La Patagonia, la lucha mapuche por
la sobrevivencia del planeta
7
de septiembre de 2018
“Estamos recuperando
el territorio, porque desafortunadamente, en el caso del pueblo mapuche,
vivimos en un paraíso que es la tentación de las grandes corporaciones y los
multimillonarios famosos que meten sus tentáculos extractivistas, sus
tentáculos ambiciosos, a nuestro territorio,” dice Moira Millán, weychafe o
defensora del pueblo mapuche e integrante de la Marcha de Mujeres Originarias.
Mientras se endurecen
las fronteras trazadas desde arriba, desde abajo las resistencias empiezan a
converger como ríos subterráneos. Es así que la Patagonia —esa tierra lejana y
casi mítica para la mayor parte de la población planetaria— se destaca como un
campo de batalla estratégica en la lucha entre la vida y la muerte que
enfrentamos hoy.
Las reservas más
grandes y puras de agua del planeta se encuentran en la Patagonia, congeladas
en glaciares y fluyendo en sus ríos y lagos, tanto en el lado de Chile como en
la parte ubicada en el sur de Argentina. Allí también hay grandes bosques y
biodiversidad, además de ser una zona que sirve para medir —y disminuir— el
avance del cambio climático. Es territorio ancestral del pueblo mapuche, y
ahora está en disputa por las incursiones de grandes corporaciones
trasnacionales y los súper ricos. Los megaproyectos extractivistas, tales como
hidroeléctricos y mineras, y la privatización de su territorio para convertirlo
en refugio de magnates, amenazan el futuro del pueblo que ha sido guardián de
esta parte del mundo.
“Estamos recuperando
el territorio, porque desafortunadamente, en el caso del pueblo mapuche,
vivimos en un paraíso que es la tentación de las grandes corporaciones y los
multimillonarios famosos que meten sus tentáculos extractivistas, sus
tentáculos ambiciosos, a nuestro territorio,” dice Moira Millán, weychafe o
defensora del pueblo mapuche e integrante de la Marcha de Mujeres Originarias.
Mientras es más
conocida la lucha y la represión del pueblo mapuche en Chile, el pueblo mapuche
en Argentina lleva a cabo una resistencia para la defensa de su territorio
desde finales del siglo XIX, cuando el estado lanzó “la Conquista del Desierto”
que buscó expulsarlos y despojarles de sus tierras y recursos. Después, en los
años 90, el estado promovió la venta de la tierra a precios irrisorios, como si
no existieran las comunidades indígenas allá, ni mucho menos sus derechos.
Entre los compradores
destacan la empresa italiana de suéteres de la marca global Benetton, que
compró casi un millón de hectáreas de tierras ancestrales, el actor Silvestre
Stallone, el financiero George Soros y otros ricos
y famososque ahora poseen lagos y montañas enteros para ellos.
El gobierno actual de
Argentina ha emprendido una lucha feroz contra los pueblos originarios, con
asesinatos —como el más reciente de Rafael Nahuel a manos de la policía—, el
encarcelamiento político y la criminalización de defensores y defensoras de la
tierra.
En este momento Moira
Millán enfrenta el cargo de “coacción agravada”, por su participación en una
manifestación pacífica. El 27 de junio fue retenida por la policía en el
aeropuerto en un acto de persecución claramente vinculado a la represión del
movimiento, y según la orden, tiene que presentarse el 19 de septiembre para
una audiencia. Ella es dirigente y una voz imprescindible para la liberación de
su pueblo y su territorio, que ha luchado íntegramente, como mapuche, mujer y
madre.
“Nuestro cuerpo
territorio y el territorio corporal son una unidad indivisible para nosotras.
El ensañamiento contra nosotras viene
de la debilidad del sistema capitalista y patriarcal,” dijo en un pronunciamiento
el 8 de marzo. Bajo el eslogan de “libre determinación sobre nuestro
territorio, nuestros pueblos y nuestros cuerpos”, su organización la Marcha de
las Mujeres defiende esta visión.
Ella es también
internacionalista que ha viajado a todas partes del mundo para hablar sobre la
lucha del pueblo mapuche, y ahora se impulsa una campaña global para su
absolución con el hashtag #ReclamarJusticiaNoEsUnDelito.
Mientras Moira
enfrenta el ataque judicial, crece la campaña que salió del Primer Parlamento
de Mujeres Originarias, en abril, llamada “Nos queremos plurinacional”. Se
trata de llevar una propuesta al próximo 33 Encuentro Nacional de Mujeres en
Trelew, provincia de Chubut, en octubre, para la plena inclusión de las mujeres
indígenas. Si votan esta propuesta en territorio mapuche, se podría hacer
historia logrando una verdadera confluencia entre el movimiento de mujeres y el
movimiento indígena, para ir construyendo —en palabras de las mujeres indígenas
organizadas— un movimiento más democrático, con una visión anti-sistémica y a
favor de la construcción del buen vivir.
De esta manera, se
trata de borrar las cercas de las tierras privatizadas, borrar el cerco
mediático y borrar las fronteras erigidas entre movimientos para la liberación,
que dividen y que buscan obstaculizar con todo, permitiendo una verdadera
convergencia de luchas que podría salvar al planeta y a nosotras mismas.
Señala el Movimiento de
Mujeres Indígenas por el Buen Vivir: “Nuestra lucha como mujeres indígenas en
unidad no termina en la liberación de las presas y presos políticos sino en la
liberación de nuestros territorios. Llevamos siglos de resistencia; ningún
gobierno ha podido doblegarnos.” Ahora falta que otras mujeres y personas en
general, reconozcan en esta resistencia una vía para proteger la vida que es el
hilo que todos compartimos.
Para unirse a la
campaña por la absolución de Moira Millán, a través de los siguientes contactos:
para prensa: Evis Millán +5492915745857. Correo: originariasporelbuenvivir@gmail.com y FB: Movimiento de Mujeres Indígenas
por el buen vivir.
Fuente: http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Noticias/La_Patagonia _la_lucha_mapuche_por_la_sobrevivencia_del_planeta
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