Las elecciones en Francia:
¿De qué democracia
representativa hablan?
20 de junio de 2017
20 de junio de 2017
Por Alejandro Teitelbaum
I. En el Capítulo V de nuestro libro El papel desempeñado por las ideas y culturas dominantes en la
preservación del orden vigente (editorial
Dunken, Buenos Aires, 2015) escribíamos: …“ Cada vez es más evidente que el
mito de la democracia “representativa” o “democracia delegativa” como la llaman
algunos, se encuentra en estado de descomposición avanzada.
Dicha democracia consiste en que
periódicamente los ciudadanos son convocados a elegir entre distintos nombres
que figuran en las boletas electorales y optan por quienes creen –previo lavado
de cerebro sufrido durante la campaña electoral– que serán las personas que
representarán mejor sus intereses y opiniones, delegando en ellos –sin
limitación ni control posterior algunos– el poder de decidir sobre todo lo que
puede afectar de una manera u otra su propia existencia...
…“El voto ciudadano sufre el
condicionamiento de la propaganda electoral vehiculizada por los oligopolios mediáticos
gubernamentales o al servicio de los sectores de la burguesía opositores al
gobierno de turno, medios donde las
propuestas alternativas de algunos movimientos de izquierda prácticamente no
aparecen.
“Y el resultado electoral está también
con frecuencia contaminado por la compra de votos y/u otras formas de fraude.
No pocos ciudadanos pobres no se sienten en absoluto motivados para votar y
tienden a abstenerse. Hasta que aparece una motivación cuando se les propone
que voten por determinado candidato a cambio de dinero o de un bono para hacer
compras en un supermercado. Votando saben que no incidirán en absoluto sobre
las políticas del futuro gobierno, pero por lo menos monetizando su voto podrán
llenar una vez, aunque sea parcialmente, el carrito del supermercado.
“Por regla general, los elegidos harán
lo contrario de lo que prometieron. Porque –como piensan los políticos
profesionales y algunos lo dicen en voz alta– una cosa es hacer campaña
electoral y otra muy distinta es gobernar. “Hace ya unos cuantos años que
muchos ciudadanos han dejado de creer en este sistema y lo manifiestan
absteniéndose de votar (las cifras de abstencionistas son cada vez más altas en
todo el mundo) o declarando muy mayoritariamente en distintas encuestas su
total desconfianza en los políticos y en los partidos políticos en general.
Esto último se refleja también en la caída vertical del número de afiliados a
los partidos de todas las tendencias.
“Como sustituto a la partidocracia
surgen movimientos heteróclitos de “indignados” que terminan extinguiéndose o
se organizan más o menos “horizontalmente” sin reglas o con reglas más o menos
informales. Y pueden desembocar en un partido, como es el caso de Podemos en
España. La “horizontalidad” y la falta de reglas formales de funcionamiento
claramente establecidas conduce a que el liderazgo lo asuman, con un consenso
implícito mayoritario o unánime, los que se expresan y comunican mejor. Es el
caso de Pablo Iglesias, diplomado en ciencias Políticas y en Derecho, con
estudios realizados en España y en otros países europeos, profesor en España y
animador de emisiones de TV. El resultado es que el “horizontalismo” inicial se
ha convertido en verticalismo de hecho. Y los disconformes con tal giro y con
sus consecuencias políticas no tienen otra alternativa que buscar la puerta de
salida. Como ocurre en la partidocracia tradicional.
“La conclusión se impone: hacen falta
reglas claras formalmente establecidas que incluyan mandatos cortos, rotación
de los dirigentes, revocación en cualquier momento, etc. “Otro elemento que
muestra la progresiva degradación de la democracia representativa es el
análisis de la composición social de los parlamentos –la supuesta
“representación popular”– donde nunca estuvieron representadas las clases populares,
y en particular los trabajadores, en proporción a su peso demográfico. Y en los
últimos decenios la curva de dicha representación es descendente hasta ser
actualmente, en lo que se refiere a los trabajadores, casi nula. Las tasas más
altas correspondieron, en algunos países, a los períodos en que los Partidos
Comunistas tenían una bancada parlamentaria numerosa que incluía a muchos
trabajadores y en que los partidos socialdemócratas tenían en sus filas una
proporción relativamente alta de trabajadores, lo que se reflejaba parcialmente
en su representación parlamentaria.
“Ahora los Partidos Comunistas están
reducidos a la mínima expresión y ha culminado el divorcio entre los partidos
socialdemócratas y las clases trabajadoras. “Por ejemplo en Francia, en la primera Asamblea Nacional
de la posguerra, donde el partido Comunista tenía 150 diputados sobre 522, los
obreros y empleados representaban el 18,8% de los diputados, la tasa más alta
desde la creación de la
Asamblea Nacional en 1871. Ya en 1958 esa tasa había
disminuido al 4%, en 1967 subió al 9% y en 2012 era del 2%. “Mientras que en la
sociedad francesa los obreros y empleados constituyen casi el 50% de la
población activa [1]. “Alrededor del 80% de los diputados franceses que
entraron al Parlamento en 2007 y 2012 venían de las categorías superiores de la
población (industriales, jefes de empresas, profesiones liberales, cuadros
superiores, etc.) categorías que constituyen entre el 13 y el 14% de la
población [2]. “En el Parlamento Europeo sobre 766 diputados el 0,4% son
obreros y el 1,4% empleados ( http://geopolis.
francetvinfo.fr/qui-sont-les-766-deputes- europeens-26227 ).
