ASAMBLEA POR LA SUSPENSIÓN DEL PAGO
E INVESTIGACIÓN DE LA
DEUDA Y POR LA DEFENSA DEL PATRIMONIO
NACIONAL Y LOS BIENES COMUNES
Frente al cambio de
escenario político que se nos presenta en Argentina al finalizar el año 2015,
la Asamblea desea compartir un breve informe sobre el estado de la Deuda Pública y su
probable evolución a corto plazo.
Las últimas cifras sobre la Deuda develadas
por el Ministerio de Economía del gobierno saliente, después de un año sin ser
informadas oficialmente, no dejan margen para la especulación ni la
subjetividad [1].
Contrariando lo que se podría esperar, a pesar del megacanje y una década de
pagos seriales la Deuda ha crecido a ritmo constante e ininterrumpido, creando
serias distorsiones en la economía real y condicionando con fuerza creciente
las alternativas de modelos productivos y de desarrollo, así como las
relaciones sociales de nuestro país.
No obstante la labor
colectiva como Asamblea, sumada a la individual de las organizaciones y
personas que la conformamos, lo concreto es que la Deuda creció en monto y
diversidad de instrumentos – Swaps, emisión de nuevos bonos, etc… – . La tan
reclamada Comisión Parlamentaria Investigadora[2],[3], creada en el último año, se mantuvo
ociosa y corre peligro de ser borrada de escena por el nuevo gobierno así como
también lo fue por el que se va. El problema de la Deuda estuvo
significativamente ausente durante la pasada campaña electoral y el mito del
desendeudamiento es tomado por el gobierno entrante para subsanar el problema
de la iliquidez y bajas reservas del BCRA, los vencimientos de compromisos de
pago cercanos, el alto déficit fiscal heredado y la puesta en marcha de su
prometido plan de infraestructura con la adquisición de más deuda. Claro que no se habla abiertamente de
endeudamiento; se recurre discursivamente a la figura del “arribo de
inversiones”. Esto se ve agravado frente a la voluntad manifiesta, y expresada
a viva voz, de acordar el pago de la deuda litigada por los holdouts (fondos buitre y los metoo)
que elevará el monto adeudado en alrededor de 15.000 millones de dólares de un
plumazo.
Es por todo lo
anterior que la Asamblea lanza un mensaje de advertencia a la sociedad en su
conjunto sobre el panorama que se avecina: el gobierno saliente,
amén de no “desendeudar” a la República, ha creado las condiciones para un
nuevo ciclo de endeudamiento[4],
que ya empieza a ser motorizado por el actual gobierno. Los problemas
estructurales de la economía que se han profundizado durante la gestión del
gobierno saliente, disimulados durante algunos años por los elevados precios de
las exportaciones primarias y que se manifiestan, entre otros, en el fenómeno conocido
como la “restricción externa”, se presentan ahora con crudeza. Los lineamientos
de la política económica declarados por el nuevo gobierno dan la pauta de que
éste inaugura un nuevo ciclo de endeudamiento como forma de soslayar los
verdaderos problemas y las verdaderas soluciones.
Con la modificación del esquema de subsidios,
la quita de impuestos a las empresas y la devaluación, producirá un cambio de
la estructura de los precios relativos que cambiará, a su vez, la estructura de
los ingresos fiscales en sentido regresivo: pagarán más los pobres y menos los
ricos. El endeudamiento del Estado para rellenar la falta de los impuestos
empresarios será un medio a través del cual sus gerentes en el gobierno
transferirán a sus bolsillos ingresos del resto de la población: los
trabajadores. Para el pago de deuda, esos impuestos serán recargados a la
población trabajadora o se le quitarán servicios estatales. Los bancos
prestamistas se adjudicarán una parte de los ingresos fiscales que año por año
recibirán del Estado argentino por los intereses. Como si fuese liviana la
carga desde la época de la dictadura militar por la deuda odiosa de la
Argentina, el nuevo gobierno está dispuesto a inaugurar una nueva deuda odiosa:
un tributo permanente del pueblo a los bancos trasnacionales. La Deuda, así
tratada, será factor desencadenante de mayor inflación, devaluación y del
consecuente ajuste que beneficiarán a algunos pocos e impactarán negativamente
en la economía en general y sobre todo de los que menos tienen. La Deuda así
continuará creciendo de manera absolutamente ilegítima, comprometiendo los
planes de desarrollo y la soberanía política, económica y cultural de nuestra
nación.
