martes, 28 de febrero de 2017

II. "Nos encontramos en la Era Catastrozoica, del Período “Cabernario”, Época del capitaloceno y el nuevo meteorito que destruye nuestro planeta no viene del espacio exterior, El meteorito de nuestro tiempo se llama capitalismo y resulta inútil tratar de cambiarle el nombre".

El capitaloceno

27 de febrero de 2017


Por Renan Vega Cantor

(...)Extinción de especies -Alarmante reducción en la población de los elefantes: A finales del 2016 se informó que se había reducido en un 30% la población de elefantes en África. La razón principal que explica la disminución de paquidermos es la caza furtiva, para obtener marfil que se destina a China y otras partes de Asia. Se estima que los cazadores furtivos matan unos 30 mil elefantes cada año, principalmente en Tanzania y Mozambique. Un estudio especializado llegó a las siguientes conclusiones: •Las poblaciones de elefantes de sabana se redujeron en un 30 por ciento (lo que equivale a 144.000 elefantes) entre 2007 y 2014. •La tasa de declive actual es de un 8 por ciento por año, principalmente debido a la caza furtiva. La velocidad a la que se reducen las poblaciones ha aumentado entre 2007 y 2014. •Se contaron 352.271 elefantes en los 18 países en los que se realizó el estudio. Esta cifra representa al menos un 93 por ciento de los elefantes de la sabana en tales países. •Un 84 por ciento de la población del estudio fue avistada en zonas legalmente protegidas mientras que el 16 por ciento restante se encontraba en zonas no protegidas. Sin embargo, se descubrió un gran número de elefantes muertos en numerosas zonas protegidas, lo que indicaba que los elefantes se enfrentaban a dificultades tanto dentro como fuera de los parques7.

-Extinción silenciosa de las Jirafas: El animal vivo más alto del mundo está en proceso de extinción. En 1999 la población de esta mamífero africano era de 140 mil individuos, en la actualidad se ha reducido a menos de 80 mil ejemplares. La razón principal de su drástica disminución se encuentra en que su hábitat natural se ha reducido porque las tierras se dedican a la agricultura en los 21 países africanos en donde hay jirafas. También son sometidos a la caza furtiva, porque el tamaño del animal la convierte en un objeto de deseo. Entre las subespecies de jirafa, dos están en inminente peligro de extinción: la jirafa de Rothschild, de la cual sobreviven 1000 ejemplares, y la nigerina, con una población de menos de 300 ejemplares. “La realidad es que algunas subespecies de jirafa están disminuyendo, mientras otras simplemente se desvanecen”, asegura el zoólogo Jordan Schaul. Y eso que este mamífero cuellilargo no tiene depredadores naturales más allá de algún valiente león y, por supuesto, el ser humano”8.

-La muerte de los osos polares Los osos polares son uno de los símbolos más dramáticos del vuelco climático, ya que el calentamiento global les ha ido reduciendo la capa de hielo que es indispensable para su supervivencia. Eso ya es evidente en 19 regiones del Ártico: A causa del cambio climático, la banquisa o hielo marino que se forma sobre el mar en las regiones polares, se está fundiendo más temprano en primavera y se forma más tardíamente en otoño, señalan los investigadores de la revista Cryosphere, de la Unión Europea de Geociencias (EGU). Entre 1979 y 2014, la región perdió de 7 a 19 días de hielo por década en esas 19 regiones, revelaron imágenes satelitales. “A causa de la dependencia (de los osos) del hielo marino, el cambio climático constituye la principal amenaza para su supervivencia”, advierte el informe. Se estima que la población total de Ursus maritimus es de apenas unos 25 000 individuos. Convertidos en emblema de los estragos del cambio climático, estos grandes carnívoros permanecen la mayor parte del tiempo en la banquisa, donde cazan, descansan y se reproducen. Al fundirse los hielos, regresan a tierra firme y deben sobrevivir apelando a sus reservas de grasa durante períodos que se están volviendo cada vez más largos. Y estos grandes palmípedos deben nadar distancias cada vez más largas antes de hallar un lugar donde instalarse. Dependen de la capa de hielo especialmente para cazar las focas, su presa favorita, y tienen cada vez más dificultades para atraparlas mientras nadan9.

