Racismo a
la argentina
26 de diciembre de 2017
Romina,
Ezequiel y Luciano son tres jóvenes originarios que viven actualmente en Buenos
Aires, se entreveran en las aulas, las calles y las manifestaciones, los call
centers de la capital de la blancura. .
Hablamos de modelos de belleza, mercado laboral, escolarización, política, a
penas algunos vértices desde donde se despliega la opresión colonial. A un mes
del asesinato de Rafael Nahuel en la comunidad mapuche de Lafken Winkul Mapu,
abrimos dos capítulos de debates que vienen a cuestionarlo todo para cimentar
mundos nuevos. Una juventud luchadora que se reconoce indígena.
Por Corresponsal
popular para ANRed
Laburando
como negros
“Cuando salí a buscar
trabajo me di cuenta que si dicen buena presencia, quiere decir indígenas y
negros no”. Así comienza Luciano a pintarnos de barro, con esa crudeza del
hartazgo. El mercado de trabajo así como el imaginario social está
segmentarizado, jerarquizado, hay de hecho una división racial y sexual de los
rubros alcanzables, ya seas varón, mujer, trans, con rasgos europeos,
indígenas.
Romina dice al
respecto:“mi vieja trabajó toda la vida en casas y mi viejo como albañil y
herrero. Es difícil salir de los oficios. Cuando trabajé en la Municipalidad,
las que estaban adelante en el mostrador, son mujeres, jóvenes rubias o de tez
blanca. Me parece que es muy difícil por las exigencias de belleza generales
acceder a esos puestos y más allá de ser oscura, soy gorda, soy distinta.”
En las entrevistas
laborales “ser” blanco es un capital simbólico a priori, en detrimento de “ser”
negro o morocho,el color de piel, la forma de hablar y vestir son condiciones que
pone el Otro, que hay que cumplir para acceder a determinados trabajos. Luciano
reflexionaba en base a su experiencia de vida y de miembros/as de comunidades
originarias con las que tiene relación: “Cuando
salí a buscar trabajo me di cuenta que buena presencia quiere decir blancos o
rubios, más allá de los estudios que tengan. Siempre para vender es una “buena
imagen”. Yo trabajo en automotrices y me costaba el doble demostrar que sabía,
después de eso si me daban puestos jerárquicos, pero primero me tenían que
evaluar. A diferencia de que si venía un blanco con la misma experiencia que
yo, le daban legitimidad y verdad al blanco. Yo tenía que estar demostrando.
Eso pasa siempre y con las hermanas mucho más. Primero por ser mujer y segundo
por ser mujeres indígenas, las ven como las más inofensivas, tontas, brutas.
Nosotros siempre decimos que a la mujeres indígenas las tienen como sumisas,
calladas, a diferencia de que a los hombres indígenas que nos temen, es un
salvaje que en cualquier momento puede atacar(...) En una concesionaria trabajé
mucho tiempo, los indígenas y cuerpos racializados no son vendedores de salón.
Tenias que estar en el fondo, en el taller mecánico, haciendo limpieza.
Actualmente trabajo en un lavadero de autos donde son migrantes o de la provincia. Casi
siempre estamos en los trabajos pesados porque se creen que porque sos morocho
tenes más fuerza, o que tenes que hacer ese tipo de trabajo”.
Me matan si robo y si
trabajo me matan. El estereotipo de pibe chorro, presente en la cultura
argentina, siempre se viste de negro, pobre. ¿Por que el blanco,
multimillonario de Benetton, no es asociado a la usurpación, a la estafa, a la
delincuencia? Blancos que se cruzan de calle, se agarran fuerte la cartera,
esquivan sentarse al lado en el subte, violencias cotidianas que viven los
cuerpos racializados en la urbe, algunos por suerte, ya no con vergüenza y
culpa, si no con rabia, indignación y conciencia. “Si va uno de mis hermanos
indígenas a 10 entrevistas no lo escuchan simplemente por el hecho de ser
morocho y el pibe al no tener posibilidad de acceder a trabajar tiene que
recurrir a punguear, simplemente porque no tiene la chance y no tiene otra opción
no le dan la oportunidad, porque no cumple con las condiciones con respecto al
aspecto que se pide . Hoy la gente dice “me robó un negro”, pero ese pibe fue
rechazado, fue desplazado varias veces por eso. Nos toman con miedo, lo veo
diariamente, no puede pararme detrás de alguien en una esquina de semáforo por
que piensa que le voy a robar. Lo más grotesco fue un pibe, que en un semáforo
creyó que estaba robando, se empezó a tocar todos los bolsillos y le dije:
¡Pará loco!, ¿que te
pensas que te estoy robando? No me trates de chorro si ni me conoces.
