Norberto Señor sobre la reforma laboral:
“es una invitación absoluta a
violentar derechos
muy elementales”
13 de noviembre de 2017
En el Enredando las Mañanas de este miércoles
analizamos la Reforma
Laboral que amenaza a la clase trabajadora en diálogo con
Norberto Señor, de ATE Sur y de la Corriente Político
Sindical Rompiendo Cadenas.
Por RNMA
ENM: Norberto, ¿nos podrías comentar cómo
viene esto de la
Reforma Laboral ?
NS: Por un lado, creo que somos conscientes, ustedes los son
por eso le han dado tanta importancia a este tema, pero lo son miles y miles de
laburantes, muchos sectores populares comprometidos con los intereses de los de
abajo preocupados que intentamos discutir esta cuestión sabiendo que estamos en
un momento muy complejo, muy adverso, porque el gobierno, a partir de los
resultados electorales, ha sacado la conclusión de que es su momento más
oportuno para intentar generar una hegemonía perdurable, no solo en el campo de
las ideas de importante sectores del pueblo, sino también de producir
transformaciones profundas en el seno del Estado, de la legislación, del
accionar político y demás que le permita evidentemente producirnos un retroceso
de tal magnitud, al conjunto del pueblo y de los trabajadores/as en particular,
del que después sea mucho más difícil reponer.
Hay que ver a esta reforma laboral como un pilar central,
pero que lejos esta está de ser el único cambio que se proponen, ellos mismos
han hablado de cambios en el orden impositivo, que son una extensión
generalizada y masiva de privilegios al gran capital financiero, al capital
internacional, trasnacional y al gran capital local exclusivamente. Han hablado
ellos de ese comité de expertos que debe analizar los cambios en el régimen
previsional, que no es otra cosa que volver a poner en rediscusión que bien
hubiera sido que jamás se hayan re estatizado las AFJP, aunque por ahora no
tengan margen para decirlo y, en el mismo sentido de la mercantilización de la
entrega absoluta a esos intereses corporativos trasnacionales que son la ínfima
minoría que pretende gobernar, no solo nuestro país si no el planeta, controlar
toda la economía mundial, todos los recursos, la reformas educativas, en la
salud.
Se trata de un plan integral de los sectores más
concentrados del capital y el imperialismo y, para eso, como todo sabemos, se
trata de seducir, acercando a los trabajadores/as a lo más posible a la
esclavitud, para que les resulte tan económico explotarnos, que en definitiva
vengan acá y se interesen en hacerlo. Esto, más allá de que pueda ocurrir en
alguna medida o no, porque claramente los intereses de esos grandes jugadores
con el sudor y la sangre ajena, no se define meramente porque un gobierno
brinde mayores facilidades, si no que hay un montón de hechos de la geopolítica
internacional y la economía que son las que motivan
a esas decisiones.
El gobierno va en esa dirección y, evidentemente, si antes
de las elecciones, con un clima social donde hay que reconocer una gran
capacidad del activismo de los sectores populares de haber respondido en las
calles y generar un ambiente también de rechazo en una buena parte de la clase
trabajadora, aunque habían obligado a la burocracia sindical no solo a haber
tenido que hacer un paro después de aquel episodio de marzo, sino una nueva
movida en Plaza de Mayo después de las PASO. Con los carpetazos como gran
amenaza -entendiendo que al 90% de los grandes dirigentes sindicales, de los
grandes aparatos, de los grandes gremios, la mancha más chica de corrupción le
cubre todo el cuerpo-, evidentemente apuntaban a esas negociaciones sectoriales
en aquel momento, pero después del resultado electoral apuntan más bien a
encontrar en un peronismo en crisis en una liga de gobernadores y de
intendentes que, también, no solo tiene manchas de corrupción sino prácticas
políticas que todos le conocemos -punteriles, ventajeras, de negocio de todo
tipo-, que a cambio de recursos para continuar con su carrera política, en
medio del cimbronazo que sufre la falta de liderazgo del peronismo -la crisis
más profunda que algunos señalan de una estructura política como esa, que
expresaba una burguesía nacional que ya no tiene ningún peso, ninguna capacidad
política de intervención-, estarán dispuestos a conseguir brazos de
legisladores, como durante los dos primeros años lo hizo sistemáticamente el
Frente Renovador y algunos otros sectores del Frente para la Victoria que avalen este tipo de trasformaciones.
