Río Santa Cruz libre:
causa común de
ambientalistas y originarios
9 de marzo de 2018
El Río Santa Cruz, en la provincia homónima, es eje de un nuevo
riesgo ambiental en Argentina a partir de la construcción de
mega-represas. Organizaciones sociales y vecinales y pueblos originarios, en
unidad contra un nuevo saqueo
“Desde el
viento en la montaña hasta la espuma del mar
mojo
mis pies y vuelvo a volar
no
pregunto en la mañana hacia dónde debo ir
ya
lo sabré, el tiempo dirá
si
el destino me quiere en el sur
viajaré
temprano con la luz
cielo
todo el día y a la noche barro”
(Pez. Disco El
sol detrás del sol. 2002)
Por Manuel López
Mateo*
El impacto socioambiental de la construcción de mega-represas en el río
Santa Cruz, genera cada vez más alarma y suma críticas de múltiples sectores
sociales. Frente al complejo hidroeléctrico, se integran organizaciones
ambientalistas, vecinos y vecinas autoconvocadas y pueblos originarios para
aunar fuerzas. Como el viento patagónico, rugen sus voces contra el proyecto y
la promesa inverosímil de desarrollo para la región austral.
El Movimiento Patagonia Libre
Interrumpir el cauce del río Santa Cruz, el último río glacial patagónico
que corre libre desde los Andes hasta el Mar Argentino, con la instalación de
dos mega-represas para obtener un aprovechamiento hidroeléctrico, significará
cortar el camino a la vida.
La inundación de vastos territorios, la transformación de la
mitad del curso del río en espejos superficiales de agua y los enormes tendidos
de alta tensión provocarán no sólo impactos ecológicos irreversibles a un
ambiente prístino, sino también profundas consecuencias sociales y culturales a
las poblaciones locales.
Para oponer resistencia a la construcción del
complejo hidroeléctrico en la provincia de Santa Cruz se conformó el Movimiento
Patagonia Libre, fruto de la integración de organizaciones ambientalistas,
movimientos sociales y las y los vecinos autoconvocados. Luego del “Encuentro Nacional Voces del Río” en agosto de 2017, comenzó
la gestión de este gran colectivo con propósito de aunar fuerzas, para tener
una oposición firme a las mega-represas Cóndor Cliff-Presidente Néstor Kirchner y La
Barrancosa-Gobernador Jorge Cepernic.
Oficialmente el grupo se originó
durante el “Encuentro Patagónico Gritos de la Mapu” los días 8 y 9 de diciembre
de 2017 en la localidad de Cmte. Piedra Buena, al que asistieron distintos
frentes santacruceños a favor de la vida, provenientes de El Calafate, El
Chaltén, Río Gallegos, Puerto San Julián, Puerto Santa Cruz, Perito Moreno y
Los Antiguos, que durante los últimos años vienen luchando contra los proyectos
del modelo extractivo, como la mega-minería, el fracking, los cultivos
transgénicos e incluso la instalación de plantas nucleares.
Concientizar con la palabra
Durante el verano, el Movimiento Patagonia Libre ha llevado a cabo sus
primeras actividades para concientizar sobre la problemática socioambiental,
entre las que se destacan un conversatorio con turistas en el Glaciar Perito
Moreno y un debate en la Unidad Académica Puerto San Julián de la UNPA
(Universidad Nacional de la Patagonia Austral ) con la comunidad educativa y
los pobladores locales. Este martes 27 a las 18hs sus representantes se hicieron
presentes en Plaza Congreso, para adherir a la “Bicicletada en
defensa de los glaciares” que organiza la Asamblea Jáchal No
Se Toca contra la modificación de la Ley de Glaciares que impulsa el Gobierno
Nacional.
