Carlos
Carcione: “En la crisis, la vieja izquierda muestra sus miserias”
“Nos estamos
moviendo entre la
falsa Constituyente de Maduro, la guerra civil/aplastamiento
que propone Atilio Borón o la recuperación de la vigencia de la Constitución
del ‘99”
5
de junio de 2017
Por: Puntodecorte.com/Aporrea.org
Carlos
Carcione es periodista, investigador y coordinador del Equipo de Investigación
de Marea Socialista. Cómo militante internacionalista reside desde hace
una década en Venezuela acompañando la experiencia del Proceso Bolivariano. Es
integrante del equipo de la Plataforma Ciudadana en Defensa de la
Constitución y miembro de la Plataforma por la Auditoria Pública
y Ciudadana que lucha contra el Desfalco a la Nación. Columnista
en varios medios digitales entre los
que destacan Aporrea.org, Rebelion.org, Questiondigial.com, MST.org.ar, Portal
de la Izquierda.
Integra en la actualidad los equipos de investigación del
recientemente creado, Centro de Estudios de la Realidad Latinoamericana
(CER/Latinoamericana).
A raíz
de la complicada e incierta situación venezolana se ha abierto un debate en lo
que genéricamente podríamos denominar el movimiento de la izquierda
latinoamericana e internacional. A medida que la situación del país se vuelve
más crítica, parecerían actuar como referencia dos sectores más o menos claros.
Uno defendiendo al gobierno de Nicolás Maduro y otro cuestionándolo.
¿Cómo ve usted esta polémica?
Lo que se
expresa así a nivel periodístico es para mí la simplificación interesada de una
polémica de fondo. Quiero aclarar que la nuestra es una mirada desde una
ubicación como parte del Proceso Bolivariano y no sólo frente al gobierno de
Nicolás Maduro. Gobierno que un querido amigo, Santiago Arconada, bautizó
acertadamente como el “Gobierno Maduro, Diosdado, Padrino”[1]. Porque, desde mi punto de vista, lo que
está en juego en ese debate es la posición de cara al contenido de las
políticas del Gobierno/PSUV; su orientación, a qué sectores sociales expresa, a
qué intereses representa y cuáles consecuencias le provocan al país y a la
población, y no solo sobre las figuras del gobierno o los discursos, o a la
apelación abusiva, excluyente, a la disputa geopolítica.
Hablando
desde lo que se llama genéricamente “izquierda”, si analizamos estos elementos,
teniendo en cuenta lo que señalaba antes y a la luz de la propuesta de
Constituyente de Maduro, vemos que hay dos sectores que, en Venezuela, se
podrían referenciar hoy, grosso modo, por un lado en las cúpulas del
PSUV-Gobierno-Polo Patriótico, y por otro un conjunto de plataformas de lucha
social y política de carácter amplio y plural como la Plataforma Ciudadana
en Defensa de la Constitución, la que lucha contra el Arco Minero del
Orinoco, nacientes reagrupamientos de sectores sindicales y de lucha de las
comunidades, la Plataforma por la Auditoria Pública y Ciudadana, Marea Socialista
como organización política y partidos del Proceso ubicados recientemente en
este espacio como UPP-89, además de destacadas personalidades. Las corrientes
de esa izquierda que describo, defienden propuestas opuestas para enfrentar el
colapso actual del modelo rentista petrolero venezolano[2]. Si entendemos esto, si comprendemos cuáles
son las diferencias y que ellas son radicales, se hace más transparente la polémica. Queda
más claro qué es lo que estamos defendiendo unos y otros.
Esta
ubicación desde el proceso tiene una importancia adicional, porque, por
ejemplo, Marea Socialista que en el último periodo ha salido del
PSUV y más tarde se ha definido primero por no sentirse representada ni por el
PSUV ni por la MUD y luego como oposición de izquierda al gobierno de Maduro[3], no reniega de su pertenencia al Proceso
Bolivariano, como tampoco lo hacen un grupo de ex ministros de Chávez[4], o el heterogéneo movimiento denominado por
los medios como “chavismo crítico”.
Por el contrario: las críticas, las advertencias, las propuestas y políticas
que se vienen desarrollando tanto desde Marea como desde estos otros espacios,
se hacen a partir de la defensa consciente, es decir critica, de los logros y/o
conquistas económicas, sociales y políticas del Proceso, entre ellos la
Constitución del ’99, logros que están siendo atacados ferozmente por el
gobierno.