-Se incrementa la muerte de abejas: En 1988 había un total de 5 millones de colmenas en Estados Unidos, pero en 2015 pasaron a quedar sólo la mitad, aproximadamente unos 2,5 millones. Murieron el 42,1% de las colonias. La situación es tan crítica que por primera vez el Servicio de Pesca y Vida Salvaje de ese país las incluyó en la lista de especies en peligro. La reducción de abejas es una amenaza directa a la alimentación mundial. Con la desaparición de las abejas mueren gran cantidad de plantas que dependen de ellas y se ven afectados seres humanos y animales que se alimentan de esas plantas. Las causas de su reducción son diversas: generalización de la agricultura intensiva y el uso de plaguicidas; introducción de cultivos modificados genéticamente; transformaciones del medio ambiente y perdida de hábitats; virus y ataques por parte de agentes patógenas y especies invasoras; el cambio climático…10 Sobre este último asunto un estudio de Science concluyó que Los abejorros no se están adaptando bien al cambio climático. En lugar de migrar al norte para buscar temperaturas más clementes, estos insectos cruciales para la polinización están muriendo. “Imagine un tornillo. Ahora imagine que el hábitat del abejorro está en el medio de tornillo”, dijo el principal autor del estudio, Jeremy Kerr, profesor de macroecología y conservación en la Universidad de Ottawa. “A medida que el clima se calienta, las especies de abejorros son aplastadas por este ‘tornillo climático’ que comprime las zonas geográficas en las cuales este insecto puede vivir”, explicó. “El territorio cubierto por los abejorros en el sur de Europa y en América del Norte disminuyó cerca de 300 Km. La amplitud y ritmo de estas pérdidas no tienen precedentes”, dijo Kerr. Estos insectos “en general no logran” migrar al norte. A diferencia de las mariposas, no se relocalizan sino que desaparecen, añadió el estudio11.

-Los otros primates al borde de la extinción: En un artículo aparecido en el New York Times y reproducido por Rebelión se informa: un equipo de 31 primatólogos analizó cada una de las especies conocidas de primates para determinar su situación y concluyó que las noticias sobre el pariente animal más cercano al hombre no son buenas. Tres cuartos de las especies primates están en declive, según descubrieron los científicos, y casi 60 por ciento están en peligro de extinción. Desde gorilas hasta gibones, los primates pasan por un momento mucho peor en la actualidad que durante las décadas recientes debido a la devastación causada por la agricultura, la caza y la minería. […] Hacer un conteo de cada especie primate sobre la Tierra fue un gran reto, en parte debido a que los científicos siguen encontrando nuevas especies. Desde el año 2000, se han identificado 85 nuevas especies de primates, con lo que se suma un total de 505. […] Los científicos han encontrado tantas especies nuevas de primates debido, en parte, a que la destrucción de los bosques facilita el acceso a las poblaciones que alguna vez estuvieron aisladas. […] Todas las especies de simio (gorilas, chimpancés, bonobos, orangutanes y 19 especies de gibones) están en peligro de extinción, al igual que el 87 por ciento de las especies de lémur. Entre las especies en peligro crítico de extinción está el mono araña de cabeza marrón de Ecuador, el colobo rojo del Níger y el macaco negro, una especie de Indonesia que se volvió famosa por haberse tomado una selfi con la cámara de un fotógrafo12.

Reducción de la biodiversidad El Informe Planeta Vivo de la WWF en su undécima edición, publicada a finales del 2016, concluye que la población mundial de peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos ha disminuido en un 58% entre 1970 y 2012. Las poblaciones de agua dulce han disminuidos en un 81%, las poblaciones terrestres en un 38% y las marinas en un 36%. El estudio indica que lo que más influye en la reducción de biodiversidad es la degradación de los hábitats y la sobreexplotación de especies. Según ese estudio el sistema alimentario actual es insostenible, porque el 80% de los terrenos agrícolas en el mundo se destinan a producir carne y lácteos, productos que solo producen el 33% de las proteínas que consume la humanidad13. Otro estudio de Science, de Londres, llega a conclusiones similares, centrándose en la cuantificación del impacto de la perdida de hábitats sobre la diversidad biológica. Esta investigación “utilizó 2,38 millones de registros de 39.123 especies en 18.659 sitios, y determinó que las praderas y estepas -pastizales templados, sabanas y matorrales-, son los biomas más afectados por la pérdida de biodiversidad en el planeta. Se trata de las Grandes Llanuras de Norteamérica, la pampa sudamericana, los veld o praderas de Sudáfrica, las estepas de Asia y las sabanas del sur de Australia”. Se concluye que el cambio en el uso del suelo es la principal razón que explica tan grave problema: “Los investigadores calcularon el actual Índice de Integridad Biológica (BII), que determina la abundancia promedio de especies presentes originalmente, relativos a la abundancia en un hábitat no perturbado. El límite de seguridad de ese índice es 90%, pero los nuevos datos señalan que ya está en 84,6%, considerado bajo el umbral seguro aconsejable. El límite BII se ha cruzado en 22 de 34 hotspot o puntos de mayor biodiversidad del mundo”14.

