sábado, 11 de noviembre de 2017

IV. Comprobemos porqué el capitalismo no es el sistema propiciador de la libertad y los derechos humanos.

Mercosur-UE
Apuran en secreto un acuerdo que
ahondaría desequilibrios y pérdida de empleos
11 de noviembre de 2017

Por Claudio della Croce (CLAE)

Mientras altos funcionarios del Mercosur y la Unión Europea han ratificado en los últimos días la firme voluntad política de alcanzar un acuerdo antes de fin de año, crecen las dudas y las demandas para trasparentar lo que se negocia en las reuniones, que hasta ahora se han mantenido en el más estricto secretismo.
En Argentina el Secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Horacio Reyser, afirmó en el Congreso de su país que se trata de una “inserción inteligente”, pero según los diputados presentes el el hecho que se mantienen en completa reserva los criterios y posiciones que se presentarán por parte del Mercosur ante la nueva ronda negociación.
Algunos legisladores argentinos suponen que no se llegaría a un entendimiento por el hecho que los europeos no ampliarían su oferta en relación a los temas críticos de la carne y los bicombustibles, pero no habría que descartar que los gobiernos del Mercosur terminaran aceptando las restricciones europeas a cambio de promesas de cooperación y/o futuras apertura.
Los presidentes de Argentina y Brasil, Mauricio Macri y Michel Temer, con el aval silencioso de Paraguay y Uruguay, están decididos a mostrar su voluntad de “abrirse al mundo” aceptando las exigencias europeas de no hacer mayores concesiones a la demandas de apertura de sus mercados agrícolas (sus oferta de apertura para las carnes y biocombustibles es aun menor que en propuestas anteriores).
En el marco del clima político anti-TLCs existente en los países europeos cooptado por el avance de una derecha regresiva el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, desea demostrar a su opinión pública que gracias a la actitud aperturista de los gobiernos neoliberales del Mercosur, Europa solo obtendrá beneficios del acuerdo no solo por ganar mayores mercados para los productos europeos ante el ahorro de más de 4,400 millones de euros (5.200 millones de dólares) que representaría tres veces más que las reducciones logradas en recientes negociaciones con Canadá y Japón.
Asimismo, garantizaría a los europeos, entre otros beneficios, mayores ingresos para sus empresas por la mayor apertura en áreas de servicios, incluyendo en particular el sector financiero, compras públicas, y la mayor extensión para la protección monopólicas de sus patentes medicinales.
El economista y docente de la Universidad de Buenos Aires Jorge Marchini señala que de avanzarse en la firma inmediata del acuerdo en las condiciones planteadas. aunque fuera en forma preliminar y estuviera pleno de expresiones de deseo de cooperación y complementariedad, y tal como ha ocurrido con otros páises con acuerdos europeos en la región, es de esperar que ahondará las asimetrías y el desequilbrio en las relaciones comerciales y económicos en general de la región con Europa ya en la actualidad crecientemente deficitarias tanto en comercio como en el movimiento de capitales.
A su vez, el eurodiputado Helmut Scholz, coordinador de la bancada de Izquierda Unitaria (GUE/NGL) para los asuntos de comercio internacional, señala que “una apertura precipitada a una economía como la europea puede tener consecuencias dramáticas en el Mercosur para el empleo, en particular el industrial, la seguridad alimentaria, enfocando el uso de la tierra hacia los productos de exportación como el etanol”.
Y también, agrega, “para la estabilidad financiera de la región, dado que la liberalización financiera limita fuertemente el espacio político de los gobiernos para reaccionar ante cualquier futura crisis financiera, que desafortunadamente no tardará, considerando que los gobiernos no han reaccionado con decisión después de la crisis del 2008″.

La desinformación y el secretismo
La desinformación sobre el tema ha logrado que reine cierta confusión, desconocimiento y/o una pérdida de foco de atención sobre el acuerdo y sus consecuencias en los sectores progresistas .
Los europeos han sido muy inteligentes en presentar este acuerdo como distinto a ALCA, aunque sus condiciones y exigencias serían aun mucho más severas. También contribuye a la desconcierto por esta negociación históricamente regresiva, el hecho que la mayor parte de las organizaciones y movimientos anti-globalizadores (muchos de ellos con apoyo de fondos públicos europeos o de partidos políticos que apoyan el acuerdo) concentran en la actualidad su atención solo en la próxima Conferencia Ministerial de la OMC en Buenos Aires a principios de diciembre.
Lo paradójico es que mientras se pone toda la atención en la muy paralizada Ronda de la OMC, en una reunión en la cual no se esperan novedades , tal vez el mismo marco sirva para “sacar de la galera” el anuncio del acuerdo Mercosur- Unión Europea con un abrazo de los presidentes del Mercosur con Juncker. Si asi ocurre, podría quedar hacia la historia como una muestra más de las dificultades existentes para los sectores de izquierda y progresistas para ubicarse en forma efectiva y no sólo declamativa en este período de tantos cambios y desconcierto.
Claudio della Croce. Economista y docente argentino, investigador asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE,www.estrategia.la)