Aunque sí hay una gran diferencia -por eso el macrismo
pisa el acelerador a fondo- con los años 90, donde estaba mucho más
generalizada en la clase trabajadora la aceptación de los versos de Neustar y
Grondona de que no daba para más el Estado, que había que hacer las
privatizaciones, que había que entrar al primer mundo y además se hacía nada
más y nada menos que desde la estructura del peronismo, que sin duda es una
identidad que ha perdurado durante décadas y que aún perdura con fuerza y desde
allí pretenden algunos incluso seguir intentando alternativitas a futuro en la
vida política nacional. La gran diferencia, es que en esta semana o meses de
anuncio de reformas laborales creo que es incontable la cantidad de eventos, de
encuentros, de charlas, de debatess de reuniones que se han hecho a lo largo y
ancho del país por distintas organizaciones políticas sindicales, agrupaciones,
denunciando el carácter esclavista de la reforma brasilera, de la que pretende
hacer Macri aquí y demás, hay un activo que se ha acumulado pre y pos 2001 que
no se puede soslayar y, en todo caso, la clave está en buscar una ligazón más
profunda entre ese activismo y una parte muy importante de la masa trabajadora
que, por el momento, la mira un poco más desde lejos esperando o saliendo con
fuerza cuando les toca de lleno los despidos, las suspensiones y demás. Y no le
queda otro camino que resistir, ahí está un poco la complejidad del momento
actual.
ENM: Respecto de eso, observamos una CGT
íntegramente dócil y complotada con esta reforma laboral…
NS: La capacidad de convocatoria no puede discutirse, es
irremplazable y muestra también que cuando han existido esas convocatorias una
parte muy numerosas de trabajadores ha acudido a esos llamados, por más de que
se haga desde la CGT.
El paro general arrancado desde abajo ha sido muy fuerte,
más allá de las maniobras mediáticas, también lo fueron las grandes
movilizaciones convocadas en su momento, aunque al mismo tiempo ninguna de
ellas ha sido un terreno fácil para esa burocracia, porque no precisamente de
la mano de quienes pudimos tener la intenciones de organizar con mayor empuje
al cuestionamiento de estas direcciones sindicales, si no en gran medida de
manera espontánea ligada a los problemas sufridos en los lugares de trabajo,
incluso brotando desde centenares o miles de delegados de base que en sus
sindicatos no han roto con la burocracia. Sin embargo, desde allí surgía el
clamor del paro, la bronca contra las medidas del gobierno o la desconfianza en
esos propios dirigentes con los que no se ha roto.
Es un terreno de disputa el de la calle, y la CGT creo que
se encuentra en esa incomodidad y, ante la amenaza cierta de terminar como el
Pata Medina o como Boudou, porque la exhibición grosera que hace este gobierno
de todos esos elementos que no son defendibles por millones de personas,
obviamente no apuntan a acabar con la corrupción ni muchos menos en el
sindicalismo ni en la política, si no que apuntan a generar antecedentes, para
que lo que hacen hoy con los pibes más humildes de las barriadas lo puedan
hacer con la dirigencia sindical que lucha. Entonces, si hay oposición obrera
en las calles y en las fábricas total o parcial a esas reformas, enseguida le
sacarán los casos de corrupción a los burócratas, y a los que no lo somos nos
sacarán a la luz para intentar encarcelarnos con los cortes, las tomas y otros
tipos de acciones, con lo que el encarcelamiento de Milagro Salas y esta
condena a Delias son señeras, porque saben que son controvertidas las defensas
de estas personas y que en mucho sectores de la población incluso se aplauden,
a veces hasta desde sectores del campo popular como hemos escuchado al
respecto, muy desgraciadamente no comprendiendo que esto apunta a limitar
nuestros derechos.
Me fui un poco al tema represivo, porque es imposible
pensar reformas de esta envergadura y en especial la laboral sin la preparación
de una batería de ilegalidades, de las violaciones de las normas más
elementales reconocidas por los organismos y las comisiones de derechos humanos
de organismos internacionales y demás, que es lo que tiene planificado este
gobierno. Ya lo viene haciendo desde Santiago Maldonado para atrás, la gravedad
de los hechos está plagada de las medidas de este gobierno y, en ese sentido,
se sabe que liquidarnos prácticamente el derecho vacaciones a miles, legitimar
que se puede tercerizar y no tener registrado o no cumplir derechos laborales,
así la empresa madre se lava las manos: esto es una invitación absoluta a
violentar derechos muy elementales, poder contratar por régimen, un horario
menor, hacer el contrato laboral estable por un régimen menor hasta dos
terceras partes del horario completo de trabajo y solo pagar el sueldo de la
jornada completa el mes que a la empresa la convino hacer e, incluso, que si
tuviera que hacer más horas recién después de las diez podrían computarse horas
extras sino tiene que volcarlas en un banco de horas con las que las va a
compensar en forma absolutamente gratuita para el empleador, realmente habla de
la perversidad.