Mientras que
el sector que nombramos anteriormente y quienes los acompañan desde el
exterior, con el apoyo incondicional y automático al presidente, al no
cuestionar las políticas que el gobierno está llevando adelante ni a la propia Constituyente ,
expresan tácitamente a veces y explícitamente otras, la aprobación de esas
políticas.
Podría
aclarar cuáles son esas diferencias que señala que existen entre esos dos
sectores de la izquierda en Venezuela e internacionalmente
En términos
esquemáticos esas diferencias giran alrededor del brutal crak económico que
estamos viviendo, del pronunciado retroceso con fuertísimos rasgos autoritarios
del sistema político que se pretenden consolidar y profundizar con la
Constituyente y de las contrarreformas tremendamente regresivas en las
políticas sociales. Trataré de sintetizar, brevemente, a que me refiero:
En lo
económico se pueden ver dos periodos claros del gobierno de Nicolás Maduro. Un
primer momento de ajuste macroeconómico gradual que fracasa estrepitosamente.
Este momento lo podemos ubicar en el tiempo entre la devaluación de febrero de
2013, un mes antes de la muerte de Chávez y el segundo semestre de 2014 donde
se sanciona un primer paquete de Leyes Habilitantes, es un intento de ajustar
el gasto fiscal y la inversión social en las Misiones a la baja; la reducción
de importaciones; y una reducción del nivel salarial real vía el estímulo de
proceso inflacionario. Esta política que tiene una clara tendencia
regresiva, de contrarreformas económicas, porque el ajuste se carga
fundamentalmente sobre los ingresos y la posibilidad de acceso a bienes básicos
de las familias trabajadoras y de los sectores más desposeídos, fracasa.
Y fracasa
entre otras razones porque no sólo no ataca, sino que profundiza, el patrón
mafioso de acumulación rentista[5], que se asienta en la Fuga delictiva de
capitales a partir de dos mecanismos financieros fraudulentos: las maniobras
ilegales con la asignación de los dólares petroleros para las importaciones,
para las grandes obras o grandes contratos o convenios internacionales y en
segundo lugar por el manejo especulativo, ilegítimo, de la deuda soberana de la
nación y de la deuda de PDVSA, incluso de la deuda interna que según se ha
demostrado es una deuda externalizable. Los mecanismos de este endeudamiento,
que lleva, según un estudio en profundidad de Oly Millán Campos y Paulino Núñez[6] con
los que comparto en la Plataforma por la Auditoria Pública
y Ciudadana, a niveles que estarían en el orden del 80% del PIB. Estos
mecanismos convierten a esa deuda, como bien insiste Paulino toda vez que
puede, en una deuda además de ilegitima, odiosa.
A pesar de
todas las advertencias sobre esto, de las investigaciones presentadas, de las
exigencias realizadas, el gobierno paga puntualmente cada vencimiento,
reduciendo importaciones lo que está provocando la aguda situación de escases
en alimentos y medicamentos que nos tiene al borde de la crisis humanitaria. Y
comprometiendo seriamente el patrimonio de la nación.[7]
Al contrario
de aceptar la propuesta que hemos venido realizando de Auditoria Pública y
Ciudadana para que Maduro emule la actitud de Correa con la deuda Ecuatoriana ,
se obstina en pagar sin ningún tipo de investigación ni auditoria
independiente, y ya lleva dilapidados de esta manera 60.000 millones de dólares
en tres años. Y no nos cansaremos de insistir que está pagando esta deuda al
costo del hambre, literalmente hablando, del pueblo venezolano, porque lo que
se destina para el cumplimiento con la Deuda se elimina de las importaciones
esenciales.
El segundo
periodo que señalamos se inicia a finales del 2014 con la sanción de una nueva
Habilitante que le permite gobernar al presidente por decreto. Estas leyes
habilitan la creación de Zonas Económicas Especiales donde no rige la
legislación venezolana. Y toma fuerte impulso a partir de la caída de los
precios del petróleo. Y sobre todo, desde principios de 2016 con los
llamados 15 motores de la economía productiva, presentados como un plan de
superación del rentismo petrolero, cuando lo que en realidad hacen es ampliar
de manera colosal la frontera extractivista y la primarización de la economía
del país. Desde el Motor Minero con el Arco Minero del Orinoco, el Motor
Energético con la apertura total de la Faja petrolífera, pasando por el
motor Forestal y hasta el Motor Turístico, están transversalizados por una
política de apertura feroz al capital transnacional.
