miércoles, 13 de diciembre de 2017

"Éramos un ejército de paz laburando en defensa de la Pacha, de la tierra nuestra, del Humedal, de nuestra forma de vida, de nuestra modestia. Sentí una sensación de pares, todos alineados dentro del objetivo de la defensa del territorio, no de que nuestras vidas sean más cómodas o con más confort, sino poder recuperar o defender lo que queda de nuestra tierra que es única y que la necesitamos con la forma original que tiene, porque con la forma original nosotros podemos comer, vivir, curarnos y disfrutar de la vida en armonía”.

“Una guerra sin armas en defensa del humedal y nuestra forma de vida”

Organizaciones debatieron sobre sus problemas y proyectos el domingo 3 de diciembre desde la mañana, en el Tercer Foro Isleño del Delta del Paraná que sesionó en la Comunidad Indígena Punta Querandí. Los objetivos fueron “reforzar la formación de redes interisleñas” y unir las luchas que se dan en isla y en continente. La memoria originaria fue otro de los ejes.

Cecilia Hemming, miembro del Centro Cultural Casa Puente, explicó que “vinimos a realizar el Tercer Foro de Organizaciones Isleras en Punta Querandí como una forma de integrar las luchas y apoyar el espacio contra el desalojo, que no lo van a tener, ¡lo van a resistir!”, expresó con entusiasmo.
“Fue una jornada muy buena porque pudimos integrarnos con personas que no conocíamos y unir los territorios, los humedales son uno solo visto desde el ecosistema”, relató. “Pudimos profundizar en las tres comisiones, donde pensamos nuestras problemáticas desde una mirada autónoma y comunitaria”, agregó.
Estuvieron miembros de la Unión Islera Vecinal (zanjón Miramar y río Luján), Isleños Autoconvocados (de varios ríos de la primera sección), Cooperativa Agarape (Arroyo Correa y San Antonio), Mujeres Isleñas en Lucha (río Sarmiento), Vecinos Plaza La Paloma (Espera y Angostura), Vecinos Arroyo Pacifico, Vecinos por la Secundaria Isleña Autosustentable, Centro Cultural Casa Puente (Arroyo Gambado y Fulminante), Biblioteca Genoveva (Arroyo Felicaria de San Fernando), Observatorio de Humedales Delta y Cooperativa Isla Esperanza (ambos con sede en el Arroyo Anguilas).
Luego de una ronda de presentación debajo del quincho, tuvimos un tiempo especial dedicado a difundir los reclamos, objetivos y problemáticas actuales de la Comunidad Indígena Punta Querandí, hasta que estuvo listo el almuerzo. Después pasamos al Salón Comunitario Cacique Manuá donde comenzó un fluido intercambio sobre distintos aspectos que hacen al acontecer isleño, hasta que nos dividimos en tres grupos para trabajar las comisiones de Tierras, Trabajo y Producción, y Cultura y Educación.
“La idea es que podamos fortalecer estrategias comunes entre las organizaciones, colaborando en aquello que tenemos en común para sumar más fuerza, tanto para nuestra energía creativa de generar proyectos, como de resistir los embates de emprendimientos inmobiliarios sobre nuestros modos de vida”, manifestó Cecilia.
Otro de los referentes de Casa Puente, Pablo Cremona, explicó: “Uno de los ejes del Foro son los conflictos de tierras y Punta Querandí es emblemático en ese punto. Nos llevamos una situación de colaboración y solidaridad con las otras organizaciones que están disputando tierras, para trabajar y hacer fuerza juntos”.
Una de las artífices del Foro es Daniela Batista, nacida y criada en el Delta, sus padres del litoral y una de sus abuelas indígena Charrúa. Ella es referente de la Unión Islera Vecinal, una Sociedad de Fomento ubicada en el Zanjón Miramar y el río Luján.
“Todo lo que vivimos durante la jornada para mí fue como guerrear sin armas, sentí que éramos un ejército de paz laburando en defensa de la Pacha, de la tierra nuestra, del Humedal, de nuestra forma de vida, de nuestra modestia. Sentí una sensación de pares, todos alineados dentro del objetivo de la defensa del territorio, no de que nuestras vidas sean más cómodas o con más confort, sino poder recuperar o defender lo que queda de nuestra tierra que es única y que la necesitamos con la forma original que tiene, porque con la forma original nosotros podemos comer, vivir, curarnos y disfrutar de la vida en armonía”, señaló Daniela.
“Realmente me dio mucha pena ver a mi tierra así”, expresó Daniela al describir su viaje en lancha hasta Punta Querandí: “Todo el río Luján fue el paisaje vi día tras día durante toda mi infancia, lo fui viendo cambiar pero no había ido a Dique por agua hace un montón. Vi carteles de prohibido, propiedad privada y finalmente ese intento de corte de río”, dijo en referencia a la barrera náutica del barrio privado San Benito, en el límite con el territorio arqueológico, sagrado y educativo de los pueblos originarios.
Sobre el Foro, ella explicó que la propuesta es “tejer alianzas y hacer más cosas juntos”, al mismo tiempo que insistió con la necesidad de que tenga un carácter heterogéneo. “Nunca debemos dejar de pensar que hay alguien que puede pensar diferente, lo que a nosotros nos parece una idea genial pude llegar a afectar de alguna forma la vida de algún islero y islera, de alguna planta, algún animal, el curso de agua. Está bueno que siempre haya otro con quien cotejar las ideas y los proyectos para poder hacerlos más grandes y más efectivos”.
