Ellos dicen la verdad
El genocidio se prueba
con
el testimonio de los sobrevivientes
27 de febrero de 2017
27 de febrero de 2017
Por Nicolás San Marco (Rebelión)
El viernes pasado, 17 de febrero, se conocía la noticia de que,
finalmente, César Santos Gerardo del Corazón de Jesús Milani iba a ser detenido
en La Rioja con prisión preventiva y trasladado a las dependencias del Servicio
Penitenciario de esa provincia. César Milani, había sido designado años atrás,
durante el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, el 3 de julio de 2013,
Jefe del Estado Mayor General del Ejército. En ese entonces, el Centro de
Estudios Legales y Sociales (CELS), que dirige Horacio Verbitsky, impugnó el
ascenso de Milani a ese cargo. Recordemos, también, que aquella promoción contó
con el aval del Frente Para la Victoria
en el Senado de la Nación con el argumento de que la entonces Presidenta
de la Nación así lo había decidido en su carácter de jefa de las Fuerzas
Armadas.
Atrás
quedaban las denuncias de organismos de derechos humanos como El caso es que Milani fue parte del Batallón de Ingenieros 141 del Ejército en
Sin embargo, a pesar del avance y la victoria del campo popular gracias a la independencia política mantenida por los organismos de derechos humanos frente a los gobiernos de turno, Milani llegó a contestar en el contexto del debate sobre su designación como jefe de las FF.AA. que en aquel entonces “tenía 21 años y no ocupaba un cargo de mando y que esos dos hechos lo eximen de responsabilidad" lo cual, implícitamente, desliza el argumento de la noción de obediencia debida: de más estaría decir que existen al momento numerosos casos de imputación hacia subalternos del Ejército, la Armada y
Dicho esto, es incomprensible el silencio del kircherismo al respecto. Es incomprensible el silencio porque fueron los Gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner los que se adjudicaron la victoria de las luchas por levantar y sostener bien en alto la bandera de la Memoria, la Verdad y la Justicia para que Nunca Más nuestra Patria vuelva a sufrir un genocidio. Por esto es que nunca se entendió el empecinamiento de querer situar en lo más alto de las FF.AA. a un militar que tenía denuncias por participación en crímenes de lesa humanidad. Pero lo que más llama la atención es el doble juego de, por un lado, desconocer por parte del Peronismo-Kirchnerismo no sólo el avance que esto significa en materia de Derechos Humanos para el país y el incansable trabajo que han desempeñado los organismos de derechos humanos y, por otro lado, el intento de lavado de manos del ex Director Ejecutivo de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual, Martín Sabbatella, quien ocupó ese cargo entre octubre de 2012 y diciembre de 2015, y quien ha dicho en los últimos días que “si Milani es responsable de crímenes de lesa humanidad debe terminar sus días en la cárcel”. Sin embargo, recordemos solamente, y no precisamente como algo al pasar o como una cuestión anecdótica, que fue el mismo Sabbatella quien dio la orden para que la abogada del Partido Comunista que hoy encabeza la querella contra Milani fuera, en 2014, desafectada de su cargo en el AFSCA –delegada del organismo en La Rioja– precisamente por ser abogada querellante en las causas por delitos de lesa humanidad en esa provincia y denunciar al militar en cuestión.
Se entiende el contexto por el cual quienes defendieron la candidatura de Milani no puedan hacer una autocrítica, comenzando por la ex presidenta: 2017 es un año electoral en Argentina. En gran medida la política argentina se sigue pensando en términos de construcción de personalismos y es por eso que hay quienes defienden que Cristina Kirchner no emita ningún comunicado al respecto dado que fue ella misma quien designó a Milani. Hacerlo implicaría, dicen, un error gravísimo en la construcción de un espacio que le dispute al Macrismo el Congreso en las próximas elecciones. Pero hacer realidad el “volveremos” implica, ni más ni menos, y no en última instancia, ganar las calles, crear poder popular. A no ser, por supuesto, que el “volveremos” quiera decir, traducido, “cerrar” con los mismos de siempre… El “no ensuciar a Cristina” tiene en su fundamento el electoralismo al que estamos acostumbrados.
No podemos dejar de decir que es por lo menos preocupante que el campo popular mantenga en estos días una discusión sobre si Milani es responsable o no, dadas las pruebas y testimonios que aportaron diferentes organismos de derechos humanos y testigos. Más aún, hay quienes se empeñan todavía en defender al militar, como el ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno, quien dijo hace unos días que “César Milani es inocente, no tengo ninguna duda”. Parecería ser que para el Peronismo todo lo ocurrido en materia de derechos humanos en el país es obra de ellos. De nada vale, por ejemplo, los 40 años de querellas presentadas en La Rioja contra genocidas; de nada vale la incansable labor de los organismos de derechos humanos que gracias a la independencia política que mantuvieron durante los gobiernos de turno la llama de la lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia se mantuvo siempre encendida. Jamás pondremos en duda el rol histórico y fundamental que jugaron los Gobiernos kirchneristas en materia de derechos humanos, por eso es como mínimo sorprendente y preocupante los dichos de varios queriendo minimizar el hecho.
Resulta, por lo menos, una suerte de reduccionismo querer atar todo a que es una “movida” del Macrismo para que el campo popular no sólo llegue dividido a las elecciones sino con ninguna alternativa seria. Por supuesto que el Macrismo y los
Es el campo popular en su conjunto el que sacará al Macrismo del Gobierno. Argentina necesita construir una fuerza política plural, amplia, dispuesta a ser permeable a diferentes tradiciones políticas que apunten a la transformación de la realidad en sentido amplio y profundo. Para hacer realidad el “volveremos” el campo popular debería revisar los últimos 12 años de gobiernos. La autocrítica es una de las herramientas más revolucionarias que tenemos los que estamos comprometidos con la construcción de un mundo sin explotados ni explotadores. Los comunistas estaremos en primera fila cada vez haya que enfrentar a la derecha.
A ganar las calles, hoy más que nunca.
Nota:
Nicolás San Marco –
Universidad de Buenos Aires. Investigador del Centro Cultural de la Cooperación.
Fuente:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=223430
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