Sobre nada de
esto se pronuncia la vieja izquierda que apoya incondicionalmente a Nicolás
Maduro. Ni explican por qué razón sería necesario este plan, ni si es
conveniente, ni tampoco se les ha oído ni leído ningún cuestionamiento sobre el
mismo ni hacer propuestas alternativas. En este terreno hacen silencio, un
silencio cómplice, es como si esto no existiera, como si la realidad se hubiera
quedado congelada en el año 2012. Sobre lo único que hablan es sobre el
chantaje, la extorción y la guerra económica del imperialismo, que nosotros no
desconocemos, pero que no tendría ni la décima parte del impacto actual, si no
se apoyara en esta política de entrega y en el patrón mafiosos de acumulación
de capital que existiendo desde mucho antes, el gobierno de Maduro organizó y
disparó exponencialmente hasta llegar a los niveles de saqueo actual del país.
Como escribe
Oly Millán en su artículo, “Es la Economía Estúpido…”[8] La
Constituyente tiene entre otros objetivos darle sustento jurídico a ese modelo.
Cuáles
son según usted las contrarreformas en las políticas sociales.
En lo que
hace a las políticas sociales esta izquierda en solidaridad automática con el
gobierno, continúa utilizando las estadísticas de 2012-2013, las últimas
publicadas de manera completa, y lo hace de forma global. Esas estadísticas
hablan de un país que ya no existe. Se aferran a esos números porque, de
reconocer la realidad actual, gran parte de su argumentación se
desvanecería.
Lo que en
realidad sucede es que: donde había mercados populares como Mercal o PDVDAL en
los que gran parte de la población podía acceder a alimentos de relativamente
buena calidad a precios subsidiados, hoy apenas existe un sistema de
distribución estatal puerta a puerta, los CLAP, que aún no ha logrado
regularizar la atención de un número muy bajo de familias, que apenas pueden
acceder a esas cajas o bolsas cada mes y medio.
Donde había
un sistema nacional de atención médica primaria, elogiado por todos, los Barrio
Adentro, en los que se realizaba el diagnostico, se hacían estudios elementales
y hasta de cierta complejidad y se entregaban medicamentos gratuitos de ser necesarios,
hoy hay tierra arrasada, con equipos inoperantes, sin medicamentos, sin
posibilidad de hacer los más elementales estudios básicos, con una
infraestructura que sin mantenimiento está en situación decadente. Y, donde el
personal profesional se ha reducido de manera dramática.
Donde había
casas de alimentación en las zonas más vulnerables, organizadas para que los
que lo necesitaran comieran sin costo, sostenidas por el trabajo voluntario y
solidario de amas de casa de los barrios. Hace ya larguísimos meses sino años,
que no llegan los suministros para cocinar, lo que provoca un fenómeno
desconocido en la
Venezuela Bolivariana : que haya cada vez más ciudadanos
comiendo de la basura. Al igual que otra larga lista de políticas
sociales exitosas durante años, que hoy están desaparecidas.
Lo mismo
sucede con toda la legislación progresiva, como por ejemplo la Ley Orgánica del
Trabajo. Quedan en el papel, que aguanta todo, pero no se aplican. Y no
hablemos del salario que de ser unos de los primeros en América latina
cayó a niveles de Haití. Mientras el gran capital local y extranjero recibe
beneficios insultantes de todo tipo.
Frente a
esto, esa izquierda prefiere no ver la realidad, mira para otro lado y repite
las viejas estadísticas, los viejos logros y conquistas, hace mucho tiempo
desmentidas por los kilogramos perdidos por lo que los venezolanos bautizaron la “Dieta de Maduro”. Por el
maltrato, por la persecución a los sectores más oprimidos y por el ocultamiento
criminal de toda la información oficial, hoy no se conoce ni siquiera cuál es
el Presupuesto de la Nación, que se ha convertido en un secreto guardado bajo 7
llaves.
Qué es
lo que usted llama la fuerte tendencia autoritaria en el sistema político.
