Carta de organizaciones sociales de Colombia en apoyo a la
contracumbre de la OMC
La Organización Mundial del Comercio se ha constituido como una
institución para la imposición y perpetuación de las relaciones desiguales en
un mercado totalmente inhumano
3 de
diciembre por CADTM Colombia
Colombia
ha estado y esta trastocada por diferentes organizaciones internacionales como
es el caso de la
Organización Mundial de Comercio, la cual ha implementado con
beneplácito de los gobiernos de turno, las transformaciones económicas,
políticas y jurídicas en el país necesarias para la dinamización de laglobalización neoliberal.
Dicha
globalización parte de la necesidad de generar una mayor acumulación de capital
por medio de la pauperización de los derechos laborales, la privatización y
mercantilización de los servicios públicos y los derechos sociales, culturales
y políticos, la subordinación a una división internacional del trabajo que
impone la sobreexplotación de los bienes comunes y de los trabajadores, el blindaje
normativo al interés individual y de acumulación de capital
sobre el conjunto de la sociedad por medio de los tratados de libre comercio y
los tratados bilaterales de inversión, la desregulación estatal que ocasiona
una debilidad endémica ante las fuerzas del mercado, el aumento y transferencia
de las cargas impositivas tributarias desde los grandes capitales hacia la
población en general, entre otras dinámicas totalmente odiosas e ilegitimas,
impuestas por medio de la violencia física, estructural y simbólica en el país.
Hemos
podido evidenciar que, desde finales de la década de los años 60, el país fue
liberalizando la economía con varios flujos y reflujos en la incorporación de
las políticas de reducción arancelaria y aniquilamiento de las políticas de
subsidios y fomento impulsadas por la OMC otrora
GATT -Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio-, consecuencia
directa del vaivén de los precios internacionales de la exportación por
antonomasia de la época el café. Sin embargo, debido al fin del pacto de cuotas
a nivel internacional de este producto, desde el año 1990 se ha vivido la
completa liberalización de la economía, bautizada en nuestro país como el
momento de la apertura económica.
Estas leves pero concisas transformaciones desde
finales de la década de los 60 y la completa liberalización en la década de los
90 ocasionaron una transferencia de la dependencia de la exportación del café
hacia el aumento de la exportación de la minería en el país, en la que
evidenciamos como el café pasa de tener una participación en las exportaciones
de aproximadamente el 60% en el año 1970 ha rondar el 7% en el año 2012, mientras
que la exportación derivada de la minería en Colombia pasara de ser
aproximadamente un 20% en el año 1970
a rondar el 65% en el año 2012 como se puede cotejar en
la anterior gráfico.
Esta
transferencia de la dependencia de la exportación del café hacia el
extractivismo en el país, es consecuencia directa de la apertura económica
jalonada entre otras por la OMC, puesto que el fin de las políticas de fomento
y la dramática reducción arancelaria generó la materialización de la nueva
división internacional del trabajo en done Colombia, como país periférico, está
subsumida a la exportación de los llamados recursos naturales o commodities mientras los países metropolitanos
demandan estos recursos a bajos precios y los transforman generando un aumento
de capital en las mercancías que posteriormente serán exportadas hacia nuestros
países, caracterizando la subordinación económica directa desde las metrópolis
hacia las periferias bajo el sistema imperialista.
Esta
subordinación puede ser vista en el desenvolvimiento en el tiempo de la
participación de los sectores económicos en el Producto Interno Bruto del país, donde el sector agropecuario
pasó de una participación en el PIB de aproximadamente el 30% en el año 1964 a menos del 7% en el
año 2015 como se puede evidenciar en la siguiente gráfica, cotejando que el 30%
de los alimentos que se consumen en el país son importados, equivalente a unos
14 millones de toneladas para el año 2016. Algo paradójico manifestando el gran
potencial agrario de nuestra nación, que se podría materializar en una
soberanía alimentaria base de cualquier política progresista y/o
revolucionaria.
