Se cumplen 50 años de
la matanza de Tlatelolco
la matanza de Tlatelolco
29 de septiembre de 2018
Por Manuel García Gallardo (Rebelión)
¡CONTRA LA
PARED HIJOS DE LA CHINGADA! ¡AHORITA LES VAMOS A DAR SU
REVOLUCION! (frase histórica de los mandos del ejército mexicano al detener la
cúpula estudiantil reunida en la plaza de Tlatelolco)
Se cumplen
los cincuenta años de la matanza de estudiantes en Tlatelolco y después de
medio siglo no se ha apagado ese sentimiento de indignación y de rabia del
pueblo mexicano. Siguen pasando los años y las conmemoraciones pero el juicio
histórico y político, aunque parezca mentira, está aún por hacerse. Los
culpables amparados por un sistema que premia con la impunidad han logrado
escapar al cerco de Díaz Ordaz no es más que un perverso matarife de guante blanco y levita sólo comparable al conquistador Hernán Cortés que inició el genocidio del pueblo Azteca también en la misma plaza de Tlatelolco un día 13 de agosto de 1521. Para mayor ironía semanas después de la matanza el verdugo de Díaz Ordaz inauguró los Juegos Olímpicos del 68 con una suelta de palomas de la paz en el estadio Azteca tras encomendarse a la protección de la virgen de Guadalupe. Lo más curioso es que ningún país se retiró de la Olimpiada o hizo una declaración de protesta por
El año 1968 será recordado en la historia de la humanidad como un
año de revueltas y agitación social: el mayo del 68 francés, la primavera de
Praga, el movimiento hippie, las panteras negras en EEUU o las manifestaciones
en contra de la guerra del Vietnam. También se produjo el asesinato de Martín
Luther King y el de Robert Kennedy, y como, no: Tlatelolco, que es el funesto
suceso que más nos atañe a los latinoamericanos.
El
movimiento estudiantil mexicano se declaraba
antiimperialista, libertario y antisistema. Indignados protestaban contra el
autoritarismo y la represión policial propiciada por el gobierno, la violación
de la autonomía universitaria y la exigencia de un sin fin de reformas sociales
necesarias para consolidar un sistema plural y democrático. En esos años gobernaba el PRI, partido que ejercía un poder omnímodo,
monolítico sin apenas oposición, en donde no existían errores y el jefe máximo
era glorificado por la camarilla oficialista. Cada una de sus palabras se
consideraban sagradas y todos los medios de comunicación y la élite intelectual
tenían que hacerle venias a su majestad todopoderosa.No existía la posibilidad de hablar mal del presidente, caricaturizarlo y menos denunciar como él y sus secuaces desfalcaron millones de pesos del erario público. Lo más natural era que los grandes dignatarios y sus cortesanos salieran multimillonarios del palacio de presidencial de los Pinos.
Bala, cañonazos y bayoneta calada fueron las órdenes impartidas por el sucesor de Díaz Ordaz, Luís Echevarría, en ese entonces Secretario de Gobernación, con el fin de reprimir y desmovilizar las protestas estudiantiles. Estos dirigentes corruptos, asesinos a sueldo de los norteamericanos, en los libros de historia siguen siendo renombrados como próceres beneméritos del orden y la ley.
A las órdenes del gobierno rendían información a la dirección federal de seguridad y a la CIA que infiltraron el movimiento estudiantil y enviaban informes al presidente de
Por ese entonces las protestas estudiantiles se recrudecían en todo México con un clamor y apasionamiento revolucionario jamás visto.
El 13 de septiembre de 1968 más de 200.000 jóvenes tomaron el Zócalo
capitalino, bajo el lema de “Únete
pueblo” en la llamada “marcha del silencio” con todos los manifestantes
amordazados con pancartas de:¡democracia directa y concreta ya! ¡Abajo el gobierno y la burguesía!
Pero lo peor estaba por llegar ese día aciago dos de octubre de 1968 cuando los estudiantes de
Inmediatamente el régimen priista acusó a los estudiantes de traidores a la patria y de estar financiados, entrenados y armados por los soviéticos y los cubanos. “Los estudiantes no tenían otra intención que desestabilizar la institucionalidad”.
Lo titulares de prensa del día 3 de octubre (recogidos en el libro “la Noche de Tlatelolco” de Elena Poniatowska) son bastante elocuentes: -Esos son los instigadores de un golpe bolchevique (Liga Comunista 23 de septiembre) Excélsior: Recio Combate al Dispersar el Ejército un Mitin de Huelguistas. 20 muertos, 75 heridos y 400 presos; Novedades: Balacera entre francotiradores y el Ejército en ciudad e Tlatelolco. 25 muertos, 87 lesionados; El Universal: Tlatelolco, Campo de Batalla. Durante varias horas terroristas y soldados mantuvieron rudo combate.29 muertos y más de 80 heridos en ambos bandos; 1000 detenidos; El Día: criminal provocación en el mitin de Tlatelolco causó sangriento zafarrancho. El número de civiles que perdieron la vida o resultaron lesionados es todavía impreciso; El Heraldo: Sangriento encuentro en Tlatelolco. 26 muertos y 71 heridos. Francotiradores dispararon contra el ejército: el general Toledo lesionado;
Los medios de comunicación fueron cómplices de la satanización del movimiento estudiantil.