“En Argentina, el pico más alto de
presencia obrera en la Cámara de Diputados se alcanzó en 1973 con el 6,7% y en
2010 era del 1 por ciento (http://www.icso.cl/images/Paperss/decimo.pdf).
“Un cuadro estadístico, tomado de
encuestas realizadas por el Instituto de Investigación de las elites
parlamentarias de la Universidad de Salamanca, proporciona los siguientes datos
del porcentaje de diputados de origen obrero o artesano en algunos países de
América Latina: Argentina 2,2%; Bolivia 11,2; Chile 4,6; Uruguay 8,3 y Brasil
0,8% [3].
En España, el 95% de los diputados
electos en los comicios del 20 de diciembre de 2015 tienen nivel universitario
(Partido Popular 99%, PSOE 96%, Podemos 88%, Ciudadanos 93% y otros llegan al
100%). Información publicada en El País (España), pág. 19, el 27/12/2015. “Se
puede decir entonces que la tasa de representación de las capas
socio-económicas en los parlamentos está invertida con relación a la realidad
social.
“Dicho de otra manera, las capas
sociales más ricas y menos numerosas están sobrerrepresentadas y las más
modestas y numerosas están sobrerrepresentadas. Hay pues, para el ejercicio de
la función parlamentaria, un proceso de reclutamiento selectivo y de clase que
pasa por las instancias políticas (tanto de derecha como de izquierda) y por los
grupos corporativos económicamente más fuertes…
…“Cada vez aparece más claro que en las
condiciones del capitalismo contemporáneo, monopolista e imperialista y en
estado de crisis permanente, no ha quedado espacio alguno para la participación
popular en las decisiones, pues las instituciones estatales e interestatales
son totalmente funcionales a la reproducción y preservación del sistema…
…“La capitulación del gobierno Tsipras,
que violó el mandato popular recibido en las elecciones, mandato confirmado en
el referéndum por una amplia mayoría, es la prueba más flagrante de que la
llamada “democracia representativa o delegativa” e incluso una supuesta forma
de democracia directa como es el referéndum, se encuentran en estado de
descomposición avanzada. En cuanto al referéndum, decimos “supuesta forma de
democracia directa” porque en los referendos el pueblo vota pero no decide.
Algo similar a lo ocurrido en Grecia aconteció en Francia en 2005: la mayoría
rechazó por referéndum la adhesión al Tratado estableciendo una Constitución
europea pero el Gobierno hizo aprobar el Tratado de Lisboa por vía
parlamentaria en 2008.
“El Gobierno griego capituló ante un
chantaje del más puro estilo mafioso ejercido por la Eurozona en el interés
exclusivo del capital financiero internacional. El Gobierno griego y las
instituciones europeas con poder decisorio ignoraron totalmente la voluntad
expresada por la mayoría del pueblo griego en las elecciones y en el referéndum
y están en camino de convertir a Grecia en una colonia del capital financiero y
de las grandes potencias.
“Quedó claramente demostrado quién
tiene el poder real en las tomas de decisiones: el gran capital y las
instituciones políticas a su servicio y no la ciudadanía”…
“Una primera constatación es que, mientras
el sistema dominante cuenta con el consenso de las mayorías populares, es decir
mientras éstas aceptan la delegación de la dirección del Estado en las clases
explotadoras y en sus agentes políticos, el sistema puede permitirse los
regímenes llamados democráticos y hasta “progresistas”, que son mejores
garantes de la continuidad y estabilidad del mismo que los regímenes
abiertamente dictatoriales.
Cuando se acaba el consenso, se acaba
la “democracia representativa” y se producen los golpes de estado y se instalan
las dictaduras. … “Los análisis de Marx y Lenin constituyen una herramienta
indispensable para comprender los temas del Estado y de la “democracia
representativa” y para situarlos en su contexto histórico, económico y social.
Lenin [4], al contrario de los teóricos burgueses del Estado que consideran que
éste está por encima de las clases y actúa como árbitro entre ellas, dice que
el Estado es un producto de la sociedad de clases y funciona como aparato de
dominación y represión de las clases dominantes sobre las clases subordinadas.
Todos sus estamentos desempeñan esa función: las elites y la burocracia
gobernante, el ejército, la policía, la magistratura, el sistema educativo,
etc.
