¿Existen las comunas en Venezuela?
21 de febrero de 2017
21 de febrero de 2017
Por Marco
Teruggi
Sí.
Son más de 1700. Se dice que son ficticias, solo existen en el papel. Como todo
proceso de organización popular, las comunas tienen desniveles, tiempos
dispares
Casi no se habla de comunas en Venezuela. Es una excepción ver en
un medio público un informe, reportaje, análisis, debate que hable sobre el
tema. Como si no existieran, salvo en finales de discurso del presidente
Nicolás Maduro cuando llama y enumera a todos los sectores de la sociedad.
La ausencia puede explicarse por la permanente coyuntura en llamas
que no deja espacio para los medianos plazos. En estos días, por ejemplo, uno
de los debates gira en torno a la renovación de los partidos políticos, y,
debajo de ese tema, la gran pregunta: ¿cuándo serán las elecciones a
gobernadores y alcaldes? El tema ocupa titulares, declaraciones, fuegos
abiertos, y tiene, por el momento, un desenlace incierto. Otro punto de agenda
es el ataque de los EEUU al Vicepresidente de la República, Tareck El Aissami,
a quien acusan de narcotraficante y terrorista -el coctel del mal. ¿Qué espacio
queda para las comunas en este contexto?
Lo urgente siempre cubre entonces lo demás. El problema es que ese
demás es precisamente el proyecto estratégico de sociedad desarrollado por Hugo
Chávez. Las comunas no son levantadas como bandera de los logros del proceso,
como espacios donde se ensayan tramas de socialismo, como experiencias
productivas exitosas en un momento donde es necesario mostrar que sí se
produce. No están en la opinión pública.
¿Existen las comunas? Sí. Son más de 1700.
***
Se dice entonces que son ficticias, solo existen en el papel. Se
intenta así desmerecer, anular las comunas, un señalamiento que suele tener por
marca el desconocimiento. Como todo proceso de organización popular, las
comunas tienen desniveles, tiempos dispares, diferencias según su relación con
el Estado, el acompañamiento o no de movimientos populares etc. ¿Algunas son
maquetas antes que experiencias reales de autogobierno? Sin dudas. ¿Cuántas
son? Difícil saberlo.
Resulta interesante hacer el ejercicio al revés, y en lugar de
buscar las que no son lo que deberían ser, ir donde el proceso sí avanza.
Pongamos por caso el estado Portuguesa, granero de Venezuela. En números: para
que todo su territorio -15200 km2- sea comunalmente cubierto son necesarias
unas 130 comunas. En la actualidad existen 110. De esas 110, 64 tienen las
principales instancias de autogobierno constituidas -el Parlamento, el Banco,
la Contraloría, el Ejecutivo. Las demás están en el proceso de conformación.
A su vez 70 de ellas están agrupadas en el Bloque Estadal de
Comunas, instancia regional del Consejo Presidencial de Gobierno Popular para
las Comunas, espacio creado para el cogobierno entre el Presidente de la
República y los Gobiernos comunales. Y aunque el Consejo no haya sido convocado
en todo el 2016 y lo que va del año por el Presidente, su dinámica se ha
desarrollado, en particular en los estados. Es ahí donde parece concentrarse el
salto cualitativo del proceso comunal.
Una comuna no hace el socialismo. Ni miles de comunas hacen al
socialismo -¿quién sabe cómo se hace? Pero un proceso de agrupamiento comunal
en miras de un gobierno de las comunas a nivel de un estado es un avance en esa
dirección. Más aún si son varios estados en ese proceso. Ahí comienza a
condensarse un poder territorial, productivo, con capacidad de autonomía en
caso de ser necesaria. ¿Autonomía para qué? Para, dentro de la unidad del
chavismo, plantearse presionar ante la falta de respuestas políticas y
reivindicativas, por ejemplo. Dar la disputa al interior del movimiento desde
la legitimidad que da la construcción de masas.
Eso fue precisamente lo que hizo recientemente el Bloque de
Comunas de Portuguesa: movilizó a Caracas, a exigirle respuestas al Ministro
del Poder Popular para las Comunas. Lo hizo en autobuses, en la parte de atrás
de los camiones comunales -con sillas con vistas a las estrellas- con lo que
pudo reunir. No es un detalle menor: en un proceso político donde las
iniciativas populares han sido históricamente dependientes del financiamiento
del Estado, la capacidad de movilización propia es una señal de fuerza popular.
Lograron, pasados los días, reunirse con el Ministro e iniciar una
serie de acuerdos.
Los resultados no fueron hasta el momento los esperados.
***
Fuimos a Portuguesa los días posteriores, a filmar, mostrar las
siembras, las Empresas de Propiedad Social, las ideas, debates, conclusiones
políticas a las cuales han llegado. Recorrimos llano adentro -horizonte rajado
de sol- y montaña arriba -selvas con flores naranjas- para sentarnos a
escuchar. La conclusión es, nuevamente: el acumulado político más avanzado se
encuentra en territorios comunales, en particular en zonas campesinas.
-El pueblo es sabio y paciente, ha resistido, pero ya en estos
momentos hay un nivel de indignación ante la no respuesta, queremos pasar a
otro nivel, hacer fuerza para ser escuchados. Nos dijo Nelly Rodríguez, vocera
del Bloque, militante de la Corriente
Revolucionaria Bolívar y Zamora.
El diagnóstico es extendido. La paciencia ante la capa impenetrable
de burocracia -en particular en las regiones- llegó a su límite. ¿Cómo
traducirlo en medidas de presión en este escenario político acupunturista? Es
parte de los debates que se dan las 70 comunas de Portuguesa, que se han
propuesto invitar a las demás Bloques a buscar las formas de hacerse escuchar.
¿Llegó la hora de asumir otro papel? En lo que va del año tuvo lugar un rescate
de tierras de la
Comuna Negro Miguel , en Yaracuy, otro en Sur del Lago, en
Barinas, otra movilización comunera en Guárico. Una lucha no hace un ciclo de
luchas, pero varias pueden indicar que algo comenzó a cambiar: puede pasar a
más o apagarse por falta de articulación, proyección común, condiciones
políticas compartidas.
No se trata de idealizar el entramado comunal. No existe sujeto
político puro, libre de errores y techos. Las comunas son un proceso
eminentemente venezolano, chavista: cargan con las virtudes y falencias del
proyecto. Son -con sus laberintos- los lugares dónde se puede visualizar el
país por-venir, una fuerza ética en un momento de crisis de la misma, espacios
de resistencia centrales en un hipotético escenario de pérdida de Gobierno.
¿Por qué entonces casi no se habla de las comunas? ¿No es esta la época para
hablar de eso, para pensar en eso, meterse en eso?
No existe duda acerca de la importancia del debate de las
elecciones, renovación de partidos, precios internacionales del petróleo,
cambios del gabinete, acuerdos con China, ataques de EEUU, o sacadas de ojos
entre dirigentes de la
derecha. El problema es que de tanto dejar algo de lado se
puede olvidar que existe. Para que no pase es necesario asumir una disputa que
de a poco emerge. No se trata de quejarse sino de encontrar las formas de
revertir el silencio.
Notas.org
Texto completo en: http://www.lahaine.org/iexisten-las-comunas-en-venezuela
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