Declaración Final Encuentro
Continental por la Democracia y Contra el Neoliberalismo
1.
Los movimientos,
organizaciones sociales y diversas expresiones del campo popular de las
Américas,herederos y protagonistas de las luchas contra el imperialismo y los
regímenes militares en América Latina y El Caribe, que nos levantamos contra la
agenda neocolonial de libre comercio, privatización, saqueo y pobreza
representada en el derrotado proyecto del ALCA, reafirmamos los principios de
solidaridad e internacionalismo que nos unen, así como el compromiso de seguir
luchando por una transformación sistémica contra el capitalismo, el
patriarcado, el colonialismo y el racismo.
2.
Reunidos en el
Encuentro Continental por la Democracia y Contra el Neoliberalismo, realizado
en Montevideo, Uruguay, entre los días 16 al 18 de noviembre, luego del intenso
intercambio de experiencias y luchas, ratificamos la agenda
unitaria y de articulación de fuerzas sociales y políticas que acordamos en el
Encuentro de La Habana, en noviembre de 2015.Reafirmamos la necesidad de re
articular las diversas alternativas e iniciativas
populares para enfrentar el modelo de dominación capitalista
neoliberal.
3.
El avance del Capital
sobre los pueblos y sus territorios nos muestra que capitalismo, racismo y
patriarcado forman un modelo entrelazado de múltiples dominaciones. La nueva
ofensiva de fuerzas neoliberales profundiza los mismos mecanismos de
acaparamiento de territorios, saqueo de los bienes comunes, explotación del
trabajo y control de los cuerpos. Las tasas de ganancia son garantizadas por
ajustes que se sostienen sobre más trabajo sin derechos y sobrecarga de trabajo
no pagado de las mujeres, que garantizan que la vida se sostenga en el marco de
la precarización acelerada de sus condiciones de vida. Las Empresas
Transnacionales (ETN), y las elites nacionales asociadas, son las mayores
beneficiarias del modelo de globalización neoliberal. La arquitectura de esta
dominación se expresa en los tratados de libre comercio y de inversión de nueva
y vieja generación cuyo garante es, entre otros, la Organización Mundial
de Comercio (OMC).
4.
A su vez, el sistema
de endeudamiento perpetuo es un mecanismo de dominación, de condicionamiento
del modelo productivo y de expropiación de los recursos públicos y bienes
colectivos, al mismo tiempo que profundizan el lucro de las elites locales,
cada vez más corruptas y dependientes del sistema financiero internacional.
5.
Esa misma alianza es
la que agudiza la disputa entre el proceso de acumulación permanente del
capital y los procesos de sostenibilidad de la vida, generando
una explosión de conflictos socio-ambientales en la región, facilitando el
acaparamiento de tierras y el desplazamiento de grandes masas de campesinas y
campesinos y pueblos originarios, creando una crisis migratoria, ambiental y
alimentaria. Al profundizar los procesos de financierización de la economía y
de la naturaleza, se 2están destruyendo las bases nacionales y las competencias
soberanas de los estados para desarrollar políticas públicas ambientales y
laborales en favor de los pueblos.
6.
Las instituciones de
la democracia formal y el ejercicio de los derechos humanos se han convertido
en un obstáculo para esa dinámica del capital. Eso explica la reducción de los
espacios de la democracia, el desconocimiento de la voluntad popular, la
criminalización y judicialización de la política, cuyo expresión culminante,
entre otros, ha sido el golpe parlamentario, jurídico y mediático contra la presidenta Dilma Rousseff
y la pretensión de impedir la candidatura del expresidente Lula da Silva en
Brasil.
7.
El proceso de
monopolización, concentración y control de la información y la tecnología por
parte de corporaciones mediáticas, con ramificaciones hacia otras ramas de la
economía, es un atentado a las bases de la democracia. Ya que
en un mundo globalizado quien controle y distribuya la información tiene poder
incluso por sobre los poderes políticos y la soberanía popular.
8.
La derecha continental
pretende avanzar en la precarización de las relaciones laborales y la
eliminación de la negociación colectiva, la desregulación de las contenidas en
las reformas brasileñas y argentinas, así como la ofensiva de la patronal
uruguaya contra la negociación colectiva en la OIT, son claros ejemplos de esa
estrategia.
9.
