Inundaciones
e incendios,
problemas diferentes con causas similares
10 de febrero de 2017
10 de febrero de 2017
"Las
inundaciones y los incendios deben preocuparnos no sólo por las consecuencias
más evidentes y de corto plazo, sino por el efecto devastador en los
ecosistemas naturales y antrópicos que comprometan la vida de las futuras
generaciones en el planeta."
Por Javier Souza Casadinho,Coordinador
regional de la Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas de América
Latina. RAPAL
Seguramente en los
últimos meses, y más de una vez, hemos escuchado y nos hemos alarmado con
informaciones sobre las inundaciones que padecen zonas del centro norte de
nuestro país y de los focos de incendio que asolan fundamentalmente la zona
sur, principalmente las provincias de Bs. As., La Pampa y de Río Negro.
Lamentamos las pérdidas económicas, la destrucción de hábitats, la pérdida de
vías humanas, ahora bien pocas veces nos detenemos a profundizar las causas de
estos procesos, los naturalizamos atribuyéndoles causas “naturales”, cuando no
divinas, a estos sucesos, con lo cual tratamos de esquivar todo origen
antrópico, esto es, hacernos cargo de que no son accidentes, y que podrán
haberse evitado si fuéramos capaces de incluirnos como seres humanos dentro de
la naturaleza en vez de profundizar la escisión que nos separa cada vez más.
Esta situación da origen a una relación instrumental con el ambiente que se
constituye en fuente de insumos que mediante la extracción, en apariencia
ilimitada, permite sostener nuestras pautas de consumo y además es el destino
donde se intenta volcar, amontonar, nuestros desechos. Es así como la
naturaleza ha pasado de ser sagrada, matriz de creación, a proveedora
“ilimitada” de recursos.
Cada vez con más
frecuencia la naturaleza da muestras de colapso, que esta relación donde los
procesos económicos de producción y sus conexos de extracción, consumo y
descarte que operan sin atender a los ciclos, relaciones y flujos naturales
están agotados. Esto es lo que sucede por ejemplo con las inundaciones. Aquí
actúan de manera sinérgica varios procesos;
A- Las lluvias se han vuelto
aleatorias a causa del calentamiento global y del consecuente cambio climático,
del cual las actividades industriales, agrícolas y el uso desenfrenado de
combustibles en ámbitos urbanos son responsables. En algunas zonas del país las
precipitaciones se han vuelto más frecuentes e intensas.
B- el reemplazo de la
diversidad natural, en el caso por ejemplo de algunas zonas de la provincia de
Córdoba representada por árboles, arbustos y pastos por cultivos anuales para la exportación. Está
claro que la demanda de agua de un árbol es muchísimo menor a la de un cultivo
anual como la soja, con la cual hay más agua en los suelos.
C- el deterioro en
la calidad física, biológica y química de los suelos producto tanto del menor
“retorno” o devolución de materia orgánica como de la mayor aplicación de
fertilizantes y plaguicidas. Entonces llueve más, los suelos son capaces de
retener menos agua, porque poseen un menor contenido de materia orgánica y
además las plantas requieren y absorben menos agua, de allí el exceso que según
la topografía del lugar puede quedarse allí o canalizarse “naturalmente” a
otros lugares originando inundaciones.
¿Es posible modificar esta situación?
Claro que sí, pero los resultados no serán inmediatos. En primer lugar se debe
frenar el desarrollo de los monocultivos a partir de rotaciones agrícolas -
ganaderas con lo cual no solo se mejorara la calidad de los suelos sino además
se requerirán menor cantidad de agrotóxicos. En segundo lugar se deben encarar
estrategias y tecnologías agroecológicas adaptadas a cada zona, clima y
topografía, practicas agroecológicas que no solo posibilitan generar agro
ecosistemas estables y viables económicamente sino capaces de demandar menos
energía no renovables y adaptarse al cambio climático.
Si bien las causas de
los incendios son diferentes encontramos en ellas la misma matriz desaprensiva
de relacionamiento con los bienes comunes naturales. En muchos casos el origen
se halla relacionado con procesos de sequía a los cuales están sometidos los ecosistemas.
Sequías vinculadas a los procesos de cambio climático en lo cual la
aleatoriedad en la frecuencia e intensidad de las lluvias son una constante.
Los vegetales secos son un caldo de cultivo para desencadenar los incendios,
proceso que además requiere de una fuente ígnea , esta puede ser el fuego
utilizado para la caza de animales, la quema de vegetación autóctona para
implantar cultivos o “hace pasto” cuanto no la acción de rayos solares sobre
vidrios acumulados en macro y micro basurales. Al igual que las inundaciones
las causas, mal que nos pesen son humanos, no podemos ni pensar, ni hablar de
la fatalidad.
Las inundaciones y los
incendios deben preocuparnos no sólo por las consecuencias más evidentes y de
corto plazo, sino por el efecto devastador en los ecosistemas naturales y
antrópicos que comprometan la vida de las futuras generaciones en el planeta.
Se están afectando los servicios eco-sistémicos, es decir las acciones que
“gratuitamente” nos brindan los pastizales, los bosques, las selvas. Esto es
absorber dióxido de carbono, producir materia orgánica, reciclar y retener el
agua, brindar alimentos, etc. No hay soluciones sencillas pero sí efectivas,
las cuales deben pasar por el retorno a una relación armónica con la
naturaleza, respetando sus ciclos y relaciones. A su vez modificar las pautas
de producción, consumo y descarte atendiendo a procesos cíclicos más que a
términos lineales de extracción y desecho.
Por último se requiere recuperar un sentido de espiritualidad, una noción de
trascendencia y armonía que nos ligue entre los seres humanos y con la
naturaleza, donde el ser y el estar sean más importantes que el tener y
consumir.
Fuente:
http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Documentos/Inundaciones_e_incendios_problemas_diferentes_con_causas_similares
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