HISTORIA
Memoria:
el rol de la Gendarmería Nacional
en dictadura
¿Qué rol jugó durante
la dictadura la fuerza de seguridad responsable de la muerte de Santiago
Maldonado?
Viernes 3 de noviembre | Edición del día
Cuando se
habla sobre la dictadura en la Argentina de los setenta suele ponerse el
énfasis en el nefasto rol que cumplieron las Fuerzas Armadas, como si hubieran
sido las únicas responsables del proceso abierto en 1976. Sin embargo esto es
apenas una visión parcial de la historia, por eso es necesario sumar algunos
elementos de análisis claves que suelen “olvidarse” y ocultarse por los
intereses que se juegan detrás. Por un lado, hay que recordar que los militares
no fueron los únicos responsables del golpe sino que fue impulsado detrás de
bambalinas por empresarios nacionales y extranjeros, la embajada norteamericana
y el conjunto del régimen político que salieron a golpear la puerta de los
cuarteles meses antes del golpe. Y por otro lado, que las Fuerzas Armadas no
actuaron solas sino que lo hicieron junto a otras fuerzas llamadas de Seguridad
bajo el mando del Ejército. Hablamos de la Policía, la Prefectura y la Gendarmería Nacional.
Esta última
sobre todo logró evitar que su nombre se asocie a los oscuros años de plomo
gracias a la decisión política que tomaron todos los gobiernos pos
dictatoriales de resguardarla como “fuerza democrática” favorita. En esta nota
intentaremos reconstruir al menos parcialmente la historia de la Gendarmería Nacional
Argentina (GNA) durante el último golpe de Estado, tarea difícil
si se tiene en cuenta lo poco que hay escrito e investigado al menos hasta la
fecha.
Guardianes de la muerte
Jorge
Sobrado tiene 66 años y desde los 21 milita en las filas del trotskismo. Sus
amigos y compañeros lo conocen como “el Turco” aunque para los gendarmes que lo
mantuvieron secuestrado durante 376 días del año 1976 en el campo clandestino
cordobés La Ribera, era un número más entre tantos detenidos desaparecidos que
debían custodiar las 24 hs del día. Aquel lugar donde fue golpeado y torturado,
cuenta el Turco, “siempre fue y era de público conocimiento, una escuela de
gendarmes. Desde el año 1975 y hasta la derrota de la dictadura del 83 fue
utilizada como campo de concentración y desapariciones, primero en manos del
Comando Libertadores de América (la
triple A cordobesa)”. Pero este no fue el único centro
clandestino donde Gendarmería vigiló y controló a los detenidos. También actuó
en La Perla, Perla Chica, Hidráulica y División de Información de la Policía
provincial, dentro de Córdoba, y en gran parte de los centros que funcionaban
en el país.
Como puede verse aquí, 21 de esos centros clandestinos
funcionaban en instalaciones de Gendarmería Nacional ubicados en diez
provincias distintas, entre ellos se encuentra por ejemplo el Escuadrón 35 de
El Bolsón (Río Negro), hoy conocido por ser una de las guarniciones
responsables de la brutal cacería desatada sobre la Comunidad Cushamen
y de la muerte de Santiago Maldonado hace tres meses.
Al ser una fuerza de alcance nacional, la Gendarmería Nacional
tenía regimientos, vehículos y hombres apostados en gran parte del territorio
argentino. Pero toda esta logística desplegada no fue usada para “cuidar las
fronteras” (supuestamente esa es su función) sino para sistematizar la custodia
y vigilancia de la mayoría de los centros clandestinos, incluso los de zonas
populosas como Buenos Aires (hay casos en el Circuito Camps, Campo de Mayo y
Bahía Blanca), Rosario y Tucumán. También se encargaron del traslado de
prisioneros y de los cuerpos maniatados y vendados que el Ejército
y la Fuerza Aérea arrojaban al mar en los vuelos de la muerte. Queda claro
que nada estaba sujeto al azar, cada una aportó su granito de arena para que el
plan sistemático de exterminio funcione aceitádamente.
