Los
violentos de Siempre (I)
22
de diciembre de 2017
Jueves 14: La sesión que no fue, la represión
que no cesó
Mientras el Congreso
estaba militarizado y las fuerzas de seguridad arremetían contra todo
(manifestantes, diputados, periodistas, personas en situación de calle, etc.)
la violencia se siguió ejerciendo también en gran parte de los medios. Desde la
“teoría de los dos demonios” equiparando la piedra que pueda tirar un
manifestante, con la desproporcionada represión de las fuerzas estatales. La
violencia había comenzado el día anterior con la represión a diputados
opositores.
El
poder popular robado
Fue la gran
movilización popular la que logró frenar esta engañosa ley de ajuste
encubierto. Fueron miles de manifestantes rodeando el Congreso expresándose,
ejerciendo su derecho. Sin embargo para el mundo virtual de quienes el día
anterior informaban de la “bella tarde” mientras desde el gobierno se reprimía
una movilización pacífica contra la OMC, esta ley fue frenada por quien la
promovió y hasta atacó de manera violenta e infundada a toda persona que
manifieste su disenso: Elisa Carrió. La diputada por el simple hecho de haber
twiteado su desacuerdo si la ley salía por DNU, la misma no salió. De esta
manera “el gran diario Argentino” buscó descalificar la masiva movilización que
enfrentó este atropello aún frente a la feroz represión que resulta imposible
ocultar. También siguió con su ciega promoción de quien, con muy poca presencia
en las sesiones legislativas sigue siendo su “fetiche mediático”. La misma Elisa Carrió
que con total impunidad se había burlado de la muerte de Santiago Maldonado
comparándolo con Walt Disney (lo que además es una muestra de ignorancia, ya
que Walt Disney está sepultado y su congelamiento no fue mas que un mito). Lo
que hicieron los canales de noticias que le adjudicaron a un tweet el mérito de
frenar la aplicación de la ley fue un robo: un robo simbólico al poder popular,
a la movilización que frenó la medida.
Mientras el Jefe de
Gabienete seguía provocando con declaraciones delirantes, las coberturas
periodísticas de varios medios alternativos (incluido este espacio, donde
además hubo un corresponsal baleado mientras cubría la manifestación) desmentían sus palabras.
Hubo medios que
insistieron con su “teoría de los dos demonios” igualando a un pequeño y
minoritario sector que tiró algunas piedras, con el desproporcionado operativo
represivo. El ejercicio de la imaginación ante la relación con un caso tremendo
resulta inevitable: si la Gendarmería fue capaz de reprimir con total impunidad
en la Capital del País frente a todas las cámaras ¿Qué habrá hecho en la
represión al Pu Lof Cushamen donde fue visto por última vez con vida Santiago
Maldonado? Como no podía ser de otra manera, la portada de “el gran diario
Argentino” al día siguiente desvió la información.
Viernes
15: Desinformar con una foto
Al
día siguiente, la portada de “el gran diario Argentino” fue ocupada por una
foto de un manifestante tirando una piedra. Innumerables fotos y videos de la
gendarmería reprimiendo con total brutalidad fueron vistas en las redes
sociales, medios alternativos, y hasta en noticieros cuando transmitían en
directo. Pero por algún motivo “misterioso” la redacción del diario optó por
poner esa foto en la portada. ¿Tendenciosos? Si usted tiene dudas recuerde el
carácter asesino de la “crisis” que en junio del 2002 “causó dos nuevas
muertes” durante una represión con balas de plomo por parte de la policía. Pero no
hace falta retroceder tanto en el tiempo: durante aquella masiva y pacífica
movilización del pasado 1 de septiembre en donde tuvo lugar un acto en Plaza de
Mayo reclamando por la aparición con vida de Santiago Maldonado, que finalizó
sin inconvenientes pero que en la desconcentración una fuerte represión y
cacería logró que la portada no sea el acto sino los “incidentes”. Hace
pocas horas se dio a conocer que quien arrojaba la piedra era un policía de la
bonaerense llamado Daniel Ferrero, “El gran diario argentino” aclaró que en
ese momento “estaba de licencia”. El violento resultó ser policía.
