Descubriremos que son responsables
fundamentales de la degradación electoral implícita en el balotaje y del
gobierno de Mauricio Macri. Establecieron la continuidad de la dictadura
genocida como proceso constante de legitimar la conciliación con el poder
económico e imperialista que no dudó de valerse del terrorismo de estado para
llevar a cabo su planificación de la miseria o su acumulación por
desposesión total a una creciente mayoría y sobreexplotación laboral. Aún más
legalizaron esta violación de derechos sin límites como evidencia el
envenenamiento de las poblaciones y el dejarlas sin agua potable o las sequías e
inundaciones.
El bipartidismo y sobre todo el
Partido Justicialista posibilitaron dos períodos claves para la transferencia de
riquezas e ingresos desde los de abajo hacia la gran burguesía imperialista y
local: el menemismo y el kirchnerismo. El último pretende gobernar después de
Macri y si escuchamos a su líder propone construir una nueva mayoría. Dice:
"hay que
plantear un modelo alternativo y allí no excluyo a nadie, incluyo a todos”.
Aclara:
"Quiero ayudar
a la construcción de un país donde donde no se pierda lo logrado. Darle al país
una oportunidad de que no se pierda lo que hicimos en doce años y medio".Al
final de la entrevista da rienda suelta a su vanidad y elitismo. Se refiere a
concurrir al Encuentro Latinoamericano Progresista en Ecuador:
"reunirme con
dirigentes y personalidades” para construir una propuesta política alternativa.
“Sí, tengo una responsabilidad histórica, no como dirigente, sí como militante
política. Plantear hoy que se puede cambiar cosas solo siendo senador o diputado
es no entender cómo funcionan las cosas”.
Leer
Quizás logre
su objetivo y Argentina seguirá siendo ocupada y devastada por la grandes
capitales locales e imperialistas. Los gobiernos K consiguieron expansión del
extractivismo con las graves consecuencias que se visibilizan para muchos hoy
pero atribuidas a la naturaleza. En efecto:
Especialistas responsabilizan al desmonte por las inundaciones
La
costumbre de culpar al clima
24 de enero de 2017
24 de enero de 2017
Por Darío Aranda (Página/12)
El monte
nativo absorbe diez veces más agua que un campo desmontado para soja. Las ONG
cuestionan que el Gobierno tome como interlocutores a los representantes del
desmonte y responsabilice al clima por las inundaciones.
Es un ciclo de lluvia, inundación, el agro que culpa al clima, millonarias pérdidas económicas, el gobierno ofrece subsidios y promete obras. Y el círculo reinicia en el próximo temporal. Sucede de forma periódica y, estas semanas, tocó a regiones de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires. “No es el clima, es el modelo agropecuario”, resumió la ONG Naturaleza de Derechos, dedicada al derecho ambiental. En el mismo sentido apuntaron organizaciones socioambientales que recordaron que, agronegocios mediante, Argentina es líder mundial en desmonte. Estudios muestran la influencia del cambio del uso del suelo.
El monte
nativo absorbe 300 milímetros de agua por hora. Una pastura convencional (donde
hay ganado) 100 milímetros. Y un campo con soja apenas 30 milímetros por hora.
Lo precisó una investigación del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria
(INTA), difundida por este diario en abril pasado, cuando zonas de Córdoba y
Buenos Aires sufrieron inundación. Nicolás Bertram, del INTA Marcos Juárez
(Córdoba), uno de los autores del trabajo, remarcó que “los excesos hídricos no
se deban a la falta de obras ni al exceso de lluvias, si no más bien a la
agriculturización de las últimas dos décadas principalmente”.Es un ciclo de lluvia, inundación, el agro que culpa al clima, millonarias pérdidas económicas, el gobierno ofrece subsidios y promete obras. Y el círculo reinicia en el próximo temporal. Sucede de forma periódica y, estas semanas, tocó a regiones de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires. “No es el clima, es el modelo agropecuario”, resumió la ONG Naturaleza de Derechos, dedicada al derecho ambiental. En el mismo sentido apuntaron organizaciones socioambientales que recordaron que, agronegocios mediante, Argentina es líder mundial en desmonte. Estudios muestran la influencia del cambio del uso del suelo.
“Ascenso de napas en la región pampeana: ¿Incremento de las precipitaciones o cambios en el uso de la tierra?”, es el título del trabajo académico (firmado junto a Sebastián Chiacchiera). Analizaron las lluvias de los últimos cuarenta años y los cambios en el modelo agropecuario (sojización y expulsión de ganadería), entre otras variables. Bertram lo explicó: “La napa estaba a diez metros de profundidad y hoy está a menos de un metro de la superficie. Los suelos están saturados, no pueden absorber más. Es como si antes teníamos una maceta grande y echábamos un balde de agua. Ahora la maceta es diez veces más chica pero echamos el mismo balde de agua”.