Te puede interesar: Gendarmería Nacional, fiel a su rol
represivo a lo largo la historia
Gendarmería también tuvo un rol destacado en los
grupos de tareas dedicados a los secuestros y robos, incluso desde antes del
golpe. Por ejemplo en Córdoba operó un personaje nefasto, el gendarme Luis
Alberto Cayetano Quijano (alias “Ángel”), que formó parte del Comando
Libertadores de América por lo menos desde 1975 y dirigió
hasta fines del 76 la División de Inteligencia de la Región Noroeste de
Gendarmería. Era conocido
por su crueldad, llevaba a su hijo de 15 años a presenciar secuestros y lo
obligaba a escuchar casete con sesiones de tortura. Treinta y nueve años
después, Luis Alberto (hijo) declararía en contra de su padre en la Megacausa La Perla.
Pero lo de
Quijano no fue un caso aislado, hay testimonios de sobrevivientes de los campos
que acusan directamente a los gendarmes de participar en sesiones de torturas y
en los grupos de tarea. En las causas de Campo de Mayo se repiten historias de
torturas y violaciones ejercidas por gendarmes. Los alias “Cacho,”, “Puma”,
“Yaya”, “Corvalán”, “Álamo”, “Negro”, “Beto”, “Gringo”, “Zorro”, “Pepe” y
“Napoleón” aparecen en los testimonios como celadores y torturadores de El
Campito.
Muy pocos genocidas pudieron ser
identificados hasta el momento, es que en Campo de Mayo los sobrevivientes que
pudieron contarla realmente son muy pocos.
Formados
para torturar
La Gendarmería es una fuerza con
funciones de policía militar que depende directamente del Estado; pero desde
1958 está ligada doctrinaria, metodológica y organizativamente al Ejército.
Años más tarde con la Ley
Orgánica (1971) la GNA se ubicó directamente bajo sus
órdenes.
Ambas fuerzas compartieron las
enseñanzas de instructores del Ejército francés en técnicas antisubversivas y
“Guerra Revolucionaria” adoptando una nueva teoría de defensa que, en pocas
palabras, planteaba que el enemigo ya no se encuentra del otro lado de las
fronteras sino que actúa en el seno mismo de la sociedad y, por lo tanto, se
camufla en ella. El método para combatir la subversión, perfeccionado por los
franceses en Argelia, era la desaparición forzada de personas. El coronel francés
Robert Bentresque (1) fue uno de los profesores que brindó cursos en sedes de
Gendarmería en los que enseñaba a sus alumnos como se organizaba y manejaban
las organizaciones revolucionarias.
Al mismo tiempo, GNA se entrenaba en
Panamá en la Escuela de las Américas dirigida por el ejército norteamericano.
El historiador Daniel Mazzei dice que “entre
1949 y 1996 pasaron por allí 219 miembros de fuerzas militares y de seguridad
argentinos que realizaron 236 cursos. La Mayoría eran personal del Ejército, aunque
también se incluye un alto número de gendarmes” (2). Los cursos eran
relativamente cortos, de tres meses y una de las áreas claves va a ser la de Inteligencia ,
tema al que le dedicaremos un análisis más pormenorizado en otra nota.
La escuela tenía como fin fortalecer la
influencia política del gobierno norteamericano (y sus fuerzas militares) en
países latinoamericanos, entre ellos Argentina (3). Uno de los alumnos más
sobresalientes fue Víctor Rei conocido gendarme apropiador responsable del área
de Inteligencia de Formosa, durante el gobierno peronista, y a nivel nacional a
partir del golpe. Rei fue nombrado miembro honorario del Ejército de Estados
Unidos.
En 1966 un decreto presidencial creó el
destacamento 20 en Jujuy con la excusa de combatir un foco guerrillero en Salta
que había sido desarticulado un año antes. Pero los gendarmes no se instalaron
en la zona de frontera sino dentro del predio del Ingenio Ledesma controlando a
los obreros zafreros que se organizaban por trabajo y salarios dignos.