En charla de la UNPA, a la cual
accedimos, se ha compartido información de investigadores científicos,
ingenieros y técnicos especialistas sobre el impacto ambiental, social y
turístico que representará la construcción del par de mega-represas. El
proyecto sobre el río Santa Cruz implicaría inundar 47.000 hectáreas
de tierras, devastando un ecosistema irremplazable en el área de influencia del
Parque Nacional Los Glaciares (declarado Patrimonio de la Humanidad por la
Unesco). Detener el libre cauce del río causaría a su vez un aumento en la cota
de su principal afluente, el Lago Argentino, acelerando el deshielo de los
glaciares Perito Moreno, Upsala y Spegazzini en su cuenca, debido a la
elevación del nivel y la temperatura del agua.
Se recordó que es responsabilidad del Estado preservar a los glaciares
para el futuro, como reservas estratégicas de agua para el consumo humano, la
agricultura y la
biodiversidad. Sin embargo, con las represas está
incumpliendo su obligación de no arriesgar a estos recursos valiosos, al no
tomar las medidas de principio precautorio conforme al “régimen de presupuestos
mínimos para la preservación de los glaciares y del ambiente periglacial” (Ley
26.639), que a su vez el Poder Ejecutivo pretende modificar.
La propia Administración de Parques
Nacionales en un primer momento había indicado que las represas afectarían
irreversiblemente a uno de los ambientes más amenazados en la Patagonia por el
cambio climático. Los ambientalistas temen que el impacto al ecosistema, donde
viven decenas de especies de aves, peces y mamíferos adaptados a duras
condiciones climáticas, conllevaría a la pérdida de la biodiversidad, desde la
segura extinción del macá tobiano (ave declarada “Monumento Natural Provincial”
y recurso eco-turístico), hasta gran inquietud que afecte a los mamíferos
marinos que habitan próximos al estuario del río, como las ballenas que llegan
a parir a la costa patagónica.
Asimismo, se manifestó mucha preocupación entre los pobladores porque van
a perjudicarse las actividades económicas usuales en la provincia, como el
turismo por la pérdida de las maravillas naturales y la pesca debido a la
mortandad de peces. También hay alarma por el riesgo que corre la provisión de
agua para consumo en los hogares de Puerto San Julián, Piedra Buena y Puerto
Santa Cruz. La posible falta de este servicio básico, consecuencia de desviar
el curso del río para llenar el embalse, podría durar un par de años.
Destrucción del patrimonio natural y cultural
El grupo ayudó a reflexionar sobre la pérdida del paisaje autóctono y su
patrimonio natural y cultural, que desde del siglo XIX motivó la admiración de
exploradores y naturalistas como Francisco P. Moreno, Charles Darwin, Fitz Roy
y George Musters. Al provocar la inundación de tantos territorios (equivalente
a casi 2 veces la Ciudad de Buenos Aires) pueden perderse fósiles y restos
paleontológicos de millones de años, como también restos arqueológicos de los
primeros pobladores humanos en la Patagonia. Para la ciencia representa un
conocimiento científico invaluable que quizás nunca pueda obtenerse, porque
quedaría cubierto o destruido por el agua.
Su preservación y protección también es responsabilidad del Estado, como
parte del patrimonio cultural de la Nación y para el aprovechamiento
científico, según la Ley 25.743 de “Protección del Patrimonio
Arqueológico y Paleontológico”. Sin embargo, fue el mismo Estado quien alegó no
poder hacerse cargo de su responsabilidad y le consignó al consorcio
hidroeléctrico de empresas chinas y nacionales, la contratación privada de
arqueólogos para hacer un relevamiento, remover los restos que encuentren y
construir un espacio para alojarlos, comentó el lnan Lonko Nahuelquir.
Choque de culturas
La Comunidad Lof Fem Mapu de
Puerto Santa Cruz también apoyó a la formación del Movimiento Patagonia Libre.
Sergio Nahuelquir es lnan Lonko de esa comunidad y viene acompañando al
colectivo para testimoniar la preocupación del pueblo mapuche-tehuelche por el
conflicto ambiental. Ante el posible impacto de las represas sobre el
territorio comunitario, han denunciado al Estado Nacional por incumplir con la “Consulta Previa ,
Libre e Informada”.