Una de las grandes consecuencias de las
múltiples políticas de la Organización Mundial de Comercio materializada en
la economía colombiana, es la reducción dramática de los aranceles en el país
que pasaron de representar en los ingresos fiscales un 33% en 1970 a tan sólo el 3% en el
año 2017, mientras que los impuestos indirectos en particular el IVA -Impuesto
al Valor Agregado- en nuestro país pasó de 9% en el año 1970 a rondar parcialmente
el 39% en el año 2017, donde el impuesto al valor agregado en la última reforma
tributaria en el año 2016 pasa del 16% al 19% y se plantea una nueva reforma
para el año 2018 donde el IVA aumente entre 2 a 3 puntos porcentuales.
Estas transformaciones evidentes en el siguiente
grafico implican que la caída de los ingresos devenidos por los impuestos
arancelarios en el país bajo la política de apertura económica desde finales de
la década de los 60, ejercieron una transferencia de la opresión fiscal hacia
el aumento de los impuestos indirectos y regresivos, los cuales parten de una
lógica que grava la demanda sin tener en cuenta la desigualdad económica en la
sociedad.
Por otro lado, aunque se evidencia una aparente
estabilidad en el impuesto a la renta (impuesto directo) en el país, que pasó
de tener una participación del 53% de los ingresos fiscales en el año 1970 a rondar el 34% en el
año 2016 y parcialmente en un 42% en el año 2017, estos datos no ejemplifican
las transformaciones y transferencias de las cargas impositivas desde los
grandes capitales hacia la sociedad en común, puesto que las múltiples reformas
desde 1970 han partido de la reducción de impuestos directos al gran capital
por medio del aumento del margen impositivo en la sociedad.
Esta política de transferencia de los impuestos
desde el gran capital hacia la sociedad en común, manifiesta una de las base de
la globalización neoliberal financiera, que parte del aumento de la opresión
fiscal en la sociedad como fuente indirecta de acumulación de capital y
paralelamente la reducción de los aranceles en el país generaron el aumento
radical de la dependencia y subordinación a la nueva división internacional del
trabajo que nos impone una lesiva reprimarización de la economía.
Como se ha
evidenciado la
Organización Mundial del Comercio junto a sus similares, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial,
han gestado las trasformaciones de nuestras naciones en los últimos años. Los
múltiples tratados de libre comercio y los tratados bilaterales de inversión
impulsados por la OMC implican la prelación de los derechos del capital por
encima de los derechos humanos.
Estas
prelaciones de los derechos del capital por encima de los derechos humanos se
pueden dar por medio de la subordinación de la normatividad nacional y/o por la
manipulación económica en la cual recaen nuestros Estados al firmar estos tipos
de tratados donde las empresas poseen un mayor poder, ejemplificando el poder
del 1% por encima del otro 99%.
Colombia actualmente está oprimida por aproximadamente 6 demandas internacionales interpuestas por multinacionales con un peso económico de aproximadamente 23.500 millones de dólares, algo semejante a 70 billones de pesos, que equivale a 23 años de presupuesto de la educación superior, a más de 3 años de presupuesto de salud y protección social y a más de 100 veces el presupuesto dirigido a ambiente y desarrollo sostenible.
Colombia actualmente está oprimida por aproximadamente 6 demandas internacionales interpuestas por multinacionales con un peso económico de aproximadamente 23.500 millones de dólares, algo semejante a 70 billones de pesos, que equivale a 23 años de presupuesto de la educación superior, a más de 3 años de presupuesto de salud y protección social y a más de 100 veces el presupuesto dirigido a ambiente y desarrollo sostenible.
Estas demandas implican la materialización de
las ataduras de la globalización neoliberal ejercidas por el derecho
corporativista internacional en el cual los derechos humanos son totalmente
subordinados al interés de acumulación, donde la vida de grandes franjas de la
población es menos importante que la tasa de ganancia y rentabilidad, y donde
los estándares de humanidad dan paso al consumo desmedido y fetichizado.