Para 1976, Gendarmería ya tenía una
década de experiencia vigilando, asediando y amenazando a los trabajadores de la zona. Pero el pico de
la represión se dio ese año, particularmente entre el 20 y 27 julio cuando se
produce el “Apagón de Ledesma”.Durante esa semana en el barrio Libertador San
Martín los cortes de luz, realizados entre las 22hs y las 06hs, dejaban
liberada la zona para que grupos de tareas secuestren cerca de 400 personas. 35
de ellas, aún permanecen desaparecidas. La lista de los detenidos era preparada
por los directivos. En 1979 la empresa, el director de Gendarmería Nacional y
el General de División Antonio Bussi firmaron un convenio donde se explicitó lo
que se conocía desde el 66, que la GNA actuaba en el predio como un “ejército
privado” cuidando los intereses de los Blaquier y que éstos a cambio
colaboraban materialmente con la fuerza, por ejemplo, con alojamiento para los
agentes de seguridad, vehículos y combustible. Salvando las distancias
históricas uno no puede dejar de asociar esta situación a la que ocurre
actualmente en el Sur donde la Gendarmería cuenta con una base ubicada en el
casco de la estancia que el magnate italiano Luciano
Benetton tiene en Leleque, ydesde allí actúa como su ejército personal
reprimiendo y amenazando a la Lof Resistencia en Cushamen.
Otro ejemplo que muestra los intereses
defendidos por la fuerza ocurrió en las fábricas ceramistas de la zona norte
del Gran Buenos Aires, conocidas por la combatividad y lucha de sus trabajadores
sobre todo de las obreras. Allí la GNA directamente se hizo cargo de la
seccional del gremio y de la
fábrica Lozadur de Villa Adelina, designando como interventor
al Comandante de Gendarmería Máximo Milarck quién amenazaba directamente o a
través de sus secuaces a los trabajadores que resistían desde adentro. EnLa Batalla de los hornos, Bernardo Veksler
cuenta que un colaborador de la patronal le dijo al oído “Ayer
estuve en el sindicato y me vino a hablar el interventor. Me preguntó por vos,
y si estabas agrandado por tu reincorporación. Me dijo que te diga que esta vez
la sacaste barata, que te cuides, porque ya te tiene marcado”. Tiempo
después, frente a un reclamo salarial en 1977 Milarck volvía a amenazar: “si no
deponían su actitud de trabajar a jornal y hacer la producción, algunos iban a
tener que lamentarlo”. Trece ceramistas fueron secuestrados y desaparecidos
desde el inicio de la dictadura (4), sin embargo Milarck completamente impune
en 2012.
¿Por
qué todos los gobiernos “limpiaron” su imagen?
Por un lado la respuesta hay que
encontrarla en el ocultamiento de los archivos que poseen las Fuerzas Armadas y
de Seguridad, y que permanecen aún bajo siete llaves. Ningún gobierno se
comprometió seriamente a abrirlos y utilizarlos en pos de conocer la verdad. Con esos
documentos se podría obtener información detallada del accionar represivo y de
las víctimas que permanecen desaparecidas. Hoy los gendarmes sentenciados y
encarcelados apenas pueden
contarse con los dedos de la mano.
Por otro lado, todo Estado necesita una
institución que posea el uso de la fuerza y de la violencia (según ellos
legítima) para sostener la gobernabilidad del régimen y Argentina no podía ser la excepción. La Gendarmería ,
con las Fuerzas Armadas completamente desprestigiadas, fue la fuerza elegida
para cumplir el rol represivo del Estado, sobre todoa partir de los
años 90 cuando empezaron a dejar muertos en los piquetes reprimidos en las
rutas. Así se convirtió en la “guardiana del orden interno” y
cada gobierno buscó darle su marca personal. Por ejemplo el menemismo la usó
para demostrar eficiencia en causas policiales muy polémicas como el caso de la
AMIA o el asesinato de Cabezas; el kirchnerismo la puso a “combatir el delito”
en barrios humildes pero terminó provocando un aumento de los casos de
gatillo fácily el macrismo que ahora la maquilla como la fuerza
que combate el narcotráfico con Patricia Bullrich a la cabeza. Pero más allá
del disfraz de turno la GNA es una fuerza represiva que se ha caracterizado por
el odio hacia quienes luchan por la defensa de sus derechos, sobre todo cuando
estos osan cuestionar la propiedad privada de unos pocos.
Notas(..)
https://www.laizquierdadiario.com/Memoria-el-rol-de-la-Gendarmeria-Nacional-en-dictadura
No hay comentarios:
Publicar un comentario