Este nuevo avance
conservador y reaccionario refuerza discursos de odio y misoginia concretizados
en prácticas racistas y discriminatorias contra afrodescendientes, pueblos
originarios, migrantes y la población joven de los sectores populares. El
control sobre los cuerpos y la sexualidad se impone con feminicidios,
criminalización del aborto, violencia contra las mujeres y la población LGBTI. Las
políticas xenofóbicas, racistas y de criminalización de los migrantes que se
han instalado en el discurso político en EE.UU y la Unión Europea , son
peligrosamente imitadas por la derecha fascista de América Latina y el
Caribe.
10.
A esto hay que sumarle
el ataque a los derechos humanos, la criminalización de los movimientos
populares, el asesinato y la desaparición de líderes y lideresas sociales. La
impunidad del terrorismo de estado de ayer se convierte en base fundante de la
impunidad de hoy del gran capital.
11.
Como parte de esa
avanzada, el gobierno de los EE.UU. pretende reforzar su influencia imperial en
la región y despliega una política de intervencionismo abierto que, utilizando
todos los dispositivos diplomáticos, culturales, económicos y militares, ataca
la soberanía de los países de la
región. La estrategia de militarización a través de la
ampliación de bases militares y la presencia de tropas con ejercicios
“humanitarios” ocultan la pretensión de control territorial sobre los bienes
comunes estratégicos de la
región. La permanencia de fuerzas de seguridad extranjeras en
Haití, como parte de la nueva misión de la ONU, Misión de Naciones Unidas para
la Justicia de Haití (MINUJUSTH), continua la ocupación de ese pueblo y
responde a esta misma lógica.
12.
Esta estrategia
imperial se condensa en la guerra multidimensional contra Venezuela, que tiene
momentos de violencia paramilitar, de bloqueo económico, asfixia financiera,
sanciones internacionales, criminalización mediática y aislamiento diplomático.
13.
El grave
incumplimiento de los acuerdos de La Habana que pone en serio peligro al
proceso de Paz en Colombia y profundiza la violencia en la ocupación de
territorios por parte de fuerzas paramilitares, con el recrudecimiento de los
asesinatos cada vez de líderes sociales populares. A su vez se ve estancado el
proceso de dialogo con el ELN por parte del gobierno, que desconoce al mismo
tiempo la participación de los sectores agrarios, campesinos y afros en dicho
proceso.
14.
Por otro lado, el imperialismo continua el
ataque a los procesos que mantienen gobiernos progresistas y de orientación
popular, recrudece el criminal bloqueo contra Cuba y hace retroceder el proceso
de normalización de las relaciones entre EEUU y la isla; toma medidas contra el
gobierno de Nicaragua; impulsa el sabotaje a la gestión del gobierno de El
Salvador; y asedia al gobierno de Bolivia.
15.
También se ve
amenazada la nueva institucionalidad regional impulsada los últimos años, como
UNASUR y CELAC, que aun con déficits en sus contenidos y participación,
constituyen esfuerzos importantes hacia una integración no subordinada a la
política de EE.UU., hacia la
región. Así mismo denunciamos los retrocesos que afectan el
proceso de Mercosur y lo reorienta a la agenda del neoliberalismo.
16.
Reivindicando las
importantes conquistas sociales y políticas obtenidas por los gobiernos
populares en los últimos años, reconocemos limitaciones que enfrentamos en
estos procesos, especialmente la falta de reconocimiento de la importancia de
la movilización social organizada para avanzar en esa transformación y superar
la lógica depredadora del sistema capitalista.
17.
Desde Montevideo y
bajo el influjo enriquecedor de haber compartido las diferentes experiencias de
lucha y resistencia y creatividad, de comunidades, colectivos y organizaciones
que construyen formas diversas de enfrentamiento al poder del capital y de
alternativas solidarias desde y para los pueblos, ratificamos nuestra apuesta a
la Jornada
Continental por la Democracia y Contra el Neoliberalismo,
como proceso amplio, diverso, plural y unitario y espacio de articulación de
las resistencias y alternativas de nuestros pueblos.
18.
Es fundamental
reforzar la acción política de movilización, organización y lucha desde las
fuerzas populares para construir las democracias verdaderas e impulsar un
proyecto político de unidad de transformación de carácter popular en América
Latina y el Caribe. No puede haber democracia sin participación, sin
distribución de la riqueza, sin acceso a la información y la justicia.
