Fukushima, 7 años
después,
nos recuerda el riesgo nuclear
13 de marzo de 2018
Por Juan López de Uralde (Público)
La idea de que una catástrofe nuclear puede ser "limpiada" y de que los afectados pueden retomar sus vidas con normalidad es un mito. La realidad es muy distinta: estamos ante escenarios de contaminación a muy largo plazo y con consecuencias directas sobre la salud y el medio ambiente.
Se cumplen siete años del accidente nuclear de Fukushima, en medio de los intentos infructuosos del Gobierno nipón para tratar de pasar página de
La idea de que una catástrofe nuclear puede ser "limpiada" y de que los afectados pueden retomar sus vidas con normalidad es un mito. La realidad es muy distinta: estamos ante escenarios de contaminación a muy largo plazo, y con consecuencias directas sobre la salud y el medio ambiente.
El levantamiento parcial el pasado marzo de las órdenes de evacuación de las localidades de Namie e Iitate, situadas entre 10 y
A pesar de los constantes intentos de minimizar su impacto, el efecto del accidente de Fukushima sobre la salud empieza a hacerse visible: el primer efecto esperado es el incremento de cáncer de tiroides en niños y jóvenes a partir del tercer o cuarto año del escape nuclear. Pues bien, el primer estudio epidemiológico publicado constata esa realidad: se ha encontrado un aumento del cáncer de tiroides en el área de Fukushima entre 2011 y 2014, que ya es 30 veces superior al resto de Japón.
En realidad, el intento de minimizar la imagen de catástrofe de los accidentes nucleares es una constante por parte fundamentalmente de
Lo que es evidente es que Fukushima nos
recuerda cada día que el riesgo nuclear sigue latente. Es necesaria una
transición energética hacia un modelo limpio que prescinda de las nucleares y
transite hacia la
descarbonización. El reto no es fácil, pero es mucho lo que
nos jugamos.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=238951
No hay comentarios:
Publicar un comentario