Mujeres de Kurdistán y
la emancipación verdadera
17 de noviembre de 2017
Las hijas del sol y el
fuego, como las llama Melike Yasar, representante del Movimiento de Mujeres de
Kurdistan en Latinoamerica, tienen como objetivo, nada más y nada menos, “una
lucha universal”. La situación del pueblo kurdo en Medio Oriente, el rol de la
mujer, la autodefensa, la Jineologi, y las diferencias con el feminismo
occidental.
Por Estefanía Santoro /Ph Cami Rojas para Derrocando a
Roca.
La revolución del Movimiento de Mujeres de Kurdistán es,
quizás, la proeza más grande que un grupo de mujeres se haya propuesto en los
últimos 40 años, a realizarse en un continente donde la mujer no sólo no posee
voz ni voto, sino que además es reducida a un mero objeto, propiedad del
hombre. Melike Yasar es la representante del Movimiento en Latinoamérica, habla
kurdo, turco, alemán e inglés, los dos últimos aprendidos durante su exilio con
su familia en Alemania. Si bien se queja de su español limitado, en la práctica
se expresa con la seguridad y la convicción que la caracteriza.
En las sociedades de Medio Oriente las mujeres son
reducidas al honor (virginidad). Representa su único valor, condición pura y
exclusivamente manipulada y administrada por sus padres o esposos. Según las
tradiciones que impone la religión en estos estados, las menores (algunas desde
los seis años) son entregadas y vendidas por sus progenitores para el
casamiento. Antes de soportar esta costumbre, miles de mujeres y niñas
decidieron suicidarse. Otras, las que sobrevivieron al horror, encabezaron una
ardua lucha, desafiando las leyes del patriarcado (poder del hombre sobre la
mujer) más rancio y logrando convertir ese honor en su libertad.
En una de las paredes del living de su casa, Yasar tiene
colgada una bandera con el rostro de Sakine Cansiz, líder y una de las
fundadoras del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), asesinada en
2013 junto a otras dos compañeras. Desde el 2015, Yasar viaja por todo el
continente narrando la transformación que está llevando a cabo el pueblo kurdo
en todo Medio Oriente y, sobre todo, la revolución que conducen las
protagonistas de la verdadera emancipación femenina. “Las hijas del sol y del
fuego”, dice Melike, sonriendo.
La revolución de Kurdistán
Kurdistán es un pueblo aun no reconocido por Medio Oriente
de casi 50 millones de personas (supera la población de nuestro país) es la
nación más grande sin patria. A nivel territorial se encuentra dividido dentro
de las fronteras de cuatro Estados: Irán, Irak, Siria y Turquía. Desde hace
años este pueblo inició un proceso revolucionario, a través del cual lucha y
resiste por existir en sus tierras ancestrales. Según la frontera del Estado en
el que se encuentren, todxs lxs kurdxs hablan dos idiomas (el propio y el del
país fronterizo que linda con su territorio) porque su lengua fue prohibida
durante muchos años.
Abudullah Ocalan es el líder del Movimiento Kurdo de
Liberación, presidente y fundador del PKK, partido político fundado en 1978 en
Turquía, cuyo brazo armado se denomina Fuerzas de Defensa Popular (HPG). Antes
de ser encarcelado y condenado a cadena perpetua por las autoridades turcas,
Ocalan creó un sistema llamado Confederalismo Democrático, a partir del cual
plantea una sociedad libre que no se rija por las estructuras del Estado
Nación, del capitalismo y del patriarcado.
Previo la formación del PKK, se
produjeron 28 levantamientos en contra de las divisiones territoriales que intentaron
imponerle al pueblo kurdo. Estas resistencias terminaron en genocidios. En 1980
el gobierno turco instaló un golpe militar contra la izquierda y especialmente
contra los militantes del PKK (luego del último levantamiento organizado por el
pueblo kurdo en las cuatro partes de kurdistan).
A partir del golpe casi todos los fundadores del
movimiento fueron encarcelados. Sakine Cansiz se convirtió en una gran símbolo
de lucha dentro de la cárcel donde tuvo que soportar las torturas del estado
turco, su resistencia motivó al pueblo kurdo a organizarse. Entre 1986 y 1989 miles de civiles
fueron asesinadxs, encerradxs en campos de concentración y torturados durante la campaña Anfal [1] en
el norte de Irak. Una vez fundado el partido, el camino a la emancipación del
pueblo de Kurdistán adquirió un marco político. El 26 de enero de 2015[2] las
milicias kurdas, con las mujeres como principales figuras de la resistencia
contra el Estado Islámico (ISIS), lograron declarar la liberación de Kobane
(región ubicada al norte de Siria).
