Huelga general y
construcción política en Paraguay
3 de enero de 2016
Por Nadia Alderete
El protagonismo lo tienen las organizaciones
campesinas, debido al nivel de organización con el que cuentan y la capacidad
movilizadora de sus bases.
Los días 21 y 22 del mes de diciembre un conjunto de
organizaciones sociales y políticas del Paraguay llevaron adelante una huelga
general y paro cívico nacional en oposición a las políticas implementadas por
el gobierno de Horacio Cartes, quien desde el momento de su asunción al poder
en el año 2013 aprobó una serie de medidas de claro corte neoliberal1. Esta
huelga coincidió con el desarrollo de la Cumbre del Mercosur llevada a cabo en
Asunción.
Los reclamos contaron con la participación y adhesión de centrales
sindicales, organizaciones estudiantiles, campesinas y urbanas en
representación de diversos sectores de la sociedad. Entre
ellas se hizo presente el Congreso Democrático del Pueblo (CDP)2, herramienta
que se reactivó a principios de este año y conglomera un conjunto de
organizaciones que se oponen a las políticas de Cartes como la Federación Nacional
Campesina (FNC), Coordinadora Nacional de Mujeres
trabajadoras Rurales e Indígenas (CONAMURI), Mesa Coordinadora Nacional de
Organizaciones Campesinas (MCNOC), el Partido Paraguay Pyahura y el Frente
Guasú entre muchas otras.
Como parte de las reivindicaciones se encontraban la de reforma
agraria, atención a las problemáticas de la agricultura campesina, impuesto al
agronegocio, control en el uso de los agrotóxicos, eliminación de la Ley de
Alianza Público-Privada (APP) y de la Ley de Defensa y Seguridad Interna,
modelo de desarrollo inclusivo, cese a la criminalización de la protesta
social, libertad sindical, reajuste salarial, inversión en educación, reforma universitaria
y acceso universal a una salud pública y de calidad.
Esta huelga general fue la segunda que atravesó el gobierno hasta
ahora – en el año 2014 aconteció la primera con un importante apoyo y centrada
principalmente en el rechazo a las políticas privatizadoras y represivas
aprobadas unos meses antes –, además coincidió con una medida de protesta de
los choferes de la línea 49 frente al Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad
Social donde se encuentran acampando y crucificados hace más de cuatro meses
como forma de manifestación,frente al despido de trabajadores por haber
intentado conformar un sindicato.
La huelga también se encontró marcada por la lucha de los
estudiantes universitarios contra la corrupción en las universidades estatales.
Finalmente algo que caracterizó particularmente esos días son las inundaciones
en varias zonas del país y específicamente en los Bañados Sur y
Norte de Asunción, donde viven muchas familias que se encuentran resistiendo el
avance de los negocios inmobiliarios y cotidianamente padecen las consecuencias
del modelo capitalista, teniendo como respuesta sólo la cara represiva del
Estado. Las últimas cifras estiman que son alrededor de 100 mil las personas
evacuadas sólo en Asunción, donde 80 mil permanecen en lugares de refugio con
una gran incertidumbre sobre el regreso a sus hogares.
Estos diferentes
acontecimientos vuelven la atención hacia el carácter de la unidad de las
diferentes organizaciones y espacios políticos que habitan las luchas, en un
contexto de creciente conflictividad social donde se va develando el rostro
concentrador, excluyente y necesariamente represivo del actual modelo que
controla el país y tiene en el poder político un fiel representante. En el año
2002 el CDP dio muestras del potencial contestatario que puede contener la
unificación de las fuerzas políticas que apuestan por la transformación de la sociedad. Tanto
ayer como hoy el protagonismo lo tienen las organizaciones campesinas, debido
al nivel de organización con el que cuentan y la capacidad movilizadora de sus
bases. En este sentido, la Federación Nacional
Campesina posee un acumulado histórico en materia de
resistencia y defensa del modo de vida y producción campesinas frente al avance
del agronegocio.
De la misma manera, la Coordinadora Nacional
de Mujeres trabajadoras Rurales e Indígenas (CONAMURI) apuesta por un espacio
propio para las mujeres trabajadoras en defensa de sus derechos y en lucha
contra el patriarcado, además de enfrentarse al modelo sojero y ser pionera en
la denuncia por envenenamiento con agrotóxicos de familias campesinas. Tanto
estas organizaciones como otras afines a ellas proponen un modo de vida
alternativo, una sociedad sin explotación, basada en relaciones sociales no
opresivas y con una distribución igualitaria de la riqueza.
Incluso si tenemos en cuenta
que la base del poder se encuentra en la actual distribución de la tierra,
podemos percibir la importancia de las demandas de las organizaciones
campesinas y la consecuente criminalización, persecución y violencia constantes
que sufren por parte del Estado.
Por otro lado se
presenta como imprescindible para cualquier tipo de amenaza a la actual
estructura de dominación, la articulación y proyección a largo plazo entre
organizaciones campesinas, urbanas y de la clase obrera bajo un mismo horizonte
político. Sólo la participación del conjunto del movimiento popular puede
generar caminos alternativos a la histórica desigualdad y ausencia de una
democracia real que caracterizan al país.
30 de diciembre de
2015.
* Militante de FPDS Corriente Nacional. Integrante de grupo interdisciplinario CHIPA (UNGS)
* Militante de FPDS Corriente Nacional. Integrante de grupo interdisciplinario CHIPA (UNGS)
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Notas:(…)
www.contrahegemoniaweb.com.ar
Fuente: http://www.lahaine.org/mm_ss_mundo.php/huelga-general-y-construccion-politica
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