Las
investigaciones posteriores comprobaron lo expresado en este medio y en tantos
otros: los detenidos, en su gran mayoría, nada tuvieron que ver con los
episodios de violencia que la policía denunció ese 1ro de septiembre, en la
mayoría de los casos fueron detenidos muy lejos del lugar donde la policía
declaró. Pero eso no fue informado por los medios hegemónicos, que si
informaron sobre supuestos hechos de violencia acusando a los detenidos de
ser sus autores. Tanto en aquella represión como en la ocurrida en las
inmediaciones del Congreso, las fuerzas de seguridad tuvieron un mismo objetivo
a quien atacar. Los periodistas. Ezquiel Hugo Medone y Juan Pablo Mourenza, los
dos corresponsales de la
Red Nacional de Medios Alternativos, habían sido detenidos y
procesados por acusaciones falsas, su único “delito” fue filmar y
registrar el accionar policial. Durante la represión en las inmediaciones del
Congreso, Federico Hauscarriaga, de este medio recibió balazos de goma por
parte de Gendarmería, también fue baleado Pablo Piovano fotógrafo de Página 12.
Hubo agresiones a periodistas de otros medios (Perfil, C5N, Letra P, entre
otros).
La
justificación de un crimen
Un caso, que si bien
tuvo presencia en los medios hegemónicos, y ya no la tiene, es el del asesinato
de Rafael Nahuel. “Rafita” fue asesinado por un balazo en la espalda durante una represión ejecutada por el
grupo Albatros, perteneciente a Prefectura Naval Argentina. La Ministra de
Seguridad, Patricia Bullrich, había declarado que se trataba de grupos armados.
Nada de eso fue probado, al contrario, la autopsia no solo confirmó que fue
asesinado por la espalda mientras escapaba, sino que además no encontró restos de pólvora en sus manos.
Ninguna evidencia de
armamento fue encontrada en la
zona. Pero lo que quedó en el televidente y fue publicado en
los medios hegemónicos, fueron las declaraciones de la ministra y a lo sumo
alguna critica hacia la violencia “de los dos bandos” cuando solo fue probada
la violencia y el uso de armamento letal de un solo bando. En dicha conferencia
de prensa la Ministra atropelló derechos constitucionales y subliminalmente
avaló la pena de muerte. La gravedad de esas declaraciones no fue señalada en
los medios hegemónicos.
Los muertos y los
heridos aparecen casi siempre de un mismo lado: los oprimidos. Sin embargo el
abordaje mediático los presenta como “violentos”. O en los casos más moderados,
cuando ya resulta muy evidente la mentira, se recurre a la conocida y vetusta
“teoría de los dos demonios”, hablando de “incidentes” o “violencia de ambos
lados”.
Ya se sabe que el
lunes siguiente (18/12) el Congreso volvió a tratar un nuevo proyecto de ley en
el que el oficialismo insistió con aprobar la reforma provisional.
Hubo reuniones entre el Poder Ejecutivo Nacional y gobernadores provinciales
buscando manipular los votos de los diputados. Hubo, nuevamente una masiva
movilización en las calles. Y seguramente volvieron los violentos… a hablar de
violencia en los medios hegemónicos.
Lunes
18
El proyecto de ley
está convocado a tratarse a las 14hs, en caso de haber cuórum. El Congreso
sigue vallado y rodeado de una fuerte presencia policial. Desde diversas
organizaciones se convoca a movilizar a las 12hs. Desde las redes sociales
muchas personas publican fotos de limones y máscaras ¿cuál es el mensaje?
Movilizar igual a pesar de la represión y los gases. Manifestarse tratando de
que el miedo a la represión no impida el ejercicio de la libre expresión.
Tras un fallo judicial
se retiró a la gendarmería del operativo y se prohibió la presencia de personal
de seguridad sin identificación en la manifestación. En Callao
y Corrientes, poco tiempo antes que las columnas lleguen al Congreso, una gran
cantidad de personal policial se encontraba entre micros y camiones
estacionados. Algunos con uniforme, otros con una pechera celeste y una pequeña
identificación.
La masividad de la
movilización hizo imposible tener un diagnóstico preciso de lo que estaba
pasando. Cuadras y cuadras de columnas de manifestantes que llegaban por
distintos accesos. Al momento de comenzar la sesión las noticias circulaban de
manera desordenada: “hay quórum: lo dieron 134 diputados” “hay represión en una
esquina” “hay manifestantes que respondieron a los primeros gases y la policía
retrocedió, en otra esquina”, “están saliendo 20 motos de policía en la calle Solís de
cacería”, “un militante del FOL perdió un ojo”, entre tantas otras noticias.