En 2015, frente a una inundación en Córdoba, el entonces gobernador José Manuel de la Soja culpó a la naturaleza: “Fue un tsunami que vino del cielo”. Ante los actuales anegamientos, la Asociación de Productores de Siembra Directa (Aapresid, empresarios del agronegocio y del modelo transgénico) dijeron: “Catástrofe climática. Las inundaciones en el centro del país, producto del temporal, dejaron al agro en alerta roja”.
Horacio Brignone, de la campaña Paren de Fumigar (con agrotóxicos) de Santa Fe denunció que las autoridades sólo tomen como interlocutor al sector del agro: “Ante las inundaciones, subsidian al sector responsable de las mismas. Parece que al agua la van a parar con subsidios, exportaciones y ‘producción’. Hacen siempre lo mismo y esperan resultados diferentes”. Y compartió el comunicado del Centro de Protección a la Naturaleza (Cepronat), parte de la Campaña Paren de Fumigar: “El modelo agrobiotecnológico agrava las inundaciones. La aplicación del paquete de transgénicos, agrotóxicos y siembra directa significó la subida de las capas freáticas. El monocultivo de soja y sus agroquímicos producen una impermeabilización del suelo. De esa forma, el agua no penetra, no absorbe y simplemente corre e inunda”.
El comunicado está fechado en agosto de 2015, pero volvió a circular esta semana. Carlos Manessi, de Cepronat, explica: “Tiene total vigencia y por eso lo compartimos”. Cuestionó que el sector empresario y político solo mencione el cambio climático o el fenómeno conocido como “El Niño”.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ubicó a Argentina entre los diez países que más desmontaron durante los últimos 25 años. En el país se arrasaron 7,6 millones de hectáreas, un promedio de 300.000 hectáreas al año. Hernán Giardini, de Greenpeace, afirmó: “Todos los años somos testigos de grandes inundaciones. No es casualidad ni un fenómeno natural. Es consecuencia de la ausencia de una política ambiental nacional que proteja a nuestros bosques y humedales de los incendios, de los desmontes por el avance de la soja, la ganadería intensiva y los desarrollos inmobiliarios”.La localidad de Chabás, al sur de Santa Fe, es una de las localidades más afectadas por la inundación. Los vecinos cortaron la ruta nacional 33 y pidieron obras de infraestructura, canales y bombas para desagotar. Miguel Fabrro, junto a otros grupo de vecinos, no descartó la importancia de las obras pero marcó otras causas: “Es el modelo extractivista. Chabás tiene trece cuadras por trece, en medio de un mar de soja. El agua empezó a venir del campo sin que esté lloviendo en el pueblo. En 2 horas teníamos el 70 por ciento de las calles con agua”.
Córdoba es una de las provincias más inundadas.
Laboulaye, Las Varillas, Villa Huidobro, Adelia María, Chazón, San Francisco,
Oncativo y Morteros, están en las localidades más afectadas. Darío Avila,
abogado especializado en derecho ambiental y parte de la APDH Córdoba, llamó la
atención: “Qué casualidad. Todas zonas del agronegocio, corazón sojero”. El
gobierno de Córdoba impulsa una ley para desmontar nuevas regiones y avanzar con
el agronegocio.
Si los de izquierda
continuamos centrados en las elecciones y nos movilizamos sólo contra Macri,
estamos desoyendo a las minorías que resisten al capitalismo, fundamentan
porqué y plantean alternativas de desarrollos locales e integraciones
regionales. Pero lo principal es que estamos coincidiendo con quienes
compiten electoralmente por la gobernabilidad del sistema de saqueo,
contaminación y criminalización tanto de los desposeídos como de quienes se
organizan para no ser avasallados. Cuando son tiempos de recuperación del
19y20 que cuestionó el artículo constitucional: "el pueblo no delibera sino
a través de sus representantes". Son gravísimos los problemas vitales
y requerimos multiplicar los espacios comunes de deliberación y toma de
decisiones compartidas a lo largo y ancho del país-continente contra el
extractivismo. En ese rumbo anda:
Sí se
puede: los de abajo como sujetos
26 de
noviembre de 2016
Por
Raúl Zibechi (La
Jornada)
Cuando los de más abajo,
los jóvenes (varones y mujeres) pobres de las periferias, los ninguneados de
siempre, toman las riendas de sus vidas y además lo hacen en colectivo, es
porque algo muy profundo está cambiando. Un mundo nuevo comienza a despuntar
cuando el intelectual, el dirigente, el estratega (en masculino), se disuelve
por la potencia de lo colectivo que anuncia un vendaval político, social y
cultural de largo aliento.
El viernes 19
de noviembre una multitud de más de 20 mil personas caminó la décima Marcha de
la Gorra, en Córdoba (Argentina). Había que ver y sobre todo sentir a esos
chicos danzando, cantando, gritando en la cabecera de la marcha, esos que día a
día son golpeados, asesinados y desaparecidos por la policía provincial, una de
las más letales del país. Una marcha que comenzó en 2007 exigiendo la derogación
del Código de Faltas, hoy travestido en Código de Convivencia, que equipara las
faltas con los delitos penales, una trampa jurídica del poder provincial para
perseguir jóvenes peligrosos. O sea,
pobres que viven en las periferias.En Córdoba existe un Estado policial funcional a un capitalismo militarizado, que tiene en el extractivismo soyero y en la especulación inmobiliaria urbana sus núcleos de acumulación de capital. Los que no consumen sobran; no existen ni para el poder ni para los medios, son los culpables de lainseguridad y, como señala Giorgio Agamben, pueden ser asesinados sin que eso se considere delito. El Código de Faltas aprobado en 1994 es la pieza legal de este engranaje.
