sábado, 30 de enero de 2016

II. "Vemos muy positivo al rol que cumplen los medios más pequeños y por ahí camina nuestra esperanza de que se puedan hacer más visible una cantidad de hechos que lamentablemente los medios monopólicos no quieren, por un motivo muy particular, difundir".

Vanesa Orieta: "No soy la misma 
luego de haber encontrado a Luciano"
30 de enero de 2016

**continuación
(...)Ya con el destacamento cerrado pero sin poder ingresar para crear allí un sitio de memoria, la familia se plantó en la vereda. La tozudez de Vanesa Orieta impulsó la enorme mayoría de los logros en el desarrollo de la causa. Todo se puede y tres o cuatro personas apostadas en la vía pública gritando una verdad tienen la potencia de un tropel. Durante más de dos años, se plantaron todos los sábados, poco después del mediodía, agobiados por el sol en verano, sin abrigo que pudiera mitigar el frío en invierno, pero con la convicción de que esa herramienta comunicacional serviría al objetivo final: crear allí un espacio para la memoria. Sirvió el esfuerzo.
-FT: Una de las decisiones que tomaron a partir de la desinformación de los medios tradicionales fue crear su propio programa de radio ¿Por qué un canal propio de comunicación?
- VO: Porque necesitábamos, primero, no parar nunca. El trabajo de hormiga requiere que uno todos los días deposite parte del tiempo para la construcción de lo que uno defiende. Cuando empezamos a entender que nos estaba resultando muy difícil lograr la difusión en los grandes medios de comunicación, hago un punto: nos costó, por supuesto, llegar a los medios de derecha, monopólicos, pero no tuvimos una llegada o recepción muy solidaria en los medios del oficialismo en ese momento. Ahí recordamos el escrache en CQC. Lo hicieron unos chicos a los que no conocíamos y les agradecemos. Me acuerdo, por ejemplo, el comentario de Barone (luego, en 678), que lo voy a recordar siempre porque me dolió muchísimo,. Cuestionaba fuertemente el escrache y hablaba de que no estaban dadas las condiciones para operar de esta forma porque vivíamos en democracia y la familia tenía que acercarse a la comisaría. ¡A la comisaría!. Eso para mí fue tremendo, porque ellos tenían que entendernos y acompañarnos en la discusión con el gran medio monopólico de derecha y nos estaban tirando al bombo. Rescato la figura de Barone porque se reprodujo en la voz de muchos otros periodistas que me desilusionaron. Nos aferramos mucho a los medios comunitarios, alternativos, que fueron los que hicieron esa saturación de información que llegó poco a poco a los grandes medios. Nosotros mismos empezamos a hacer nuestra experiencia de radio Desde Afuera del ex destacamento policial de Lomas del Mirador con nuestro programa. Era una radio abierta (que también se emitía por internet en vivo), les hablábamos a los vecinos con muchas críticas del otro lado y con un fuerte rechazo porque ellos creían que nosotros llevábamos la villa al destacamento. Decían eso: “Ustedes son villeros, ustedes quieren ensuciar este barrio que es residencial”. Esa radio continuó cuando acampamos en el destacamento dos o tres meses pidiendo que se avanzara con la investigación antropológica allí porque faltaban excavaciones y tomar medidas. Lo hacíamos mientras la radio funcionaba. En ese sentido, nuestra experiencia es y sigue siendo muy rica. Hoy en el espacio que nos ofrece La Retaguardia, que para nosotros es una escuela. Mis compañeros están haciendo una escuela de radio que después se volcará al espacio o a practicar y pasar esto que hemos aprendido a los jóvenes, para que también ellos se empiecen a apropiar de esta herramienta valiosísima. Vemos muy positivo al rol que cumplen los medios más pequeños y por ahí camina nuestra esperanza de que se puedan hacer más visible una cantidad de hechos que lamentablemente los medios monopólicos no quieren, por un motivo muy particular, difundir. No me quiero ir sin decir eso porque está ligado al tema de memoria que se planteaba: cuando empezamos a ver lo difícil que se ponía esto y el juego que se planteaba detrás de las políticas de memoria, verdad y justicia -digo juego porque había un doble sentido, por un lado sí se instalaba la discusión con relación al genocidio pero no se hablaba de la violación a los derechos humanos en democracia-, allí surgió la idea de memoria dinámica o memoria estática. La memoria estática pretende ver la violación a los derechos humanos como algo que sólo ocurrió durante la última dictadura militar sin hurgar, sin analizar lo que ocurre en democracia. Nosotros proponemos una memoria dinámica que siga pensando al genocidio como una enfermedad que nos afecta en democracia. Hay que estar organizados peleando por la memoria de todos los días. En la medida en que la pensemos como una memoria activa es que vamos a lograr que no avancen aquellos que quieren ir por todo, quieren olvidar e instalar las lógicas que pensamos que estaban ocultas para un sector de la sociedad.
