Desafíos cruciales de una América Latina en movimiento
2016, entre
alternancia política
y movilización social
7 de enero de 2015
Por Sergio Ferrari (Rebelión)
Las últimas semanas del 2015 implicaron cambios en la dinámica
política de un continente hegemonizado en la última década por gobiernos
progresistas. La alternancia electoral ocupa un lugar preponderante en esta
nueva etapa de América Latina que en menos de 30 años viró radicalmente de
dictaduras brutales a democracias en proceso de consolidación.
La llegada al gobierno argentino de Mauricio
Macri el 10 de diciembre; la derrota del oficialismo en las elecciones
legislativas de Venezuela del 6 de diciembre con la correspondiente pérdida de
la mayoría parlamentaria; el pedido de juicio político contra la presidenta
brasilera Dilma Rousseff constituyen los hechos recientes más notorios que
marcan la nueva coyuntura continental. En la cual la resolución
político-negociada del conflicto colombiano aparece como una posibilidad cada
vez más real luego de medio siglo de guerra interna.
Alternancia en Argentina
La nueva coyuntura argentina lacrada en las
urnas el 22 de noviembre del año pasado e institucionalizada con la asunción
del presidente Mauricio Macri, “aunque inesperada, puede darse en el marco de
un sistema político basado en el recambio democrático”, explica el profesor en
comunicación social Eduardo Seminara.
Ex - vicerrector de la Universidad Nacional
de Rosario (UNR) y diputado nacional del ahora opositor Frente para la Victoria (FpV), Seminara considera que algunas de
las primeras medidas tomadas por el nuevo gobierno “ponen en riesgo la
legitimidad democrática al imponer decretos ejecutivos”.
Como pasó con la “designación presidencial de
dos nuevos miembros en la
Corte Suprema de Justicia sin contar con el aval del Senado”,
medida que causó tantas resistencias que fue finalmente pospuesta. O los
ataques, también a través de decretos ejecutivos, contra leyes que habían sido
debidamente aprobadas por el poder legislativo, como la Ley de Medios.
En el caso de mantenerse esta metodología de acción ejecutiva sin
“respetar los instrumentos parlamentario-constitucionales…, es muy probable y
casi inevitable que en 2016 se abra un ciclo de mucha conflictividad social”.
Especialmente si esas decisiones “afectan derechos y logros sociales,
instalados durante los últimos 12 años de los gobiernos kirchneristas”, que incluyó un
periodo de Néstor Kichner y los dos últimos de la presidenta Cristina
Fernández de Kirchner.
“La gente no va aceptar una vuelta al ajuste neoliberal al tipo de
lo que se vivió en los años 90” ,
enfatiza. Evaluando que en los últimos 12 años se consolidó “un modelo de
producción y crecimiento con inclusión y soberanía tanto en materia económica
como en la ampliación de los derechos civiles y sociales”.
La dinámica futura argentina, “muy emparentada a la de Brasil y a la de
otros países de la región dado el intenso esfuerzo integrador regional que se
dio en la última década, dependerá de la gobernabilidad”. Y para asegurarla es
fundamental que el nuevo gobierno no cargue contra el andamiaje social
existente. “Desmantelarlo provocaría resistencia social con métodos novedosos y
con el aporte de las redes y medios
sociales”, augura el diputado opositor. Quien insiste en el alto nivel de
movilización ciudadana en su país, tal como se expresó en el mes de diciembre
con múltiples manifestaciones de “ aguante” , es decir de resistencia contra
medidas antipopulares.
Gobernabilidad amenazada en Brasil
La solicitud de juicio política contra la presidenta Dilma Rousseff
promovida en el Congreso en la primera semana de diciembre, “constituye el
termómetro de una crisis institucional significativa” en Brasil, señala Beat
Wehrle, teólogo suizo que vive desde hace años en Sao Paulo y se desempeña como
Coordinador de Tierra de Hombres /Alemania para el Cono Sur.
2016 va a comenzar marcado por la disputa
política en torno a este juicio –pospuesto para principio de febrero- y con las
tensiones legislativas producto de acusaciones contra dirigentes de la
oposición por escándalos de corrupción, anticipa Wehrle.