Ahora de manera activista, me imprimí unos volantitos que dicen:
¿Por qué crees que te voy a robar? ¿Por el color de piel, por la vestimenta?
Si yo fuera rubio no tendrías miedo.
Ahora de manera activista, me imprimí unos volantitos que dicen:
¿Por qué crees que te voy a robar? ¿Por el color de piel, por la vestimenta?
Si yo fuera rubio no tendrías miedo.
De Sarmiento a la izquierda europea
A los 16 años Romina
empezó a preguntar por qué su mamá no hablaba todo el tiempo guaraní, que
pasaba. Le contaron que cuando iba a la escuela le decían que si hablaba
guaraní se le iba a trabar la lengua, su madre fue a la escuela hasta los 10 años. “Es increíble la violencia que se
ejerce hacia las mujeres originarias en Buenos Aires, es llegar a Retiro y
prácticamente olvidarse de todo: el idioma, las prácticas”, parte del
proceso de colonización, de coerción y cohesión ideológica, marcas que también
se llevan en el cuerpo racializado,“nosotras tenemos rulos y mi vieja se
hacía la toca todo el tiempo, se secaba el pelo con la toalla puesta de una
manera para que quede lacio y estirado, incluso hasta hacerse trenzas le
prohibieron”
Al incorporar el
idioma español, para sobrevivir bajo las condiciones de la argentinidad
impuesta a sangre, fuego y castigo, también procuraron despegarse de su acento,
hasta de la música que disfrutaban. Hay una continuidad histórica de
colonización y represión desde el genocidio indígena, fundante del Estado
Nación argentino, es lo que vienen a reivindicar los pueblos originarios, hubo
otros antes de ellos. La educación legítima es la que asume una mirada blanca,
europea, colonizadora y se reafirma así misma diferenciándose de la identidad
originaria.
Romina estudia en el
Profesorado de Historia del ISFD N°41 de Adrogué, al respecto decía: “Me parece una locura que se
tenga como precedente de la Revolución de Haití a la Revolución Francesa ,
son discursos que van ninguneando a las identidades negras e indígenas. Tengo
un profesor de Historia Argentina del siglo XIX que explicaba que con la
campaña en el sur se murieron todos”
Similar recuerda
Luciano de su experiencia en la escuela primaria:“Siempre te hablaban que
eran los vagos, los sucios y los feos, entonces a nosotros nos hacía negarnos.
Acá me está mintiendo el sistema, después me di cuenta.” La institución educativa no es la
única desde donde se propaga el racismo dominante: “En la televisión, en la ficción y
cine nacional no hay indígenas y si los hay son un cuerpo racializado pero no
con su identidad originaria, salvo en los documentales. Es una manera de
negarnos, de invisibilizarnos, de decirnos “no existen”. Al llevar adelante esa
negación hace que mucha gente niegue su identidad.”
Segundas o terceras
generaciones, buscan sus raíces, las protegen y se reivindican, analizan y
accionan desde la violencia ejercida por el Estado colonial. Romina cuenta como
valoriza su identidad y la manifiesta incluso en la estética: “a veces me hago trenzas, me dicen:
ay que lindas ¿pero no estás un poco grande para las trenzas? Yo como mujer,
con mi cuerpo hago lo que quiero, la verdad es que a mi vieja le prohibieron
tanto las trenzas acá, que es contestatario. Mi trenza es contestataria a todo
un blanqueamiento a toda esa represión que hicieron.”