-Gustavo Campana: ¿Cómo interpretás los despidos en la órbita de Seguridad del equipo que identificó el cuerpo de Luciano?
- Solidaridad total con los trabajadores. Siempre voy a defender el rol del trabajador, siempre voy a denunciar a los miembros del poder que ocultaron, que callaron y en definitiva terminaron siendo cómplices. Yo no soy buchona, no voy a dar nombre y apellido sobre todo porque a muchos les guardo respeto por su historia, pero cuando uno denuncia al poder, denuncia a personas ubicadas en lugares estratégicos con toma de decisiones. Personas que con sus acciones pueden cambiar rotundamente el camino de construcción de una familia. Hablo de personas ubicadas en ministerios, secretarios, directores, presidentes. Estamos hablando de gente que define. Si hoy nos ponemos a mirar, quizás eso que se construyó era bastante débil y por eso un poder de derecha tiene la posibilidad de sacar a los trabajadores sin más. Sin que la sociedad se altere por eso; estamos hablando de un grupo tan importante como el que halla el cuerpo de un chico. El tema es que éste no es cualquier chico, y que atrás de este pibe tenemos que hablar de discriminación, criminalización, xenofobia, un montón de cuestiones que están directamente arraigadas en esta sociedad y que en definitiva no fueron visibilizadas. Hay un deterioro social muy grande con relación a la problemática de violencia policial, porque esta sociedad soporta las torturas a nuestros jóvenes. No solamente a los que son privados de su libertad por averiguación de antecedentes, sino a aquellos que están encerrados en penales a los que también hay que respetarles su derecho. Nosotros sabemos que son violados, que son torturados, que son asesinados y usados para delinquir. La caja chica, esa que generan nuestros jóvenes, es propiedad de las Fuerzas mafiosas de Seguridad y volvemos a hablar otra vez del poder político y judicial, que en definitiva termina siendo cómplice de ese armado. Esta familia presentó un segundo hábeas corpus en el juzgado federal Nº 1 y en ese momento fue denegado en primera instancia. Realmente uno tuvo que gritar, tuvo que generar un estado de crisis para que fuera aceptado, fue rechazado en segunda instancia y en una tercera instancia fue aprobado. Queríamos comprometer a las instituciones del Estado a que nos brindaran información de qué habían hecho y qué iban a hacer a partir de ahora. Nosotros obligamos a que los trabajadores del Estado estuvieran presentes en una serie de audiencias que fueron muchas y en las cuales la familia tuvo un rol fundamental. Si esto hoy estuviera grabado, muchos familiares sabrían lo que significa su participación dentro de un procedimiento de la búsqueda de un joven. Eso no es un dato menor. Eso es lo más significativo de todo esto que quizás se habla de una forma muy escueta pero que requiere un análisis más profundo.