El confederalismo democrático parte de la idea de una
sociedad construida sobre la base de la democracia, la ecología y la liberación
de las mujeres. Este modelo es organizado a partir de la autoadministración,
desde las bases en comunas y asambleas. Para enfrentar la dominación del
hombre, propone la creación de una organización autónoma de las mujeres que les
permita conformar una gran fuerza para cuestionar y desarmar las formas
tradicionales de violencia patriarcal, así como también las otras formas de
opresión como la clase, la etnia, la religión y orientación sexual.
¿En qué momento se
encuentra hoy la lucha por la liberación del pueblo kurdo?
Hay una guerra ideológica contra el pueblo kurdo porque
está creando una alternativa, una solución para todos los pueblos de Medio
Oriente. Es, además, un obstáculo para las fuerzas imperialistas. La guerra es
en todo el Medio Oriente, pero los intereses de esas fuerzas, a nivel
internacional, recaen sobre Kurdistán. No solo por el petróleo, las riquezas y
el agua, sino porque hasta que esas fuerzas no logren sus objetivos no quieren
que se solucione la causa kurda. El Estado Islámico (ISIS) es un grupo que fue
creado por las fuerzas imperialistas. ISIS no ataca a los kurdos porque son
kurdos, sino porque son los que están tratando de construir una nueva forma de
vida, alternativa al capitalismo, y eso es lo peligroso para ellos. Los otros
pueblos que viven ahí también están defendiendo el Confederalismo Democrático.
Autodefensa y organización
El movimiento de Mujeres de Kurdistán es un movimiento de
liberación feminista, nacido en 1987, fundado por mujeres que participan de la
revolución de Kurdistán, que hoy en día posee un protagonismo en todo Medio
Oriente. La causa de las mujeres fue siempre un tema prioritario dentro de la
lucha por la liberación nacional del pueblo kurdo. Con la autodefensa como
principal lema, trabajan en el ámbito social, político, intelectual y cultural,
sosteniendo que las mujeres han sido el primer grupo dominado en la sociedad,
antes que la clase trabajadora. Proponen que el primer paso para alcanzar la
liberación de todas las formas de opresión de cualquier sociedad es liberar a
las mujeres. “Entendimos que ese objetivo sólo se puede cumplir comenzando por
cambiar nuestro propio pensamiento y también el de los hombres” explica Yasar.
_ ¿Cómo fueron los primeros años de lucha del
Movimiento de Mujeres de Kurdistán?
El movimiento empezó en las montañas dentro de la lucha
armada. Allí, tanto las mujeres como los cuadros políticos tuvieron una
transformación muy profunda, dado que tenían que cambiar su propia mentalidad.
Se crearon academias donde se fueron formando, tanto los hombres como las
mujeres militantes tenían una tarea para trabajar en distintas áreas de la
sociedad, como por ejemplo en el área de jóvenes, de mujeres, en los medios , en diplomacia. La lucha en la montaña fue
una lucha ideológica donde hubo un cambio muy importante que luego se trasladó
a la sociedad con la que se logró un contacto. Como decía Sakine: la liberación
es en el momento, la revolución es también cambiar lo que está mal en nuestras
cabezas, como por ejemplo los efectos del patriarcado o del capitalismo.
Ocalan junto a Sakine Cansiz plantearon la necesidad de la
participación de las mujeres en la lucha por la liberación desde los inicios
del PKK. Yasar asegura que el Movimiento de Mujeres de Kurdistán comenzó con el
trabajo de Cansiz. “Ella fue la gran impulsora”, confirma. A diferencia de
otras luchas que no distinguían la emancipación de la mujer, sino que la
englobaban en una lucha general, Ocalan planteó junto a Cansiz la liberación de
la mujer dentro de su propio movimiento como una condición esencial para
alcanzar la independencia de su pueblo. Hubo resistencias en el interior de la
organización, pero Ocalan se mantuvo siempre firme ante la idea de que las
mujeres debían ser aceptadas tanto en la lucha armada, así como también en el
plano intelectual.
