2016:
El año que no fue normal
20 de febrero de 2017
20 de febrero de 2017
El Grupo ETC repasa el 2016. "Apenas
una semana después de sentarse, el “líder del mundo libre” comenzó a poner en
escena su versión ominosa de “El gran dictador” de Charlie Chaplin. Este 2016
también se cumplieron 80 años de otra obra maestra de Chaplin, “Tiempos
modernos”, en la cual los trabajadores quedaban atrapados en la gran máquina y
se convertían en engranajes. Esa perspectiva está totalmente de regreso, tanto
que el Foro Económico Mundial anunció con trompetas la “Cuarta Revolución
Industrial” (4ªRI) en la cual los robots, la biología sintética y la
inteligencia artificial dejarán a millones sin trabajo y sin salario."
¿Así que quieren una (cuarta) revolución? Bueno, veamos…
2016, año agitadísimo en que vimos de todo: el Brexit, la
llegada de Trump, la muerte del querido Leonard Cohen y el Nobel de Literatura
para Bob Dylan. Situación muy bien resumida por Naomi Klein cuando dijo: “el futuro
es radical, pero tenemos que decidir qué tipo de radical queremos”. Apenas una
semana después de sentarse, el “líder del mundo libre” comenzó a poner en
escena su versión ominosa de “El gran dictador”
de Charlie Chaplin. Este 2016 también se cumplieron 80 años de otra obra
maestra de Chaplin, “Tiempos
modernos”, en la cual los trabajadores quedaban atrapados en la
gran máquina y se convertían en engranajes. Esa perspectiva está totalmente de
regreso, tanto que el Foro
Económico Mundial anunció con trompetas la “Cuarta Revolución Industrial” (4ªRI) en la cual los robots, la
biología sintética y la inteligencia artificial dejarán a millones sin trabajo
y sin salario.
Por más de una década, el Grupo ETC ha insistido en la inminente
“convergencia tecnológica”, término antiguo para referirse a la 4ªRI. Nosotros
lo llamamos entonces BANG:
reunión de bits, átomos, neuronas y genes. Pues bien, esta convergencia está
arribando según lo previsto. Hacia el final de 2016, el Foro Económico Mundial declaró que la 4ª Revolución Industrial
ampliaría la brecha entre géneros y dañaría el trabajo de las mujeres más que
el de los hombres (vaya novedad). A fin de año, UNCTAD
informó que la
4ªRI golpearía las economías de países donde dos terceras partes de todos los
trabajos serían remplazados por robots. La banda de Davos se reunió nuevamente
en enero de 2017 para lamerse las heridas por la pérdida de los amados acuerdos
de libre comercio (TPP, TTIP) pero sospechamos que ellos también, a pesar de
lamentarse por la pérdida de empleos, van a terminar promocionando juntos las
bondades de la 4ªRI para agradar a la nueva administración de Estados Unidos.
Después de todo, ¿quién necesita el libre movimiento de personas o bienes
cuando la fuerza de trabajo puede sustituirse por robots y toda la economía
puede digitalizarse? Cuando elNew York
Times le preguntó a Trump si
los robots desplazarían a trabajadores que votaron por él, respondió
alegremente: “claro, lo harán, y nosotros fabricaremos esos robots” (excepto
que al parecer China
será quien los fabrique).
Newt Gingrich, uno de los principales “sustitutos” de Mr. Trump
aseguró a la comunidad tecnológica que “esta
será un administración muy orientada a la ciencia y la tecnología”,
lo que en la práctica significa que las compañías de tecnología seguirán
llevando la voz cantante en Washington. Desde antes de llegar a la Casa Blanca , el
magnate convocó a los 10 principales titanes de la industria de la tecnología a
la sala de juntas de las Torres Trump, para demostrar unidad apostólica entre
su administración y Silicon Valley. Según reportes, los titanes de la
tecnología le pidieron que su administración priorizara la innovación en
“agricultura, infraestructura, manufactura: en todos los campos.” Es decir, la
4ªRI se planteó formalmente en aquella reunión.
¡Hurras! para los activistas de San Francisco, quienes eligieron
protestar contra el emporio Uber en la inauguración del nuevo Ubermensch (Superhombre) de Estados Unidos.
(Cualquier alusión a#DeleteUber es casual).
Muchos temas que el Grupo ETC recuperó del naufragio de 2016
tienen en común la tendencia hacia “lo artificial”.
Inteligencia Artificial (IA)
Mercados artificiales: Hace dos años, Kevin Kelly de la revista Wired argumentó que “los planes de negocios de las
próximas 10 mil nuevas compañías son fáciles de predecir: a X idea nomás
agrégale IA.” Y en 2016, el mercado de la IA se expandió, con una expectativa
de crecimiento de $ 70 mil millones de dólares para finales de 2020 y con un
impacto de entre 14 y 33 billones de dólares en los próximos diez años. Los
indicadores dicen que siete empresas muy conocidas dominarán el espacio de la
inteligencia artificial: Apple, Amazon, Alphabet (Google+), IBM, Facebook,
Tesla y Microsoft, cinco de las cuales son también los líderes de la
deslumbrante Asociación para la Inteligencia
Artificial en
Beneficio de la Gente y la Sociedad (Partnership for AI in Benefit of People
and Society). Todos ellos se enclaustraron en las Torres Trump.
