Entrevista a Moira
Millán, coordinadora del movimiento Marcha de la Mujeres Originarias
por el Buen Vivir
"La lucha del
pueblo mapuche puede
constituir el sedimento para armar un
nuevo modelo de
humanidad"
14 de noviembre de 2017
Por Ida Garberi (Rebelión)
“¡Despertemos¡ ¡Despertemos Humanidad¡
Ya no hay tiempo. Nuestras conciencias serán sacudidas por el hecho de solo
estar contemplando la autodestrucción basada en la depredación capitalista,
racista y patriarcal".
Berta Cáceres
Berta Cáceres
He tenido en mi vida la suerte de conocer
mujeres muy valientes, guerreras, comprometidas, luchadoras hasta los tuétanos:
en Barcelona, hace poco, en el medio de las protestas independentistas, tuve el
orgullo de compartir con la “weychafe” (que en mapuche significa guerrera)
Moira Millán, coordinadora del movimiento Marcha de la Mujeres Originarias
por el Buen Vivir.
Ella misma revela que “nací un día de agosto
en un invierno nevado en un pueblito llamado El Maitén, en el Noroeste de la
provincia de Chubut, el Lof Pillañ Mahuiza es mi comunidad mapuche”.
El pueblo Mapuche, desde la noche de los
tiempos, pasando por todas las conquistas del lugar donde vive, intenta
preservar su identidad, que comprende sus costumbres y su territorio, la tierra
que les da no sólo el sustento sino el ser. Esa es la forma que adquiere la
dignidad para este pueblo. Mapuche significa literalmente “gente de la tierra”.
Es decir, no tierra de los hombres y de las mujeres, sino su contrario: son los
hombres y las mujeres los que le pertenecen a la tierra, una idea simple pero
perturbadora en las mentes de casi todos los políticos de hoy en día.
Al final del siglo IX la nación mapuche fue
víctima de genocidio y sus tierras ancestrales ocupadas de una invasión
ilegítima de los “huincas” argentinos y chilenos. Huinca es un término
proveniente del idioma “mapudungún” que significa "Nuevo Inca", en
referencia a las personas de raza blanca, los nuevos conquistadores. Hay que
aclarar que los mapuches no son ni chilenos ni argentinos, simplemente porque
ambos Estados son construcciones históricas posteriores al “Wallj Mapu”, su
territorio ancestral.
En los años 90, más o menos, Carlos Menen
regala las tierras de donde provienen los ancestros de Moira a un muy conocido
paisano mío, Luciano Benetton, que
pagando con pocas “perlitas” ocupa ilegalmente casi dos millones de hectáreas
de la Patagonia argentina.
Moira me dice que “Benetton creó un estado feudal dentro el estado
argentino”. “Benetton financia esta situación belicista contra los mapuche para
poder seguir robando los productos de la tierra”.
La entrega y el saqueo de las tierras patagónicas y de sus recursos
nacionales por parte de empresas extranjeras vienen de larga data, al igual que
los reclamos y la lucha del pueblo mapuche por recuperarlas.
Desde el 2015, varias familias de la provincia de Chubut
realizaron recuperaciones de tierra ocupadas por Benetton y declararon,
mediante un comunicado público firmado por los Pu Lof en Resistencia del
Departamento Cushamen y el Movimiento Mapuche Autónomo del Puel Mapu (MAP):
“Nosotros, los Mapuches, seguimos siendo una inmensa mayoría sin tierra, con la
única alternativa de ser peones, empleadas domésticas y obreros, es decir, mano
de obra barata y explotada por la oligarquía criolla y el empresariado
transnacional”. Y sostenían que “la única manera de frenar el ‘asesinato
planificado’ desde el poder económico y del estado (ecocidio y etnocidio), es
mediante el control territorial efectivo de nuestras comunidades movilizadas”.
La respuesta de la Compañía de Tierras del Sur
Argentino (compañía de Benetton) fue una denuncia penal por usurpación. Desde
entonces la violencia, las amenazas y los intentos de desalojo han sido
permanentes.
La actuación de la gendarmería, en las tierras
que el italiano reivindica para sí, desde el inicio del año, fue de más
represión todavía, contra la comunidad Pu Lof (entre ellos mujeres y niños),
desaparecieron a Santiago Maldonado con la directa responsabilidad de la
ministra de Seguridad Patricia Bullrich, su jefe de gabinete Pablo Noceti y del
Estado. El gobernador de Chubut, Mario Dan Neves también fue cómplice del
accionar represivo avalando el ingreso de la gendarmería al predio y
demonizando a los mapuches a través de una campaña mediática que comenzó el año
pasado, mientras apretaba al juez Otranto para que encarcele a los dirigentes
considerados sin ninguna prueba como “terroristas”.