Creo que hay que seguir trabajando y que la sociedad tiene que tomar conciencia de que esta democracia tiene serias falencias y que poco a poco con este espíritu de no ver, de no comprometerse y seguir sosteniendo la discriminación y la criminalización, les estamos dando un fuerte avance a las botas, a los azules, a los verdes, a los marrones, a las armas, a los patrulleros, al control y a la represión. Denunciamos al poder judicial y reconocemos que no hace más que reproducir esa lógica perversa pero la realidad es que de este gobierno no esperamos nada, del anterior esperábamos al menos una apertura que nos permitiera hoy protegernos aún más y eso no llegó. Ahí están las fuertes autocríticas que hay que hacer. Hay que reconocer que en el plano de los derechos humanos, sobre todo en lo que tuvo que ver con el genocidio, se avanzó, pero no se habló de la violación de derechos humanos en democracia. Es más, yo podría mostrar discursos que tengo guardados en los cuales no se hablaba de desaparecidos, se decía que en esta democracia no se desaparecían personas. Y lo decían funcionarios de alto rango, y hubiese estado bueno que la sociedad respondiera que sí, que todavía tenemos un gran problema, que a los pibes en los barrios los matan, los torturan, los desaparecen, es un problema que tenemos que solucionar. Lo que hicieron es esconder la mugre debajo de la alfombra y hoy eso se paga muchísimo más caro porque la policía ya está metida en los barrios, porque van a seguir aumentando los números de efectivos, porque la sociedad naturaliza y nadie se conmueve con la muerte de un pibe.
-FT: ¿Cómo se quiebra la cadena de impunidad?
- VO: La condena al policía Torales fue una forma de empezar a demostrarle a la sociedad que lo que esta familia venía denunciando tenía que ver con una serie de hechos que venía sufriendo Luciano. La detención que se juzgó es crucial, porque viene después de la negativa de Luciano a salir a robar, después de otras detenciones, después de estar el Negro durante mucho tiempo lidiando con la cana para salir del barrio porque lo veían y lo obligaban a volverse siempre de una forma muy violenta se daba este cruce en la vía pública. Cuando lo detuvieron ese 22 de septiembre fue duro porque estábamos ahí mi vieja y yo contra un grupo de tipos que nos hacían sentir que tenían el poder con la palabra, con los gestos, con las amenazas. La amenaza más reiterada era que si no nos tranquilizábamos, Luciano no iba a salir. A él también le decían eso, que no se siguiera poniendo nervioso, aunque eso estaba bien, porque lo estaban maltratando y torturando. Así lo ha calificado la justicia. Fue tortura psicológica y física, acreditada en cierta forma también por los policías que estuvieron en el lugar. Torales dijo, no recuerdo si en el juicio: ’Bueno, una cachetadita’. En algún momento lo deslizó, que no había sido tal la tortura. Chapero, una de las oficiales que declaró, corroboró que Luciano había estado detenido durante muchas horas en ese destacamento que no tenía para nada un lugar para tener personas detenidas. Estábamos con la documentación necesaria y aún así no lo liberaban.
* * *
Tiene razón Vanesa cuando dice que sus lágrimas no se ven. Pero están ahí. Deja caer solo una o dos, pero la congoja se apodera de sus cuerdas vocales cuando recuerda aquel 22 de septiembre de 2008, apenas unos meses antes de la desaparición de Luciano. Retoma el relato del juicio: "Ese juicio es empezar a romper un poco con esa cadena de impunidad y, para nosotros, empezar a respirar con cierto alivio porque después de tantos años de lucha, poder llevar a Julio Diego Torales a juicio, que él tenga que enfrentarse con las palabras de mi vieja, con mis palabras, que nos volvamos a ver la jeta después de tanto tiempo. La verdad, la pura verdad, la sabemos nosotros. La pura verdad de lo que pasó ese día. Él siempre se va a defender, pero yo sé todo lo que sufrió mi hermano ese día en ese lugar. Recuerdo que mi hermano estuvo encerrado en ese destacamento, que me gritó desde la puerta porque fue el mismo momento en que Diego Torales tenía un teléfono y yo intentaba desesperadamente que la persona que estaba del otro lado del teléfono me escuchara. No tenía idea si era un fiscal, un juez, no sabía. Yo recuerdo esos momentos como si fueran hoy, porque me acuerdo del dolor que tenía, de la bronca y de las ganas de llevarme a mi hermano y no saber qoué estaba pasando en esa cocina pero sí sentir su grito desgarrador cuando me dijo: ’Vane, sacame de acá’. Eso sí me lo acuerdo, eso no me lo borra nadie de la cabeza. Llegar a juicio es demostrarle a gran parte de la sociedad y también de esa justicia matancera que lo que estaba diciendo esta familia no era mentira. Eso quedó demostrado no sólo por nuestra versión sino también por las palabras de los efectivos que declararon, que no pudieron defender lo que querían ocultar porque no se podía, porque la familia fue muy clara cuando habló, porque nos conocíamos ese lugar de tantas veces de haber ido, pero puntualmente de haber ido ese día y haber sufrido desde las diez de la mañana hasta las siete de la tarde que lo dejaron salir".