Ir, esquivar, estrellarse: Las estampas más notables de la IA en 2016
van del programa Deep Mind de Google, cuyo cerebro artificial aprendió a encontrar videos de gatos,
a la derrota
sufrida por todos los campeones de GO de China ante el programa, también de Google, “Alpha Go”,
o el éxito arrollador del programa de chat “DoNotPay”,
(un bot conversacional) que logró que 160 mil multas de tránsito fueran
revocadas en Londres y Nueva york, evitando que los infractores pagaran $ 4
millones de dólares. Por supuesto, el lado oscuro y estúpido de esta
automatización también emergió. El 7 de mayo de 2016, Joshua Brown fue el
primer ser humano asesinado por la Inteligencia Artificial ,
pues su auto Tesla se metió debajo de un tráiler cuando tenía el piloto
automático. Hacia el fin de año, Uber
admitió que sus vehículos autónomos cruzaban las calles de San Francisco
durante la luz roja y
que no distinguían el carril de las bicicletas.
Mentes impresionables: en el frente doméstico, Mark Zuckerberg
mostró orgulloso un video en el que aparece su bebé Max, al cuidado de su robot
personal Jarvis (con la dulce voz de Morgan Freeman).Grupos
defensores de los derechos de los niños demandaron que los muñecos con
inteligencia artificial fueran retirados del mercado bajo el argumento de que
los niños estaban siendo víctimas de espionaje corporativo. Ejemplos
espeluznantes son #hellobarbie y My
Friend Cayla. Lo más ominoso es que Microsoft lanzó un Twitter
automático para adolescentes llamado Tay. En solo un día, Tay se
transformó en un bot conversacional racista, altisonante y obsesionado con el
sexo. (Hay rumores de que el Twitter de Donald Trump es en realidad uno de
estos bots de Microsoft, pero no se ha confirmado. Y además, Twitter no llegó a
esa reunión en las Torres Trump.
Climas artificiales
El derretimiento: Desgraciadamente el
cambio climático no desaparece aunque todos nos pongamos radicales. En 2016,
septiembre rompió el record del mes más caliente de la historia pero
julio y agosto compitieron de cerca según la NASA. Los investigadores
tuvieron que duplicar sus predicciones sobre el aumento en el nivel del mar
después de que descubrieron dos nuevas formas en que la Antártica se está
derritiendo, mientras que el Ártico
tiene la cobertura de hielo más delgada de su historia.
Consulten The
World at 1°C, una publicación mensual iniciada en 2016, para
tener un panorama sumamente serio de cómo se sienten las consecuencias locales
de nuestra crisis planetaria.
Remiendo climático: En las postrimerías del Acuerdo de París, la
comunidad climática trata de cuadrar el círculo para estar por abajo del 1.5°C de calentamiento sin
cambiar nada en la economía. Como lo
anticipamos, el tope de 1.5°C se está convirtiendo en la excusa perfecta
para introducir la geoingeniería en el debate sobre el clima. Ahora mismo hay
un enorme coro que clama por el uso de Bioenergía con Captura y Almacenamiento
de Carbono (técnica conocida como BECCS por sus siglas en inglés), aunque un informe del Convenio sobre
Diversidad Biológica de la ONU en 2016 advirtió drásticamente que el uso de
BECCS tendría “significativos impactos negativos sobre la biodiversidad debido
al cambio en el uso del suelo.” La geoingeniería solar también está avanzando
con el cambio en la política de Estados Unidos. Al salir la administración Obama ,
la Casa Blanca
publicó un informeen
el que propone de manera explícita investigación en geoingeniería. Importantes
promotores de la geoingeniería, que seguro se sumarán a la propuesta, están
pasando a formar parte de la nueva administración, incluyendo a Newt
Gingrich (no en el
gabinete de Trump, pero en un puesto importante en el partido replublicano); el
abogado de la Agencia de Protección Ambiental (EPA por sus siglas en inglés) David Schnare y el director de Exxon, Rex Tillerson,
que el nuevo secretario de Estado. Exxon fue la primera empresa petrolera en estudiar
y promover las opciones de geoingeniería (particularmente las tecnologías de
remoción de dióxido de carbono), y el Sr. Tillerson mismo dijo que el cambio
climático solo es un “problema
de ingeniería”. ¿Le gustará a Trump la idea de la geoingeniería?
¡Claro! es grande, es ruda, es reduccionista y es “Made in América”.
Biología artificial:
En 2016 dedicamos una gran cantidad de tiempo y energía a seguir
los desarrollos de la biología sintética, la edición genética, los impulsores
genéticos, la comunicación molecular y más.
Edición genética: como lo anticipamos, la técnica CRISPR para
edición de genes fue un tema crucial todo el año. Tanto en Nueva
York como en Suecia,
las oficinas de relaciones públicas de las industrias interesadas se dedicaron
a promover comestibles cuya genética fue modificada con CRISPR: en la
Universidad de Umëa en
Suecia se sirvió a la prensa pasta con vegetales alterados con CRISPR; además se habló
de la producción de pollo, hongos y maíz.