Sobre el tema Moira reafirma: “No hay ninguna duda, fue el
gobierno que primero desapareció a Santiago Maldonado por mano de la
gendarmería y después plantó el cuerpo en el rio de la comunidad mapuche Pu Lof
Resistencia Cushamen. La táctica fue ‘liberarse’ de su crimen, porque la
desaparición forzada no prescribe, es un delito de lesa humanidad y los
funcionarios de turno tenían que blanquear el hecho que lo habían asesinado.
Así crean toda una campaña mediática para señalar como responsables a los
jóvenes weychafe de la comunidad mapuche. Pero a mí también me señalan como
responsable, porque en entrevistas que me hicieron con antelación al
descubrimiento del cuerpo de Santiago había pronosticado lo que pasó después en
realidad. Espero que el pueblo argentino aproveche la oportunidad de no aceptar
la manipulación de los pueblos y rebelarse.
En el momento que el caso de Santiago hizo que
el pueblo argentino mirara al sur de su país y al fin permitió que se enterara
de la lucha del pueblo mapuche, espero que sea la razón porque esta
pseudo-democracia dictatorial, artilugio de la partidocracia para poder
mantener el modelo extractivista caiga por su propio peso, porque su política
aberrante y asesina ya no cabe en la conciencia del pueblo argentino. Hay que
seguir adelante con la luz de la verdad, contrastar el montón de mentiras,
seguir con la lucha de los pueblos originarios, en manera articulada y con la
sabiduría de los pueblos en unidad. Definitivamente hay que sacarse de encima
este gobierno criminal”.
La lucha de Moira y de su pueblo ya ante del
descubrimiento del cuerpo de Santiago había enfurecido el Estado argentino y
ella fue amenazada de muerte.
“Los funcionarios del Estado saben que el
problema no soy yo, es la lucha de mi pueblo que represento, un mundo
completamente distinto que rechaza estructuralmente este sistema. Lo único que
lograran demostrar, si consuman mi asesinato, es que la mística mapuche que
afirma que por cada uno que cae diez más empezaran la lucha es verdad. Nuestra
lucha no quiere llegar a poseer la tierra o a crear un nuevo Estado, nosotros
queremos emplazar la relación armónica entre la tierra, la “mapu”, y los
pueblos, la reciprocidad con la naturaleza. Nosotros rechazamos este sistema de
muerte, esta progresiva destrucción y contaminación, somos el pueblo más pobre
que vive en el territorio más rico de América del Sur y reclamamos el Buen
Vivir entre los pueblos. Sabemos que es posible un nuevo futuro, un mañana
distinto al presente y es nuestro derecho. El sistema nos está matando porque
necesita abortar la esperanza, necesita que nos resignemos al sistema de
muerte. Pero nosotros tenemos miles de años demostrando que sí, ¡otro mundo es
posible! Además en los últimos tiempos logramos generar empatía para nuestro
pueblo en Argentina, logramos que las feministas de ‘Ni una menos’ hagan su
encuentro nacional a Chubut, va a ser un Puerto Madryn. La lucha de mi pueblo
es el tema principal, me nombran como referente del movimiento y creo que eso
asusta al estado”.
Otra denuncia que formula Moira es que
Santiago Maldonado es el primer “blanco” desaparecidos, pero solo en la
provincia de Chubut existen 145 mapuches desaparecidos, uno de ellos es Eduardo
Cañulef, que era el peón de Benetton. Este trabajador rural reclamó mejor condiciones
laborables y el multimillonario lo desapareció.
“Nunca vi a tu conterráneo en el banquillo de
los acusados, esto ocurrió en el año 1996 y su madre murió reclamando el
paradero de Eduardo. Tenía 28 años y nadie hizo una manifestación por él. En
Argentina claramente la vida indígena no vale tanto como la vida del blanco.
Esto no significa que no me solidarice con la familia Maldonado
y reclamo con ella que se haga justicia. Pero también quiero justicia para mi
pueblo, quiero que Benetton pague por las aberraciones que cometió contra el
pueblo mapuche. También necesitamos que despierte el pueblo italiano y tenga
conciencia de lo que hacen los multimillonarios de su país, que matan pueblos
originarios y destruyen el ecosistema. Porque Benetton no produce sólo ropa, es
un extractivista y en el territorio que ocupa ilegalmente hay yacimientos
auríferos”.
Yo, como hermana blanca, concluyo prometiendo
apoyar la lucha de los pueblos indígenas, principalmente de la mujeres
indígenas y, como escribió Moira, quiero escucharlas deseosa de conocer sus
pensamiento, no quiero convertirlas, ni etiquetarlas, ni estudiarlas, ni
extraer utilitariamente sus saberes, me uno a esta Revolución de pensamiento, y
seré, tierra, semilla, viento, agua y fuego.
Ida Garberi es corresponsal
en Cuba de Cubainformacion
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=234002
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