Luciano Irribarren, del Observatorio de Humedales, es biólogo y educador ambiental. “Fue muy valioso estar acá, hace a la unión de todas las luchas territoriales que se están dando, en torno a la tierra, a los modos de vida, al derecho al territorio y también a un ambiente sano, a una cultura que ha sido avasallada durante ya demasiado tiempo”, relató el joven. También advirtió sobre el difícil contexto nacional, al destacar “un montón de luchas que se están abriendo, frentes de violencia institucional desde el Estado, desde el Gobierno actual” y ante ese panorama “tenemos que unirnos”.
“Vengo profundizando en el tema de los humedales y todos los conflictos sociales y ambientales que se han abierto. Para mi Punta Querandí era una referencia porque también involucra reclamos muy históricos y muy pendientes de la sociedad argentina y de nuestra lucha americana”, expresó el miembro del Observatorio de Humedales.
NUESTRAS RAÍCES
Las raíces ancestrales del Delta del Paraná y de nosotros mismos no fueron un tema ajeno al Tercer Foro de Organizaciones Isleñas. Estuvo presente en distintos momentos y en el cierre, cuando desde el Consejo de Ancianos de la Comunidad se dio un mensaje llamando a mantener la identidad, la memoria y la espiritualidad de estos territorios. Y en ese sentido, surgió la propuesta de hacer el contacto con el abuelo chaná Blas Jaime  de Entre Ríos, último hablante de esa lengua originaria que hasta poco se creía ya desaparecida, con la idea de hacer una actividad en el verano en Punta Querandí.
“Blas cuenta que se le aparecían sus ancestros en sueños y le dijeron que tenía que hablar, porque él había sido educado para mantenerlo en secreto. Decidió habar porque se lo comunicaron espiritualmente”, contó Luciano del Observatorio de Humedales. “Para mi es muy importante que él pueda venir a hablar a Punta Querandí, que se encuentren, vine hoy con esa misión”.
El biólogo contó que “yo mismo tengo ascendencia indígena de parte de mi mamá, vienen de la Sierra de Córdoba, mi abuelo reivindicaba su sangre aunque él decía que lo habían criado en un contexto de desconocer esas raíces, pero él las buscaba, estaban un poco en Córdoba, en Mendoza, no sabemos bien si eran Huarpes, Comechingones. En esa búsqueda fui a conocer a Blas por algo interno que se me mueve, cuando lo veía me hacía acordar mucho a mi abuelo”.
“Hay un montón de población indígena, mucha no asumida como tal, descendientes, que son la mayoría de la pobreza del país. La historia de pobreza de Latinoamérica tiene que ver con el colonialismo y con esa desigualdad originaria”, expresó el educador ambiental. “El proceso de colonización se estudia en la escuela como algo pasado y en realidad es algo muy presente. Los asesinatos de Rafael Nahuel y Santiago Maldonado están haciendo que tome un estado público muy grande y que la sociedad empiece a debatir esta historia, que en Argentina particularmente hace falta”, manifestó Luciano.
También habló de su ascendencia indígena Daniela Batista, de la Unión Islera Vecinal. “Yo soy nacida y criada en la isla, mis padres son los dos del litoral, gente de campo, mi abuela era Charrúa. Por mi sangre corre el orgullo de la tierra húmeda del litoral y me siento una hija de la tierra, estoy beneficiada por poder vivir en este lugar. Le pago mi tributo trabajando para que nos podamos poner de acuerdo, habitarla en paz y que no haya más muertes”.
Muchos puntos en común existen entre la cultura isleña y la de los pueblos indígenas, señaló Daniela. “El hermano guaraní me hablaba de vincularse con el mundo de alrededor en una relación de paridad, incluso en inferioridad con respecto al río y otros poderes que hay. Eso se asemeja mucho a lo que yo pienso de cómo es la vida con el humedal”, relató la joven, quien dio el cierre del Tercer Foro con una emocionante canción de su autoría que describe los distintos arroyos del Delta.
Pero no es sólo una cuestión de “sangre” conectar con esa identidad ancestral del Delta, como lo demuestra el compromiso de miles de habitantes isleños que son descendientes de europeos y tienen el firme compromiso de defender su naturaleza.
“Para mi hoy es especial, es especial sentir la energía comunitaria del espacio, nos sentimos re bien recibidas. Poder conectar con esa mirada de lo ancestral y de la recuperación de lo identitario que ustedes nos pudieron comunicar, nos fortalece, porque hoy en día hay una política muy desvinculada de lo espiritual. Lo espiritual lo están ganando las religiones y no podemos regalar ese aspecto. Creo que el Foro se lleva más energía comunitaria y espiritual”, concluyó Cecilia Hemming de Casa Puente.

Fuente: https://puntaquerandi.com/2017/12/07/una-guerra-sin-armas-en-defensa-de-nuestra-forma-de-vida/

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