Cinco claves para enfrentar a
las
empresas transnacionales
16 de febrero de 2017
El libro ‘Alternativas al poder corporativo’
recoge 20 propuestas y 90 medidas políticas frente al poder de las grandes
empresas, fruto de la sistematización de 30 experiencias de resistencia,
regulación y propuesta alternativa en América Latina y en Europa.
“Vivimos en el mejor de los mundos, no hay alternativa posible”.
Este es el mensaje con el que nos llevan bombardeando durante décadas, de
manera machacona: el capitalismo ha triunfado y no tiene oposición. Máxima que
se mantiene aún hoy, incluso en los tiempos que corren, donde se evidencia el
colapso ecológico en el que nos encontramos, las crecientes desigualdades que
nos asuelan, la violencia y la exclusión como pan de cada día. “Dentro del
sistema, todo; fuera, el abismo”, añaden ahora, ante el oscuro panorama que se
nos ofrece a la humanidad y al planeta. De esta manera, como cada vez se hace
más complicado vender las virtudes del sistema, centran sus esfuerzos en
destruir toda iniciativa, propuesta, agente y proceso que ose marcar otras
sendas por las que avanzar. El marco de lo posible —nos siguen diciendo— es tan
estrecho como el que define la lógica capitalista y la democracia formal. Se impone
un imaginario dentro de este minúsculo margen, que tratan de inocularnos hasta
que parezca pensado por nosotras mismas: no hay bienestar sin crecimiento
económico; los problemas ecológicos tienen solución tecnológica; el comercio y
la inversión son premisas del desarrollo; si a las grandes corporaciones les va
bien, nos irá bien a todos y todas. Precisamente, son las empresas
transnacionales, principales protagonistas del sistema vigente, quienes más
interés tienen en sostener y difundir este imaginario, como vía para mantener y
ampliar un poder sin igual en la historia: actualmente, 69 de las 100
principales entidades económicas mundiales son empresas y solo 31 Estados.
A la vez, su acceso e incidencia en las decisiones estratégicas es
enorme a través de la labor de lobby, de la corrupción y de las
“puertas giratorias” —auténticas camas redondas público-empresariales, en realidad—;
manejan la información y la comunicación a través del control de seis grandes
conglomerados mundiales; y han impuesto un marco jurídico global plagado de
tratados de comercio e inversión, que configuran una arquitectura de la
impunidad que sitúa en un altar la seguridad en las inversiones, mientras que
los derechos humanos y de la naturaleza se arrodillan. “Las instituciones
financieras multilaterales son necesarias para garantizar la estabilidad de los
países” y “los tratados de libre nos benefician a todos, quedarse fuera es
rezagarse en el progreso”, nos repiten cual mantra.
Pero por mucho que insistan, cada vez más comunidades, movimientos
sociales y gobiernos populares tienen claro que sí hay alternativas, y que todas
ellas transitan por caminos antagónicos a los hoy dominantes. Son alternativas
no solo teóricas, sino sobre todo prácticas, demostrando que se hace camino al
andar y que la disputa es aquí y ahora, para ganar nuestro presente y nuestro
futuro. No hay término ni vía intermedia: o apostamos y defendemos la vida, o
nos hundimos con el capital. El imaginario hegemónico se rompe y se cuestiona
desde la raíz.
Así, por ejemplo, en 2008 se remunicipalizó el servicio del agua
en París, frente a la oposición de las dos más grandes empresas mundiales del
sector (Suez y Veolia), demostrando la viabilidad de lo público frente a la
avaricia corporativa. A su vez, Bolivia había denunciado en 2015 todos y cada
uno de los 22 tratados bilaterales de comercio e inversión firmados hasta esa
fecha, cancelando en 2006 su deuda con el FMI y poniendo fin a su adhesión a
los tribunales de arbitraje del Banco Mundial, sin hundirse ni mucho menos por
ello. Y podemos destacar también, entre muchas otras experiencias, el caso de
la empresa de producción de té FRALIB, recuperada en Marsella por los y las
trabajadoras, evidenciando la posibilidad de que estas dirijan la misma sin
patrón alguno —y además desde una perspectiva agroecológica—, frente al gigante
Unilever, que pretendía deslocalizar dicha planta en Polonia en busca de
menores costos laborales.
Este es el punto de partida de Alternativas
al poder corporativo, un libro que recoge 20 propuestas y 90 medidas
políticas frente al poder de las grandes empresas, fruto de la sistematización
de 30 experiencias de resistencia, regulación y propuesta alternativa en
América Latina y en Europa. Se trata de plantear, de esta manera, toda una
agenda de confrontación con las multinacionales —que necesariamente debe ser
aterrizada a contextos y agentes específicos— cuya meta es, en última
instancia, contribuir a la movilización social y a la agencia política frente
al poder corporativo y al capitalismo, a partir de la sugerencia de una
respuesta humilde pero articulada a las preguntas sobre qué, hacia dónde y cómo
hacerlo.
