ECONOMIA › ENTREVISTA A
MAURICIO BISAUTA, VICEPRESIDENTE DE LA COMISION NACIONAL DE
ENERGIA ATOMICA
“Lo nuclear es
una política de Estado”
31
de julio de 2015
El
funcionario destaca la revalorización del sector con el kirchnerismo, analiza
el estado de los proyectos que se están ejecutando luego de la finalización de
Atucha II y el impacto que puede provocar en la actividad el recambio
presidencial.
Por Fernando Krakowiak
Mauricio Bisauta,
vicepresidente de la
Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), analizó en
diálogo con Página/12 los avances del sector en los últimos años, el estado de
los distintos proyectos y lo que puede venir para la industria nuclear con el
recambio presidencial.
–El sector nuclear
tuvo una desaceleración fuerte a fines de los ’80, fue paralizado por el
gobierno de Carlos Menem y resurgió durante la última década, ¿cree que el
desarrollo nuclear se consolidó como política de Estado o su futuro depende del
próximo resultado electoral?
–La virtud de los
gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner fue poner a la actividad nuclear como
una política de Estado. De esto no hay ninguna duda. Si el Frente para la Victoria continúa, muy difícilmente se pueda volver
atrás.
–¿Y si triunfa otra
alternativa política?
–Con otros
candidatos no podría opinar porque el tema no figura en sus plataformas.
–Entonces no está
tan claro que sea una política de Estado.
–Néstor y Cristina
Kirchner pusieron al sector nuclear como una política de Estado y hay una serie
de proyectos que ratifican este rumbo (ver aparte), pero no veo que éste sea un
tema de agenda de la oposición.
–En algún momento,
Mauricio Macri tomó distancia de ciertos desarrollos tecnológicos nacionales
argumentando que si eran demasiado costosos convenía importar antes que
fabricarlos en el país.
–Si a Macri lo
asociamos con el neoliberalismo, no hay ninguna duda de en qué lugar va a poner
a nuestra actividad, pero si conociera en profundidad el sector se daría cuenta
de que somos una herramienta indispensable para el desarrollo científico y
tecnológico de la Argentina.
–¿El inminente
recambio presidencial complicó las negociaciones con China y Rusia para avanzar
con la construcción de nuevas centrales nucleares?
–Nosotros seguimos
trabajando y no hemos tenido más que consolidaciones respecto de estos
proyectos. De hecho, este año tuvimos misiones muy importantes al exterior en
las que participó el ministro de Planificación Julio De Vido e incluso, en
algunos casos, la Presidenta.
–¿La construcción
de Atucha III puede empezar antes de fin de año?
–El proyecto ya
empezó, pero va a ser difícil llegar a los ladrillos este año. A mediados del
año que viene sería una fecha razonable para empezar con los movimientos de
suelo y las cuestiones edilicias.
–También se acordó
con China la construcción de una quinta central.
–La cuarta y la
quinta central van de la
mano. Los técnicos de Economía y de Planificación están
acordando la letra chica de los acuerdos respecto de la financiación, la
ingeniería y los plazos.
–¿Y qué pasa con la
sexta central nuclear que se acordó llevar adelante con financiamiento ruso?
–Es un proyecto más
a largo plazo donde Economía y Planificación también están discutiendo el
método y la forma de financiación.
–Algunos analistas
sostienen que es mejor construir centrales térmicas porque son más baratas y se
pueden terminar en menos de la mitad del tiempo que una nuclear.
–Las centrales
térmicas tienen una vida útil mucho más corta, de 14 o 15 años, y son muy
dependientes del gas. Hoy parecería que con el shale gas solucionamos todos los
problemas, pero hace un tiempo no sabíamos si nuestro horizonte de reservas
llegaba a ocho años. Es cierto que muchas veces para solucionar problemas de
coyuntura se apuesta a las térmicas, mientras que las centrales nucleares son
para el largo plazo. Por eso el gran desafío de la industria nuclear a nivel
mundial es construir centrales en cuatro o cinco años. Los proveedores están
yendo a la modularización de la construcción. Esto permitiría que los módulos se
hagan fuera de las centrales y después se calcen como un mecano.
–Argentina tiene
por primera vez tres centrales nucleares funcionando al mismo tiempo, ¿cuánto
es el aporte nuclear sobre el total de la energía consumida?
–Este año el aporte
nuclear será entre el 11 y 12 por ciento. El rendimiento en gigavatios es muy
bueno. De hecho, desde el 18 de febrero Atucha II funciona al 100 por ciento,
más allá de pequeñas variaciones.
–La puesta en
marcha de Atucha II terminó siendo clave para el sector.
–El sector nuclear
fue concebido a partir del desarrollo y funcionamiento de centrales nucleares.
No existe sector nuclear en el mundo que no conciba la producción energética
nuclear. De hecho, el desarrollo de materiales y combustibles, la minería, la
tecnología, la ingeniería y la formación de recursos tiene como razón de ser la
producción de energía. Cuando se creó la CNEA, el 31 de mayo de 1950, el
objetivo era manejar el ciclo de combustible y tener megavatios nucleares. Ese
objetivo está cumplido y los próximos proyectos van a permitir capitalizar mucho
más los 65 años de inversión que tuvo la Argentina en el sector.
–Más allá de lo
hecho en los últimos 65 años, si Atucha II no funcionaba iba a ser difícil
defender la necesidad de invertir en el sector.
–Argentina se puso
los pantalones largos con el desarrollo de Atucha II porque cuando se retiró el
diseñador original de la central, hubo que decidir ponerla en marcha en
solitario, y se lo pudo hacer, lo que generó la felicitación del organismo
internacional de energía atómica. Argentina estaba preparada para terminarla
desde el punto de vista de la formación, pero hacía falta dejarlo en claro
convalidando esa formación con megavatios en la red.
–La construcción de
la central ha estado a cargo de Nucleoeléctrica, ¿cuál fue el aporte de la
CNEA?
–La CNEA es la
socia tecnológica en cada una de las etapas del sector nuclear. Si Argentina en
lugar de desarrollar tecnología, hubiera querido comprarla, la CNEA no haría
falta, pero lo que se decidió es desarrollar un sector para que sea
autosustentable en el tiempo.
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