La guerra y la paz en
el siglo XXI
Por Pablo González
Casanova (Rebelión)
(..)Pero
baste con esos ejemplos para tener un desagradable e incómodo conocimiento de
cómo es hoy la guerra en sus manifestaciones militares y paramilitares, y
consideremos el hecho de que la guerra del siglo XXI está articulada al
proyecto de globalización neoliberal y unipolar, en el que habiendo ya perdido
sus promotores el añorado ideal de dominar los poderes, recursos y mercados del
mundo, en asociaciones subalternas con las potencias que dominan en los cinco
continentes, han perdido ya –quiera que no el “sueño americano”--, el dominio
unipolar del mundo, y están perdiendo el sueño globalizador neoliberal,
auspiciado por el complejo empresarial—militar—político y mediático que no pudo
ni ganar las últimas elecciones a la presidencia de “América”, mientras han
surgido y se han hecho sentir esos dos grandes bloques de países que se le
enfrentan cada vez más al “Sueño”, encabezados por otras dos grandes potencias
no menos ávidas de poder, riquezas y utilidades.
Así hoy puede afirmarse con suficientes elementos que el bloque
original encabezado por Estados Unidos, al que con encontrados intereses se
sumó una Unión Europea, en creciente y cada vez más patente desestructuración
sobre todo desde el BREXIT y la separación de Inglaterra, ya no tiene más alternativa
que encontrar un precario acuerdo de paz con los otros bloques o desatar una
guerra que sería sin duda la última de la especie humana.
Los nuevos bloques que se han formado en torno a Rusia y China y que
son 100% capitalistas, resultan tremendos e inevitables competidores en la
lucha por los recursos de la tierra, por los mercados de trabajo, por los
mercados de consumo, y por los puntos estratégicos necesarios para seguir con
el juego de amenazas militares que se combina con el de las amenazas
mercantiles.
Así, en la
imposibilidad de describir otros desastres humanos que está provocando esta
guerra global, y que nos convocan a otra política de paz también distinta, y
muy distinta, no podemos sino decir que hay muchos otros daños y sufrimientos
que ésta guerra integral provoca, como el mayor éxodo humano en la historia
universal, o como las millonarias hambrunas y pandemias genocidas naturales y
artificiales, derivadas de las acciones de un sistemático despojo de pueblos,
comunidades y naciones así como de la difusión de virus naturales y
artificiales que asolan sobre el mundo, y como el comercio a la vez legal y
criminal de los transgénicos y la destrucción de los recursos terrestres uno
por uno. Detenernos en ellos nos impediría analizar otra guerra más oscura que
se da junto con esta doble la guerra y que se está dando en el mundo entero,
que es la guerra financiera y económica del neoliberalismo globalizador.Cobrar conciencia de la misma, nos permite ver hasta qué punto la guerra y la paz del siglo XXI también por la inmensa fuerza de este otro tipo de guerra son distintas de las anteriores y nos plantean de una manera que no se presta a dudas, el reto de que luchar por la paz implica necesariamente –y téngase la ideología que se tenga-- luchar por otra organización de la vida y el trabajo.
El neoliberalismo viene de Friedrich August von Hayeck y de Milton Friedman, con éste como tutor de los Chicago Boys, y con ellos, el principal asesor del tirano Pinochet. Ambos economistas dieron por muerta la ley del valor de Ricardo y otros clásicos, y preconizaron la reducción al mínimo de los impuestos a los ricos y de los servicios a los pobres. Friedman, escribió un artículo puritano titulado: “El deber de los negociantes es hacer negocios”, y en él quiso confirmar que no tienen ningún otro deber. Esa era su moral. Su pensamiento –como el de Hayeck— fue recibido con clamoroso entusiasmo por corporaciones y multimillonarios, que de sus tesis derivaron las nuevas políticas de “adelgazamiento del Estado” y del “Mercado Libre”.
Las fórmulas matemáticas que emplearon y de cuyo rigor se enorgullecían, tenían efectos secundarios directos e indirectos, centrales y laterales, buscados y no buscados, que necesariamente llevaban al enriquecimiento colosal de los super-ricos y super-poderosos. Ambos teóricos de “los ricos y los poderosos” obtuvieron “resultados” monetaristas y matemáticos descosificados, pensando y afirmando que correspondían a los conocimientos científicos más avanzados, y que de aplicarlos bien se iba de seguro a implantar “el milenio americano” y de paso a resolver los problemas del mundo.