La lucha sigue y
sigue. Eventos recientes como el Foro de Pueblos Originarios, Argentinización y
Genocidio realizado en Mayo en Bahía Blanca, las dos Marchas de Mujeres
Originarias por el Buen Vivir, la constitución de nuevas organizaciones como
Jallalla Juventud a partir del rechazo al DNU del gobierno de M. Macri, el
acampe por la ley 26160, los Encuentros de Juventudes Originarias, el próximo a
realizarse en Enero, todos semilleros de reconstrucción identitaria. A los no
originarios nos invitan a pensar y cuestionar todo aquello aprehendido en el
sistema educativo tradicional y hegemónico. Y es que los puntos de vista
críticos dominados por la izquierda están impregnados de lógicas europeas, de
formas de entender la política con poco arraigo a las raíces culturales de este
territorio. Mucha gente se dio cuenta de que existen los indígenas y que no
fueron todos asimilados, después del asesinato de Santiago Maldonado, que
participaba de un corte de ruta por la libertad del longko Facundo Jones Huala.
Argentinos, chilenos, paraguas, bolitas. No. Atacameño, mapuche, guaraní, o
indígenas lisa y llanamente, para que usted lo comprenda, el DNI nada
representa. Los pueblos existen y crean, más allá de las fronteras.
“Veo que en las
organizaciones sociales que trabajan en las villas como no eran originarios no
lo veían como yo, de que hay que hablar del 12 de octubre, de que dejamos de
ser colonia de España pero que tenemos prácticas españolas. Sin embargo, en los
barrios eran todos morochos, nacieron en Buenos Aires, pero sus padres o
abuelos eran de Santiago, del norte, pueden ser tercera o cuarta generación que
están acá pero son indígenas y de eso no se intentaba concientizar”, vemos que
lo que representa a lo argentino está del mismo lado que lo español, que es
sinónimo de europeo, de conquista. Ser indígena va más allá de una decisión
política, no es algo que se puede tomar o imitar si no que es intrínseco en
ciertos puntos: “el indígena también tiene facebook, whats app, nos vestimos,
estamos civilizados, pero seguimos siendo indígenas”.
Ezequiel se identifica
así mismo reconociéndose en otros anteriores a él:“ser originario significa
entender que uno no lo hace por sí mismo sino por esas vidas que pasaron y no
pudieron vivir de forma distinta, acá los pueblos originarios no buscan ser una
potencia mundial, buscan su vida con la naturaleza y entre los pueblos”.
Ezequiel y Luciano mencionaron no participar en los procesos electorales por identificarlo a las estructuras de poder argentinas y burguesas que se contraponen a sus intereses, el primero sostenía: “mi política pasa por otro lado, desde otra perspectiva, dedico fuerzas a construir, no me gusta esas discusiones si gobierna mejor uno o si gobierna mejor otro, mi política pasa por mi interés que es defender la tierra y mi identidad.”
Ezequiel y Luciano mencionaron no participar en los procesos electorales por identificarlo a las estructuras de poder argentinas y burguesas que se contraponen a sus intereses, el primero sostenía: “mi política pasa por otro lado, desde otra perspectiva, dedico fuerzas a construir, no me gusta esas discusiones si gobierna mejor uno o si gobierna mejor otro, mi política pasa por mi interés que es defender la tierra y mi identidad.”
Este 25 de Diciembre,
a un mes del asesinato por la espalda a Rafael Nahuel, organizarse contra el
olvido sigue siendo una tarea difícil, pero la fuerza de los caídos, la
búsqueda de la dignidad siempre se imponen. En el mismo proceso de
reconstrucción identitaria se encuentran muchos jóvenes indígenas. Desde ese
lugar, invitan desde el Encuentro de Juventudes Originarias a una radio abierta
en Parque Centenario, a las 17 hs, única actividad por el pedido de justicia en
Buenos Aires. La Buenos
Aires que movilizó 130 puntos del país y más de 100.000
personas a Plaza de Mayo al pasar un mes de la desaparición forzada de Santiago
Maldonado. ¿Podrán las corrientes de izquierda, el anarquismo y feminismo
reconocerlos desde su cosmovisión? ¿O repetiremos, una y otra vez, la ceguera
colonial, la valorización folclórica y accidental?
http://www.anred.org/spip.php?article15747
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