Su voz sigue quebrada. Le cuesta retomar, pero sigue adelante: "La sentencia todavía no está firme, así que por supuesto que hay que meterle la fuerza necesaria para que de una buena vez por todas podamos descansar sabiendo que este hombre va a cumplir con su pena. No queremos que sufra, no queremos que sufra su familia, entendemos que tiene hijos, hijas, deseamos para su familia lo mejor, y yo deseo para él, personalmente, que en este tiempo pueda pensar mucho y que una vez que salga, quizás, pueda devolverle a la sociedad otra cosa que no sea eso que le ha ofrecido a muchos pibes. De corazón espero eso. Hay que mirar la causa como una sucesión de hechos, y éste es uno de los más importantes que la justicia federal tiene que considerar a la hora de definir si ese episodio que termina con la vida de Luciano se trató solamente de un accidente o si viene atado a toda una serie de situaciones que venía padeciendo".
-GC: En el destacamento eran los generadores de la inseguridad quienes estaban ahí para garantizar la seguridad.
- VO: Empezó a instalarse un discurso muy discriminador de la mano de Gabriel Lombardo, presidente de un foro por la seguridad. El foro se llamaba Valomi. Cuando Luciano desapareció, este hombre se encargaba de pasar por los medios de comunicación dejando un mensaje muy duro que hablaba de Luciano como un delincuente con más de 30 mil causas. También se instalaba que se había escapado y se había ido a otra provincia, que se había peleado con mis hermanos. Este mismo personaje es el que impulsa una manifestación muy grande en las avenidas San Martín y Mosconi que tuvo que ver con comentarios, en ese momento, de la impresentable Susana Giménez cuando dijo “el que mata tiene que morir” a partir del asesinato de su florista. En ese contexto se genera un odio rotundo a las personas que viven en los barrios Santos Vega y 12 de Octubre, donde viven mis hermanos y mi familia. Dos años antes de que esto estallara, es Lombardo el responsable junto con Fernando Espinoza de inaugurar el destacamento policial de Lomas del Mirador en una casa alquilada. Se construyeron habitaciones en la parte posterior, siempre lo digo porque no me parece un dato menor porque esas instalaciones no estaban declaradas en el municipio. Ahora que es un espacio de memoria los invito a pasar y comprobar lo que digo por medio de la observación. Cuartitos no registrados ni supervisados en los cuales cualquiera de nuestros pibes, y de hecho mi hermano podría haber estado tirado, alojado, si no me lo desmiente nadie el 31 de enero de 2009 cuando lo fuimos a buscar muchísimas veces. Hay muchas situaciones de irregularidad que deben analizarse de una forma más amplia y ahí operan mucho estos señores ubicados en foros de seguridad que a su vez tienen relación con personajes políticos y gente muy turbia. Vaya a saber uno cuál era el interés superior, pero de movida era ese el panorama en el barrio y ellos lograron que muchos vecinos también miraran a Luciano como un pibe peligroso, como un pibe chorro. Estuvo muy bien instalado el discurso.
-GC: La necesidad de transformar en visible lo invisible es el primer dato que tiene esta causa como uno de los grandes resultados o mensajes históricos para el resto de las causas. Hasta ese momento estaban invisibilizados los casos similares. El quiebre lo ponen ustedes cuando hacen visible la historia de Luciano.