Los principales actores de la globalización neoliberal reforzaron
la unión estrecha de todos sus promotores y dispusieron que el “Complejo
empresarial-militar-político y mediático” fuera el núcleo simbiótico para la
toma de decisiones y la puesta en marcha del proyecto que “haría grande a
América” y la colocaría por encima de todos con un poder Mundial unipolar. Las
más variadas empresas e instituciones financieras, bancarias, políticas,
militares, mediáticas de los países que participaran activamente en él proyecto
serían los nodos de un entramado global, que abriría sus puertas al mercado
libre, y aprovecharía las “inversiones libres de impuestos” y “los préstamos de
intereses impagables”, para crear un inmenso entramado global con gobiernos que
harían de los tratados de libre comercio su “nueva y verdadera Constitución” tendiente a legitimar y
legalizar todo tipo de acumulaciones del gran capital, dejando por supuesto,
que a los gobiernos neoliberales y a los negocios organizados se agregara por
arriba el “poder en la sombra” de “los ricos entre los ricos”, y por abajo “el
acicate del crimen organizado” en el que muchos de sus vástagos de sangre,
egresados de Harvard y otras universidades ya eran de “la familia”, todo
mientras en el mundo de la luz trabajarían con la mayor eficiencia y eficacia
los empresarios, administradores, ingenieros y técnicos de élite, y los
gobernantes, diplomáticos y políticos carismáticos, defendidos por un excelente
comando militar del mayor ejército del mundo, y por servicios de seguridad
superiores a los muy afamados ingleses, todos ellos auxiliados por funcionarios
y empleados de alto nivel, y por las élites políticas del poder democrático y
neoliberal,
con sus enlaces en las distintas regiones y actividades de la nación y del
mundo, bajo el “poder en la sombra” y en la luz. Para la realización
eficiente y eficaz de sus objetivos muchos de sus ayudantes estarían altamente
capacitados para manejar las técnicas de comunicación, de información, de
mensajes y de organización, y otros estarían adiestrados en las luchas
electrónicas, en la realidad virtual, en la publicidad de la democracia al
estilo americano, aplicada como modelo global entre las variantes que se
requirieran, pero que en todo caso contribuyeran a que la gente pensara que la
solución a sus problemas es luchar por ese tipo de democracia y con ella y sus
“representaciones”.
El doble manejo tecno-científico del poder en la sombra y del
poder en la luz con el complejo empresarial-militar-político y mediático y sus
múltiples agencias, permitiría dominar tanto “la realidad” como “el teatro”,
tanto la verdad como la ilusión en sus rasgos clásicos y contemporáneos. Al
mando del proyecto institucional –abierto o “reservado” por razones de
seguridad— se encontraría desde luego el complejo
empresarial—militar-político—y—mediático.
El llamado
“Poder en la Sombra” no sólo se integraría por quienes efectivamente dominan, y
lo encabezan que son los grandes billonarios de antigua sepa y los de nuevo
ingreso en la especulación o la tecnología, sino se contrataría e invitaría a
asesores y expertos del más alto nivel, así como a los potenciales candidatos a
ocupar los más altos puestos públicos, del Presidente de la República para un
poco abajo.En la sombra de arriba a abajo, “el crimen organizado” se encargaría –con destacados banqueros —entre otras actividades— del “lavado de dinero” del comercio clandestino y de la administración de los “paraísos fiscales” que se ubicarían principalmente en Londres y Nueva York, pero también en Suiza, las Islas Bahamas, Panamá y varios países más. Sus contribuciones serían de la mayor importancia para el enlace de actividades que estarían a la luz de todos, y de otras que deberían permanecer en
En la sombra también, pero con los de más abajo —impresentables—, el “crimen organizado”, al estilo de las corporaciones extendería sus redes, y dispondría de los recursos necesarios para organizar guerras como la de “los luchadores por la libertad” en Yugoeslavia, o como “La Primavera árabe” en el Norte de África, en las que destacan las de Egipto y Libia. “El crimen organizado” también tendría como actividades permanentes –con o sin el auxilio de las fuerzas civiles y militares- el hacerse cargo de las guerras de los terroristas y del narcotráfico, así como de la expulsión de comunidades, pequeños y medianos campesinos y propietarios de los sitios, terrenos, territorios, bosques y fuentes de agua de cuyos suelos y subsuelos se adueñan las corporaciones en su política de “acumulación primitiva”, “desposesión”, o despojo que con los “tratados de libre comercio” se han legitimado, tolerado o auxiliado, tanto en el terreno legal como en el legal-y-criminal, en que se juntan a escondidas gobierno y crimen organizado.