A su vez, estas demandas en conjunto con los
Tratados Internacionales -sin importar su naturaleza ya sea comerciales o de
inversión, entre otros- constituyen un nuevo orden jurídico transnacional que
se impone sobre los paises y su orden jurídico interno, incluso sobre las
decisiones judiciales sobre vulneraciones de derechos humanos como ha sucedido
en nuestro país, generando un ambiente de impunidad en torno del actuar de las
empresas transnacionales en nuestros países que se encuentran cobijadas por
estos tratados e instrumentos internacionales.
Por lo que hemos reseñado anteriormente
manifestamos nuestro apoyo a la contra cumbre de la OMC que se llevara a cabo
entre el 7 y 13 de diciembre en Buenos Aires – Argentina, en la cual anudamos
nuestros gritos de dignidad, estrechamos nuestros lazos de solidaridad y
sumamos nuestras formas de resistencia y lucha por una sociedad en la que
prevalezca las necesidades humanas por encima de las del mercado.
Desde Colombia llamamos a la unidad del pueblo y
de nuestra América en contra de las instituciones financieras internacionales
en este caso la
Organización Mundial del Comercio con sus intereses mezquinos
e individualistas.
¡Por una
Nuestra América sin TLC’s y sin OMC!
Firmantes:
Grupo de Investigación Grupo de Estudio Economía
Digna – GEED de la
Universidad Nacional de Colombia
Plataforma
Ciudadana por la Auditoria de la Deuda en Colombia -En Deuda con los Derechos
Movimiento Ecosocialista de Colombia
Sindicatos REDES Red de Empleados de la energía
y los servicios públicos domiciliarios
Grupo de Investigación de Derecho y Política
Ambiental de la
Universidad Nacional de Colombia
Grupo de Investigación y Editorial Kavilando
Red Interuniversitaria por la Paz- RediPaz
Grupo de Investigación de Socioeconomia,
Instituciones y Desarrollo de la Universidad Nacional
de Colombia
Comité Promotor Consulta Popular “Por el medio
ambiente Yopal se siente”
Enrique Hernández Contreras, Secretario de
Política Nacional e Internacional de la Unión Nacional de
Empleados Bancarios – UNEB
Federación Nacional de Sindicatos Bancarios –
FENANSIBANCOL
CUT Subdirectiva Risaralda
Comando Departamental Unitario de Risaralda
Sindicato Nacional de Trabajadores y Empleados
Universitarios de Colombia – SINTRAUNICOL
Grupo de Investigación Ignacio Torres de la Universidad Libre
de Colombia
Semillero de Investigación Orlando Fals de la Universidad Libre
de Colombia
Octava Papeleta por la Salud y la Seguridad Social
como Derechos Fundamentales
Luis Alberto Rubiano, Periodista y teólogo
luterano
Alirio Uribe Muñoz, Representante a la Cámara
por el Polo Democrático Alternativo
Alba Luz Arrieta C., Coordinadora Regional Central
Programa Alternativas a la Violencia-PAV Colombia
John Hernández, Pastor Iglesia Evangelica
Luterana de Colombia en Medellín y Coordinador de la Casa de Paz Emaús
Alberto Cerón Diaz, Defensor de DD.HH.
Anna Jiménez Mauri, Secretaria Ejecutiva de
RIZOMA Internacional.
Mesa de Cerros Orientales de Bogotá
Comité Páramo Cruz Verde
Centro Integral de Educación Ambiental de
Sevilla
Otros artículos
en español de CADTM Colombia (3)
13 de octubre de 2014, por CADTM Colombia
3 de septiembre de 2013, por CADTM Colombia
Fuente: http://www.cadtm.org/La-Organizacion-Mundial-del,15542
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