Durante casi todo este
año que culmina hemos logrado algunos avances en nuestro objetivo de dar a
conocer a nuestro pueblo la verdadera magnitud y complejidad del problema de la
Deuda, resistiendo y desarticulando el discurso del desendeudamiento y
denunciando la postura de pagadores seriales que compartieron el oficialismo y
gran parte de la oposición, los mismos actores políticos que hoy continúan
sosteniendo ese relato y su posicionamiento ante la Deuda, aunque con los roles
cambiados.
Este estado de cosas
fue expuesto ante la sociedad por nuestra Asamblea en reiteradas oportunidades
a lo largo del año que culmina, mediante la difusión de documentos,
conferencias y talleres de vinculación con diversas problemáticas aparentemente
inconexas pero fuertemente ligadas a la Deuda, acciones en las calles,
intervenciones como invitados en debates y conferencias de diversas
organizaciones sociales, audiencias públicas en el Congreso, interpelaciones a
parlamentarios, etc…, todas estas instancias de comunicación con la sociedad
silenciadas e invisibilizadas tanto por los medios
oficiales como por la corporación mediática opositora al Gobierno.
Aún en esas
desfavorables condiciones consideramos que algunos logros se han alcanzado, en
el sentido de ir instalando el problema de la Deuda y sus múltiples vínculos
con otras problemáticas dentro del ángulo de visión de muchas personas y
organizaciones del campo popular, tarea que asumimos como prioritaria y a
sabiendas de ser ardua. Nuestro esfuerzo se ha enfocado no sólo en denunciar el
origen y carácter de la deuda sino, además, en señalar el peso específico como
factor limitante y condicionante para los modelos de desarrollo y productivos
no ligados al poder económico concentrado, que tiene en ella un punto de apoyo
para apalancar la instalación del extractivismo, la primarización productiva,
la flexibilización laboral, la entrega territorial, la pérdida de soberanía
jurídica y política, la firma de tratados comerciales asimétricos y toda una
larga lista de mecanismos de dominación creciente que afectan a la clase
obrera, los jubilados, los campesinos, los Pueblos Originarios, los desplazados
del sistema, las generaciones futuras y al ambiente y los bienes comunes. La
Deuda está detrás de cada piedra en el camino que obstaculiza la marcha hacia
el Buen Vivir de nuestro pueblo.
El año 2016 será un hito histórico. El 24 de
marzo se cumplirá 40 años desde el golpe cívico-militar que dio lugar al
proceso de endeudamiento y reordenamiento económico y antipopular que el
nuevo gobierno busca consolidar. El Papa Francisco lo ha declarado un año
de Jubileo, que plantea la cancelación de las deudas que oprimen o que fueron
adquiridos en circunstancias dudosas. También y significativamente será el año
del Bicentenario de la Declaración de nuestra Independencia; dos siglos es
tiempo más que suficiente para darnos cuenta que no existe independencia real
sin soberanía auténtica y que la soberanía no se prorroga ni se negocia.
En ese contexto
continuaremos denunciando que la Deuda es un sistema que se retroalimenta para
persistir y crecer indefinidamente. Que es un instrumento de dominación y
sometimiento al poder financiero trasnacional. Que tal como se expidió la
justicia argentina es además arbitraria y fraudulenta. Que todo proceso de
refinanciación, reestructuración, internalización o transformación por medio de
instrumentos financieros o legales es un intento de legitimación de un ilícito
incurso en la figura de complicidad, no importa si ese intento proviene del
poder ejecutivo, legislativo o judicial y no interesa si esa complicidad se
debe a acción u omisión.
Seguiremos reclamando
y luchando para que el pueblo argentino sea el protagonista y artífice de su
destino soberano, el cual será inalcanzable sin la suspensión de pago e
investigación de la Deuda -ilegal, ilegítima, ilícita, fraudulenta, odiosa e
impagable – y la necesaria transformación del marco económico, jurídico,
político y cultural que la favorece.
-Argentina, 21 de
diciembre 2015
Fuente: https://asambleadeudaybienescomunes.wordpress.com
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