La disputa de peso completo del año fue por la propiedad legal de
CRISPR (la patente), y llegó a
la corte en
diciembre, junto con las consecuentes batallas por su licenciamiento. El
Instituto Broad/Editas de Harvard, licenció a Monsanto, mientras que
Lab/Caribou Biosciences de Berkley licenció a DuPont y el laboratorio
Charpentier del Instituto Max Planck licenció sus patentes a la líder de la
biología sintética Evolva. También quedó claro que CRISPR mejorado está listo
para salir a escena: diversas técnicas similares de edición genética con
nombres simpáticos como NgAgo y 16sRNA se hicieron públicas este año; Monsanto
licenció una
variante adicional de CRISPR (CPF1), y en un giro interesante de
la batalla por las patentes, Cellectis dijo que sus patentes fundacionales
podrían socavar todo el campo de edición de genes, incluyendo CRISPR.
Impulsores genéticos: más fuera de control que un coche autónomo
de Uber es el campo de los impulsores genéticos, que se expande rápidamente.
Los gene drives, como se
llaman en inglés, son organismos editados genéticamente para esparcirse a
propósito mediante reproducción sexual (¿impulsores sexuales?) para apoderarse
de distintas especies y hacer que colapsen. En 2016, la Fundación Bill
Gates y el
conglomerado Tata de
la India, invirtieron cada una entre $70 y $75 millones de
dólares en la carrera de los impulsores genéticos. Desde la lógica de las
inversiones, el Proyecto de Investigaciones Avanzadas en Defensa (DARPA, por
sus siglas en inglés) es el caballo negro, con una cantidad desconocida de
inversión en su proyecto de “genes seguros”,
que ostensiblemente asegura encontrará formas de retirar del ambiente
impulsores genéticos que estén ocasionando daño. En otros planes de
contingencia para cerrar la caja de Pandora en caso necesario, en junio, el
jinete alfa de los impulsores genéticos, Kevin Esvelt del MIT introdujo su
propuesta de seguridad: losimpulsores
Daisy. En la perspectiva del Grupo ETC, los impulsores Daisy
podrían acelerar perversamente la liberación de esta tecnología, lo que aumenta
el interés por comercializarla. Las declaraciones de Esvelt sobre impulsores
genéticos son erráticas, van descuidadamente de la ansiedad a la precaución. Sospechamos
que él estuvo detrás de la misteriosa decisión de estipular en el acuerdo de licencia
de CRISPR a Monsanto que
no podrían usar CRISPR para producir impulsores genéticos o para la tecnología
Terminator. Creemos que no basta con restringir el acceso a
ciertos aspectos de la patente para impedir que intereses militares,
corporativos u otros aprovechen todo lo posible las características de los
impulsores genéticos.
El movimiento contra los impulsores genéticos también creció en
2016. En junio, la
Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos publicó un muy preocupado informe sobre
impulsores genéticos, con fuertes recomendaciones precautorias.
En septiembre la sociedad civil llamó a unamoratoria
sobre el uso de impulsores genéticos con el respaldo de 30 líderes
ambientales y de organizaciones internacionales, que incluyeron a Jane Goodall
y David Suzuki, en el marco del Congreso Mundial de la Unión Internacional
para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés). La
presión de la sociedad civil fue tan efectiva e inteligente que el IUCN adoptó
una resolución que prohíbe la investigación y desarrollo de los impulsores
genéticos con fines de conservación, pero también para otros propósitos.
Después, en
diciembre, en Cancún, durante la 13ª Conferencia de las Partes
del Convenio sobre Diversidad Biológica (COP13-CDB), más de 170 organizaciones
sociales exigieron a las Partes asumir también una moratoria. Esta técnica de
edición genética se colocó en la agenda para seguirse discutiendo
principalmente ante la insistencia de países africanos y latinoamericanos, a
pesar del despliegue de cientos de cabilderos de la industria biotecnológica
trabajando para Canadá, Australia, Brasil entre otros. Finalmente, la COP13 adoptó
lenguaje precautorio firme sobre
los impulsores genéticos.
Biopiratería digital: Proyecto DivSeek. Afortunadamente, el
ejército de cabilderos en las negociaciones del Convenio sobre Diversidad
Biológica en Cancún, no logró descarrilar una decisión significativa que llama
a discutir los problemas reales de la biopiratería digital. (Donde la
información genética se traduce a secuencias digitales y posibilita que en una
ubicación las empresas de biología sintética y de edición genética puedan
“bajar” los datos y reproducir el ADN o las copias vivas del organismo en
cualquier otro lugar). Esta capacidad para transferir digitalmente la
información genética y convertirla nuevamente en realidad biológica evade (y
potencialmente destruye) los cuidadosos acuerdos que se han tomado en años para
evitar la
biopiratería. El Capitán Garfio de los biopiratas digitales
es al parecer el proyecto de diversos gobiernos DivSeek, que opera desde
Canadá, cuyo objetivo es recolectar todas las bases de datos de la diversidad
de cultivos en un solo lugar, para hacerles el trabajo aún más fácil a los
biopiratas. En 2016, investigaciones
de la Red del Tercer Mundo descubrieron
que DivSeek, posiblemente a través de la Universidad de Colombia Británica,
estaba buscando financiamiento por $ 400 mil dólares de Syngenta y DuPont,
ofreciéndoles en intercambio acceso privilegiado a las secuencias y
oportunidades de patentamiento. Ay.