“Es muy difícil predecir cómo van a concluir
estos procesos. Aunque considerando el fracaso de las movilizaciones contra
Dilma convocadas en diciembre y viendo la fuerte respuesta de los movimientos
sociales en actos masivos en las calles en el mismo mes en contra de un posible
golpe *a la paraguaya*, es posible que la Presidenta supere esta fase infernal
de su Gobierno. Aun a pesar de tener que consensuar con un Parlamento en el
cual su partido es minoritario, y que es el más conservador que haya existido
desde la
última Dictadura Militar ”, evalúa.
Aun si el gobernante Partido de los Trabajadores (PT) supera esta
crisis, será un año “políticamente difícil ya que la oposición tratará de
convertir las elecciones municipales de octubre 2016 en un verdadero plebiscito
contra el gobierno en un momento de agotamiento económico” que sacude las bases
mismas de la primera potencia latinoamericana y la séptima mundial.
Con el agravante que dada la compleja situación económica actual
del país “los avances sociales logrados por los sucesivos gobiernos del PT se
están debilitando aceleradamente. Propició un fuerte ajuste presupuestario que
redujo la capacidad de inversión del Estado en áreas sensibles como salud y
educación. El desempleo volvió a crecer; la inflación supera el 10 % y los
sectores beneficiados por los programa sociales se ven amenazados con caer de
nuevo en la pobreza o incluso a la miseria”, enfatiza Wehrle.
Si observamos el marco de lo que se vive en Brasil y los cambios
institucionales recientes en Argentina y Venezuela, concluye Wehrle, se percibe
un “proceso de regresión política; cierto agotamiento de algunas formas
tradicionales de lucha social y un cierto debilitamiento de lo que
denominábamos primavera latinoamericana”.
La paz en Colombia al alcance de la mano
Con una dinámica propia -en la cual no parece
incidir directamente los cambios políticos regionales-, las negociaciones de
paz que se llevan adelante en La Habana parecen anticipar que en 2016 podría
darse la firma de acuerdos entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas
Revolucionarias (FARC), subraya Jean-Pierre Gontard, ex profesor universitario
y experto en Colombia.
Gontard, quien fungiera como facilitador entre
los mismos actores en las negociaciones anteriores realizadas en El Caguán (1999 a 2002), reconoce que
quedan “puntos difíciles a resolver”. Entre ellos: qué va a pasar con las armas
y municiones de la guerrilla; cuál va a ser la actitud del Gobierno en relación
a la otra organización guerrillera del ELN (Ejército de Liberación Nacional);
qué va suceder con los grupos paramilitares y, también, cuál va a ser la
reacción de otras bandas armadas implicadas en los diversos tráficos (cocaína,
combustible, esmeraldas).
Sin embargo, hasta ahora, este proceso “es ya
ejemplar” dada la magnitud que alcanzó el conflicto, subraya. Con el corolario
de 220 mil muertos, más de 6 millones y medio de desplazados y cerca de 7
millones y medio de víctimas de todo tipo.
Tanto los diplomáticos, los políticos, los
militares y en el futuro los historiadores deberán estudiarlo de muy cerca,
enfatiza el profesor suizo.
Entre las particularidades del mismo se
inscriben: negociaciones largas y secretas de una agenda precisa antes del
anuncio público del proceso; la inexistencia de una hoja de ruta rígida como
quieren en general los diplomáticos extranjeros cuando se trata de un conflicto
interno; facilitación discreta e inteligente de un pequeño número de gobiernos
y organizaciones internacionales. Y equipos de negociadores que integran
representantes de los actores del conflicto –combatientes, víctimas, policía,
gobierno, iglesia, empresarios-, enumera Gontard.
Analizando la nueva realidad continental,
Gontard quien se define como “un ser profundamente optimista”, no piensa que
los cambios internos en países como Venezuela o Argentina puedan incidir en el
proceso de diálogo y negociación colombiana.
Y reivindica, para concluir, “la alternancia
como un pilar fundamental de la democracia”. Y por lo tanto, un aporte al
reforzamiento de la vida democrática en el continente latinoamericano.
2016: América Latina a las urnas
Bolivia: referéndum constitucional, en febrero
Costa Rica: municipales, en febrero
Perú: presidenciales y parlamentarias, en
abril
República Dominicana: presidenciales y
parlamentarias, en mayo
México: locales, en junio.
Brasil: municipales, en octubre
Chile: locales, en octubre
Nicaragua: presidenciales y legislativas, en
noviembre
En colaboración con SWISSINFO y E-CHANGER
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=207562
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