En Oklahoma el gas de
esquisto
provoca reiterados seísmos
19 de enero de 2016
Por Stephane Bussard (Le Monde)
Traducido del francés para Rebelión por Susana Merino
En Oklahoma, la explotación del gas de
esquisto a través de la técnica de fracturación hidráulica provoca la explosión
de numerosos seísmos.
Para los habitantes de Okhahoma se ha
convertido casi en una rutina. La tierra tiembla con regularidad. El 6 de
enero, dos seísmos de magnitud 4,7 y 4,8 han sacudido la región septentrional
de este estado del centro de los EE.UU. Los daños han sido de escasa
importancia pero han alertado a las autoridades locales. Uno de los
movimientos, ocurrido a comienzos de octubre de 2015, tuvo lugar en las
cercanías de la ciudad de Cushing, que dispone de un enorme depósito de unos 60
millones de barriles de oro negro y se considera una infraestructura
estratégica nacional. En 2015 Oklahoma registró 900 temblores de tierra, es
decir dos y medio por día, de una magnitud próxima a 3 grados.
Las predicciones para el 2016 no son mejores…
Según el Centro Nacional de Temblores de Tierra del Centro Golden en Colorado.
Se llegará a superar la barrera de los mil seísmos. La región central del país
solo había registrado 21 seísmos de magnitud 3 entre 1973 y 2008. Desde ese año
la magnitud de los temblores de tierra ha sido exponencial. La causa de esta
fuerte actividad sísmica es, según la mayoría de los científicos, la fractura
hidráulica de las formaciones de gas y petróleo de esquisto y la multiplicación
de las perforaciones, aun cuando en 2011 las fallas que recorren el estado de
noreste al suroeste originaron el más potente de los seísmos (grado 5,7) que se
produjeron en el estado.
A partir de 2008, en Oklahoma, así como en los
EE.UU., se ha producido un boom petrolero gracias a la revolución de la hidrofracturación
y ha beneficiado enormemente las cargas fiscales que genera, a pesar del actual
bajo precio del petróleo. El sector petrolero representa el 20% de los empleos
del Estado y se le atribuyen el 20% de los creados a partir de 2010.
La fractura hidráulica de los esquistos va
siempre acompañada de efectos secundarios. Utiliza considerables volúmenes de
agua y de productos químicos que se inyectan mediante perforaciones en las
formaciones de esquisto, porque hasta ahora la industria no ha encontrado otra
alternativa para estos depósitos “salvajes”. Entre 2009 y 2014 los volúmenes
utilizados en la región en especial en la formación del esquisto Precambrin
Bassement Rock, aumentaron un 140%, según el International Busines Team,
pasando de 68.000 millones de litros a 162.000 millones.
Para los sismólogos no existe ninguna duda, la
fracturación hidráulica, que necesita a veces diez barriles de agua por cada
barril de petróleo producido, es la causa. Los volúmenes de agua introducidos pueden
ocasionar la profundización de las fallas en lugar de acercarlas, explica el US
Geological Survey.
Presión de las empresas petroleras
Las autoridades políticas han se han demorado
en reaccionar. La gobernadora del estado, la republicana Mary Fallin ,
en principio negó el problema para luego rendirse a la evidencia de las
comprobaciones científicas. Según Blomberg, un científico del Oklahoma
Geological Survey, sufrió presiones de las empresas petroleras para que no
vinculara la hidrofractura con los seísmos afirmando que los movimientos se
debían a un fenómeno natural. El regulador del sector la Oklahoma Geological
Survey tampoco ha dado pruebas de ser independiente
conformándose con reducir la cantidad de perforaciones para responder al
incremento de quejas indignadas de la población. Entre
el regulador y la gobernadora se han tirado recíprocamente la pelota…
Finalmente el ente regulador ha terminado por pedir a las empresas petroleras
la reducción voluntaria de los volúmenes de agua reinyectados en el subsuelo,
mientras que el Oklahoma Geological Survey ha reconocido que la fractura hidráulica “era probablemente“ la causa de los seísmos.
Citado por el New York Times. Daniel Mnamara,
geofísico del Centro Nacional de Información sobre temblores de Tierra (
National Earthquake Information Center), ha sido categórico sobre los riesgos
futuros: “Existen grandes probabilidades de que Oklahoma enfrente una fuerte
conmoción”. Los especialistas se refieren especialmente a la falla Edmond , cuya
longitud es de 20 km .
Tanto para el estado como más ampliamente para los EE.UU., las consecuencias
podrían ser considerables. Si el complejo de almacenamiento bruto de Cushing se
dañara, así como la vasta red de oleoductos, toda la cadena de
aprovisionamiento de petróleo quedaría dañada. Las grandes cisternas de esta
pequeña ciudad de Oklahoma sirven para el almacenamiento del petróleo
procedente de la formación geológica Bakken, en Dakota del Norte, antes de
enviarlo a las refinerías instaladas en laa orillas del gofo de México. Recientemente
la
Oklahoma Corporation Commission ha exigido que se cierren
varios pozos en un radio de diez kilómetros alrededor del complejo de Cushing.
Oklahoma no es el único estado afectado por
los seísmos inducidos por la actividad petrolera y gasística. Calfornia, Dakota
del Norte, así como Texas, conocen este tipo de fenómenos. En algunas regiones
de Texas se han producido pedidos solicitando detener el “fracking”
Esta traducción se puede reproducir libremente
a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y a
Rebelión como fuente de la traducción.
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