Alimentos y sabores falsos: en 2016, el Grupo ETC creó un mapa
de países afectados por
los sabores de imitación, fragancias y otros ingredientes de la biología
sintética y también escribió con otros aliados una Guía para el Comprador y comenzó un catálogo muy preocupante de
una larga lista de ingredientes producidos con biología sintética que están a
punto de salir al mercado (o ya lo han hecho). En breve publicaremos la lista. Las compañías
que están tratando de inventar sustitutos de productos derivados de animales
mediante biología sintética, como leche falsa de la empresa Perfect Day ,
o huevos
falsos, de Clara Foods o carne falsa por Impossible Foods, trataron de
organizarse en una burbuja de inversiones en alta tecnología, reinventando sus
presentaciones con frases como “comestibles cultivados”, “agricultura celular”
o “comida limpia”. La compañía de biología sintética Solazyme se rebautizó como
Terravia, pero tendrá que renombrarse nuevamente, ya que uno de susingredientes
derivados de algas fue señalado como causa de enfermedad estomacal de los consumidores de su
producto Soylent. Mientras, una
iniciativa de ley para etiquetar organismos transgénicos pasó finalmente en Estados Unidos,
décadas después de muchísimos otros países; sin embargo, tiene tantos vacíos
que muy pocos transgénicos aparecerán en las etiquetas. En mejores noticias, el Non-GMO-Project,
que certifica productos estadounidenses que no contienen ni transgénicos ni
ingredientes derivarlos de biología sintética, ha colocado su etiqueta de
mariposita a más de 43 mil productos verificados, que representan más de $ 20
mil millones de dólares en ventas anuales. La Junta Estándares
Orgánicos de Estados Unidos de (US Organic Standards) decidió
exigir al Departamento de Agricultura de aquel país que excluyera productos
derivados de edición genética o de biología sintética.
Comunicación molecular: Poco a poco, más allá
de los debates en torno a la biología sintética, surge el campo de la
“comunicación molecular”, en el cual el material genético y los sistemas
biológicos se usan como transportadores de información en el internet biológico de los seres
vivos. Los investigadores en este campo emergente intentan mandar señales
de comunicación en las feromonas o información encriptada en el ADN. Un
experimento desarrollado en el MIT, que se publicó en noviembre de 2016, dio un
ejemplo de las aplicaciones de la comunicación molecular en la agricultura:
presentaron una espinaca
cibernética, con nanotubos incorporados que envían correos
electrónicos a un teléfono si detectan ciertos químicos que también se utilizan
en los explosivos. (¿Suena complicado?) “Esta es una nueva demostración de cómo
hemos superado la barrera comunicacional entre plantas y humanos”, declararon
entusiasmados los investigadores. Hay rumores de que el Twitter
de Donald Trump y la nana de Zuckerberg son en realidad una planta de espinaca,
pero eso no se ha confirmado.
La biotecnología más revolucionaria frívola de 2016:
Nacido para beber: Vinome es
una nueva empresa que asegura que puede producir vinos personalizados según el
genoma.
Olores cruzados: El equipo de Taxa Bisociences falló en entregar
las plantas fosforescentes pero ofrecerán a sus clientes musgo
con esencia de patchouli. No brillará en lo oscuro, pero seguro
tendrá un olor fuerte.
¿Una mordida luminosa? En septiembre supimos que el biohacker y
criador de perros David Ishee utilizó CRISPR para inseminar mastines con genes que
los harían fosforescentes
Agricultura artificial
El sistema alimentario del futuro: En 2016 también vimos que la 4ª
Revolución Industrial alcanzó los campos con lo que se conoce como “agricultura
de precisión”. La industria de la informática masiva obig data atisba el futuro de la agricultura
como uno que “habilita la creciente masa de información ambiental, biológica, y
sobre los factores humanos que gobiernan el crecimiento y rendimiento de los
cultivos” (ver la
fuente aquí) para ayudar a los agricultores (por supuesto, a los
grandes grandes agricultores) a que trabajen de manera más eficiente. En esta
visión, los sensores en los drones pueden medir el agua, los nutrientes y los
químicos a lo largo de los terrenos de cultivo, centímetro por centímetro, y
esa información se sube a una “caja negra” que determina exactamente cuáles
variedades patentadas deben plantarse, cuándo y qué tan frecuentemente rociar
los químicos (también patentados) y cuándo sembrar y cosechar las semillas
editadas genéticamente. Mientras los tractores autónomos (sin conductor)
recorren las parcelas, el agricultor, confiado en que la información se maneja
sola, se sienta en la cocina de su casa a tomarse un cafecito mientras vigila
todo desde su iPad…En una versión más realista de la escena, el ejecutivo de la
corporación puede controlar mejor desde su escritorio cualquier cosa que quiera
hacer el agricultor. En este mundo idílico, todo lo que se relacione con la
producción podría, potencialmente, pasar a ser propiedad de una sola compañía.
Por supuesto, las empresas agrícolas de gran escala son las únicas con capital
suficiente para pagar por la nueva “norma”: la agricultura de precisión.