Para lograr que todas las mujeres puedan tomar conciencia
de sí mismas como principal sujeto de opresión dentro de la sociedad en la que
viven, el movimiento de mujeres de Kurdistán adoptó como primera medida la
lucha interna, empezando por desarmar cada eslabón que conforma la enorme
cadena que las ata. Para ello comenzaron trabajando en los espacios más
íntimos, dando pelea en el interior de los propios hogares y en la cotidianidad
de los días. “Empezamos a trabajar con las familias, el mínimo núcleo que crea
el Estado. Esto es trabajar dentro de la sociedad, pero casa por casa. La
revolución la hacemos cada día cambiando las mentalidades, por eso para
nosotras la lucha interna es muy importante”, explica Yasar.
_ El Movimiento de Mujeres de Kurdistan se ha
desarrollado no solo en plano de la lucha armada sino también en el plano
intelectual a través de la
teoría Jineologi. ¿En qué consiste?
Jineologi es la ciencia de la mujer, surgió hace 6 años
con una crítica radical a la ciencia positivista. No solo se desarrolla en el
ámbito académico, sino desde las prácticas y experiencias de las mujeres y de
las sociedades. Su lógica se plantea en todos los ámbitos de lucha de las
organizaciones. Jineologi no crea una nueva teoría porque las practicas y
experiencias ya existen, su objetivo es hacer visible lo que no es visible en
el mundo capitalista. Se parte de las experiencias y las tradiciones que las
mujeres tienen en su naturaleza. Crea una nueva mentalidad que sostiene que la
liberación de la mujer es la liberación de la sociedad. Esta
ciencia posee academias, por ejemplo, en el área de autodefensa donde se habla
de ecología, partiendo del análisis de la naturaleza, de ahí nace la teoría de
la rosa que sostiene que una rosa es algo bello de contemplar, pero tienen sus
espinas para defenderse. Los hombres y las mujeres no vamos a usar las armas
para matar o morir sino para vivir y para dar vida, por eso Jineologi está
también en el área militar. Hoy el movimiento de Mujeres de Kurdistán tiene sus
propios medios de comunicación. Por
ejemplo, Rojava (norte de Siria) es un lugar libre de toda forma de opresión
capitalista y patriarcal, allí se practica el paradigma del Confederalismo
Democrático basado en la lógica de esta ciencia.
_ ¿Cómo es vista la disidencia sexual en el
Movimiento de Mujeres de Kurdistán?
Hoy el movimiento LGTB tiene un espacio gracias al
Movimiento de Mujeres de Kurdistán. Ocalan retoma una de las teorías de
Jineologi que es matar la mentalidad machista de los hombres y de las mujeres y
en ese punto hablamos de las diversidades sexuales. Estamos abiertas a respetar
todas las diversidades como cada una quiere vivirlas en un continente donde
todavía la relación de un hombre y de una mujer es un tabú. Hablar de las
diversidades sexuales fue muy difícil. Por ejemplo, el Partido Democrático de
los Pueblos (HDP) postuló un candidato gay, ese fue el momento en el que el
Movimiento de Mujeres de Kurdistán abrió las puertas al movimiento LGBT de
Turquía. El gobierno turco empezó hacer una antipropaganda dentro de la
sociedad kurda diciendo que el HDP tenía un candidato que era gay y las
personas no podían votar algo que va en contra de la religión del islam. Dentro
de nuestro movimiento los hombres querían ocultarlo y mostrarlo después de las
elecciones, pero hubo una discusión entre el líder -que en ese momento estaba
en la cárcel-, el movimiento de mujeres y los dirigentes del partido y
finalmente se presentó como candidato y ganaron. Hay lesbianas también en la
revolución de Kurdistán, hay mujeres de Europa, de Latinoamérica que están en
Rojava en las montañas, también hay gays, trans, pero por ejemplo no hay una
forma de organización de las lesbianas en Kurdistán.
_ ¿Cuáles son los principales objetivos del
Movimiento de Mujeres de Kurdistán y que diferencias o criticas tienen con el
feminismo de occidente?