A este respecto es necesario darse cuenta que las anteriores actividades de la guerra neoliberal globalizadora se complementan con otras dos de la mayor importancia; una, que podríamos llamar la guerra blanda, y otra, que es la tradicional de los golpes de estado y las intervenciones militares, que cuando es necesario los acompañan o suplantan. La guerra blanda hegemónica se da en un proceso histórico de desestructuración del Estado-Nación metropolitano o dependiente en lo que concierne a sus instituciones, organizaciones y empresas públicas, centralizadas, descentralizadas y autónomas. Las armas y municiones de la guerra blanda que se emplea cada vez con mayor frecuencia son fundamentalmente financieras, con variadas combinaciones de las políticas de colusión, cooptación y corrupción, y de las acciones legales e ilegales, así como de aquellas de que se encargan destacamentos del crimen organizado y hasta grupos de gobernantes y sicarios que implantan las reformas estructurales con todo tipo de violencias contra los bienes y personas de los pobres a despojar.
En los estados del Sur o de la periferia del mundo –como México- e incluso en algunos estados desarrollados, el proceso de des-estructuración del Estado tiende a seguir los siguientes pasos:
1º. Una reforma fiscal que disminuye la carga impositiva de los sectores de altos ingresos y que se complementa con `procedimientos varios para la exención o la evasión legal o ilegal de impuestos.
3º. Un tratado de libre comercio con distintos compromisos que tienden a favorecer a las corporaciones frente a los medianos y pequeños productores nacionales.
4º La desaparición del Banco Central y la pérdida de control de la política monetaria y crediticia que deja de estimular a los empresarios nacionales, y de controlar entre otros el valor de las divisas, nuevo objeto de saqueo por las corporaciones que devalúan la moneda a la hora de las compras y la revalúan a la hora de los pagos entre otras especulaciones que llevan a crisis espectaculares de los precios como la de recia en Europa y
5º. La lenta o abrupta desaparición de la banca gubernamental de fomento industrial.
6º. La disminución o cancelación de estímulos a cooperativas y empresas económico-sociales.
7º.La privatización y desnacionalización de los servicios de salud, educación y seguridad social.
8. La privatización y desnacionalización de las fuentes e industrias energéticas del petróleo y la electricidad, así como de empresas mineras y portuarias.
9º.El creciente desequilibrio en el gasto público y el consiguiente endeudamiento externo del gobierno federal y de los gobiernos de estados, municipios y ciudades hasta un punto en que intereses y principal son impagables.
10º. En ese punto o un poco antes los prestamistas adquieren el derecho a supervisar la disposición y el uso del presupuesto nacional, y de los presupuestos de los distintos niveles de gobierno.
11º. La disposición de los créditos para adquirir bienes de consumo con exclusión de los de producción, en una política de doble negocio en que los prestamistas venden sus productos con lo que prestaron.
12º. La creciente entrega de recursos naturales del suelo y el subsuelo, de los mantos acuíferos y las playas, y de los sitios turísticos que pasan a manos de las corporaciones extranjeras mineras, agrícolas, industriales, comerciales y a sus cadenas con sucursales y empresas subrogadas.
13º. La solicitud de préstamos “buitre” para pagar intereses devengados e impagos.
14º. Las sucesivas y crecientes crisis financieras y monetarias que provocan fugas de capitales nacionales que superan el monto total del endeudamiento externo con los países prestamistas.
15º. La congelación y reducción de salarios directos e indirectos, mediante la privatización de servicios antes públicos, mediante la fijación de salarios mínimos de calculada depauperación, mediante procesos inflacionarios incontrolados, con lo que todas las medidas señaladas hacen víctima de las políticas neoliberales y localizadoras a la inmensa mayoría de la población, a unos por el despojo de sus tierras y recursos naturales, y otros por la reducción o anulación de salarios.
