Miedo y osadía:
el juicio por el
Caso Solano
19 de marzo de 2018
La tercera semana del juicio contra siete policías rionegrinos por privación ilegítima de la libertad y homicidio calificado de Daniel Solano (asesinado y desaparecido en 2011) comenzó sin los imputados ni público debido a que varios testigos de identidad reservada pidieron declarar a sala vacía. Es decir, sólo ante el tribunal y los abogados de las partes. Es comprensible: a lo largo de todos estos años de investigación muchos testigos sufrieron hostigamientos y amenazas. Tal vez por esta misma razón la tasa de presentismo de los citados a prestar declaración resulta notoriamente baja. A pesar de esto, el juicio avanza aportando claridad respecto a la presencia de los imputados en el lugar de los hechos y a las maniobras de encubrimiento posteriores que involucran a agentes del poder judicial provincial.
Por Jessica Visotsky y
Eugenia De Rossi, desde Río Negro, para ANRed.
Así se busca a un desaparecido
La primera audiencia
de la semana contó con la presencia de Sergio Heredia, uno de los abogados
querellantes que no había podido estar presente en las primeras dos semanas del
juicio por encontrarse trabajando desde Salta junto a la familia Solano , en
la organización y traslado de los testigos del norte hacia la ciudad de General
Roca. La jornada, sin público ni prensa, resultó significativa porque uno de
los testigos confirmó la presencia de uno de los policías acusados en Macuba la
noche en que desapareció Solano. Los otros dos testimonios se refirieron al
encubrimiento posterior: uno de ellos apuntó contra la ex jueza del caso,
Marisa Bosco, como responsable de haber modificado su declaración inicial
realizada a principios de la investigación. Este testigo había declarado que
NO le había vendido un pasaje de colectivo a Daniel Solano y en la redacción
judicial quedó expresado que SÍ lo había hecho. Aunque la querella denunció a
esta jueza en el año 2012, hasta el día de hoy nunca estuvo imputada. El otro
testigo relató cómo uno de los policías que “investigaba” la desaparición de
Daniel acudió al cementerio a pedir huesos humanos al osario (los que ya no
pagan la tasa municipal). Esos huesos se los daban a los perros que hacían el
rastrillaje para que huelan, creando pistas falsas. Así se busca a un
desaparecido en Río Negro: sacando huesos de personas NN del cementerio.
Testigo Clave
Durante la segunda
audiencia de la semana declaró por videoconferencia uno de los testigos clave
del Caso Solano, una persona de identidad reservada que se encuentra desde 2012
bajo el Programa Nacional de Protección a Testigos del Ministerio de Justicia
de la Nación. “A esta persona se la sacó de la provincia de Río Negro, estuvo
bajo la protección del estado nacional. Es la Secretaría de Seguridad la que
solicitó que su declaración sea por videoconferencia” afirmó Sergio Heredia,
abogado querellante. Su testimonio fue clave en la investigación para
reconstruir toda la secuencia desde que sacan a Daniel del boliche hasta que lo
suben a una camioneta. Con su declaración se completa la identificación de los
siete policías acusados como presentes en el lugar aquella madrugada. Esta
persona se encontraba a la vuelta del boliche y vio todo: la llegada de un
vehículo policial con las luces apagadas, cómo arrastraron y subieron con
violencia a Daniel a la camioneta y se lo llevaron. “Estamos acreditando que la
policía lo sacó del boliche y el chico no apareció más”, expresó Heredia.
Miedo y Osadía
“Miedo y Osadía” es el
libro del pedagogo brasilero Paulo Freire,
quien dedicó su vida a la educación de adultos trabajando con campesinos
analfabetos. Esa educación que Daniel tenía, a diferencia del resto de sus
compañeros. Él tenía estudios secundarios completos y eso hizo que pueda leer
su recibo de sueldo y entender que los estaban estafando. Osadía: Solano se
empezaba a organizar con sus compañeros para ir a hacer un reclamo. Tan simple
como eso.
“El testimonio del
testigo protegido fue determinante, con eso ya podemos condenar a los
policías”, declaró Leandro Aparicio, abogado querellante, destacando que la
declaración de este testigo clave fue concordante con su declaración original y
que fue la que posibilitó, en el año 2012, detener a los 7 policías.
Gracias a la osadía de
los testigos se llegó a esta instancia de juicio oral y gracias a esa valentía
se podrá avanzar en las responsabilidades que caben en el homicidio de Daniel,
pero también en hilar y demostrar el entramado mafioso y la asociación ilícita
que hace posible la explotación, el narcotráfico, la trata; todo el contexto
delictivo que está detrás del homicidio y desaparición de Daniel Solano. Pero
también el miedo atraviesa este juicio. Titulaba el Diario Río Negro: testigos
que no se presentan a declarar, cambios en los testimonios respecto a la declaración
original, varios manifestaron haber sido amenazados y hostigados, “algunos
intentaron suicidarse”, relató la querella.
Esta semana que
empieza nuevamente estará presente esa osadía: los obreros compañeros de
Daniel, que trabajaban con él y que estuvieron presentes esa noche en el
boliche Macuba, viajan desde Salta para dar su testimonio. Varios lo harán en
compañía de sus familias. Es duro y difícil para ellos trasladarse más de 2000 kilómetros
para participar de este debate judicial. Tienen miedo, pero también tienen el
coraje de decir verdades comprometedoras. Organizaciones y amigos de la causa
se preparan para recibirlos: “Hay que acompañar a los depositarios de verdades
incómodas cuando lo que hay para declarar compromete a poderes represivos del estado”,
expresó el Padre Cristian Bonin, cura párroco de Choele Choel que acompaña a
Gualberto Solano y a la querella desde el inicio de esta investigación.
Fuente: http://www.anred.org/spip.php?article16226
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