La
agenda de la contracumbre del G20
12 de julio de 2017
Más de 70 colectivos organizan la Global Solidarity Summit, una
“contracumbre” en la que han buscado “alternativas” al
neoliberalismo “fracasado” que “potencia la desigualdad” Un rechazo al
foro de líderes mundiales que también se ha reflejado en las calles:
casi 20.000 personas se han manifestado en los últimos días.
Álvaro Sánchez Castrillo
Los
líderes del G20, la veintena de economías más industrializadas del
mundo, se reunirán este viernes y sábado en Hamburgo (Alemania) en la
que se espera que sea una de
las cumbres más tensas de los últimos años tras el giro
radical en materia económica y política de EEUU. Bajo el lema “Forjar un
mundo interconectado”, los jefes de Estado y Gobierno de los países que
forman parte del foro económico, al que también acudirán como invitados
representantes del FMI, la OCDE o el Banco Mundial, debatirán
a puerta cerrada sobre terrorismo internacional,
crecimiento global, cooperación con África, desarrollo sostenible,
energía, sanidad, calidad del empleo, digitalización, papel de la mujer,
libre comercio y clima.
Será
en los dos últimos temas en los que se espera que se produzca la
confrontación más dura entre la Unión Europea y el presidente
estadounidense, Donald Trump. Desde que llegó a la Casa Blanca, el
mandatario norteamericano no ha soltado la bandera
proteccionista que agarró durante
toda la carrera presidencial, amenazando con aranceles a la importación
de acero y aluminio a varios países y dejando
en stand
by el TTIP, el tratado
que Bruselas esperaba convertir en la joya de
su política comercial. Del mismo modo que tampoco ha dejado de lado su
manifiesto negacionismo del cambio climático, tomando la decisión de
sacar a EEUU del Acuerdo de París, algo que el resto de partes considera
“innegociable”.
El
G20 de las “alternativas”
Una reunión y agenda oficial, marcada por la anfitriona Alemania, que no representa a decenas de colectivos de medio mundo. Por ello, más de 70 organizaciones de 20 países decidieron celebrar durante los dos días previos a la cita de líderes mundiales su propia cumbre, la Global Solidarity Summit, en el centro cultural Kampnagel de Hamburgo. Un foro de discusión, que se movió entre el debate y la protesta social, en el que políticos, científicos y activistas discutieron en 12 paneles y más de 70 talleres las “alternativas” posibles al “sistema que potencia la desigualdad” defendido por el G20.
Una reunión y agenda oficial, marcada por la anfitriona Alemania, que no representa a decenas de colectivos de medio mundo. Por ello, más de 70 organizaciones de 20 países decidieron celebrar durante los dos días previos a la cita de líderes mundiales su propia cumbre, la Global Solidarity Summit, en el centro cultural Kampnagel de Hamburgo. Un foro de discusión, que se movió entre el debate y la protesta social, en el que políticos, científicos y activistas discutieron en 12 paneles y más de 70 talleres las “alternativas” posibles al “sistema que potencia la desigualdad” defendido por el G20.
“El
objetivo es coordinarnos a nivel global”,
señala en conversación con infoLibre desde
la ciudad germana Cuca Hernández, miembro de Attac España, uno de los
colectivos presentes en el foro. La activista asevera que el conocido
como
Grupo
de los Veinte “sigue
ignorando a los ciudadanos” y afirma que es necesario
encontrar “alternativas” ante un neoliberalismo que “ha fracasado”. “No
nos pueden seguir vendiendo que las soluciones se basan en más inversión
y más crecimiento”, dice Hernández, que añade que es necesario un
crecimiento “desde abajo, desde las comunidades”.
En
la misma línea se posiciona Manuel Pérez-Rocha, investigador del Institute
for Policy Studies. El mexicano, asistente a la “contracumbre”,
detalla a este diario que los colectivos reunidos en la ciudad germana
están planteando que la
“disyuntiva entre libre comercio y proteccionismo” es “falsa”.
“Es necesario seguir impulsando caminos alternativos ante la errónea
dicotomía entre el desgastado modelo neoliberal y el proteccionismo
nacionalista que están imponiendo nuevos gobiernos, principalmente el de
Trump”, sostiene, exigiendo a renglón seguido
un
“modelo alternativo” que no se base “en el poder y los intereses de las
grandes corporaciones militares, financieras o petroleras”.