- VO: Sí, igualmente guardo muchísimo respeto por otras familias. Me imagino a Rosita Bru en este momento, que con anterioridad al caso de Luciano, también se levantó denunciando la desaparición de Miguel. El caso de Bulacio también, con su abuela tan constante marcando el tema de las razias principalmente. Hubo muchas personas que marcaron el camino y uno no hizo más que levantar todo ese trabajo y seguir. La palabra invisibilización es la que me ubica a mí. Cuando hablamos de invisibilización, hablamos de que hay poderes determinados del Estado que intentan invisibilizar un problema que por uno u otro motivo terminan tocándolo de lleno: estamos hablando de impunidad, de policías mafiosas, de cooptación de menores, de redes de trata, de venta de armas, de venta de droga en los barrios que ocasionan la muerte de muchos pibes producto de la pasta base y otras formas de consumo problemático.
La 7º Jornada cultural por los Derechos Humanos está ahí. Se puede tocar. Meses de intenso trabajo para conseguir que cerca de 50 familiares de otras causas de violencia institucional y gatillo fácil de todo el país se acerquen a contar, a abrazarse, por qué no a organizarse. Cuando le preguntamos ¿Te parece cerrar convocando a la jornada del 30? una sonrisa cansada domina su rostro. Y utiliza todos los recursos para entusiasmar con la invitación. "La jornada va a ser nuevamente en la plaza que hemos llamado, rebautizado, Luciano Arruga, en las calles Perú y Necochea, en el barrio de Lomas del Mirador, en el partido de La Matanza. La actividad va a empezar temprano, desde las diez de la mañana. Nosotros vamos a estar desde antes organizando todo lo que tiene que ver con la logística. Los esperamos a todos: es un momento para encontrarse también con las denuncias de otros familiares que vienen desde diferentes puntos del país para tratar de visibilizar la causa de sus hijos.
Tenemos la idea de lo que no nos gusta, de cómo se organizan estas actividades por lo general. Quizás no se les da el espacio a los familiares para poder extenderse en su relato, permitirse el desahogo, poder estar con un par que al mismo tiempo le permita ver otras cuestiones. Eso que muchas veces no nos gusta es lo que queremos transformar en una actividad donde podamos empezar a crear otras formas de construcción que nos permitan ser independientes en la denuncia. Por supuesto vinculados a organizaciones, partidos políticos que quieran acompañar esta lucha, pero tratando de que los familiares tomemos la relevancia necesaria para tener voz propia y discutir cara a cara con aquellos ante los cuales nos tenemos que plantar para exigirles lo que consideramos que merecemos en el ámbito de una democracia". Hay muchas esperanzas apostadas a la jornada del sábado. Por esto tanto esfuerzo para que lleguen familiares de tantas otras causas, de todo el país: "Van a venir personas que acompañan el caso de Mario Golemba, un joven desaparecido en la provincia de Misiones. Mario es buscado hace ocho años por su familia, una familia de campo, muy humilde, que también tiene sus dificultades. Va a venir la familia de Facundo Rivera Alegre, de Córdoba, donde la complicidad entre las políticas y las mafias vinculadas a la droga y la policía está muy enquistada. Van a venir familiares de Neuquén, va a acompañarnos Relmu Ñamku, miembro de la comunidad mapuche a la cual intentaron apresar luego de defender su derecho ancestral de vivir en esas tierras en las cuales afortunadamente sigue y liberada del proceso judicial que la perseguía. Van a venir familiares de Hernán, otro chico de 16 años asesinado por la bala de la policía. Los familiares de Obiña en Jujuy, donde tuve la oportunidad de acompañar a la familia y vi el maltrato que sufrieron por parte de la justicia. Lo que más me llamó la atención es que esa causa que ya estaba en juicio en un pueblito llamado San Pedro con una fiscal muy decidida que iba por todo a apresar al policía asesino de estos dos chicos muy jovencitos que vivían en Ledesma, y a poco tiempo de finalizar la causa se derivó a San Salvador cambiando todas las autoridades y dejando en libertad al policía y faltándole el respeto cruelmente a la familia. Van a venir familiares de Catamarca, del caso Pachao, un chiquito asesinado por la policía. También va a estar acompañándonos Pamela, una artesana que fue detenida por estar realizando su trabajo también en Catamarca. Se la llevaron junto a su compañera y fue torturada. Ella puede contar lo que le pasó en cautiverio, yo borré algunas cosas de mi cabeza por una cuestión de salud. Lo más cruel que escuché es que a ella la torturaban y su compañera tuvo que quedarse a un lado mirando todo lo que sucedía.
