Pensamiento débil de
la izquierda frente a
neoliberalismo
socialdemócrata:
Macron como ejemplo
29 de mayo de 2017
Por Alonso Gallardo (Rebelión)
En la construcción del pensamiento individual, pocas veces
reflexionamos, sobre las concepciones inducidas desde el exterior que influyen
en las bases de construcción de nuestras ideas y esto, que siempre formó parte
del debate sobre el saber histórico, recobra especial importancia ahora en los
momentos más álgidos del desarrollo de la “producción” de la información
mediante la telemática, por la cantidad y el servicio que presta dentro de la
lucha de clases, a la construcción de una subjetividad de masas, de apoyo al
sistema político hegemónico neoliberal. Instrumentos empresariales mediáticos
de nulo carácter ético, democrático o profesional, al servicio del imperialismo
decadente global.
Muchas
personas son conscientes de que la crisis que provocó la implosión de la
burbuja inmobiliaria del 2008 en Estados Unidos, la absorbieron los eslabones
económicos y sociales más frágiles del extrarradio global, a través de los
tratados de libre comercio y circulación monetaria, impuestos por el
neoliberalismo conservador y socialdemócrata (como el euro por la Europa de los
mercaderes) Pero mediáticamente tejieron la duda social para recuperar el
capital perdido, con el infundio del mito inculcado a las masas de que estas
políticas de austeridad y recortes son para salvar el estado de bienestar, base
del pacto social del proyecto europeo histórico. Ocultando mediáticamente la cúpula
neoliberal el proceso que están perpetrando, de acumulación de capital por
explotación y desposesión de las clases trabajadoras, para enfrentar la crisis
global del sistema capitalista de producción y para la confrontación militar
con las potencias emergentes. Las guerras que vemos y conocemos.Pero las políticas austericidas para superar la crisis global, han tenido consecuencias para el proyecto ideológico y político bipartidista de la oligarquía neoliberal, dirigida desde el FMI y la OTAN, basada sobre una supuesta competencia entre la línea conservadora y socialdemócrata, base del bipartidismo histórico y de hegemonía en la derecha y la izquierda social. Política que salta por los aires públicamente con la formación de un gobierno de izquierdas en Grecia en el 2015 por YIRIZA. Previamente se asoma con el triunfo de Podemos en España en las europeas del 2014 y paralelo a esto, el auge del populismo de derechas del FN de Lepén en Francia o el Grillo en Italia, entre otras expresiones populistas en el resto de Europa (siendo el fenómeno global al ser la crisis del sistema capitalista de producción global). Esto quiere decir, como se está demostrando en todos los países que se convocan elecciones, que la estrategia del bipartidismo neoliberal bajo la apariencia conservadora y socialdemócrata, salta por los aires. Lo vemos en países como EE.UU., Gran Bretaña, España, Italia o actualmente Francia.
Pero el neoliberalismo proyecta nuevos ejes de dominación ideológica del pensamiento débil. Si bien la crisis del neoliberalismo afecta a las dos patas, las principales consecuencias las está sufriendo hasta ahora el proyecto neoliberal socialdemócrata, porque allí donde surgen proyectos populistas nacionales de izquierdas son barridos literalmente, como vemos en Grecia, España o más recientemente Francia, al estar situada la contradicción antagónica de clases actualmente, entre el proyecto popular nacional de izquierdas y el proyecto global neoliberal austericida. Pero donde no han triunfado ni han roto con el neoliberalismo como en EE.UU o Gran Bretaña, todo funciona dentro de la entente entre las dos patas del neoliberalismo y el populismo de derechas. Pero la debacle neoliberal socialdemócrata en Francia, aporta nuevos datos con un gobierno de concentración neoliberal en un solo partido, con todos los formatos políticos neoliberales de izquierda, centro y derecha.
Como nuevas estrategias tenemos, que el populismo de derechas es proyectado entre las masas por los
La creación por el neoliberalismo de una subjetividad de masas sobre
el populismo de derechas como proyectos fascistas, sirve para ocultar en la
división de la oligarquía, a un sector nacional que busca el proteccionismo
económico y el estado burgués como instrumento para superar la crisis global.