Hace
aproximadamente dos años, se viene desarrollando por parte del gobierno, diría
que como política de Estado, un proceso de desmantelamiento de los derechos y
garantías establecidos en la Constitución del ’99. Supresión de derechos
políticos y sociales, eliminación en gran parte del territorio nacional de
derechos económicos y eliminación de soberanía. Suspensión, obstaculización y
eliminación de elecciones sindicales, estudiantiles, de instituciones autónomas
como las universidades y de cargos políticos como las regionales a
gobernadores, eliminación de hecho del derecho al Revocatorio. Cómo señala
Edgardo Lander en una reciente entrevista, “Creo que después de las elecciones parlamentarias
del 2015 el gobierno parece asumir que su continuidad en el ejercicio del poder
no es posible ni apelando a la votación popular ni respetando la Constitución.”[9]
Aquí no voy a
describir el crecimiento, también exponencial de la violencia policial del
Estado por fuera de la protestas, en relación, por ejemplo, a la política de
las OLP[10], operaciones de limpieza y exterminio de la
denominada por la prensa, “hampa común”, contra todo norma legal y humana.
Esta
tendencia que viene de antes, y que tiene un hito importante con las fracasadas
resoluciones 155 y 156 del TSJ[11] de finales de marzo, resoluciones que
configuraron un mini autogolpe, pero que tuvieron que ser “revisadas” por el
rechazo nacional e internacional que provocaron[12].
Esta tendencia se ha acelerado desde el momento que comenzaron las protestas en
abril de 2017. Hay dos trabajos recientes que describen y evalúan correctamente
la situación en la que ya se han producido 60 muertes en el marco de las
manifestaciones[13].
Pero quizás el símbolo más contundente de la profundización de esta tendencia
es la actuación, contra todo principio legal, de Tribunales Militares para el
juzgamiento sumario de civiles, y la utilización de predios militares para la
detención de esos civiles condenados por los tribunales militares. La
Constituyente está diseñada, según los objetivos que le asignan todos los
voceros oficiales, para consolidar esta tendencia autoritaria.
Vamos a
insistir en este punto en que es evidente que existen desde el lado de la MUD
sectores que aprovechan el clima de protestas para desarrollar acciones
foquistas. Estos grupos que no hay duda son financiados y alguno de ellos
entrenados por Estados Unidos o el Uribismo, no buscan una salida democrática
ni electoral a la crisis sino la liquidación del chavismo[14].
Pero esto, que repudiamos, de ninguna manera puede justificar la eliminación de
facto del derecho a la protesta y de otros derechos humanos elementales, ni
mucho menos, la represión desproporcionada e indiscriminada a las protestas por
parte del Estado.
En este caso
ocurre lo mismo que en los anteriores. Esa izquierda que responde con
mecanismos de alineamiento automático con el gobierno de Maduro, carga las
tintas en el papel “terrorista” de las acciones foquistas y libera de
responsabilidad al Estado por cómo está manejando las protestas y la represión. Llegando
al caso extremo de Atilio Borón quien aconseja al presidente Maduro en un
reciente artículo que “aplaste”[15] a unos no identificados “terroristas”.
Este “aplaste” es un término que en el contexto del articulo puede leerse como
“extermine”.
Por eso,
donde esa vieja izquierda exige cerrar filas incondicionalmente con una
supuesta “dirección revolucionaria” frente a las amenazas imperialistas.
Nosotros exigimos la aplicación de políticas claras de ruptura con la dominación
del capital financiero, empezando por la suspensión de los pagos de la Deuda. Y denunciamos
todas aquellas políticas que consolidan la dependencia con el sistema del
capital, depredan el ambiente, eliminan la soberanía, desmontan las conquistas
sociales, económicas y políticas del Proceso, consolidan el rumbo de
capitulación del gobierno al imperialismo y abren las puertas a una injerencia
o intervención extranjera todavía superior. Cuatro años después de iniciado
este periodo ya no se puede hablar de errores, por el contrario, para nosotros
el gobierno Maduro, Cabello, Padrino, desarrolla una política planificada, con
la esperanza de enamorar a esos sectores concentrados del gran capital.
Por eso
mismo, porque a diferencia de la confusión que instalan los sectores de
izquierda que apoyan incondicionalmente a Maduro, o que tibiamente le reclaman
un parcial y limitado cambio de política, a nosotros no nos despierta confianza
esa cúpula del PSUV/Gobierno, y por eso es que estamos empeñados en la
construcción de una nueva referencia o alternativa política anticapitalista,
ecologista, feminista, que recupere las claves democráticas, antiimperialistas
y bolivarianas del Proceso, para luchar por profundizarlas.
Pero
¿La Constituyente no sería un canal de salida a la crisis? ¿No podría detener
la escalada de violencia y abrir una ruta de dialogo para establecer reglas de
juego que todos acepten?