CLAE
El eurodiputado Helmut Scholz, coordinador de la bancada de Izquierda Unitaria (GUE/NGL) para los asuntos de comercio internacional afirmó que la firma de un tratado de liberalización comercial entre el Mercosur y la Unión Europea servirá para ahondar desequilibrios. Scholz señaló que “una apertura precipitada a una economía como la europea puede tener consecuencias dramáticas en el Mercosur para el empleo, en particular el industrial, la seguridad alimentaria, enfocando el uso de la tierra hacia los productos de exportación como el etanol, y para la estabilidad financiera de la región, dado que la liberalización financiera limita fuertemente el espacio político de los gobiernos para reaccionar ante cualquier futura crisis financiera, que desafortunadamente no tardará, considerando que los gobiernos no han reaccionado con decisión después de la crisis del 2008″.
- ¿Cúal es su opinión sobre la alternativa que se concrete inmediatamente el acuerdo de liberalización Mercosur-Unión Europea?

– Veo con muy buenos ojos un estrechamiento y una intensificación de las relaciones económicas y de cooperación entre la Unión europea y Mercosur, pero tengo serias dudas sobre el hecho que deba ser en la forma de un tratado de libre comercio, y en particular con el contenido de un acuerdo de libre-comercio tan fuerte como el que propone la Unión europea a una región que constituye una región mucho más débil económicamente en particular industrialmente. Yo pensaba que los países de Mercosur estaban vacunados contra las formulas neoliberales después de lo que padecieron durante los años ’90, y no hay dudas de que la Comisión impone un modelo de acuerdo que va muy allá de la OMC y del ALCA, y que reproduce las mismas recetas neoliberales obsoletas, con un mandato de negociación que data del principio del milenario, que por lo tanto no contempla los nuevos imperativos sociales pero ante todo en materia de cambio climático.
- ¿Cuáles son las ventajas y desventajas que puede traer aparejado para nuestras economias y sociedades en general la mayor apertura?

– Ya se puede ver que las negociaciones serán buen negocio para los productores de etanol (ante todo brasileros), y para los productores de carne. En cuanto a las cuotas de carne el reparto entre países de Mercosur no parece haberse acordado. De antemano vemos que habrá una cuota importante de carne producida de manera intensiva en establos, con un alto costo en contaminación. No se ve claramente cuáles son los demás intereses ofensivos de Mercosur. En cambio la UE tiene muy claro que podría aumentar su control sobre el sector de servicios de Mercosur, avanzar con el comercio electrónico, que obvia las obligaciones sociales y fiscales, aumentar las exportaciones de maquinarias, carros y demás productos industriales, y los productos agrícolas transformados.

El sector de producción de carne europeo puede padecer considerando la gran capacidad de los países de Mercosur, y en particular los productores irlandeses quienes además están afectados por la pérdida de mercado que van a tener en Inglaterra con el Brexit. La apertura de los mercados públicos a niveles diversos, nacionales y locales, puede poner en peligro las pequeñas y medianas empresas que viven en gran parte de los mercados públicos. Y las reglas pueden también impedir la recuperación y la extensión de los servicios públicos que son esenciales considerando los niveles de pobreza existentes en la región.
- ¿Qué efectos puede tener un acuerdo amplio con Europa sobre la integración y complementación regional latinoamericana?
– Soy partidario de una intensificación de la cooperación y del comercio de la UE con Argentina, en ciertas áreas donde haya igualdad de oportunidades, pero también sé que lo más importante es el refuerzo de los mercados nacionales y regionales. Esto ha sido una gran fuerza de la UE, su capacidad de comerciar localmente, de consolidar su mercado interno. Por casi 70% de su comercio, la UE comercia con la UE, aunque la Comisión está dando prioridad al comercio transoceánico, lo cual me parece una decisión errada.

Esto tal vez es la gran debilidad de Mercosur, el hecho que sus intercambios regionales, entre países de Mercosur, y entre países de América del Sur o América latina son muy bajos. Una apertura precipitada el Mercado de Mercosur a una economía como la Europea puede tener consecuencias dramáticas para el empleo, en particular sobre el empleo industrial, para la seguridad alimentaria, enfocando el uso de la tierra hacia los productos de exportación como el etanol, y para la estabilidad financiera de la región, dado que la liberalización financiera limita fuertemente el espacio político de los gobiernos para reaccionar ante cualquier futura crisis financiera, que desafortunadamente no tardara considerando que los gobiernos no han reaccionado con decisión después de la crisis del 2008.

La UE acaba de abandonar su proyecto de reformar el sector bancario para impedirles realizar operaciones altamente especulativas con los depósitos de sus clientes. Sobre este último punto, los equipos negociadores anteriores habían sido muy cautelosos, pero los equipos actuales parecen dispuestos a firmar con la UE como sea, movidos ante todo por razones políticas e ideológicas y no por preocupaciones económicas y sociales, y mucho menos medioambientales.

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