Coincide con ellos Luciana Ghiotto,
activista de Attac Argentina, que asevera que la postura central ha sido
plantear que la cumbre de líderes es “ilegítima” porque no es
“multilateral”. Y se explica: “Los países más chicos no están
representados en ese espacio, a pesar de que en ese foro se marcan las
líneas políticas y económicas que va a seguir el mundo en los próximos
años”. En concreto, el G20 está compuesto por
Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Francia, Alemania, India,
Indonesia, Italia, Japón, México, Rusia, Arabia Saudí, Sudáfrica, Corea
del Sur, Turquía, Reino Unido, EEUU, la UE como bloque comercial y
España como “invitado permanente”.
La
“contracumbre”
La contracumbre,
financiada por la Norddeutsche Stiftung für Umwelt und Entwicklung –una
fundación ambiental alemana–, fue abierta el pasado miércoles por la
filósofa india y Premio Nobel Alternativo en 1993, Vandana
Shiva, que definió a los países del G20 como
“auxiliares” de los poderes económicos. Tras el discurso de apertura,
comenzaron dos intensos días de debate a través de más de una decena de
paneles y más de 70 talleres. “Los primeros son mesas redondas, donde la
participación del público es más limitada. Los segundos están más
orientados al debate y al trabajo”, explica a infoLibre la
diputada de En Comú Podem Sònia Ferrá, que ha participado en alguno de
ellos.
Cuarenta y ocho horas en las que se
ha analizado el fracaso del neoliberalismo; el
incremento de la brecha entre ricos y pobres; el libre comercio y los
tratados de nueva generación –TTIP, CETA, TiSA, TLC–; la restricción de
los derechos laborales y el papel de los sindicatos; la militarización
de las relaciones internacionales y la escalada de tensión entre países;
el cambio climático y el aumento de gases de efecto invernadero; el
racismo y el cierre de las fronteras ante la llegada masiva de
refugiados; la necesidad de confrontar el ascenso exponencial de la
extrema derecha; o la privatización de los servicios públicos.
Según explican los activistas consultados, se ha incidido mucho en la
“importancia de retomar e implementar los Acuerdos de París”, la
necesidad de “democratizar los espacios públicos” y los efectos que
pueden ir de la mano de los nuevos acuerdos comerciales que se están
sellando, unos tratados que, insiste Ghiotto, “avalan a los
inversionistas para demandar a los Estados”. Pero también, recuerda
Hernández, se ha prestado mucha
atención a las “experiencias municipales” de
recuperación de servicios públicos. Unos procesos remunicipalizadores que,
tal y como documentó el Transnational Institute en su último informe, se
han asentadoen
medio mundo. En este sentido, Ferrá se ha encargado de explicar el caso
de Barcelona.
La importancia de la presión social
Sin
embargo, los asistentes a la cumbre alternativa no han viajado
hasta Hamburgo sólo para quedarse sentados en las butacas del centro
cultural Kampnagel. También han querido llevar su descontento a las
calles de la ciudad germana a través de multitudinarias manifestaciones.
“Hay mucha movilización”, cuenta la activista de Attac Argentina.
Protestas que, para Pérez-Rocha, son
fundamentales. “Nosotros planteamos que es necesario
tanto incidir dentro de los espacios políticos, con propuestas concretas
y alternativas, como ejercer presión social”, asevera el investigador
del Institute for Policy Studies.
Una oleada de marchas que arrancó el pasado domingo y que sólo desde
ayer ya ha
sacado a la calle a casi 20.000
personas, según los organizadores –las fuerzas de
seguridad rebajan la asistencia a 7.000–. La última, celebrada este
jueves bajo el lema “Bienvenidos al infierno” y convocada por grupos
anticapitalistas, terminó con enfrentamientos entre manifestantes y la
Policía, que ha utilizado gases lacrimógenos y cañones de agua. Agua a
presión que también emplearon el pasado martes contra aquellos que
intentaban pasar la noche en
una acampada que las autoridades de la ciudad habían
autorizado sólo como punto de concentración diurno.
Aunque Pérez-Rocha asegura que las protestas, hasta el momento, han sido
“pacíficas”, lo cierto es que Hamburgo, la ciudad natal de la canciller
alemana, se ha convertido en un auténtico fortín en el que se han
establecido zonas de
seguridad e, incluso, un centro de detención provisional
para 400 personas. “Policías fuertemente armados patrullan las calles
apoyados por aviones no tripulados y la última tecnología de
vigilancia”, describía en un artículo en The
Guardian el filósofo croata Srećko Horvat, cofundador,
junto a Yanis Varoufakis, de DiEM25,
movimiento paneuropeo que también participó en la Global Solidarity
Summit. En total, más de
20.000 efectivos de la policía desplegados durante la cumbre del G20..
Fuente: http://www.acordem.org/2017/07/12/la-agenda-de-la-contracumbre-del-g20/
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