16º. El crecimiento derivado y sostenido de la población que se halla por debajo de la línea de la miseria, el aumento de la morbilidad y la baja de la esperanza de vida.
l7º. El consecuente crecimiento de la represión y el auge la corrupción así como de las desigualdades entre los ricos que se vuelven más ricos y los pobres que se vuelven más pobres, hechos que se señalan una y otra vez en la academia y los
18º La política neoliberal globalizadora da lugar a derogación de facto o mediante actos ilegales que parecen legales de los derechos constitucionales, de los derechos sociales y de los proclamados derechos humanos individuales que excluyen el derecho a no morirse de hambre y otros parecidos
19º. La creciente vinculación de gobierno organizado (o desorganizado) y crimen organizado o mafioso, se denuncia y comprueba por jueces nacionales e internacionales sin el menor efecto de sanciones, frenos o cambios de política.
20º. El creciente predominio de la acumulación por desposesión y despojo de las tierras comunales y los pequeños propietarios del campo junto con la ausencia de créditos para el campo y el libre ingreso sostenido de semillas transgénicas, un crimen legal global permitido por el derecho nacional e internacional, que obliga a los campesinos a ser clientes permanentes de las corporaciones, pues las semillas que venden no se reproducen y el campesino pierde el control de la agri-cultura y sólo puede entrar en contacto con la tierra si se vuelve cliente de la corporación.
21º..El deterioro y la extinción de servicios públicos de salud, educación, seguridad social, etc.
22º. El desempleo creciente de personal no calificado, calificado y especializado y el surgimiento de la generación “nini” que no tiene ni educación, ni trabajo, ni futuro.
23ª.La proliferación del narcotráfico y otros delitos contra la propiedad y la persona, junto con la impunidad abierta y ostensible, e incluso ostentosa de los altos funcionarios que delinquen abiertamente.
24º. La destrucción o debilitamiento de las antiguas organizaciones populistas y la criminalización de las que genuinamente representan a los ciudadanos, empleados, trabajadores y campesinos.
25º. La mutilación política, moral, social, cultural, económica de los partidos políticos que pasan de ser instituciones de luchas programáticas e ideológicas, a convertirse en meros recursos para obtener empleos de elección popular; y que como partidos políticos se enfrentan a la alternativa de prometer la solución de problemas sociales y nacionales y no cumplir o bien de no ofrecer nada que no estén autorizados a pedir, con lo que abiertamente pierden incluso el papel que originalmente les tenía asignado el estado de ser mediadores de las demandas de la ciudadanía, y de colaborar en las políticas de conflicto y consenso. Ni eso tienen y en su interior la des-estructuración intelectual, política y moral es el mayor estrago que la guerra financiera del neoliberalismo globalizador causa en sus integrantes y en una inmensa parte de la población, cuyas protestas y enojos, más que impulsados por una ideología político-social y orientados por un programa de acción pública nacional e internacional, viven y luchan pensando cuáles son las luchas que debe dar y las que no debe dar, cuándo, donde con quienes darlas y no darlas con tal de obtener puestos en el partido o en el gobierno, y reconocimientos y subsidios para el partido. Los estragos afectan a la oposición de izquierda y derecha y dan pie a que para obtener posiciones o puestos se junten aquí y allá una y otra con lo que se extiende la des-estructuración ideológica, programática y ética, por más que algunos de sus miembros den amplias muestras de valentía, de no robarse ni haberse robado nada, y de ser fieles a sus antiguas ideologías. El fenómeno da origen a lo que alguien llamó “inmediación violenta” y es como una derrota de países, partidos y ciudadanos, de campesinos sin tierra ni uniones, de obreros sin qué comer ni sindicatos que los defienden, de jóvenes sin juventud ni vida, que son los que más resisten y entre los que surgen los nuevos movimientos emancipadores con varios de ellos – como los de l968, o como los del 26 de julio en Cuba , o como los de los indios mayas zapatistas en el Sureste mexicano, que aportan nuevos valores y metas a la emancipación revolucionaria o radical que hace suyas las banderas de la Libertad, de la democracia con pueblos soberanos, de la justicia personal y social, de la autonomía de las regiones insertas en los estados nacionales, del respeto a todas las razas y religiones o creencias laicas, y a la democracia con el poder soberano de los pueblos y los trabajadores, metas y valores que en Occidente vienen de los profetas y
Mientras tanto en el sistema de dominación y acumulación actual se
da una situación de desarrollo cero, de democracia cero, y algo muy semejante a
la situación de los países que antes perdían la guerra en los campos de batalla
y ahora también pierden las batallas en el campo financiero y sus enramados de
corrupción y represión, con consecuencias muy graves en la moral pública que
anda muy baja, y como destrozada por la corrupción y la represión estructural
que acompaña a este modelo de variada guerra, que en el corto plazo sólo genera
como respuesta , entre pequeños movimientos y grupos insumisos de crecimiento
exponencial, una nueva moral de lucha, cooperación, compartición, libertad y
democracia.
