Hegemonía, poder y
periodismo
20 de marzo de 2018
Por Cristóbal León Campos
Rebelión
Texto leido en el III
Seminario Internacional de Periodismo, en el marco del 27 Aniversario de los
diarios Por Esto!,
celebrado en la
Feria Internacional de la Lectura Yucatán
2018.
I
Es conocido que en este mundo regido por la
economía de mercado y la lógica de ganancia por encima de todo, se valora el
trabajo del hombre principalmente por la utilidad práctica que tenga. Por ende,
el pensamiento crítico se desecha por considerársele inservible, al mismo
tiempo en que se ve a los intelectuales críticos como seres que no aportan nada
útil a la sociedad.
En esta sociedad lucrativa las ideas no son
rentables. Por eso en la enseñanza básica y media superior se recorta la
impartición de las materias generadoras de pensamiento (literatura, historia,
filosofía), para que las disciplinas favorables al mercado sean estudiadas a
fondo. Para beneficio del mercado han proliferado las universidades privadas,
asegurando así, las demandas de fuerza de trabajo, mientras los gobiernos
recortan a las universidades públicas los recursos económicos y obligan a la población
a optar por la educación privada.
El pensamiento crítico y el periodismo
comprometido y autentico son necesarios para observar la realidad social y
preguntarnos el porqué de nuestra condición, nos ayudan a reflexionar las
políticas y proyectos económicos que marcan el devenir del país, la crítica nos
manifiesta la necesidad imperante de la solución de los problemas.
Esta solución, no se encuentra en el ocultamiento de la realidad,
como hace el discurso ideológico –pretendido hegemónico- que busca la perpetuidad
de la forma política-económica a la que sirve, que en nuestro caso mexicano es la capitalista. No
comprenderemos el presente, ni lo podremos trasformar, si no reconocemos la
existencia de una historia oculta que nos impide ver de forma completa la
realidad, compuesta de contradicciones, de explotación y marginación resultado
del acontecer histórico del capitalismo.
II
En México las últimas décadas de lucha trazan el
camino a la posibilidad y demuestran la necesidad de un periodismo organizado en
torno a los oprimidos basado en la independencia del poder, y por tanto, de
acción con respecto a los intereses privados. Las acciones emprendidas desde años atrás
contra los intereses sociales, no sólo afectaron las condiciones de vida de la
mayoría del pueblo, sino que también impactaron en el pensamiento,
conduciéndolo en muchos casos, a la adopción de teorías de moda que plantean el
fin de toda utopía o de todo proyecto transformador de la sociedad, dejando de
esta forma la vía libre para la ideología dominante que se pretende hegemónica.
Por este motivo es difícil pretender construir una alternativa social, sin
retomar la lucha de ideas, que acompañe a los movimientos actuales a lo largo
del planeta, como Martí apuntará “trinchera de ideas vale más que trinchera de
piedras”. Día a día en todos los rincones del mundo estas palabras del prócer cubano se
materializan sin que la gran mayoría se entere, por ser excluidas de los
grandes consorcios comunicativos (prensa, radio, tv e internet), los poderes hegemónicos
pretenden dejarnos en el olvido y en la desmemoria.
La actual crisis deja en claro la necesidad de construir un mundo
mejor, para ello la lectura y discusión de ideas son indispensables, como parte
del accionar transformador que todo ser consciente de su realidad debe
realizar, el periodismo autentico contribuye al debate con sus valiosas
aportaciones para la construcción de una sociedad mejor, pues a pesar de que la
dictadura del capital está en crisis, ello no garantiza que demos paso a una mejor
sociedad. Esto sólo se puede a través de la praxis colectiva, y para ella, se
necesita indispensablemente un periodismo que acompañe y genere reflexión en la
sociedad y contribuya a la generación de ideas.
III
Vivimos tiempos de ruptura y de construcción, el
desprestigio que han alcanzado los partidos políticos (de todos los colores)
era inimaginable unos años atrás, la falta de confianza en el sistema judicial
y descrédito a la mayoría de los medios
de comunicación, abren paso a la construcción y consolidación de nuevas formas
de organización social y comunicación, que se van articulando desde una
perspectiva crítica e incluso escéptica a todo lo existente hasta ahora.
Muchos ejemplos tenemos de la forma en que se
busca imponer la hegemonía del poder, muchos ejemplos de manipulación mediática
vivimos a diario, tan solo de manera reciente el doloroso caso de los 43
estudiantes de la Normal
Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Guerrero, ha
generado una serie de manipulaciones y mentiras con el fin de acallar la
demanda de aparición y a pretendido engañar a la sociedad. Este
ejemplo a nivel nacional, pero desde luego a nivel local o internacional, la
manipulación mediática está continuamente pretendiendo distorsionar las
realidades, pensemos en Venezuela, Cuba y un sinfín más de muestras.
Han convertido nuestra realidad en una farsa a
través de muchos medios de
comunicación, que cómplices de los poderos reducen nuestras vidas a simples
personajes de telenovela, donde se nos dicta como sentencia bíblica el papel
que cada uno de nosotros debe jugar en el concierto social, únicamente
dependiendo de la clase a la que pertenezcamos. Los moldes perfectamente
confeccionados deben ser rellenados por los individuos de manera acrítica,
salirse de los esquemas establecidos es, sin duda, una ofensa mayor. Así lo fue
en la Inquisición, así lo es hoy, se criminaliza la protesta social y la
organización de los de abajo para defender sus derechos y luchar por mejores
condiciones de vida.
IV
Este sistema ha vaciado de ética a la palabra,
ha exentado de todo compromiso a aquel que, desde arriba, la enuncia. La palabra en
el discurso capitalista pierde su cualidad de garante de un compromiso social,
haciendo del discurso un conjunto de palabras vacías y mentiras que se pierden
o generan desmemoria.
Para finalizar, expresamos nuestra admiración para quienes desde
diferentes trincheras hacen posible el periodismo autentico, comprometidos
rompen bloqueos mediáticos, y contribuyen a conformar sociedades más críticas y
reflexivas, contribuyendo así, al mejoramiento social.
En un mundo donde se busca ser importante antes de ser útil a la
sociedad, el periodismo auténtico es ejemplo por su ética de compromiso social.
¡Honremos al periodismo reponiéndole a la palabra su función transformadora y
comprometiéndonos con la igualdad, la justicia y la libertad!
Cristóbal León Campos. Integrante del Colectivo Disyuntivas
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=239281
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