Impunidad de ayer y hoy
24 de marzo, Milani y el batallón 601
29 de
marzo de 2015
Milani es la representación pública de las decenas de miles de
asesinos de uniforme que siguen libres y en funciones junto a sus cómplices
civiles: los ideólogos del golpe, los empresarios acompañados por políticos
patronales, del poder judicial, eclesiástico y sindical. La diferencia con el
resto es que la presidenta lo encumbró lo más alto que pudo.
Andrea Robles
Querellante en la Causa Triple A |miembro del staff de Ediciones
IPS| @RoblesAndrea
Domingo 29 de marzo de 2015
El kirchnerismo quiere utilizar a las miles de personas que se
movilizaron el 24 -una fecha que como todos sabemos moviliza desde hace muchos
años a trabajadores y jóvenes de todo el país- como furgón de cola del festejo
por “las victorias” y “los logros” de su gobierno, aunque astutamente lo haya
convocado previamente y por todos los medios
a su disposición con el lema de la "marcha de las Madres y Abuelas",
con Hebe de Bonafini y Estela de Carloto a la cabeza.
También acusan a la izquierda y a los organismos de derechos
humanos independientes que conforman el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia de infantiles por no reconocer la falacia de la "verdad a medias",
de no ver la mitad del vaso lleno de los logros K, cuando esos logros en
realidad fueron un puñado de símbolos por la “Memoria ” y el avance de
algunos juicios donde un grupo de genocidas son condenados mientras el conjunto
del aparato represivo, de leyes y de transformaciones institucionales heredados
de la dictadura siguen prácticamente intactos.
Hace poco más de cinco años, cuando César Milani era desconocido
de forma masiva, el actual jefe de Ejército aparecía en un listado de
integrantes (entre 1976 y 1983) del Batallón 601, centro clave de inteligencia
del Ejército para reprimir a las organizaciones sindicales y políticas que la
dictadura buscaba liquidar, que fue publicado por la Revista Veintitrés. No
hay otro fundamento que tener un represor al mando del Ejército como Milani o
que Hebe -justamente ella todo un símbolo de la lucha antirrepresiva en la
dictadura- lo haya abrazado, para demostrar que la impunidad que rige en la
Argentina no caduca por más que algunos cientos de viejos represores estén en
las cárceles.
Milani es la representación pública de las decenas de miles de
asesinos que siguen libres y en funciones entre las fuerzas de represivas, de
seguridad e "inteligencia" junto a sus cómplices civiles: los
ideólogos del golpe, los empresarios acompañados por políticos patronales, del
poder judicial, eclesiástico y sindical. La diferencia con el resto es que la
presidenta se encargó de encumbrar lo más alto que pudo a Milani.
El llamado a conformarnos porque se hizo “Justicia” para “algunos
desaparecidos” y contentarnos con la pereza de pensar que esa
"Justicia" -la que los periodistas adláteres del gobierno denuncian
como “lo peor de la dictadura” sólo cuando entra en rencillas con los K-
“llegará” para el resto de los 30.000 asesinados durante la dictadura y los más
de 1.500 bajo los gobiernos de Perón e Isabel, en unos 300 años -por poner un
número inclusive modesto- es inaceptable.
Son miles de represores que se encuentran repartidos en distintas
instituciones del Estado, para reprimir y perseguir, como a los trabajadores de
Lear; asesinar, como a los miles de jóvenes de las barriadas pobres; y
“desaparecer” como a Julio López. Desde la izquierda de los trabajadores
seguimos luchando inclaudicablemente desde el comienzo, contra la represión de
ayer y de hoy; nos preparamos para las luchas del mañana.
Todos los logros conseguidos fueron producto de la movilización en
las calles, de decenas y decenas de miles cada año y en cada uno de los
reclamos vinculados a los derechos humanos. Es la única perspectiva realista.
Siempre lo entendimos así, tomando las tradiciones de lucha más heroicas de
nuestra clase trabajadora. Como en el intenso proceso de insurgencia
revolucionaria de los años 70, cuando la clase obrera logró tirar abajo en un
día al "Brujo" Lopez Rega, el organizador de la Triple A y mano derecha
de Perón e Isabel mediante la huelga general y la movilización de cientos de
miles de trabajadores y estudiantes.
Es con esa fuerza, la de la clase obrera, de la mano de los
jóvenes y las mujeres, los sectores verdaderamente democráticos, que se puede
imponer la apertura de los archivos, el castigo de todos los culpables y la
disolución de los aparatos represivos. A esa perspectiva apostamos desde el
PTS.
La marcha de la izquierda y los organismos de derechos humanos,
sindicales, estudiantiles, que se movilizaron de manera independiente del
gobierno este 24, levantó una bandera para aquellos que reniegan de la política
de un gobierno que se viste de progre y se abraza con represores, para los que
no quieren conformarse y quieren en cambio ampliar entre los trabajadores y la
juventud la lucha contra la represión y la impunidad que garantizan los
gobiernos de turno de una u otra forma, para pasar a la ofensiva.
La autora es hija de César Robles, dirigente
del PST asesinado por la
Triple A a fines de 1974. Milita en el PTS y dirige el Centro
de Estudios, Investigaciones y Publicaciones (CEIP) León Trotsky de Buenos
Aires.
Fuente:
https://www.laizquierdadiario.com/24-de-marzo-Milani-y-el-batallon-601
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