Estas lógicas perversas que nunca se desarticularon, que están instaladas. Nosotros seguimos enfermos por el genocidio. Nos enfermó y nos sigue enfermando. Estamos comprobando que nunca hemos ganado nada y que todo el tiempo hay que estar al pie del cañón. Me podría quedar horas nombrando los casos. Van a estar presentes muchos familiares en la jornada del 30 de enero. Las charlas que vamos a tocar van a tener que ver en una primera instancia con desapariciones forzadas; en otra, hablarán familiares víctimas de gatillo fácil. Después, la idea es que se haga una reunión más amplia y abierta con representantes de organizaciones y partidos políticos. Tenemos la intención de que escuchen más que nosotros escuchar. Nosotros siempre nos sentamos a ver qué tienen para decirnos, pero esta vez queremos preguntar asuntos muy cortitos y que respondan lo que queremos que respondan y entiendan que hace falta mucho para acompañar a las familias y que gran parte de esos recursos muchas organizaciones las tienen, pero el capitalismo es mezquino o genera las mezquindades y los individualismos. Esa es otra batalla que hay que empezar a tratar de librar y ganarla. Si logramos entender que algunos objetivos son comunes, vamos a lograr resultados potentes.
Va a haber otras actividades en simultáneo más pensadas para niños y niñas. Lo que vendrá para nosotros es empezar a hacer una defensa bien fuerte de lo que tiene que ver con la situación de vulnerabilidad de niños, niñas y adolescentes en nuestro país y sobretodo aquellos ubicados en los lugares más complejos y pobres. La propuesta es abierta para todos pero haciendo hincapié en los jóvenes. Vengan a participar, esperamos a todos los que quieran ofrecer algo artístico, musical, trayendo sus artesanías para participar de la feria. Vengan, acérquense, pongan el cuerpo con nosotros, durante mucho tiempo nos hicieron creer que sólo bastaba con leer a través de los diarios o los análisis del teórico de turno para entender la problemática de la pobreza, me parece que hay que empezar a escuchar al pobre y escucharlo igual por más que te desgarre el corazón. Ahí vas a entender la complejidad de las problemáticas que se denuncian. En algún momento, hace falta que te embarres los pies y que el corazón se te retuerza en mil pedazos para entender qué carajo significa la violencia policial y cuántas vidas cuesta esto. Son las vidas de los pobres, y estamos desesperadamente intentando visibilizar cómo matan a nuestros pibes. Los invitamos: 30 de enero a las 10 de la mañana, si llueve les avisaremos. Las calles de la plaza Luciano Arruga son Necochea y Perú. Es por todos nosotros esta actividad".
Fueron dos días de charla intensa. Lágrimas inevitables y sonrisas esperanzadoras por un lado; una inmensa profundidad, mucha crítica y análisis político, por otro. Vanesa Orieta sabe que su palabra llega. Y como lo sabe, piensa en quién escuchará o quién leerá según la ocasión. No amolda su discurso para caer bien; elige qué tiene más valor decir según quién esté del otro lado. Eso no es fácil. Será una de las tantas cosas que tuvo que aprender a la fuerza. El próximo sábado es un día clave. No es que allí vaya a saberse la verdad de lo que ocurrió con Luciano; eso va por otro carril. Pero sí puede constituirse en un hito. Un lugar y un tiempo donde algo nazca desde el dolor. Como todo nacimiento.

  

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