1. Apuesta inequívoca por la vida frente al capital. Los contextos
climático y energético están poniendo en riesgo la vida tal y como la hemos
conocido, y por ello es necesario disputar espacios a los mercados, la ganancia
y el lucro, posicionando en sentido contrario el bien común, la democracia, el
trabajo y la
sostenibilidad. Es fundamental incidir en la impostergable
transición energética, como propone la cooperativa vasca sin ánimo de lucro
GoiEner que, además de garantizar consumo de energía renovable a sus socias, se
plantea la producción local y social como horizonte. A su vez, es fundamental
priorizar la defensa de la tierra y el territorio frente a los megaproyectos,
tal y como nos muestran miles de experiencias de resistencia, de entre las que
destacamos la articulación de campesinos, maestras y comunidades del istmo de
Tehuantepec (México) frente a los “desiertos eólicos”, en los que participan
empresas como Iberdrola. Esta defensa del territorio en ningún caso conlleva obviar
la apuesta global, como ejemplifica la red de articulación internacional de
sindicatos y movimientos en torno a la empresa minera brasileña Vale, con nodos
que van desde Canadá a Mozambique.
2. Defensa de la democracia y avance del poder popular. Frente a la
democracia de baja intensidad, la única vía posible es la de fortalecer la
regulación y ampliar los procesos participativos. Destacamos aquí la propuesta
de un Tratado de los pueblos impulsada por la campaña global Desmantelando el Poder
Corporativo, que defiende un sistema jurídico internacional en
favor de los derechos humanos y de la naturaleza frente a la lex mercatoria. Igualmente son
muy valiosos ejercicios de democracia directa como las consultas populares
realizadas en muchos lugares del mundo frente a la arremetida de los
megaproyectos, desde la celebrada en 2005 en Sipakapa (Guatemala), ante el
rechazo popular a la entrada de la minera canadiense Goldcorp, al referéndum
realizado en 2011 en Italia en favor del agua como derecho y servicio público,
hito de soberanía popular frente a la privatización.
3. Construcción de economía alternativa. Es fundamental
demostrar la viabilidad de otros principios y sistemas viables de entender la
economía, más allá de la hegemonía absoluta de mercados y grandes empresas.
Así, es importante aprender del ejemplo de REAS en el Estado español, una red
que integra producción basada en el trabajo, mercado social y finanzas en un
sistema de intercooperación articulado y en expansión. O del movimiento de la Vía Campesina , que
impulsa procesos de reforma agraria, apoyo a las economías campesinas y al
modelo agroecológico a partir del enfoque de soberanía alimentaria, tal y como
propone también el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT). Podemos destacar
también el intento de generar nuevas institucionalidades basadas en la
autogestión, como el proyecto de comunas venezolanas.
4. Redistribución radical de bienes y trabajos. No hay emancipación
sin igualdad, por lo que redistribuir es preceptivo. Y no nos referimos
únicamente a los recursos sino que, dentro de una lógica de
desmercantilización, ampliamos la mirada a la propiedad de todo aquello que
resulte fundamental para la sostener la vida, así como de todos los trabajos
necesarios en ese sentido. Destacamos así la apuesta por una compra pública
socialmente responsable, como la impulsada en el Estado español a través de
muchos ayuntamientos; la incidencia en favor de una fiscalidad internacional
que ponga fin a los paraísos fiscales y a la evasión y elusión fiscal; la
realización de auditorías para el impago de la deuda y la nacionalización de
empresas y sectores estratégicos como las llevadas a cabo en Bolivia y
Venezuela en la última década. Además, tenemos mucho que aprender de planes de
igualdad como el hoy vigente en Gipuzkoa, que aborda de manera novedosa y
emancipadora aspectos cruciales como los cuidados y las asimetrías de género.
5. Estrategias corresponsables y articuladas local-globalmente. Para avanzar en
términos de poder popular es fundamental, ahí donde sea posible, el esfuerzo
combinado de instituciones, movimientos sociales y comunidades. Gobiernos que
regulen y también favorezcan la emancipación, organizaciones sociales que sostengan
la agenda de transformación estructural desde una lógica de transición. Este ha
sido el caso del Programa Campesino en Porto Alegre (Brasil), con el que se han
articulado organizaciones campesinas, sindicatos urbanos y la municipalidad
para impulsar una estrategia de alimentación saludable y transición
agroecológica conjunta. Al igual que el caso de Nápoles, donde la municipalidad
otorga valor jurídico a los procesos de autogestión, ensayando nuevas
institucionalidades alternativas.
No podemos caer en el desánimo. Frente al imaginario único, hay
muchos otros imaginarios, viables, en marcha, que disputan espacios al capital.
Esperamos que este y otros trabajos parecidos sirvan para ponerlos en valor y
multiplicar su fuerza. Los pueblos y comunidades sí tenemos alternativas, sí
hay otros mundos posibles.
Gonzalo Fernández Ortiz de Zárate es investigador del Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL) – Paz con Dignidad.
Descargue la Introducción de la publicación (PDF) a continuación:
Fuente: http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Documentos/Cinco_claves_para_enfrentar_a_las_empresas_transnacionales
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