Mientras detrás de los cordones policiales se veía a un sector retroceder con
escudos, grupos de policías iba a otros lugares (no los de los
“enfrentamientos”) a cazar manifestantes a varias cuadras de distancia de donde
volaban piedras y gases. Esto, que no es la primera vez que sucede, es
importante informarlo ya que desde los medios hegemónicos hubo una fuerte
campaña de criminalización a manifestantes que habían sido detenidos en esta
situación: a cuadras de distancia de la primera línea de manifestantes que hicieron frente a la represión.
El
doble discurso de los violentos
Mientras
la represión a modo de cacería seguía en las inmediaciones del Congreso,
expandiéndose varias cuadras hasta la avenida 9 de Julio, los medios ejercían
violencia criminalizando a manifestantes sin fuentes claras. Se habló de
“incidentes” de “manifestantes violentos” y hasta se señaló a muchos de manera
particular. Incluso en medios televisivos hubo conductores que mintieron sobre
lo que los manifestantes que enfrentaron al represión usaron, hablando de
“Tumberas” y difundiendo fotos de militantes que estaban detonando pirotecnia
de venta libre. Algunos, más cautos hablan de que el uso de esa pirotecnia
igualmente es peligroso y puede ser un arma, lo que no dicen es que las balas
de goma también pueden ser letales si se tira a la cara. Al menos tres
manifestantes perdieron un ojo por esas “armas legales”. Recordemos como Carlos
Fuentealba fue asesinado. Sebastián Romero, bautizado por los medios como “el
tumbero”, ató a un palo un mortero de pirotecnia que es de venta libre. Una
foto, que no es la que muestran los medios hegemónicos, sino que fue tomada por
detrás mientras Romero detona el mortero, muestra la dirección de la pirotecnia
a donde Romero había apuntado, que no era el cuerpo de los policías sino hacia
arriba para que el estruendo detone en el aire, arriba del cordón de seguridad.
Las apreciaciones sobre si está bien o mal lo que hizo Romero quedan para cada
lector/a. Lo que supone el compromiso del comunicador es informar lo ocurrido,
algo que no fue realizado correctamente desde los medios hegemónicos. De eso se
trata el oficio del periodista, ese que muchos noticieros de televisión están
denigrando una y otra vez.
Pero
el dato más curioso es el doble discurso en relación a manifestantes que se
enfrentan a las fuerzas represivas según la conveniencia política. El pasado 3
de mayo, “El gran diario argentino” publicó una nota “de color” sobre una
manifestante opositora venezolana que le arrojaba piedras a la policía a quien
apodaron como “La mujer maravilla”, presentándola como un “modelo de vida” ya
que es “modelo y deportista”. El contraste con lo publicado en
mayo, aparece el discurso de
“los violentos” para justificar cualquier cosa.
Al
momento de terminar esta nota, ni los medios hegemónicos ni las instituciones
gubernamentales dieron a conocer el nombre de los oficiales que atropellaron manifestantes. Tampoco de quienes gasearon a jubilados o
tiraron a los rostros de los manifestantes, que como fue mencionado
anteriormente, al menos tres manifestantes perdieron un ojo por este accionar represivo.
Martes 19 de Diciembre, el “deja vu” del 2001
Por la noche, la jornada cerró con cacerolazos, al ser las
0hs, las cacerolas sonaban como lo habían hecho 16 años atrás. Hubo quienes
intentaros desviar el reclamo informando lo contrario a lo que ocurría,
diciendo que el cacerolazo era a favor del gobierno cuando fue exactamente lo
contrario. El diario “La Nación” tituló diciendo que los cacerolazos eran en
contra de la
violencia. Sorpresivamente quien escribe esta nota coincide:
el cacerolazo fue contra la violencia de quienes condenan a millones de
trabajadores y jubilados a la
miseria. Fue contra la violencia de las fuerzas represivas, contra la
violencia de los diputados que dieron quorum a las reformas. Es por ello que la
pregunta al principio de la nota resulta nuevamente pertinente: ¿Qué entendemos
por violencia?
Durante los días siguientes la campaña violenta de
criminalización de la protesta y contradicciones mediáticas no cesó y
probablemente en los próximos días los episodios de violencia mediática sigan.
Fuente: http://www.anred.org/spip.php?article15719
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