Chequen algunas de las aplicaciones actuales de la agricultura de
precisión: proyecto vaca
conectada(Connected
Cow, por sus siglas en inglés) de Fujitsu; Cebada
Inteligente (SmartBarley) o Lechuga Robot (lettuce bot) de
Blue River para
tener una idea del mundo agrícola totalmente digitalizado.
Otros eslabones de la cadena alimentaria, los abarrotes, serán
entregados por drones en las puertas de los hogares: en 2016, Amazon hizo su
primera entrega aérea (Prime
Air) de palomitas de maíz y películas a un agricultor en Reino
Unido (quien, si se consolida el mundo soñado por la inteligencia artificial,
no tendrá mucho qué hacer, nomás mirar lo que fue su vida en el History
Channel).
Fiebre por las fusiones: El Grupo ETC ha estado anticipando este
nuevo modelo digital hace ya algunos años, pero en 2016 vimos que la realidad
superó las predicciones con respecto a las nuevas configuraciones corporativas
mundiales. Las fusiones de alto perfil que anticipamos en 2016 a todo
lo largo de la cadena agro-alimentaria industrial comenzaron a tomar forma:
Dow y DuPont, Bayer y Monsanto y Chem China y Syngenta (los de la química y la
genómica agrícolas). Si proceden, es decir, que tengan el respaldo legal de las
oficinas de competencias correspondientes, el sector de los insumos agrícolas
pasará de seis a solamente tres corporaciones dominando el mercado de la
agricultura industrial. En nuestro punto de vista, esas fusiones son sólo el
principio y pronostican un segunda ronda de fusiones, como la de las compañías
de big data con las de maquinaria agrícola. Más
sobre este fenómeno de las fusiones en nuestro análisis de fin de año: “¿Todo se
reduce a controlar el big data?”
En 2016, el Comité sobre Seguridad Alimentaria de la ONU
asumió el tema de
las fusiones y la concentración corporativa, así como sus impactos sobre la
seguridad alimentaria y la nutrición, no en un debate de emergencia, como lo
exigieron muchas organizaciones, sino bajo la forma de pequeñas conversaciones
informales entre los gobiernos, que habrá que seguir cautelosamente. (Pero
debemos reconocer el enorme esfuerzo de la Presidente Sudanesa
del Comité, Amira Gornass, por apoyar el esfuerzo de la sociedad civil).
Conocimiento es poder, y el Grupo ETC trabaja con aliados para
levantar conciencia sobre las amenazas a los campesinos y la agroecología que
implica la concentración de capitales y tecnologías en un puñado de
oligopolios. Estén pendientes del próximo informe del Panel Internacional de
Expertos en Sistemas Alimentarios (IPES-Food,
por sus siglas en inglés) sobre la concentración en los negocios de la
alimentación y la agricultura industriales. Seguiremos buscando oportunidades
para denunciar y evitar estas fusiones en 2017.
En el sueño campesino de un futuro justo, el trabajo aún es
necesario. El trabajo es condición de la igualdad. (…) La idea campesina de la
igualdad reconoce un mundo de escasez, donde la promesa es ayudarse mutuamente
para sobreponerse a la escasez y compartir los productos del trabajo.
John Berger, escritor inglés que en los setenta colocó al
campesinado en el centro de los debates mundiales sobre economía y el futuro de
la humanidad. Murió
el 2 de enero de 2017.
¿Gobernanza artificial?
Si los robots y otros autómatas están apoderándose de las parcelas
y las fábricas, ¿debemos preocuparnos de que también comiencen a ocupar los
congresos, los gabinetes y las salas de negociaciones? Si bien 2016 terminó con
alegatos de guerra cibernética contra la elección de Estados Unidos, un
inquietante tipo de “política digital” está emergiendo. El Partido Pirata (Pirate
Party) recibió más de 14.5% de la votación en Islandia, en una
plataforma que promulgaba la democracia digital directa. Más radicales aún
fueron quienes apoyaron al partido australiano inspirado por elbitcoin (la divisa digital) el “Flux Party”,
que quiere instrumentar la “democracia delegativa”, donde se vota mediante una
cadena de bloques (blockchain) conectada a una aplicación en un teléfono
inteligente. Podría ser cuestión de tiempo antes de que alguien proponga
pasarle toda la administración del gobierno a la nana robot de Zuckerberg, o
tal vez Deep Mind (el programa que encontró videos de gatos) pueda gobernar
cuando no esté jugando Alpha Go.
¿Economías artificiales? Hablando de cadenas de bloques, puede ser que la salida de
Gran Bretaña de la Unión
Europea tenga ciertas ventajas monetarias. Mientras el valor
de la libra baja, la
Primera Ministra May se esmera en presentar al Reino Unido
como una potencia tecnológica, especialmente en el ámbito de las finanzas
(Fintech). En ese contexto, el Bank of England habla cada vez más en serio de
las posibilidades
de emitir monedas digitales, “Central Bank Issued Digital
Currency” o CBDCs. No están solos: según el Foro
Económico Mundial, más de 24 países actualmente investigan las
cadenas de bloques, también conocidas como Digital Ledger Technology o DLT, en
lo que han invertido $ 1 400 millones de dólares en los últimos tres años. Unos
100 bancos centrales de todo el mundo están discutiendo la DLT. Más de 90
corporaciones se han unido al consorcio de cadenas de bloques. Se especula que
80% de los bancos iniciarán proyectos DLT en este 2017.