Quienes más van a utilizar esto son precisamente los que
tienen en los paraísos fiscales los cuatrocientos mil millones de dólares que
se llevaron de la Argentina, por ejemplo, u otras empresas multinacionales cuya
facturación anual es mayor que el PBI de 90% de los países de cada uno del
90 % de los países del mundo. Qué necesidad puede tener la familia Macri o los
dueños de las empresas cuyos gerentes están hoy en el gobierno de no pagar una
vacación, de no pagar una hora extra, cuando de cada 100 días del año, 80 días
andan gastándose en un jornada 10, 20, o 50 sueldos de cualquier trabajador: en
joda, en viajes, en lujos, en cuestiones absolutamente innecesarias. Realmente
esto nos obliga a abrir un debate profundo a agitar en las distintas calles, a
seguir con las charlas, con las acciones y no va a alcanzar con plantearnos
movilizaciones, si no vamos al hueso de llegar a cada rincón de nuestro país, a
cada lugar de trabajo, sin señalar esta aberración que nos quieren plantear ya
la hemos vivido, ya la hemos sufrido y también ya la hemos derrotado, porque no
hay que olvidarse de eso, y aunque traten de volver ahora, por ejemplo, con los
recortes jubilatorios con esta modificación de los parámetros para establecer
los aumentos y hacerlos correr atrás de los índices que diga el INDEC de la
inflación, no es muy distinto de aquel 13% de descuento de De La Rúa y Patricia
Bullrich, que fue parte de una cadena de hechos que derivaron en que con esa
misma represión a la que quiere apelar Macri, nos dejaran un tendal de muertos
desde que asumió De La Rúa y hasta que se fue y alrededor de 40 en sus últimos
dos días, pero se tuvo que ir en helicóptero y por bastante tiempo fracasa ese
otro intento de represivo y disciplinador de Duhalde y tuvieron que gobernar
haciendo otro tipo de concesiones a la clase trabajadora, al menos en sus
primeros años de los Kirchner.
De lo que se trata en estas circunstancias es de dar ese
debate, pero no un debate que entre el juego que quieren unos y otros, los que
gobiernan hoy y los que gobernaron ayer, que supuestamente nosotros tenemos que
resistir estos cambios para quedarnos con lo que estaba y lo que imperó en la
Argentina es algo que no había que cambiar -y la verdad que lo que imperó en la
Argentina hasta hoy incluyó más de un tercio de la fuerza laboral no registrada
en negro, incluyó que la propuesta de empleo estatal significara estos planes
sociales y cooperativas también de una altísima precarización, se precarizó la
salud y la educación enormemente, la jubilación en definitiva fue sustentada
con los aportes de los asalariados con mejores ingresos y no con aportes de los
grandes empresarios, ya que el Kirchernismo jamás regularizó las contribuciones
patronales que había reducido Cavallo-.
Me parece que es un momento de discutir no solamente por
la defensiva el rechazo a la reforma, que hay que hacerlo, no solamente de
generar la movilización necesaria, los paros y piquetes, que hay que hacerlos,
sino abrir un debate programático profundo y poner en tela de juicio qué
educación necesitamos, qué salud necesitamos, qué régimen jubilatorio, qué
relaciones laborales necesitamos y eso no se va a resolver con grandes
llamamientos de acciones solamente, sino, repito, ir a cada lugar de laburo, a
cada rincón del país a debatir esa necesidad. Creo que por ahí está el punto
débil por un lado del gobierno, por otro lado de la oposición que gobernó hasta
aquí y que también es responsable en gran medida de este triunfo electoral del
gobierno, porque es evidente que tiene un techo su prestigio y la imposibilidad
de encarnar una salida distinta frente a la que plantea el gobierno de Macri.
En manos de los más conscientes y activos de la clase
trabajadora, hay una gran tarea por delante: denunciar a quienes benefician
estas reformas, qué significan en concreto punto por punto, generar encuentro
y, sobro todo, discutir otro modelo de país y de sociedad, que obviamente
requiera transformaciones propuestas, requiere cambios, por supuesto, pero
diametralmente opuestos a los que estos dueños del poder real desde siempre en
nuestro país nos quieren imponer.
Fuente: http://www.anred.org/spip.php?article15434
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