Un estudio confirmó
daños genéticos en chicos expuestos a fumigaciones
El ADN de los
agrotóxicos
23 de marzo de 2018
Por Darío Aranda
Página 12
El análisis se realizó en Dique Chico, un
pueblo cordobés en lucha contra las pulverizaciones. Los niños del lugar tienen
dañado su material genético tres veces más que la media, lo que implica serios
riesgos de contraer cáncer.
Niños cordobeses expuestos a fumigaciones con
agrotóxicos tienen daño genético tres veces mayor a la media, lo que conlleva a
mayores probabilidades de contraer cáncer. Así lo confirmó un estudio que fue
sumado como prueba a la causa judicial para frenar fumigaciones en la comuna de
Dique Chico. El jefe comunal había limitado el uso de agroquímicos, pero los
empresarios del agro tuvieron luz verde de los jueces Humberto Sánchez Gavier y
María Inés del Carmen Ortiz, quienes permitieron pulverizar durante el verano.
Ahora deben decidir el fondo: qué derecho está primero, a la salud o a fumigar
con agrotóxicos.
Medir el daño genético es una forma científica
utilizada a nivel internacional para evaluar la salud. A mayor daño
genético, más posibilidades de contraer cáncer, enfermedades cardiovascuales,
sufrir malformaciones y abortos espontáneos.
Dique Chico es una comuna de 200 habitantes, a
50 kilómetros
de la capital cordobesa. A pedido de los padres, que exigen desde hace años que
dejen de fumigarlos, el Laboratorio Servicios y Diagnóstico en Salud y Ambiente
de Río Cuarto tomó muestras de seis niños de entre 7 y 11 años. Confirmó que
todos tienen elevado daño en sus genes, hasta tres veces por encima de los
niños no expuestos a agrotóxicos.
El estudio se basa en una técnica llamado “ensayo
de micronúcleos (MN)” en la mucosa bucal. Realizado por la doctora en ciencias
biológicas Delia Aiassa, determinó que “el 100 por ciento de los niños que
participaron en el estudio tuvieron un número de células con micronúcleos (MN)
mayor al valor considerado como basal para una población referente”.
“La diferencia de células con MN entre niños
que habitan en cercanías de lugares donde se pulveriza y niños sin esta
exposición (referentes) señala que los primeros se hallan expuestos a agentes
genotóxicos”, alerta el informe de nueve páginas.
Los análisis fueron realizados en febrero
pasado, y están firmados por Aiassa, reconocida científica del Laboratorio GEMA
(Genética y Mutagénesis Ambiental), de la Universidad Nacional
de Río Cuarto, con más de quince años en trabajos académicos sobre daño
genético.
Los niños viven a distancias de entre 100 y 400 metros de campos con
transgénicos donde se pulveriza con agroquímicos, y asisten a la escuela
rodeada de fumigaciones. En esos predios se hacen al menos cuatro fumigaciones
al año, principalmente con el herbicida glifosato.
La investigadora explicó que un agente
genotóxico es una sustancia que puede interactuar con el material genético
(ADN) de los organismos causándole alteraciones, daños y rupturas. “Existe una
estrecha relación entre las alteraciones del ADN de las células con el cáncer y
las enfermedades degenerativas crónicas”.
El trabajo de Aiassa analizó otras fuentes de
contaminación posibles. Su conclusión es contundente respecto a las causas del
daño genético en los niños: “No puede ser explicado por la influencia de otros
factores demográficos o ambientales, sino por la exposición ambiental
prolongada a pulverizaciones con sustancias químicas en los campos aledaños”.
El estudio está enmarcado en la lucha de la
población de Dique Chico, organizados en Vecinos Autoconvocados, que desde hace
años piden retirar las fumigaciones de las casas y escuela, alejar los silos y
prohibir el tránsito de “mosquitos” (tractores con brazos de aspersiones). El
jefe comunal, Nilo Pérez, emitió en noviembre de 2017 la resolución 242 para
priorizar la salud y prohibió las fumigaciones aéreas con agrotóxicos a 2000 metros del ejido
urbano (y 1000 metros
sin son terrestres).
Los empresarios del agro realizaron
movilizaciones y hasta se encadenaron en el pueblo para que les permitan seguir
con las fumigaciones. Presentaron un amparo contra la Comuna porque sienten que
se vulnera su derecho de propiedad privado, de libre comercio y producir. El
Ministerio de Agricultura de Córdoba (a cargo de Sergio Busso) se mostró a
favor de seguir fumigando.
Los jueces Humberto Sánchez Gavier y María
Inés del Carmen Ortiz (Cámara Contencioso Administrativo Nominación Segunda)
emitieron una medida cautelar para suspender la resolución comunal por treinta
días y permitir fumigaciones. Pero no se expidieron sobre el fondo, si la
decisión de la Comuna es constitucional y qué derecho se debe priorizar: a la
salud y el ambiente, o a fumigar. Un antecedente es que los jueces permitieron
en la causa (bajo la figura de “terceros interesados”) que participe el
Ministerio de Agricultura, que impulsa el uso de agrotóxico. Pero los mismos
jueces negaron la participación del Defensor de los Derechos del Niño.
Los Vecinos Autoconvocados exigen que se
priorice el derecho a la salud y a la vida. Presentaron
ante los jueces un documento con 25 estudios científicos y técnicos que
confirman las consecuencias de los agrotóxicos. También entregaron los análisis
de los seis niños con daño genético.
Los jueces Gavier y Ortiz aún no tuvieron en
cuenta esas investigaciones. Por otro lado, los empresarios del agro y el
gobierno provincial no han exhibido ni un trabajo científico que afirme que el
glifosato no afecta a los niños.
Los Vecinos Autoconvocados reclamaron que los
jueces lean los estudios científicos, las historias clínicas de los niños
afectados y “entiendan que la evidencia es más que suficiente para limitar las
fumigaciones”. Al pie del comunicado sobresalen dos consignas: “Basta del Poder
Judicial cómplice” y “tus negocios no valen nuestras vidas”.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=239377
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