Gobernanza tecnológica global: En 2016 también tuvo lugar la primera
reunión en Naciones Unidas del nuevo Foro de
Ciencia, Tecnología e Innovación, cuyas siglas en inglés, STI,
son las mismas para las enfermedades de transmisión sexual, STI, lo que es un
poco confuso… También en 2016 iniciaron los trabajos del Grupo Especial de 10
miembros para el Mecanismo de Facilitación de la Tecnología de la Secretaría General
de Naciones Unidas (entre los 10 miembros está nuestra Neth Daño). En América
Latina, más de 30 organizaciones de la sociedad civil, de campesinos, y
movimientos sociales, así como grupos de científicos comprometidos con la
sociedad, lanzaron la primera red regional para la evaluación de las
tecnologías, la Red-TECLA, para colaborar en la realización de evaluaciones
tempranas y críticas de las tecnologías y movilizar la participación de la
sociedad civil en los debates emergentes sobre la tecnología global y su
gobernanza. Mientras tanto, en julio, Janos
Pasztor, el asesor principal del Secretario General de la ONU
sobre cambio climático, estableció un nuevo proyecto global sobre la
gobernanza de la geoingeniería, otro espacio que habrá que
vigilar en 2017.
Más acoso a la sociedad civil: La criminalización de los movimientos
sociales y las organizaciones de la sociedad civil aumentaron notoriamente
durante el año pasado, particularmente en Brasil, después del “golpe de Estado
judicial”. Pueblos indígenas, campesinos peleando por sus territorios y
activistas ambientales fueron los más perseguidos. En 2016, el
informe de Global Witness mostró
que el asesinato de defensores de las tierras y del ambiente (personas y
comunidades defendiendo sus tierras, bosques y ríos) sigue aumentando, con 186
asesinatos en 16 países durante 2015, el registro más alto de la historia. Filipinas ,
Honduras y México se encuentran entre los países más peligrosos para los
defensores ambientales y territoriales. Trágicamente, la ganadora del
prestigiado Goldman Environmental Prize, Berta Cáceres, fue asesinada en Honduras en
marzo de 2016, un crimen que sigue impune.
El gobierno ecuatoriano trató de silenciar la voz de la famosa
organización con 30 años de existencia Acción Ecológica, porque defendieron
públicamente los derechos de los pueblos Shuar del Amazonas, expulsados por las
milicias de Explorcobres, una minera gigante de China. El gobierno
ecuatoriano cejó en su intento después
de recibir protestas de organizaciones y personas de todo el orbe.
Continuaron las campañas para criminalizar los resguardos e
intercambios tradicionales de semillas. Campesinos de África y
América Latina pelearon contra sigilosos acuerdos comerciales bilaterales o
contra legislaciones nacionales que buscan imponer la lógica de UPOV91:
por cuatro décadas, el derecho milenario de 12 mil años de antigüedad a
conservar e intercambiar las semillas se ha “transformado”, de ser un derecho,
a considerarse un privilegio, y finalmente un crimen que debe castigar la
policía, pagada por la sociedad en su conjunto, ahorrándole de paso el dinero
en abogados a las empresas interesadas en terminar con la agricultura
campesina.
Idas y venidas: Hasta el momento en que los robots, los drones y los
bots se apoderen de todo, la ONU sigue barajando lo que tiene a su alcance para
mantener cierta gobernanza en el planeta. Por primera vez en la historia, la
ONU eligió las redes
sociales para
involucrar de manera amplia a la sociedad civil y a ciudadanos en el proceso de
selección del nuevo Secretario General. Nadie alegó que la guerra cibernética
pervirtió ESAS elecciones, pero curiosamente 2016 al parecer fue un año difícil
para los candidatos de Europa en todo el sistema de Naciones Unidas. No solo
vimos un cambio de trabajo en el puesto del Secretario General de la ONU (adiós
Ban Ki Moon, hola António Guterres); también cambió el Director Ejecutivo de
UNEP (adiós Achim Steiner, hola Erik Solheim) y el Secretario Ejecutivo del
Convenio sobre Diversidad Biológica (adiós Braulio Ferreira e Souza, hola
Cristiana Pasca Palmer). Y aunque el liderazgo del Convenio sobre Cambio
Climático (CMNUCC) pasó, técnicamente, de un latinoamericano a otro, de
Christiana Figueres a Patricia Espinosa, se trata de una diplomática que ha
pasado la mayor parte de su carrera en Europa. El puesto de Secretario
Ejecutivo de la Comisión de la FAO sobre Recursos Fitogenéticos sigue vacante.
Nos gustaría tomar un momento para agradecer especialmente a Braulio en el CDB
por su sobresaliente integridad científica y compromiso personal. A pesar de
sus mejores esfuerzos, la biodiversidad no la está pasando bien, pero su legado
—que constituye un regalo para su sucesor— es un Secretariado inteligente,
hábil y que comparte su compromiso.
Conocimiento artificial: lo que no sabemos.