El año pasado fueron detenidas 73 mil personas, en su mayoría por portación de rostro, o sea, por su aspecto, por ser jóvenes de piel más oscura, llevar gorras y ropas sospechosas para los uniformados. Unos 200 chicos son detenidos cada día. Desde 2011, más de 150 fueron asesinados y varios miles golpeados y heridos. La figura legal que utiliza la policía es el merodeo, que puede ser confundido con pasear, caminar o circular. El 80 por ciento de los jóvenes de 18 a 25 años fueron detenidos alguna vez.
Lo peor es que el código otorga a la policía la potestad para detener, instruir y juzgar en cualquier punto de la tramitación del hecho. Impunidad es la palabra más adecuada. No les permiten salir de las periferias. La policía los detiene sistemáticamente en los puentes y en las salidas de los barrios y los persigue cada vez que retornan a sus casas.
La definición de Estado policial la sintetiza Huayna, militante de la Federación de Organizaciones de Base, en Barranca de Yaco, un barrio periférico de casas precarias levantadas sobre un basural. Llamamos a la ambulancia y viene la policía. Llamamos a los bomberos y viene la policía. Es el único servicio que tiene el Estado para nosotros.
Esos chicos que encabezan la marcha con los retratos de sus amigos asesinados, como Güere Pellico, de 18 años, fusilado por la espalda cuando volvía a su casa en moto, han recorrido un largo camino. Ahora son capaces de redactar un texto memorable, como la Carta abierta al Estado policial, la proclama que se leyó al finalizar la caminata.
No pretendo echar luz sobre la acción pública que, finalmente, es similar a las que protagonizan los abajos a lo largo y ancho del mundo. El punto central fue cómo los jóvenes pobres se convirtieron en sujetos.
Desde el ciclo de protestas 1997-2002, cuyo pico fue el levantamiento del 19 y 20 de diciembre de 2001, decenas de estudiantes universitarias y licenciadas (mayoría mujeres) trabajan en barrios pobres creando talleres de teatro, murga, revistas y radios comunitarias con base en la educación popular. Hacia 2007, relata la sicóloga comunitaria Lucrecia Cuello, los jóvenes de los barrios comenzaron a reunirse en grandes asambleas hasta de 300 integrantes. Ahí se produjo un hecho formidable.
Nos dijeron que las decisiones las querían tomar ellos, que querían salir a la calle y no sólo hacer talleres. Nos dijeron que los técnicos nos apartáramos a un lado y que luego nos volverían a llamar, explica Cuello. Se apartaron y esperaron. Pero, sobre todo, comprendieron que su lógica académica de trabajo reproducía el tutelaje colonial sobre los pobres, que siguen siendo subalternos en relación a las ONG y los partidos de izquierda. De esos encuentros nació el Colectivo de Jóvenes por Nuestros Derechos que convoca las Marchas de la Gorra.
Con el tiempo y la permanencia en los territorios, un puñado de licenciadas acompañaron a los jóvenes que desbordaron la educación popular gracias al encuentro que tuvieron entre ellos, que fue determinante para romper con el técnico y con el militante que va al territorio. Se trata de una explicación similar a la que ofrecen Huayna y otros militantes de la decena larga de organizaciones sociales que trabajan en las periferias.Nosotros por nosotros, sería la síntesis, aunque cada vez más se debería usar el femenino, ya que ellas empezaron a tallar fuerte en los años recientes.
Hasta ahí, en apretada síntesis, el relato de ese ponerse de pie que hizo posible la Marcha de Gorra, desde la doble mirada de las periferias y de los técnicos. Se agolpan las preguntas. ¿Estamos en condiciones de pensar, y de sentir, que los más pobres pueden ser sujetos? Los que nos decimos militantes, ¿aceptamos colocarnos a un lado para simplemente acompañar a los sujetos de abajo? ¿Sentimos realmente que pueden cambiar el mundo sin vanguardia política o intelectual?
Llegados a
este punto, ¿cuál es el papel de los militantes, o como le llamemos a esa
actitud de vida? Lo primero, comprender con la piel, hacer nuestros los dolores
colectivos. Lo segundo, acompañar un proceso sin dirigirlo. Lo tercero,
regocijarnos por ser aceptados como uno/una más. Lo cuarto, decir lo que
pensamos cuando nos lo pidan y guardar silencio el resto del tiempo. Políticas
de la ética y la humildad. De lo contrario, nuestra revolución se limitará a
reproducir el colonialismo y el racismo.
http://www.jornada.unam.mx/2016/11/25/opinion/024a2pol
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=219634
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=219634
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