Antes de
contestar su pregunta es necesario establecer una caracterización del momento
actual. Y por qué, desde mi punto de vista, la resolución de la crisis solo
puede ser favorable al país y al pueblo que vive de su trabajo, con más
democracia y no con más autoritarismo. Y más democracia quiere decir en este
momento, recuperar la vigencia de la Constitución del `99.
Hoy nos
estamos moviendo entre la propuesta de Constituyente fraudulenta de Maduro, la
guerra civil/aplastamiento que propone Borón, sabiendo que estas dos opciones
buscan el establecimiento de un sistema autoritario para poder consolidar el
modelo de entrega que le vengo señalando, o por el contrario la
recuperación de la vigencia de la Constitución del ’99, la realización de las
elecciones regionales, y municipales y un claro cronograma para la elección
presidencial. Esto con plenas garantías de participación política para todas
las expresiones del pensamiento político nacional, sin exclusiones ni
proscripciones.
Creo también
importante hacer otra definición: La caracterización de la actual confrontación
entre las cúpulas, a diferencia del 2002/2003, y en contra de lo que sostienen
la cúpula del Gobierno y repiten y adornan con ríos de tinta, los
intelectuales que lo respaldan a nivel internacional, no es una pelea entre los
sectores populares contra los oligárquicos. Por el contrario, es una lucha por definir
cuál de las cúpulas se garantiza, en el próximo periodo el control del Estado
para administrar y distribuir la
renta. Son dos sectores de las elites, subordinados al
capital financiero internacional, uno tradicional y otro emergente. Y ninguno
de los dos sectores es democrático, ambos tienen claro que necesitan un sistema
político completamente autoritario para lograr aplicar con éxito la
contrarrevolución económica en curso y las contrarreformas a los logros
políticos y sociales alcanzados, que con todas sus deficiencias y limitaciones,
se obtuvieron en los mejores años del periodo de Chávez. Porque cómo dice la compañera Oly Millán
en el artículo que cito antes: “Pero también, esa historia petrolera tiene otra
característica muy sui géneris y es que en cada proceso de boom petrolero, se
produce un reacomodo de los grupos de poder, es decir unos caen en desgracia,
mientras que otros se fortalecen y emergen nuevos.”[16] Hoy, en la declinación del boom
petrolero y en un momento de colapso del modelo, hay una guerra de rapiña entre
estos dos sectores de las Elites.
En este
Contexto otro objetivo de la Constituyente es: que la cúpula que hoy tiene el
control del poder del Estado pero está amenazada de perderlo y con él sus
privilegios, como castigo por la política antipopular y antinacional que viene
aplicando en los últimos cuatro años, intenta retenerlo por medio de una
Constituyente cuya convocatoria es espuria y sus bases comiciales son a todas
luces tramposas[17],
sin necesidad de revalidar su mandato en ninguna elección universal, en la que,
sin dudas, según todos los estudios, saldría derrotada.
En estas
condiciones la Constituyente no es un arma de Paz, como se dice desde la cúpula PSUV /Gobierno,
por el contrario es el arma con la que se pretende construir un régimen
autoritario. Las elecciones regionales ofrecidas para diciembre o el propio referendo
aprobatorio que indicó que pediría Maduro para la nueva Constitución ,
son apenas la máscara con la que maquillar de falsa amplitud democrática,
el engaño. Y al no ser un arma de Paz, el enorme peligro que encierra de
realizarse es que termine convirtiéndose, en la palanca con la cual, la actual
escalada de violencia polarizada por las cúpulas de la nueva elite que controla
el Estado y la antigua elite, que cree, ahora sí, llegado su momento de
recuperar ese control, le abran la puerta a una confrontación civil de
consecuencia impredecibles.
Sin embargo,
la convocatoria ha abierto otra puerta, inesperada por la cúpula del PSUV, por
la que se ha empezado a colar con fuerza el rechazo de una parte importante del
chavismo. Militantes, diputados y dirigentes medios
del partido, funcionarios actuales, ex funcionarios, intelectuales y
académicos, y muchas informaciones señalan que hasta una parte sustantiva de
las fuerzas armadas, rechazan con sólidos argumentos la maniobra
antidemocrática. Con este sector coincidimos en un punto esencial: el único
camino democrático, y que por lo tanto no puede ser secuestrado por las cúpulas
que instigan a la violencia, es la lucha por la recuperación de la vigencia de
la Constitución del ¨99. En eso estamos, mientras la vieja izquierda, en
su decadencia, con su alineación y disciplina automática con un gobierno que ha
roto con el proceso que lo llevó hasta allí, sigue mostrando al mundo todas sus
miserias.