_El objetivo de este movimiento está pensado en crear una
lucha universal. El feminismo actual, especialmente el occidental, se volvió
marginal y solo se puede salir de ese punto con una lucha interna y una
historia en común. El Movimiento de Mujeres de Kurdistán sostiene que, si no
tenemos nuestras propias organizaciones y formas de autodefensa, no podemos
actuar para romper con el patriarcado, esas son nuestras armas. Hoy el
movimiento de mujeres de Kurdistán logró liberar Raqqa, ahí liberamos casi tres
mil mujeres. El feminismo de Occidente olvida que las mujeres pobres, del
tercer mundo y del Medio Oriente, no tenemos una mirada occidental, tenemos que
liberar al movimiento de eso. La principal crítica es que hoy en Europa el
feminismo se institucionalizó. Claro que necesitamos poder votar, ocupar bancas
pero eso no es suficiente. También hay contradicciones en el feminismo
occidental, cuando pensamos nuestra propia historia. Hay que tener en cuenta
que antes de la opresión a la clase trabajadora nosotras ya éramos oprimidas.
Hay grupos feministas que culpan a la mujer de su propia caída hace 5 mil años,
si nosotras como mujeres pensamos así como vamos a poder cambiar eso. Tenemos
que ver la caída de la sociedad como la caída de la mujer, primero con los
Sumerios donde robaron todo lo que tenían las mujeres, segundo con las
religiones y tercero con el sistema capitalista.
¿Qué enseñanzas y
aportes puede dar el Movimiento de Mujeres de Kurdistán a los feminismos de
Argentina?
Nosotras nunca tuvimos como objetivo venir a América
latina a dar aportes sino a tomar las experiencias que tenían ustedes aquí.
Sakine y otras compañeras estudiaron mucho la tradición revolucionaria de las
mujeres de América latina, especialmente de Argentina que tiene una historia
que es muy cercana en el tiempo. Cuando llegamos lo primero que hicimos fue
solidarizarnos porque entendemos que ninguna lucha puede ganarse sin el apoyo
internacional, pero queremos crear una fuerza universal y América latina puede
ser el primer paso para crearla. Queremos tomar las causas que están
discutiendo aquí, por ejemplo, el aborto, y entrar en los espacios de discusión
de las mujeres como en los Encuentros nacionales, la campaña Ni una menos y
dar nuestra perspectiva. La diferencia con nosotras es que aquí salen miles de
mujeres a las calles. En cambio, nosotras cuando decidimos empezar una campaña
creamos planes de trabajo. Primero, vamos casa por casa a hacer formación en
los barrios cambiando las mentalidades con crítica y autocrítica como métodos
de transformación de las personas. Como segundo paso, nos encargamos de los medios de comunicación, ahora en Kurdistán todos los
medios poseen la perspectiva de
liberación de la mujer. Y
por último salimos a las calles. Es más fácil salir a las calles con el
potencial que existe en América Latina y Argentina, pero hay que devolver esa
potencia de una forma organizativa y tener una lucha nacional, eso es lo más
importante.
_ ¿Qué aspectos crees que debe fortalecer el
movimiento feminista argentino?
Argentina tiene espacios en común como el Encuentro
Nacional, la campaña Ni
una menos y el 8 de marzo para crear una lucha nacional, pero algunos de esos
espacios se fueron institucionalizado. En los Encuentros nacionales sucede lo
mismo, están muy divididas, me pregunto cómo es posible cambiar la política de
violencia del patriarcado si todavía se violentan entre ellas usando esas
mismas formas de violencia. Nosotras tenemos objetivos muy grandes, cambiamos
el Medio Oriente luchando no en frente de la casa de gobierno, estamos luchando
en primer lugar con nosotras mismas. Aquí empiezan con el lugar más grande,
pero el objetivo cuál es. Romper con el gobierno que existe actualmente y
entrar con una mirada socialista no es posible porque un Estado nunca puede ser
socialista, ni democrático, ni feminista porque es en sí mismo un instrumento
del patriarcado y milita los cuatro elementos del patriarcado: el nacionalismo,
el fundamentalismo, el cientifisismo y el sexismo y para esos cuatro aspectos
tiene sus instituciones escuelas, universidades, hospitales, parlamentos,
iglesias. Entonces es posible cambiar algunas cosas, pero hay que entrar en
otros lugares también. Cuando empezó el PKK se planteó que nuestra gran arma es
la crítica y la autocrítica y lo que falta acá es eso.
[2]
Mujer Vida y Libertad. Documentos básicos para entender la revolución de las
mujeres de Kurdistán.
Fuente: http://www.anred.org/spip.php?article15463
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