“¿La ciencia está rota?” A inicios de 2016, William
O. Wilson y Pascal-Emmanual Gobry escribieron piezas muy agudas acerca
de las fallas del actual método científico, revelando que mucho de lo que
pensamos que sabemos, de hecho no lo sabemos. Los investigadores examinaron 67
estudios de descubrimiento de fármacos de alto perfil y descubrieron que tres
cuartas partes no eran replicables. Otro estudio, sobre investigación de
cáncer, encontró que sólo 11% de la investigación pre-clínica podía
reproducirse. ¿Porqué? Error humano, especialmente errores en el Excel y en la matemática. En otro
estudio, el uso inadecuado de Microsoft-Excel se identificó
como la causa de errores en
una quinta parte de estudios de genética que usaron el programa para procesar
los datos, junto con el fraude intencionado para convertir resultados
posiblemente buenos en totalmente favorables. También dijeron que los procesos
de revisión arbitrada son ineficaces, y el hecho de que se produce nuevo
conocimiento tan rápido que no puede confirmarse su veracidad. En esta época de
“hechos alternativos”, necesitamos aferrarnos a estándares científicos más rigurosos
y necesitamos conservar un sano escepticismo. Tal vez sea tiempo de volver
obligatorio el curso propuesto en la Universidad de Washington en 2016. Su
título: Calling bullshit in the age of
big data, algo así como “los embustes en la era de la
información masiva” que ofrece al estudiante adquirir herramientas para
detectar los embustes y falsedades “de las que está saturado nuestro mundo.”
Más allá de asumir que no sabemos lo que pensamos que sabemos, en
2016 los gobiernos también dieron pasos atrás, eligiendo a propósito “no
saber”. Durante la reunión del Convenio sobre Diversidad Biológica en Cancún, las partes decidieron suprimir
el grupo de expertos sobre evaluación de riesgos establecido bajo el Protocolo de
Cartagena y descartar documentos guía preparados por los expertos en
transgénicos y biología sintética más importantes del mundo. Mientras,
científicos en Estados Unidos y Canadá se desvivieron por resguardar la
información climática de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos
(EPA), antes de que la presidencia de Trump declare que todo son “noticias
falsas”. A muy pocos días de que comenzó la administración Trump ,
supimos que al servicio de investigación agrícola del gobierno se le prohibió
publicar sus informes internacionales
en los que monitorea el comercio, la alimentación y la agricultura. Así
que incluso si sabemos algo, ¡mejor no decírselo a nadie!
El mejor libro de
2016:
Gordon, Robert J. The rise and fall of American
growth: The US
standard of living since the civil war. Princeton University
Press, 2016.
Este
libro de Robert Gordon no
sólo trata de Estados Unidos ni sólo acerca de cuestiones económicas. Es una
fría y muy sustentada acusación al capitalismo de innovación del ultimo medio siglo. De forma
sorprendente, el libro ha logrado el respeto de economistas que pensamos lo
despreciarían. Gordon argumenta que los días de gloria de la innovación
tecnológica, que comenzaron después de la Guerra Civil en
Estados Unidos se agotaron un siglo después, hacia la década de los setenta. En
su ruta, el libro revisa los desarrollos en alimentación, agricultura, salud,
comunicaciones y transporte, y acumula datos duros y anécdotas ilustrativas
para demostrar que el enorme progreso del siglo en salud pública, vacunas y
antibióticos, combinados con mayor acceso a comida fresca, abonaron a la mejoría
de la salud general y el aumento en la esperanza de vida, resultados que casi
50 años de física y química, biotecnología y mapeo genómico no han logrado
emular ni de lejos. La llegada del radio y el teléfono, asevera Gordon, cambió
las vidas y los sustentos mucho más que Netflix, los celulares o el internet
mismo. A pesar de todo el relumbrón tecnológico de los últimos 50 años, y para
bien o para mal, el automóvil y el avión han cambiado el mundo más que los
satélites y los vuelos espaciales. Gordon no aplaude necesariamente el impacto
social de esos cambios tecnológicos: de hecho, es crítico de lo mucho que está
pasando con la comida industrializada y los medicamentos, pero mientras que
demuestra el profundo impacto de los cambios que la mayoría de nosotros da por
hechos, contrasta el cambio tecnológico ocurrido entre 1870 — 1970 con lo que
ha pasado en los últimos años, desde los setenta, con los miles de aplicaciones
y modelos que crean la ilusión de revoluciones científicas. En los últimos dos
años, otros autores han señalado la disminución en la aparición de nuevas
compañías, el encogimiento del capital de riesgo y cómo varias promesas
tecnológicas simplemente se desvanecen. El contexto histórico que Gordon brinda
debería poner a temblar al Valle del Silicón. Al tiempo que se enfoca en
Estados Unidos, el libro está lleno de hechos pertinentes para el mundo entero,
escrito en un estilo que hace difícil soltarlo para comer.
Lo peor que leímos en 2016:
Moazed, Alex, and Nicholas L.
Johnson. Modern Monopolies:
What It Takes to Dominate the 21st Century Economy. St. Martin's Press,
2016.
Modern Monopolies es un libro
exasperante. Publicado después de un año (2015) en el que ocurrieron en todo el
mundo fusiones y adquisiciones con valor record de casi $4 billones de dólares,
los autores aseguran con entusiasmo que el monopolio es “lo normal de antes”.