19.
Continuaremos luchando
por la integración de nuestros pueblos y naciones reivindicando nuestra
diversidad cultural, social, política y económica, colocando en el centro los
derechos de los pueblos.
20.
Enfrentaremos la
ofensiva reaccionaria, afirmando la libre circulación de las personas y el
reconocimiento de la ciudadanía universal.
21.
Asumiremos la defensa
innegociable de la autonomía y libertad de las mujeres, la lucha para poner fin
al feminicidio y todas las violencias machistas, también afirmamos el derecho
al aborto legal, público y seguro.
22.
Enfrentaremos a las
empresas transnacionales y sus estrategias de captura y sometimiento de las
instituciones democráticas, promoviendo acciones concretas para reducir el
espacio que tienen para evadir y eludir sus responsabilidades.
23.
Nos movilizaremos para
que se establezcan instrumentos nacionales e internacionales que impidan que
los derechos de las empresas tengan primacía sobre los derechos humanos y de
los pueblos, participando del proceso para la adopción de un Tratado
Internacionalmente Vinculante sobre Empresas Trasnacionales y DDHH.
24.
Impulsaremos una
integración popular que respete la diversidad de nuestras culturas. Que se
construya desde la participación protagónica de nuestros pueblos. Que defienda
la paz y la autodeterminación en nuestros territorios, libre de bases militares
e intervencionismos, con complementariedad de las economías y relaciones de
solidaridad y cooperación.
25.
Continuaremos
reivindicando la reforma agraria integral y popular, como proceso que garantice
a los y las campesinas el acceso a la tierra, el agua y el territorio así como
la protección de la semilla criolla, y de los saberes ancestrales fomentando de
esta manera el desarrollo de la soberanía alimentaria y la agroecología para
alimentar a nuestros pueblos.
26.
Continuaremos
impulsando la articulación de nuestros medios
alternativos y populares bajo una estrategia de comunicación coordinada y
también sostendremos la lucha por la democratización de la comunicación en cada
uno de nuestros países como una forma de limitar el poder mediático en la región. Enfrentaremos
el poder de las transnacionales defendiendo la internet libre y las tecnologías
libres.
27.
Mantendremos nuestra
solidaridad con el pueblo de Venezuela y su derecho soberano a desarrollar su
proyecto social, político y económico sin agresiones, ni injerencias, con
garantía de la paz y el respeto de sus instituciones.
28.
Desde Montevideo,
convocamos a todos los actores sociales que no hacen parte de la Jornada y a
las fuerzas políticas del continente para construir de conjunto una estrategia
que nos permita fortalecer la movilización popular y las luchas en la región.
29.
Ese camino de unidad
es condición para trascender los marcos de la economía dominante y plantear
otras formas de organizar las relaciones sociales, productivas y reproductivas
que, asentadas en la igualdad, la solidaridad y la justicia social y ambiental,
construyan la soberanía alimentaria y energética de nuestros pueblos y la vida
digna en nuestros territorios.
En Tal
sentido nos convocamos a:
1. Movilizarnos
para repudiar la
Cumbre Ministerial de la OMC en Buenos Aires en diciembre de
2017.
Año 2018
Año 2018
2. Movilización
unitaria de todos los movimientos el 8 de marzo
3. Estar
presentes y colocar nuestra agenda contra el libre comercio y las
transnacionales en el Foro Mundial Alternativo del Agua (FAMA), Brasilia,
marzo.
4. Movilización
unitaria de todos los movimientos el 1ero. De mayo.
5. Movilizarnos
para denunciar la realización de la Cumbre de las Américas en Lima, en junio de
2018, como escenario en el que se pretende reinstalar la agenda de dominación
neocolonial e imperialista en el continente.
6. Organizar
nuestra acción unitaria alrededor de la Cumbre del G20 en Argentina, segundo
semestre de 2018.
7. Finalmente
llamamos a todos los pueblos del continente a movilizarnos de manera unitaria,
combativa y solidaria en todos nuestros países la semana del 19 al 25 de
noviembre, reivindicando la agenda acordada en el Encuentro de Montevideo, como
expresión de la acción de nuestros pueblos en Defensa de la Democracia y Contra
el Neoliberalismo.
Encuentro
Continental por la Democracia y Contra el Neoliberalismo,
18 de
noviembre de 2017, Montevideo, Uruguay
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