Testigos de la matanza dicen que a las 18 horas 15 minutos vieron acercarse a un helicóptero militar que dio varias vueltas sobre la plaza lanzando bengalas luminosas. “Parecía como en Vietnam. Van a atacar-dijo-, pero nadie le creyó” Así lo reflejó en su libro “Dal Vietnam al Messico” la famosa periodista Oriana Fallaci presente ese día en
En el curso de la operación se detuvieron e identificaron a unos 3000 manifestantes, a los “cabecillas” los desnudaron, los golpearon con saña y se les remitió en camiones a distintas cárceles o campos militares para interrogarlos. Mientras que a los periodistas se les confiscó todo el material gráfico y fílmico. Rápidamente se retiraron los cuerpos de los muertos y los heridos cubriendo los charcos de sangre con aserrín. Más tarde toda la plaza sería lavada a manguerazos por los basureros municipales con la intención de borrar las huellas de
Luego se demostró que la mayoría de las víctimas tenían heridas de
bala en la espalda, los glúteos o en las piernas. En medio de tremenda
desbandada entre llantos, alaridos fueron cobardemente fusilados a traición.
Paradójicamente todo este drama se desarrolló en las ruinas del templo azteca Teocali donde en la época prehispánica se
hacían sacrificios humanos.
Los militares premiados en
No sólo se les premió con ascensos sino también con un aumento en sus prestaciones, autos LTD último modelo y viajes a Disneylandia. Díaz Ordaz, activo colaborador de la CIA (como tantos otros gobernantes latinoamericanos) -a partir de revelaciones del agente Philip Agee que denunció a los miembros destacados del Proyecto Litempo (especialistas en planear incursiones, arrestos y otras actividades represivas). Díaz Ordaz incluso por ser uno de los estadistas mejicanos “de mayor prestigio” fue nombrado a finales de los años setentas embajador en España. Siempre se vanaglorió de que él había salvado a México de la catástrofe. Y así lo contaba la historia oficial hasta que hace muy pocos años pruebas más contundentes salieron a relucir desmintiendo esta versión. El ex presidente yace hoy enterrado en el pabellón de próceres ilustres (Panteón Jardín)
Un año después de la matanza el presidente Díaz Ordaz pronunció un discurso en el quinto informe de gobierno donde asumió toda responsabilidad ética, social, jurídica y política por las decisiones del gobierno en la operación militar de la plaza de Tlatelolco.
Aunque nosotros ingenuamente y con buenas intenciones pensemos que una tragedia tan desgarradora no podía volverse a repetir pero en el 2014 la matanza de estudiantes de Ayotzinapa nos devuelve a la cruel realidad. Este no es más que otro crimen de estado donde 43 estudiantes (hijos de familias indígenas campesinas) de la escuela rural de Ayotzinapa (Guerrero) fueron asesinados a manos de policías de Iguala en alianza con los carteles de la droga por orden del gobernador Ángel Aguirre y el círculo político del presidente municipal José Luis Abarca y María de los Ángeles Pineda (Hermana de los líderes del cartel Guerreros Unidos) A los estudiantes los confundieron con miembros del Cartel de los Rojos, sus más aguerridos rivales. Y encima las fuerzas del orden y los servicios de información les consideraban rebeldes, comunistas y antisistema asociados a la guerrilla de los años setentas en Guerrero.
Olvera Acevedo diputado del PRI declaró en 2011: “si el gobierno mexicano actuó de esa manera fue porque defendió un concepto institucional” “en el 68 se produjo en México un enfrentamiento entre la KGB y
Este es el acto de cobardía más execrable del que se recuerde en la historia contemporánea mexicana. ¿Cuántos cayeron a ciencia cierta? ¿325 muertos? ¿400 muertos? la cifra exacta es un enigma, y además la represión dejó miles de heridos, 3.000 detenidos, los líderes y activistas golpeados, conducidos a los cuarteles militares donde sufrieron torturas y luego algunos desaparecieron sin dejar rastro (testigos aseveran que los quemaron para luego lanzarlos en los basureros)
La justicia ha determinado, con base a testimonios del general García Barragán (comprometido en la operación) que el Exjefe del Estado Mayor Presidencial General Luis Gutiérrez Oropeza había ordenado a sus subalternos disparar contra los manifestantes en la plaza de Tlatelolco – (con el visto bueno del presidente de la república) Aunque ninguno de los principales implicados en el genocidio asumen su culpabilidad y prefieren guardar silencio “No saben, no contestan”
Díaz Ordaz junto a sus esbirros Luís Echevarría, Secretario de Gobernación y Marcelino García Barragán,Secretario de Defensa son los directos responsables del asesinato, desaparición y tortura de cientos de estudiantes a los que hoy se homenajean como mártires de la libertad.
No podemos cejar en el empeño de perseguir a los asesinos, aunque la mayoría ya hayan fallecido, porque estos crímenes de lesa humanidad jamás prescriben en el ordenamiento jurídico de los tribunales internacionales. El estado mexicano es el directo culpable de esta horrorosa tragedia y sin dilaciones debe pagar una justa reparación moral y económica a todas las víctimas y sus familiares.
¡Qué frágil y efímera es la memoria!
Ese día sangriento del 2 de octubre de 1968, en medio de la espantosa balacera, nació un nuevo México, un México que a pesar de todo sigue reafirmándose en el espíritu revolucionario que inspiraron sus héroes populares Pancho Villa y Emiliano Zapata a principios del siglo XX.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=247130
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