Los viejos monopolios de los barones del caucho y los Rockefellers —esos que
las leyes de competencia trataron de romper hace un siglo— realmente no han
cambiado, sino que sufrieron una rotación más rápida. Esto, aparentemente, es
algo bueno. Fuertes leyes anti-monopolio y anti-cárteles pueden darle al
mercado cierta diversidad
ahora, pero los monopolios modernos nos dan diversidad a lo largo del tiempo.
El precio y la potencia de las nuevas tecnologías, insisten los autores,
requieren activos globales y acceso global. La inteligencia artificial, la
nanotecnología y la genómica son demasiado grandes. Necesitan ser Monopolios
para ser efectivos. Antes, los líderes de Fortune
500 permanecían en la lista
por 50 o 60 años, hoy los General Motors o los AT&T se rinden ante los
Apples y los Amazons; que en su turno dejarán el lugar a los Uber y otros
unicornios que ni siquiera están en la imaginación. Nada
de qué preocuparse, hay que ser felices. Hace un cuarto de siglo, el jefe de
investigación de una importante compañía de semillas nos dijo que la
convergencia de empresas de semillas y plaguicidas podría eliminar la
diversidad de cultivos y genética en ese momento, pero ahora los nuevos
Gigantes Genéticos aseguran que brindarán a los agricultores una diversidad
genética mayor, a lo largo del tiempo. Nos aseguraron que vendrían muchísimas
novedades para la agricultura, aun si las parcelas lucían algo desamparadas.
Pero no pasó así. Las megafusiones que estamos combatiendo ahora —que si se
consolidan pondrían bajo el control de tres compañías el 60% de las ventas de
semillas comerciales del mundo y el 71% de las ventas de plaguicidas— conllevan
costos de investigación sumamente altos y resultados de investigación sumamente
pobres. Los monopolios destruyen el incentivo para la innovación, y si las
megafusiones proceden, la Investigación
y Desarrollo en la industria
alimentaria será totalmente redundante. Sin embargo, para matizar nuestras
preocupaciones, recodemos que algunos monopolios nunca cambian.
Agradecimientos y despedidas
Después de más de tres décadas a la encabezando y guiando al CS
Fund, Roxane Turnage dejó de ser la Directora Ejecutiva
y pasó la estafeta a Bailey Malone, en una transición sensible y planificada
que el Grupo ETC espera emular pronto. Bailey tiene tradiciones a las que
apegarse pero también un mundo entero para cambiar. En 2016, nos entristeció la
muerte de Cathleen
Kneen, matriarca del movimiento por la Soberanía Alimentaria
en Canadá y editora de la excelente revista The Ram’s Horn. La lo largo de su vida en
el activism por la alimentación y la justicia social, fue presidenta de Food
Secure Canada, y fue guía indiscutible para el desarrollo de una política
popular canadiense sobre alimentación, ‘People’s Food Policy’,
que incluso alcanzó a influir la administración de Trudeau para comprometerlo a
desarrollar una política
nacional sobre alimentación. Muchas felicidades a nuestros
aliados de Amigos de la
Tierra Internacional por elegir a Karin Nansen de REDES
Uruguay como su nueva y temeraria líder, y a TWN (especialmente a Edward
Hammond) por su investigación que llevó a denunciar el caso de DivSeek.
Gracias, amigos y aliados, por su apoyo en 2016, fue un año
vertiginoso.
Como muchos en la sociedad civil, también enfrentamos retos y
obstáculos. Si aprecian el trabajo del Grupo ETC, por favor consideren apoyar
nuestra existencia con una donación.
Ayudémonos unos a otros a navegar otro año, tal vez más radical
que el 2016.
Y aquí otra frase de John Berger, que pone todo en su justa
medida:
La esperanza no pretende garantizar nada, es una energía.
Una energía que con frecuencia es mucho más fuerte en
circunstancias que son muy oscuras.
Algunas predicciones y anuncios para 2017:
Publicaremos una base de datos con ingredientes de biología
sintética y una nueva versión de ¿Quién
nos alimentará?
La inteligencia artificial se hará cargo de cuestiones más
importantes: la nana artificial de Zuckerberg, Jarvis, será llamada por el
Reino Unido para negociar el Brexit, mientras que el programa DeepMind de
Google recibirá el mandato de resolver los conflictos de negocios de Donald
Trump.
Pat Mooney dejará de ser Director Ejecutivo del Grupo ETC al final
de 2017, y lo sucederán dos co-directores… ¡No! No serán DeepMind y Jarvis,
sino Neth Daño y Jim Thomas.
Habrá una rebelión de decenas de empresitas millonarias contra las
mega-corporaciones oligopólicas multimillonarias.
El Grupo ETC moverá su cuartel general a Filipinas (de hecho
nuestra oficina en Filipinas comenzó a operar ya) pero la transición completa
no terminará hasta que finalmente nos deshagamos de Pat…
DESCARGUE A CONTINUACIÓN LA VERSIÓN PDF :
2016. El año que no fue normal (269,07
kB)
Fuente:
http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Documentos/2016_El_ano_que_no_fue_normal
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