En la charla brindada en la UNPA, Nahuelquir declaró que el Estado
argentino ha violado el Convenio Internacional 169 de la O.I.T. (Organización
Internacional del Trabajo) y la Ley 24.071 de nuestra Constitución Nacional que
lo ratifica, al no garantizar e implementar el derecho a la consulta previa a
los pueblos originarios de la
provincia. Por este motivo, a mediados de 2017 las
comunidades presentaron un amparo solicitando a la Justicia que ordene al Poder
Ejecutivo Nacional detener las obras, hasta tanto sea realizada.
Los pueblos mapuche y tehuelche
llevan trece mil años en la zona y su preexistencia al Estado-Nación es
reconocida constitucionalmente. Estas comunidades indígenas chocan con los
agentes desarrollistas que pretenden transformar a la naturaleza en mercancía.
Se trata de una diferencia cosmológica; lo que para algunos son meros recursos,
para ellos son lugares y elementos sagrados.
Con respecto al patrimonio cultural intangible, Nahuelquir aseguró que la
instalación de las represas perjudicará la cosmovisión del pueblo mapuche,
porque según sus creencias el río tiene un Ngem. Los Ngem son espíritus que protegen la vida silvestre y
residen dentro de los elementos naturales. “El Ngem es una fuerza de
la naturaleza que regula la fuerza de todo lo demás, y se va a afectar nuestra
armonización”, expresó.
Asimismo, corre peligro el patrimonio cultural tangible por la inundación
de sitios arqueológicos que incluyen pinturas rupestres y restos óseos de sus
antepasados. Aseguran que la empresa ha comenzado con la remoción de chenques
(tumbas indígenas) sin permiso y sin restituir los restos mortales a las
comunidades descendientes.
A fines de octubre, la justicia dio la razón a la demanda del pueblo
mapuche-tehuelche. El Juez Federal Aldo Suarez dictó una sentencia favorable,
intimando al Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) y ordenando al
Poder Ejecutivo que apliquen el derecho a la consulta previa, para que sea
escuchada la voz de las poblaciones originarias y hagan saber si desean esa
obra en su lugar en el mundo.
Sin embargo, a pesar del fallo judicial la construcción avanza y no
muestra intenciones de detenerse. En la etapa inicial presente, se continúa con
la edificación de dos campamentos temporarios que alojarán a 1500 obreros cada
uno, mientras trabajen en las represas. El lnan Lonko advirtió que los
pueblos originarios están dispuestos a llevar la causa a instancias judiciales
superiores e internacionales, volviendo a acusar al consorcio de empresas que
tienen la concesión, al INAI y a los Estados Provincial y Nacional.
Nuevos espejitos de colores
Nahuelquir reconoció que los pueblos mapuche y tehuelche, descreídos de
las promesas de desarrollo y bienestar del extractivismo, los espejitos de
colores de nuestro tiempo, repudian al accionar del Estado
por entregar los recursos naturales a las empresas, las cuales tendrán la
concesión de las hidroeléctricas para lucrar durante treinta años.
Al igual que el Movimiento Patagonia Libre, el lnan Lonko entiende que va
a ponerse “En juego la vida de las futuras generaciones, no sólo de los pueblos
originarios, sino de todos los habitantes de la provincia que les va a faltar
el agua en sus casas y por toda la biodiversidad que va a perderse”, con el fin
de producir electricidad para ser utilizada en las grandes urbes de Buenos
Aires.
“Nosotros no estamos en contra del progreso de la humanidad, pero sí
pedimos ser partícipes en la toma de decisión de qué tipo de progreso queremos.
¿Cuándo nosotros, los pueblos originarios, tendremos voz y voto en los
proyectos que hacen las empresas en nuestro territorio, o en cualquier tipo de
construcción que atente contra nuestra vida?” se preguntó Nahuelquir.
