Del agronegocio a la
agrocensura
20 de mayo de 2017
Por Darío Aranda (La NAN)
La comunicación interna del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), la mayor institución “técnica” del agro argentino, es clara: prohíbe a sus trabajadores utilizar el término “agrotóxico” en escritos y publicaciones institucionales. Insta a llamarlos, como proponen las empresas que los venden, “agroquímicos” o “plaguicidas”. Al mismo tiempo, el INTA forma parte e impulsa una campaña para lavar la imagen del agronegocio, la llaman “Red BPA (Buenas Prácticas Agrícolas)”. Comparte políticas e intereses comunes con Monsanto, Bayer, Aapresid (Asociación de Productores de Siembra Directa) y todo el empresariado transgénico. El emisor del correo con la prohibición, Hernán Trebino, defendió su decisión: “Cualquier ingeniero agrónomo sabe que los agroquímicos bien utilizados no producen efectos negativos en la salud”. Y retrucó: “Todo puede ser perjudicial. Si te das una sobredosis de aspirinas, seguro te hace mal”.
El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) fue fundado en 1956 y cuenta con presencia en todas las provincias y cientos de localidades de la Argentina profunda. Es un ente autárquico, aunque está en sintonía con las políticas agrarias marcadas por el gobierno nacional. Sus máximas autoridades son cargos políticos. Suele definirse como una entidad “científico-técnica” del campo y existe un gran sentido de pertenencia de ser “intiano”. Autoridades y los más fanáticos suelen hablar de “familia” del INTA y se ufanan de tener “la camiseta puesta”.
Su organización territorial está conformada por quince “centro
regionales” en los que se divide el país. Son una suerte de provincias dentro
del país INTA. Y tiene sus “gobernadores” (directores regionales). El miércoles
10 de mayo, a las 16.29, uno de esos directores regionales envió un correo a
ocho direcciones, autoridades de la institución. El asunto-título señala “directivas
sobre la comunicación institucional”. El correo electrónico aparece con la etiqueta
de “Importancia: alta”.
“En las comunicaciones de los profesionales, así como en los
materiales impresos, virtuales o en cualquier otro tipo de comunicación
institucional correspondiente al INTA o a alguna de sus unidades, programas,
proyectos, o instrumentos de intervención, cualquiera sea su categoría, deberá
practicarse una abstención irrestricta (en negrita) del empleo de: 1- El nombre
o logo de agrupaciones políticas o partidarias. 2- El término “agrotóxico”, ya
que su empleo implica una posición valorativa negativa que presupone un uso
inadecuado o inapropiado de una alternativa tecnológica que bien empleada no
debería constituirse en riesgo para la salud humana o ambiental. Se debe
emplear “productos fitosanitarios” o “agroquímicos” en vez de “agrotóxicos” o
cualquier otra referencia que implique un posicionamiento sobre estos productos
que no se corresponde con decisión institucional alguna”. Firmado por el
director del Centro Regional Buenos Aires Norte, Hernán J. Trebino.
En la misma comunicación argumenta que la orden se debe a
“situaciones que se originaron en las últimas semanas (…) que originaron los
correspondientes llamamientos desde la Dirección Nacional ”
del INTA. Finaliza con “se solicita pronta difusión y cumplimiento de esta
directiva. Saludos cordiales”.
MODELO
Desde la década del 90, el INTA es uno de los soportes
técnicos-científicos para el avance del modelo transgénico, con uso masivo de
agrotóxicos. Claro que existen áreas específicas y trabajadores que proponen y
trabajan por un modelo cercano a la agricultura familiar, campesina, indígena.
Pero, en el mapa general, reconocen que es una institución parte del
agronegocio, con amplio apoyo técnico y económico al sector empresario y
transgénico. Nunca en las últimas dos décadas autoridades del INTA se hicieron
eco de las denuncias de campesinos, indígenas y académicos sobre las
consecuencias del modelo. Al contrario, suelen estar presente en todos los
eventos las organizaciones “del campo”, como Sociedad Rural, Confederaciones Rurales
(CRA), Coninagro, la
Asociación Argentina de Consorcios Regionales de
Experimentación Agrícola (CREA) y la Asociación de Productores de Siembra
Directa (Aapresid), entre otras.
El máximo
nivel de decisión del INTA es el Consejo Directivo, regido por el Presidente
del INTA (Amadeo Nicora) y el vicepresidente (Mariano Bosch), ambos designados
por el Poder Ejecutivo. El Consejo Directivo cuenta con diez integrantes. Cinco de esas
sillas están ocupadas por
Aún durante la Resolución 125 (2008), el Gobierno mantuvo a la
Mesa de Enlace con sus lugares privilegiados en el manejo del INTA. “De esta
manera, se garantiza una activa participación del sector productivo en la
fijación de las políticas y las estrategias globales de decisión
institucional”, señala el sitio de internet del Instituto.
SOCIOS
El INTA integra
Desde
Los integrantes de
NEGOCIO PARA LAS EMPRESAS
En la propia página web de Asacim existe una
apartado que se titula “socio benefactores”. Y figuran Bayer, BASF, DuPont,
FMC, Dow, Roundup Ready Plus, Syngenta, Atanor, Casafe, CREA, Aapresid y las
radios Mitre, La Red y Continental, entre otros. En la apertura de la jornada
en Pergamino habló Hernán Trebino. Dio la bienvenida y se refirió a las
malezas. La actividad fue considerada un “éxito” por los organizadores. Al día
siguiente, el 10 de mayo, Trebino envió el correo que prohíbe mencionar la
palabra agrotóxico.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=226874
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