenadas a la dependencia eterna a los planes sociales, que se otorgan desde el mismo Estado impulsor estas “tecnologías”, ocupan los márgenes de las ciudades y las “villas miseria”. Muchas otras, se encuentran en situaciones extremas de esclavitud, como en el caso de trabajadores/as tareferos/as en la provincia de Misiones, en pos de las enormes ganancias de las grandes empresas de monocultivos de yerba mate.[7]
- Rechazamos firmemente toda la industria transgénica, ya sea estatal o privada.
Consecuentemente, repudiamos la consolidación del sistema extractivista  en el que se enmarcan los gobiernos Nacional y provinciales en Argentina, a partir del uso de  “artilugios legales” que permiten o favorecen la mercantilización y el patentamiento de la vida. Esta situación pone de manifiesto su verdadero “proyecto” que disfrazado tras un discurso “progresista” promueve el saqueo de la totalidad de los bienes comunes  y la consecuente dependencia y destrucción de nuestro Pueblo. Ejemplo de ello es lo ocurrido con la Ley de Glaciares, vetada por Cristina Fernández en el año 2008 a pedido de las provincias mineras y las trasnacionales.[8] Así, como ya es costumbre, desde el Ejecutivo se utilizan los artilugios mencionados -como el veto y el decreto- para favorecer a los grandes monopolios y a los sectores que se enriquecen del saqueo.
Queremos poner énfasis en la mención de la enorme cantidad de personas que padecen terribles enfermedades vinculadas a este modelo ecocida de Agronegocios, mas aun luego del pronunciamiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS) donde se vincula al CANCER con el herbicida más utilizado en nuestro territorio, el glifosato.[9]
Al igual que lo manifestamos en la “Jornada de lucha contra Monsanto y los Agronegocios” en pasado 23 de mayo, creemos que debemos promover sistemas productivos que se realicen respetando los ciclos biológicos en armonía con la naturaleza, recuperar los saberes ancestrales y tradicionales para vivir en el campo y para producir alimentos, repoblar el territorio con familias y pueblos neorrurales impulsar la verdadera Agroecológia, la agricultura natural, la agricultura regenerativa, la promoción de la biodiversidad, los policultivos chacareros y rotaciones con ganadería, que permitan recuperar las prácticas para la protección del aire, el agua y el suelo. [10]
Por último, creemos que tenemos que reconstruir nuestras comunidades, reconstruir los vínculos solidarios que nos permitan seguir construyendo mancomunadamente este largo camino hacia una sociedad cada vez más justa, más autónoma y en armonía con el ecosistema del cual formamos parte. Se trata de una ardua tarea, definitivamente tan necesaria como impostergable.
 
Frente de Lucha por la Soberanía Alimentaria Argentina

Fuente: http://flsaa.blogspot.com.ar/2015/06/dnu-sobre-semillas-y-la-consolidacion.html

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