El hecho es que mientras eso ocurre en la inmensa mayoría de los
países de la Tierrra se esbozan dos mundos emergentes, uno en que aparece la
crisis de globalización misma y en que por todo el mundo surge una nueva
extrema derecha que combina el autoritarismo de los líderes musolinescos que
con la organización de bases de apoyo y algo parecido y distinto de las camisas
negras. Que surge de buena parte de las clases trabajadores depauperadas y en
los propios países metropolitanos. El fenómeno se da cada vez más en Europa y a
últimas fechas en los propios Estados Unidos. Con su aparición vienen viejas
amenazas de declarar a los países dependientes como Estados Fallidos o como
Estados Canallas, y a ellas se añade la derogación de los Tratados de Libre
comercio y la emigración de los capitales industriales a su lugar de origen
dizque para dar empleo a sus trabajadores, y si se van las empresas
industriales con ese supuesto fin ni por asomo se piensa en que se vayan las
corporaciones petroleras, mineras y muchas otras que explotan los recursos
naturales renovables y no renovables.
Enuncio algunos de los principales, cuyo conocimiento “en activo” pienso que debe ser la tarea de la comunidad científica internacional organizada y no organizada, en su lucha por la paz.
Hoy la lucha por la paz debe estar vinculada a la lucha por el conocimiento de la grave crisis por la que atraviesa un sistema cuyo atractor principal es la maximización de poder, de riquezas y de utilidades. Al análisis profundo de las soluciones necesarias y posibles tendrá que preceder un reconocimiento y denuncia de los graves problemas de ecocidio que nos amenazan y en los cuales destacan:
1º. El peligro de una guerra nuclear en una situación, que en
estos días se encuentra en condiciones parecidas a las de la Guerra Fría con la
movilización militar promovida los Estados Unidos y la OTAN en las fronteras de
Polonia con Rusia, y con el desconocimiento por el presidente electo de Estados
Unidos de la unidad territorial de China, políticas ambas que debería detener
cuanto antes la nueva administración norteamericana, a reserva de acordar
medidas más duraderas con las potencias nucleares para que saquen del tablero la “Guerra de destrucción
mutua asegurada”, hoy varias veces más peligrosa que cuando fue definida así
desde la segunda mitad del siglo pasado
En 2º lugar es necesario destacar que los peligros del cambio
climático, y otros fenómenos de destrucción de la tierra y de la biósfera,
lejos de ser una “creencia” con fieles y descreídos son consecuencia de un
fenómeno que no puede ser resuelto por un sistema cuyo atractor principal es la
maximización de utilidades, riquezas y poder.
En 3er. Lugar es ineludible plantear como problema científico
central la organización de un mundo en que prevalezca, con la democracia y el
respeto a las diferencias de religión, sexo, edad o raza, -en que prevalezca la
soberanía de los pueblos, de los trabajadores, las comunidades y los
ciudadanos, objetivo que en Occidente surgió desde la revolución francesas, y
para el que no sólo tenemos la praxis o práctica de la creación histórica en
Cuba y en La lacandona de los indios
Y al llamado de las emociones será necesario añadir en nuestra lucha la necesidad de investigar histórica y empíricamente, con la teoría crítica de las ciencias de los sistemas complejos, autorregulados y creadores, con ambos, el mundo moral organizado como fuerza emancipadora en la lucha, la cooperación y la compartición.
Fuente:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=221885
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