Lo que homologuemos de estas fuerzas populistas de derechas con el fascismo
histórico, debemos hacerlo desde su práctica política violenta, xenófoba o
homofóbica, porque literalmente en estos temas, el Partido Popular de España es
más reaccionario que el Frente Nacional francés de Lepén. Es más, podemos
añadirle al PP, que a esa falta de defensa de los valores democráticos de
igualdad, la justificación política que dan al golpe militar fascista y
genocida de 1936, triunfante por el apoyo económico y militar de la Alemania
nazi y la Italia fascista, por el boicot que está haciendo a la ley de memoria
histórica y por la política económica y social austericida que ejecuta. Lo mismo de muchos
otros partidos conservadores neoliberales como el alemán de Merkel o los
republicanos de Bush. Sólo desde un pensamiento débil, que no parte de un
análisis propio de la realidad concreta y que hacen suyo por la comodidad de la
delegación política, la historia mediática del neoliberalismo como el sistema
económico menos malo conocido, se podrá pensar que Macron como neoliberal
socialdemócrata, defenderá el pequeño estado de bienestar que aun nos queda,
para la clase obrera.
Sectores de los que conforman el pensamiento débil de la izquierda, suscribieron públicamente cantos para aupar al neoliberal Macron a la presidencia, tomando opción en una pelea entre representantes de la oligarquía francesa, para parar al fascismo. ¿Pero realmente el viejo fascismo, marginal, mercenario y subvencionado desde las instituciones neoliberales y empresarios como en Grecia al Amanecer Dorado, para repartir comida al patrio y boicotear a la izquierda o como en España, para bloquear la embajada venezolana son algún problema? O él mismo representa al nuevo fascismo, imperialista y genocida en lo económico, político e ideológico (1) Lo demuestra el que dirigentes y cuadros neoliberales socialistas, conservadores y centristas, se decantan por la entrada en el nuevo partido sin estructura ni historia. Valls, primer ministro socialista neoliberal francés junto con Juppe, candidato conservador neoliberal a la presidencia así lo hacen, visualizando el fin del bipartidismo neoliberal con la creación mediática de un enemigo superior para la humanidad, que motive la confluencia del voto en ellos de un amplio espectro social burgués, democrático y progresista. Pero que dará continuidad a la Europa euroalemana, antidemocrática e imperialista, fortaleciendo como ha prometido en público al poder oligárquico en su triunfo, las políticas austericidas y la intervención imperialista para defender sus intereses coloniales en África y Oriente Medio y con la OTAN, la confrontación militar con China, Rusia y resto de potencias emergentes, bajo la dirección política y militar de los EE.UU.
Pero, poco a poco los sectores sociales van superando el prejuicioso pensamiento débil, por la fuerza de la unidad de la izquierda popular, de ahí el gran acierto de Mélenchon de no pronunciarse por el voto a Macron como representante de la oligarquía imperialista neoliberal, en competición electoral con la oligarquía conservadora proteccionista. Lo vemos con Jeremy Corbyn en Gran Bretaña, asumiendo la nueva realidad del brexit desde la perspectiva de los intereses generales del pueblo y no de la City, rompiendo con el pensamiento débil construido desde el laborismo neoliberal de Tony Blair, con un programa de nacionalizaciones y recuperación de los derechos sociales de la clase trabajadora o con Bernie Sanders en EE.UU, sacudiéndose el yugo neoliberal imperialista de
Lo vimos también en la última campaña electoral española, con el rechazo de Unidos Podemos a la propuesta de un gobierno con el PSOE y Cs, bajo un programa neoliberal previamente cocinado por el neoliberalismo socialdemócrata del PSOE, que prefirió con su abstención a un gobierno corrupto de la extrema derecha de Rajoy a una alianza popular de izquierdas o donde el actual candidato por la izquierda a la secretaría general Pedro Sánchez, ha superado al aparato neoliberal y poderes mediáticos del PSOE, donde sólo le falta decidir si rompe públicamente con el pensamiento débil ligado al neoliberalismo con todas las consecuencias o sigue repartiendo el mantra, de que Unidos Podemos fue quien negó el gobierno de izquierdas alternativo al neoliberalismo conservador.
Nota:
Alonso Gallardo. Militante comunista por la
confluencia popular.
Fuente:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=22720629 de mayo de 2017
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