Dilemas de gran escala
Según la
Comisión Mundial de Presas, durante el siglo XX la
construcción de 45 mil grandes represas en todo el mundo causó 80 millones de
personas desplazadas de sus hogares y en el siglo XXI esta forma de aprovechar
energía ya no se considera “renovable” por tener escasa vida útil (debido a la
rápida acumulación de sedimentos). No obstante, el gobierno nacional intentó
instalar a las mega-represas en el sentido común de la ciudadanía como la
solución de la crisis energética y fuente de desarrollo y progreso para Santa
Cruz.
En el llamado a licitación de 2012 se prometió que el proyecto crearía
cinco mil puestos de trabajo en forma directa, se obtendría un enorme
aprovechamiento de 1700 MW de energía limpia y sería el primero de carácter
enteramente nacional (a diferencia de las represas binacionales de Yacyretá y
Salto Grande). Se afirmó que cambiaría la matriz energética trasformando a la
región austral y la Argentina, y también promovería la integración regional
porque se intercambiaría el excedente con Brasil.
Ante la disyuntiva que plantean las represas, puede ayudar la mirada
crítica del antropólogo brasileño Gustavo
Lins Ribeiro a la concepción occidental de desarrollo. Doctorado en la
Universidad de la Ciudad de Nueva York, donde fue discípulo de Eric Wolf (uno
de los antropólogos más importantes del Siglo XX), Lins Ribeiro cuenta con
treinta años de experiencia sobre temas de desarrollo, ambientalismo y
globalización.
A partir su trabajo de campo y estudio sobre proyectos a gran escala,
como en la represa de Yacyretá, él afirma que este tipo de emprendimientos se
nutren no solamente de las desigualdades económicas a nivel nacional e
internacional, de las ambigüedades jurídicas y de los intereses políticos, sino
también de un proceso de legitimación con una poderosa carga simbólica.
Son siempre acompañados con la articulación de discursos ideológicos para
justificarlos, denominados por el antropólogo como la ideología del progreso;
concibiendo al desarrollismo como una forma de traer bienestar,
la ideología de la redención; suponiendo que redimirá a la región de su
atraso, el creador
de oportunidades; como fuente de empleos y el gigantismo;
presentándolo como positivo por ser de grandes dimensiones.
Sin embargo, aunque reconoce como
cierto que pueden generar una considerable oferta de trabajo temporario,
lamentablemente las poblaciones locales son incorporadas en las posiciones más
bajas del mercado laboral, y la cantidad de empleos creados guarda una
proporción muy chica con respecto a los montos gigantescos de las inversiones.
Estos proyectos que implican enormes movimientos de capital, son
reiteradamente presentados a la ciudadanía como promotores del desarrollo para
todas las clases sociales o grupos étnicos involucrados. Pero en realidad
favorecen a grandes concentraciones económicas nacionales e internacionales, en
detrimento de las poblaciones locales que siempre resultan perjudicadas, sostiene Lins Ribeiro.
De forma invariable, el precio que pagan por estas obras los pueblos
afectados se desoye, los impactos socioambientales se invisivilizan y los
derechos humanos y derechos colectivos se niegan. Por eso, frente al
mega-proyecto en el río Santa Cruz se aúnan los esfuerzos de ambientalistas,
vecinos, vecinas y pueblos originarios en el Movimiento Patagonia
Libre, para pelear por causas justas y legítimas; defender al río,
proteger al agua y pedir respeto por la vida.
*Manuel López Mateo es
licenciado en Antropología.
Fuente Marcha: http://www.marcha.org.ar/rio-santa-cruz-libre-causa-comun-entre-ambientalistas-y-pueblos-originarios/
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Comunidades en Resistencia
Fuente: https://redlatinasinfronteras.wordpress.com/2018/03/09/argentina_rio-santa-cruz-libre-causa-comun-de-ambientalistas-y-originarios/
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