“A través del Estado, una minoría
explotadora ejerce su dictadura sobre las mayorías explotadas. Aunque revista
la forma de una democracia representativa. “Escribe Lenin: “Según Marx, el
Estado es un órgano de dominación de clase, un órgano de opresión de una clase
por otra, es la creación del “orden” que legaliza y afianza esta opresión,
amortiguando los choques entre las clases”.
“Y más adelante cita a Engels, quien
escribía en 1891: “En la república democrática la riqueza ejerce su poder
indirectamente, pero de un modo tanto más seguro”, y lo ejerce, en primer
lugar, mediante la “corrupción directa de los funcionarios” (Norteamérica), y,
en segundo lugar, mediante la “alianza del gobierno con la Bolsa” (Francia y
Norteamérica)”.
“Y continúa Lenin: “En la actualidad,
el imperialismo y la dominación de los Bancos han “desarrollado”, hasta
convertirlos en un arte extraordinario, estos dos métodos adecuados para
defender y llevar a la práctica la omnipotencia de la riqueza en las repúblicas
democráticas, sean cuales fueren”… Dos frases que pueden escribirse hoy, sin
cambiar una coma”.
II. Las elecciones en Francia
Las recientes elecciones en Francia son
un verdadero arquetipo, con ribetes caricaturescos, de la “democracia
representativa” del Estado burgués contemporáneo.
Macrón, catapultado por el capital financiero
con la complicidad de algunos líderes políticos del Partido Socialista y de la
derecha tradicional y con el apoyo incondicional de los medios
de comunicación y de sus patrones, en la primera vuelta de la elección
presidencial obtuvo el 32 % de los votos emitidos y el 16% de los inscriptos en
el padrón electoral, pues hubo un 50% de abstenciones.
En la segunda vuelta, donde se
enfrentaron Macrón y Marine Le Pen del Frente Nacional, un tercio de los
electores optaron por no votar ni por uno ni por el otro, ya sea absteniéndose,
votando blanco o nulo.
Micrón ganó cómodamente con el 66% de
los votos positivos, motivados sobre todo por impedir el triunfo de la extrema
derecha.
En las elecciones legislativas que
sucedieron a las presidenciales se presentaron 7878 candidatos de más de una
docena de partidos. 135 de ellos (el 2%) declararon como profesión obreros.
Entre los partidos con alguna
posibilidad de tener diputados electos, presentaron 7 u 8 candidatos obreros el
Partido Comunista, el Frente Insumiso, el Frente Nacional y los Ecologistas.
Los partidos de centro derecha y el
Partido Socialista no presentaron ningún candidato obrero y En Marcha uno.
Todos los candidatos obreros, que ocuparon candidaturas en los distritos donde
su respectivo partido tenía menos posibilidades, fueron eliminados en la
primera o en la segunda vuelta y el resultado es que en el nuevo Parlamento no
hay NINGÚN diputado obrero. Pese a que constituyen el 20,5% de la población
activa de Francia [5]. En cuanto a la representatividad formal de los diputados
se puede hacer el siguiente cálculo: en la segunda vuelta votaron sólo el 43%
de los inscriptos (hubo un record histórico de abstenciones: 57%). Los
ganadores obtuvieron en general en torno al 55% de los votos. De modo que se
puede decir que los diputados representan el 25% del padrón electoral.
En lo que se refiere a la
representación parlamentaria por partido, el sistema de elección uninominal por
distrito produce resultados aberrantes: En Marcha de Macrón que en mejor de los
casos representa un tercio del electorado tiene el 60% de los diputados. La
mayor parte de ellos pertenecientes al mundo empresario.
Los medios
de comunicación destacan que los diputados de En Marcha provienen de la
“sociedad civil”. Lo cual es cierto si nos atenemos a la definición que dio
Gramsci, siguiendo a Hegel y a Marx, de “sociedad civil”: el gran capital, los medios de comunicación controlados por aquél, la
parte de la intelectualidad y de las diferentes organizaciones sociales al servicio
del sistema dominante, funcionando junto al Estado pero fuera de él como
aparatos de dominación económica, hegemonía ideológica y control social. Hegel
a veces la denominaba sociedad civil y otras, más claramente, sociedad burguesa
(bürgerliche Gessellschaft).
Lyon, 20 de junio de 2017.
Notas: (…)
4] Lenin, El Estado y la Revolución, 1917. [5] Nos remitimos a lo
que escribimos más arriba: …”Se puede decir entonces que la tasa de
representación de las capas socio-económicas en los parlamentos está invertida
con relación a la realidad social. Dicho de otra manera, las capas sociales más
ricas y menos numerosas están sobrerrepresentadas y las más modestas y
numerosas están subrrepresentadas.
Hay pues, para el ejercicio de la función parlamentaria, un
proceso de reclutamiento selectivo y de clase que pasa por las instancias
políticas (tanto de derecha como de izquierda) y por los grupos corporativos
económicamente más fuertes”…
Fuente: http://www.alainet.org/es/articulo/186302
No hay comentarios:
Publicar un comentario