México: La UNAM, los transgénicos y
las
políticas del Estado
29 de noviembre de 2017
Por Julio Muñoz Rubio
"La necesidad de un debate serio y
transparente sobre el problema es más imperiosa que nunca, y en lo que hace a
la UNAM es más que urgente el impulso a la creación de foros en los que este
problema se ventila".
Una de las características más negativas de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM) es la monopolización que las
autoridades han hecho tradicionalmente del uso de los espacios, físicos o
mediáticos. Un ejemplo paradigmático de esto es la Gaceta
UNAM. A lo largo de sus páginas es casi imposible
encontrar alguna publicación que contradiga a la línea oficial de la rectoría
en curso. La comunidad universitaria no tiene acceso a publicar libremente ahí.
No es un espacio democrático de expresión de la pluralidad de ideas que se
expresan en la casa máxima de estudios.
De manera que cuando aparece publicada en un
lugar prominente de esa Gaceta,
el 16 de noviembre pasado, la noticia de la presentación del libro Transgénicos, grandes beneficios,
ausencia de daños y mitos,del doctor Francisco Bolívar Zapata, en un evento
presidido ni mas ni menos que por el propio rector Enrique Graue Wiechers, un
gesto de profunda preocupación se genera.
¿Por qué?
En primer lugar porque significa una explícita
toma de posición de la propia rectoría de la UNAM en favor de una de las partes
en pugna en relación con un problema enormemente debatido en la Universidad, en
el país y en el mundo: el de la fabricación y comercialización de organismos
genéticamente modificados para la alimentación. Me refiero a la parte que defiende,
contra toda evidencia científica acumulada a lo largo de 20 años, la inocuidad
de los alimentos transgénicos y la defiende con un discurso que no se ha
modificado un ápice en todo ese lapso.
En segundo lugar porque no es la primera vez
que instancias del mundo intelectual mexicano dan el aval a la producción de
alimentos transgénicos sin escuchar la voz de quienes nos oponemos a ellos. La Academia Mexicana
de Ciencias (AMC) publicó, en 2011, en formato electrónico, el libro Por un uso Responsable de los
Organismos Genéticamente Modificados,coordinado por el doctor Bolívar
(texto que por una parte deja mucho que desear en cuanto a su nivel académico)
y con el cual la AMC hizo en esa ocasión lo mismo que ahora la UNAM al tomar
partido y cerrar las posibilidades a un debate abierto, rehusando dar
oportunidad igual a expresarse a todas las partes, tal y como debería de
realizarse entre académicos y científicos.
Todo esto nos confirma no sólo que existe una
política de Estado con respecto a los alimentos transgénicos y que ésta es
claramente favorable a la de las empresas que los fabrican, eso ya lo sabíamos
(No es banal recordar que el doctor Bolívar Zapata fue nombrado por el
presidente Peña Nieto como coordinador de Ciencia, Tecnología e Innovación a
partir del mes de abril de 2013). Lo que todo esto nos confirma y que es
extremadamente grave es que a partir de ahora la UNAM se suma a esa política,
la hace suya.
En tercer lugar, el aval de la rectoría a la
publicación del doctor Bolívar implica abrir la puerta a la intromisión de las
compañías trasnacionales biotecnológicas: Bayer-Monsanto, Syngenta, Du Pont,
etcétera, en la vida de la UNAM, siendo ellas las que, en su calidad de poderes
fácticos, estarán decidiendo las orientaciones y prioridades en la
investigación sobre alimentación en nuestro país. Este es un claro ejemplo de
privatización de la investigación científica en las instituciones públicas de
educación superior y es una muestra clara de pérdida de la autonomía de la
UNAM, de una tendencia a uniformizar el conocimiento y su divulgación y de
supresión de las diferencias y del espíritu crítico.
Todo lo anterior hace que se enciendan las
alarmas y luces rojas en lo que a la política nacional y universitaria se
refiere en relación con los alimentos transgénicos. La necesidad de un debate
serio y transparente sobre el problema es más imperiosa que nunca, y en lo que
hace a la UNAM es más que urgente el impulso a la creación de foros en los que
este problema se ventila. En todo caso la máxima casa de estudios, empezando
por sus autoridades, tiene que garantizar la igualdad en oportunidades para
expresar todos los puntos de vista en vez de discriminar a los opositores al
uso de transgénicos.
Por mi parte, en mi calidad de académico de la
UNAM organizaré un evento de esta naturaleza en meses próximos, de cara a la
comunidad universitaria y la
nación. Aún no hay fecha precisa pero lo haré. Desde estas
páginas me permito extender una cordial invitación a participar en el mismo, a
mis colegas académicos, los doctores Bolívar Zapata y Graue Wiechers.
Fuente: http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Documentos/Mexico_La_UNAM _los_transgenicos_y_las_politicas_del_Estado
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