[1] Nicolás Maduro, Presidente, Diosdado
Cabello, Diputado, Vicepresidente primero del PSUV y cabeza del segundo grupo
de poder más importante de este trio y Vladimir Padrino Ministro de Defensa y
Jefe de las Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).
[2] Es bueno aclarar que estos dos
sectores con todos los matices y diferencias en cada uno de ellos, no son solo
nacionales, tienen también expresión a nivel internacional.
[3] Para dejar taxativamente establecido
que no tiene nada que ver con la oposición de derecha organizada en la MUD.
[4] Las personalidades más
destacadas de este grupo son, entre otros, Héctor Navarro, ex ministro de
Educación y de Energía Eléctrica; Oly Millán Campos, ex ministra de Economía
Popular, y de Comunas y movimientos sociales; Gustavo
Márquez Marín, Ex Ministro de Comercio Internacional y Ex Embajador en
Colombia; Ana Elisa Osorio, Ex ministra de Ambiente Y destacadas personalidades
como el Mayor General Cliver Alcalá Cordones, los profesores Edgardo Lander,
Esteban Emilio Mosonyi y Freddy Gutiérrez Trejo, y luchadores Sociales como
Santiago Arconada.
[5] Este patrón que se
inicia con la explotación petrolera, cruzó todo el periodo de gobierno del
Proceso Bolivariano y no fue desmontado hasta la actualidad.
[6] Situación Actual de la
Deuda de Venezuela como expresión de un modelo económico de extracción
delictiva de capitaleshttps://www.aporrea.org/economia/a245302.html.
Oly Millán Campos, Paulino Núñez.
[7] Últimamente se ha
hipotecado el capital accionario de CITGO, subsidiaria de PDVSA en Estados
Unidos, empresa que cuenta con refinerías aptas para el crudo pesado venezolano
y una red de 17.000 gasolineras, el 49% como garantía para un préstamo de
un Fondo Buitre y con la petrolera rusa Rosnef, otro 50%. Esta operación se ha
realizado para obtener liquidez para pagar deuda. Y el broche de oro, por
ahora, es la venta, a precio de gallina flaca, por parte del BCV de Bonos de
PDVSA que no estaban en el circuito financiero internacional a Goldman Sachs,
banco del que fue directivo el actual Secretario del Tesoro de Trump.
[8] Es la economía
estúpido… Lo que está detrás de la Asamblea Constituyentehttps://www.aporrea.org/economia/a246950.html por Oly Millán Campos.
[9] Edgardo Lander: “La
Constituyente nos lleva a un punto sin retorno”https://www.aporrea.org/ddhh/n309163.html
[10] OLP. Operación de
liberación del Pueblo. Política policial que consta de ingresas a las zonas más
marginadas de las grandes ciudades para detener, allanar, reprimir y hasta
asesinar, sin ningún tipo de respeto por las garantías constitucionales y
legales mínimas.
[12] El hecho más destacado
de este rechazo fue la declaración de la Fiscal General de
la República, Luisa Ortega Díaz, señalando que esas Resoluciones, rompían el
hilo constitucional.
[13] Balance hechos
violentos: del 6 de abril al 25 de mayohttps://www.aporrea.org/actualidad/a247131.html por Keymer Ávila y ¨Represión y
violencia ¿Qué está pasando?¨https://www.aporrea.org/actualidad/n308819.html por Marea Socialista Caracas.
[15] Venezuela sumida en la
guerra civil por Atilio Borónhttps://www.aporrea.org/tiburon/a246559.html
[16] Es la economía
estúpido… Lo que está detrás de la Asamblea Constituyente https://www.aporrea.org/economia/a246950.html por Oly Millán Campos.
[17] Sobre esto se pueden
consultar decenas de artículos y entrevistas de militantes, intelectuales y
académicos chavistas y/o de izquierda, en Aporrea.org, entre los que recomiendo
las entrevistas a Héctor Navarro y Edgardo Lander, Gonzalo Gómez y los
artículos de Nicmer Evans, Jesús Puerta, Sergio Sánchez, Felipe Pachano Azuaje
y Javier Biardeau, entre muchos otros.
Fuente: https://www.aporrea.org/actualidad/n309525.html#_ftn1
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