Economía
2016: mal comienzo
16 de enero de 2016
16 de enero de 2016
El ajuste quema etapas rápidamente. Lo que viene ahora es la
reducción del gasto público para ir achicando el déficit fiscal. Han comenzado
por el empleo estatal aprovechando la multitud de precarizados que dejó el
kirchnerismo. Hasta hace una semana ya se computaban más de 16.000 bajas. Se
supone que en marzo se habrían perdido 60.000 empleos públicos. Este mes se
definirían las rebajas de subsidios y por consiguiente el alza de tarifas de
servicios públicos. La inflación esperada para este año es del 35 por ciento.
Por Eduardo Lucita.
Los datos de la economía mundial no son nada alentadores, predomina
el crecimiento débil y las materias primas siguen a la baja. En este contexto la
política de ajuste y de desregulación de los mercados puesta en marcha por el
gobierno Macri está haciendo sentir sus efectos sociales, mucho más rápido de
lo que preveían sus impulsores.
En la primera semana del año la economía global tuvo un serio
golpe en China que se expandió por los circuitos financieros mundiales y cuya
onda expansiva aún se hace sentir. La fuerte caída del índice bursátil volvió a
encender las alarmas en los principales centros financieros. No son pocos
quienes, como George Soros, advierten que el mundo está ante problemas muy
serios que recuerdan a la crisis mundial del 2008.
Datos
duros
Los organismos internacionales no son nada optimistas. Más aún la
directora ejecutiva del FMI, Christine Lagarde, no ha vacilado en pronosticar
que el crecimiento mundial en el 2016 será decepcionante, agregando que también
son muy débiles las perspectivas a mediano plazo.
Cuatro datos sostienen sus afirmaciones: la suba de las tasas de
interés en los EEUU luego de casi una década de tasas a la baja (que fortalece
al dólar, debilita el flujo de fondos y encarece los costos de financiamiento
para los países emergentes); la desaceleración de la economía china, se espera para
este año un crecimiento de apenas 5 por ciento (que impacta fuertemente sobre
la demanda mundial); la caída de los precios de las materias primas arrastradas
por el precio del petróleo que está en su mínimo en más de una década (que
desacelera el crecimiento especialmente de los países de la América latina): la
continuidad de la recesión en Brasil y Rusia y, como resultado de estas
variables combinadas, el estancamiento del comercio internacional.
Así si en septiembre del año pasado se estimaba un crecimiento de
3.6 por ciento del PBI mundial, ahora fue re calculado al 2.9, cuando fue de
2.4 en el 2015. En América latina destaca las mala performance de Venezuela y
Brasil. La principal economía regional, está fuertemente afectada por la baja
de los precios de la soja y el mineral de hierro y los conflictos políticos
internos. Conviene recordar que se trata de nuestro principal socio comercial y
también principal receptor de nuestras exportaciones industriales. Pero también
son malas las perspectivas para Chile, Perú y Ecuador. En México se espera un
leve repunte de su economía, en tanto que Bolivia es el país que mejores
perspectivas tiene.
El BM estimó que Argentina crecerá este año un 0.7 por ciento,
aunque otros cálculos pronostican crecimiento neutro o negativo. Es en este
contexto que asume en nuestro país el gobierno de la derecha empresarial. El
ajuste y el nuevo endeudamiento, ya anticipado por esta columna cualquiera
fuera el resultado electoral, se está verificando día a día.
El poder real marca la cancha
Durante la campaña fue ganando espacio el gradualismo, incluso
luego del triunfo por escaso margen y las dificultades para formar mayoría en
el Congreso el gobierno Macri decidió no llamar a sesiones extraordinarias y
gobernar por decreto, dándole prioridad a las reformas políticas y dosificando
las medidas económicas.
Sin embargo la
estampida de precios, impulsada por los grandes formadores en los últimos días
del anterior gobierno y continuada en los primeros de este fue un claro
mensaje: “Apuren el gradualismo”. Lo mismo pasó con la devaluación y el
levantamiento del llamado cepo. Exportadores y productores prometieron ingresar
divisas retenidas pero solo después que se modificara el tipo de cambio, se
disminuyeran y quitaran retenciones y se eliminara la administración de
divisas. Aun así cumplieron a medias, al momento de redactar esta nota
ingresaron menos del 50 por ciento de lo prometido. Los 25.000 millones que
ingresarían rápidamente según promesas de Macri en campaña, también de Scioli,
están todavía por verse.
El macrismo había adelantado su propuesta de llegar a un acuerdo
de precios y salarios sobre la base de retrotraer los precios al 30 de
noviembre pasado. Los empresarios le dijeron claramente que acuerdan con el
acuerdo, pero que no habrá retroceso alguno.
Es un signo de los tiempos. Son los grandes empresarios quienes
apoyan decididamente al gobierno, incluso le aportaron numerosos funcionarios,
pero esto no impide que le impongan condiciones. Los intereses del capital, son
los intereses del capital, gobierne quien gobierne. Mientras tanto se está
discutiendo un protocolo para “ordenar” el conflicto social. Saque el lector
sus propias conclusiones.
Modelo para armar
El ajuste quema etapas rápidamente. Lo que viene ahora es la
reducción del gasto público –tratando de que crezca menos que la inflación-
para ir achicando el déficit fiscal, estimado 7 puntos del PBI (aunque otros
cálculos dicen que está sobreestimado exprofeso y que sería de 5 puntos). Han
comenzado por el empleo estatal aprovechando la multitud de precarizados que
dejó el kirchnerismo. Hasta hace una semana ya se computaban más de 16.000
bajas, el 80 por ciento en el Estado nacional y provincias de Buenos Aires,
Mendoza y Salta, administrados por Cambiemos; el 20 restante en Santa Cruz,
Catamarca y La Rioja, administradas por el FPV. No estarían computadas aquí las
bajas municipales. Se supone que en marzo se habrían perdido 60.000 empleos
públicos. Este mes se definirían las rebajas de subsidios y por consiguiente el
alza de tarifas de servicios públicos, todo para reducir la emisión monetaria y
bajar la inflación según metas programadas.
Se puede seguir: declaración de emergencia eléctrica, reanudación
de negociaciones con los buitres…pero ya es suficiente. El conjunto de desregulaciones
en curso -para desmontar el esquema heterodoxo implementado por Kicillof y
garantizar condiciones más favorables al capital- implica una fenomenal
transferencia de recursos a los sectores más concentrados deteriorando la
capacidad adquisitiva de los asalariados y sectores populares. La inflación
esperada para este año es del 35 por ciento.
Contra el ajuste y
algo más
Es indudable que
enfrentar esta brutal ofensiva del capital, que será acompañada por un
neoconservadurismo que se hará sentir en la vida cotidiana requiere de la más amplia unidad de acción de todas las clases y
sectores perjudicados. Pero para quienes nos ubicamos desde
una perspectiva anticapitalista no se trata de
priorizar un gobierno sobre otro y volver a donde estábamos, como ha pasado
numerosas veces en nuestra historia. Se trata de rechazar el ajuste explicando
una y otra vez que la principal traba para resolver los problemas que la lógica
del capital provoca en nuestras sociedades es el propio sistema del capital. Y
actuar en consecuencia.
Eduardo Lucita,
integrante del colectivo EDI-Economistas de Izquierda
Fuente: http://www.anred.org/spip.php?article11345
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