El término biodiversidad también cobija a la diversidad cultural, la cual está seriamente amenazada por la imposición mundial de los valores del capitalismo. Eso se ejemplifica con lo que acontece con las lenguas del mundo. De las 6912 lenguas que existen en el mundo, por lo menos la mitad de ellas van a desaparecer en las próximas décadas, lo que representa una terrible erosión cultural. Como dice un estudioso del tema: La extinción de ideas que ahora encaramos no tiene paralelo en la historia de la humanidad. Dado que la mayoría de las lenguas del mundo todavía no han sido descritas por los científicos, ni siquiera sabemos qué es lo que nos arriesgamos a perder. […] aunque el conocimiento popular pueda persistir en las culturas modernas […] lo estamos perdiendo a un ritmo alarmante. Esta pérdida viene acompañada de una severa reducción en el número de especies y la cantidad de hábitats. Tal vez las tecnologías del futuro puedan cumplir la promesa de que la humanidad será capaz de sobrevivir en nuestro mundo superpoblado sin hacer uso de este conocimiento ecológico acumulado y, por tanto, no deberíamos entristecernos por su muerte.

Tal vez cultivemos las plantas en invernaderos, criemos a los animales en laboratorios y nos alimentemos gracias a la ingeniería genética. Tal vez no haya nuevas medicinas que encontrar en las selvas. Todos esos argumentos apelan a la ignorancia: no sabemos qué es lo que nos arriesgamos a perder a medida que las lenguas y las tecnologías desaparecen, porque mucho e incluso la mayor parte de eso sigue sin estar documentado. Así, resulta arriesgado pensar que nunca necesitaremos de dicho conocimiento más adelante. ¿Realmente queremos depositar tanta fe en la ciencia futura y prestarle tan poco atención a la ciencia que heredamos?15. “Catástrofes (poco) naturales” En el año de 2016 se presentaron 301 desastres (terremotos, inundaciones, ciclones, tifones, huracanes…) que afectaron a 102 países del mundo, con un aproximado de 400 millones de personas directamente afectadas. El país más golpeado fue la India, con 331 millones de damnificados. Le siguen China, Etiopía, Malaui, Haití, Somalia, Zimbabue, Sudán del Sur, Vietnam y Bangladesh. La mitad de estos desastres fueron inundaciones, motivadas por intensas lluvias, terremotos, sequías e incendios. 16 Estos acontecimientos, en la mayor parte de los casos, tienen un origen que no es nada natural, puesto que son tragedias originadas por el vuelco climático, la extracción desmedida de bienes naturales, la deforestación,… En este caso el término “natural” se emplea para ocultar la responsabilidad del capitalismo, y presentar las desgracias que genera como si fueran producto de fuerzas externas e incontrolables. Vamos a mencionar, como ilustración, dos desastres recientes, uno en California y el otro en Chile -California, Sed en el paraíso capitalista: California, el principal estado de la Unión Americana, y al que algunos catalogan como la quinta economía del mundo, soporta una grave sequía desde hace cinco años y todo indica que continuará en el 2017. Un mapa oficial muestra que un 41% del territorio de ese estado soporta condiciones de sequía extrema o excepcional, donde viven unos 22 millones de personas. El promedio anual de lluvias en el área de Los Ángeles normalmente era de 15 pulgadas, pero desde el 2011 se redujo a 7.8, casi a la mitad. Las autoridades de California ha impuesto medidas de racionamiento de tipo individual, que no atacan el problema de fondo o apelan a unas “soluciones” delirantes, entre las que sobresale cubrir los embalses con millones de pelotas negras para supuestamente frenar la evaporación de agua y evitar la proliferación de algas. En efecto, en el 2015 fueron arrojados 100 millones de pelotas que, entre otras cosas, impiden que los animales beban agua, en un anticipo de lo que está por venir y en la exclusión de otras formas de vida del acceso al agua. Lo que esas autoridades han dejado por fuera son “los bancos, las compañías de petróleo, la industria de embotellamiento de agua y las principales compañías agrícolas en la región del Valle Central que están drenando el agua subterránea. En su plan no están incluidas políticas de largo plazo con respecto a las devastadoras sequías y el cambio climático en el futuro”17. continúa

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