Manifiesto de CEAR
Euskadi en defensa de la vida
Capital vs vida,
corporaciones vs personas
9 de enero de 2017
9 de enero de 2017
CEAR Euskadi
Las y los líderes en resistencia (indígenas, ambientalistas, defensoras de derechos humanos…) sufren asesinatos, desaparición forzada, violencias ejemplarizantes para sembrar el miedo y desarticular las resistencias. No son estrategias residuales, sino sistémicas contra personas que “estorban” a la imposición de este modelo. Las comunidades se ven expuestas a formas de coacción que les obligan a entregar sus territorios. Más allá de estas violencias visibles e invisibles, la consecuencia última es la desaparición de modos de vida de quienes viven en conexión con el territorio, y su desplazamiento forzado.
En el centro de este sistema que desplaza y despoja, se encuentra la vida y cuerpo de las mujeres. El rol de sostenedoras de la vida, que ha conllevado la división sexual del trabajo, hace que sean ellas las que poseen una mayor relación con los bienes naturales, los cuales actualmente están desapareciendo o privatizándose a favor de las grandes corporaciones. A todo esto se suma el hecho de que en muchas ocasiones las mujeres no poseen la titularidad de las tierras, aunque sean ellas las que la cultiven y la cuiden; su trabajo mayoritariamente se enmarque en el ámbito de la llamada economía informal, en la que no cuentan con ningún tipo de reconocimiento hacia sus derechos laborales; y se les dificulte el acceso a los espacios de toma de decisiones, por lo que cuando se implementan megaproyectos, sus intereses no se tienen en cuenta y sus experiencias y conocimientos se invisibilizan. Todo ello conlleva aparejada la reproducción de diferentes tipos de violencias sobre sus cuerpos y vidas, las cuales forman parte de las estrategias persecutorias directamente relacionadas con el desplazamiento forzado.
Una parte muy significativa de las personas que llegan hoy a
Por todo ello:
- Urge superar la fantasía de
la naturaleza como ilimitada; reconocer la vulnerabilidad y la
eco-interdependencia de las personas; deslegitimar la acumulación de
bienes materiales; defender que la vida de todas las personas es igual de
relevante; reivindicar el reconocimiento de las diversidades de vidas y
personas como un bien comunitario. Urge avanzar hacia un nuevo paradigma
que ponga la economía y la organización social al servicio del cuidado de
la vida.
- Es necesario garantizar un
marco jurídico vinculante que vele por los derechos humanos frente a los
intereses del poder corporativo. Requerimos un marco legal, dotado de
organismos y mecanismos que impongan sanciones y obligaciones a las
empresas trasnacionales. En el contexto del estado español y el País
Vasco, en el marco de la coherencia de políticas públicas, reivindicamos
la elaboración de un mecanismo de fiscalización de la actividad que
realizan las empresas españolas y vascas en el extranjero. Debemos
garantizar que las empresas trasnacionales que tienen aquí su casa matriz
respeten el marco internacional de los derechos humanos y no reproduzcan
prácticas que generen directa o indirectamente desplazamiento forzado.
- Reivindicamos el
reconocimiento de las personas que sufren las consecuencias de la
degradación ambiental y una violación de sus derechos socioeconómicos como
personas refugiadas que merecen protección internacional. El Estado
español no puede seguir violando el principio de no devolución, expulsando
a personas a lugares donde su vida corre peligro, ni seguir incumpliendo
los convenios internacionales de derechos humanos.
- Denunciamos el consumismo,
como un sistema que intensifica las desigualdades sociales y económicas, y
acentúa el expolio de bienes naturales acelerando la degradación y
destrucción del planeta. Por lo cual, apelamos a la conciencia de la
ciudadanía vasca sobre el papel que como consumidoras tenemos en el
mantenimiento de este modelo y en la oportunidad de transformarlo.
- Llamamos a que la ciudadanía
siga movilizándose en contra de las políticas represivas que están dejando
a las personas migrantes y refugiadas morir en el tránsito, y mantenga el
pulso de reivindicar la acogida y la convivencia, demostrando una
conciencia crítica y una ética frente al inmovilismo político.
Fuente:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=221403
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