Orden de
matar
6 de febrero de 2018
La difusión pública del video
que muestra el momento en que el policía bonaerense Luis Chocobar disparó
varias veces contra Juan Pablo Kukoc (18), cuando éste huía dándole la espalda
y sin darse vuelta, abrió una nueva etapa en lo que los medios
hegemónicos insisten en llamar “polémico caso”. Ante la ratificación indudable
del fusilamiento, muchos de los que inicialmente apoyaron al homicida –incluso
consecuentes defensores del gobierno macrista, como Jorge Lanata- debieron
retractarse y admitir, cuanto menos, que “se precipitaron sin suficiente
información”. El gobierno, lejos de eso, redobló la apuesta, y salió, por boca
de su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, a exponer su “doctrina”, que se
resume en dos ideas: 1) La policía (y el resto de las fuerzas) tienen orden de
tirar a matar, y 2) El gobierno asume como “política pública la defensa
del policía en acción” (sic).
Por
CORREPI.
La difusión pública del video que muestra el momento en
que el policía bonaerense Luis Chocobar disparó varias veces contra Juan Pablo Kukoc (18), cuando éste huía
dándole la espalda y sin darse vuelta, abrió una nueva etapa en lo que los medios hegemónicos insisten en llamar “polémico
caso”. Ante la ratificación indudable del fusilamiento, muchos de los que
inicialmente apoyaron al homicida –incluso consecuentes defensores del gobierno
macrista, como Jorge Lanata- debieron retractarse y admitir, cuanto menos, que
“se precipitaron sin suficiente información”. El gobierno, lejos de eso,
redobló la apuesta, y salió, por boca de su ministra de Seguridad, Patricia
Bullrich, a exponer su “doctrina”, que se resume en dos ideas: 1) La policía (y
el resto de las fuerzas) tienen orden de tirar a matar, y 2) El gobierno asume
como “política pública la defensa del policía en acción” (sic).
Anoche, el Jefe de Gabinete, Marcos Peña, anticipó que no
hubo descuido ni apuro desinformado cuando el presidente Mauricio Macri recibió
al policía Chocobar y le dijo “Necesitamos más policías como usted, es un
héroe”. En una nota televisiva, Peña aclaró que el ministerio de Seguridad
tenía todos los videos desde el primer día, que los evaluaron y estaban al
tanto de cómo había sido el desempeño policial. Y añadió: “No creemos en el
gatillo fácil”.
Hoy, en una entrevista con el periodista Ernesto
Tenenbaum, Bullrich explicó: “Estamos cambiando la doctrina de la culpa hacia
el policía… estamos construyendo una nueva doctrina… el principio es invertir
la carga de la prueba, lo vamos a cambiar en el código penal… El presidente de
la Nación lo que hace es avalar esta idea en la figura de Chocobar. El policía
actuó como debía actuar… Le damos al policía la presunción de inocencia… El
juez que haga lo que quiera, nosotros como política pública vamos a llevar
adelante la defensa de la policía en acción”.
Más allá del caso Chocobar, aplicó la misma tesis
gubernamental a los prefectos que fusilaron por la espalda al joven mapuche
Rafael Nahuel el 25 de noviembre pasado en el Lago Mascardi, y dejó bien claro
que uno de los ejes centrales del “estado de excepción” que venimos denunciando
es la orden explícita a las fuerzas de seguridad de todo el país de disparar y
matar en cualquier circunstancia, con la certeza de que sus jefes políticos los
van a defender, tanto técnicamente, con los abogados ministeriales, como
políticamente.
En una palabra, la pena de muerte es ley de facto, se
presume que cada vez que un uniformado mata a una persona fue un
“enfrentamiento”, y se defiende como política pública su accionar.
Confrontada con los datos del Archivo de casos de CORREPI,
que muestran que bajo el gobierno de cambiemos hubo un alza exponencial de las
muertes por gatillo fácil, torturas, en lugares de detención y demás
modalidades de la represión estatal, la ministra hizo lo mismo que, por turno,
todos sus antecesores: Dijo que CORREPI miente, que los datos son falsos.
Nuestro Archivo es público desde 1996. Año a año lo
actualizamos y difundimos las conclusiones. Está disponible en www.correpi.org para cualquiera que desee consultarlo.
Nunca hubo un gobierno ni un funcionario que pudiera impugnar un solo caso.
Muchos lo intentaron: Corach, Storani, J. J. Álvarez, Garré, Berni. Ninguno
pudo. Ahora es el turno de Patricia Bullrich, a la que invitamos a debatir públicamente
–si se anima- cada caso.
Hace casi 30 años que enfrentamos el gatillo fácil, la
tortura, las detenciones arbitrarias, las desapariciones y el resto de las
herramientas represivas en democracia, que no son consecuencias indeseadas de
abusos, excesos, o loquitos sueltos, sino que implican una política de estado.
Gritamos en cada movilización que No es un policía, es toda la institución, y
que las fuerzas no se autogobiernan, sino que cumplen las directivas que
imparten los gobiernos que las dirigen. Hoy es el propio gobierno nacional el
que lo reconoce, lo asume y lo propagandiza: “Para eso fuimos elegidos”, dijo
Bullrich.
Nada más obvio, para sostener esa política pública de
estado, que atacar a CORREPI, con provocaciones como pintar “Aguante Chocobar”
en nuestro local, o, ahora, acusarnos de mentir. El ataque a nuestra organización,
que viene denunciando el avance de la represión bajo el gobierno de Cambiemos,
de una profundidad y alcance como nunca vimos antes, es la forma más directa de
defender y promover la aplicación de la pena de muerte sumarísima por la vía
del arma reglamentaria. El ataque a CORREPI es la confesión de Patricia
Bullrich de que éste es el gobierno del ajuste y la represión, el gobierno del
gatillo fácil legalizado, de la represión y la criminalización de la pobreza y
la protesta, de los presos y presas políticos. El ataque a CORREPI muestra que
tenemos razón. Cuando Ud., quiera, @PatoBullrich, lo discutimos en público.
En el siguiente link podés descargar el listado completo
de nuestro Archivo de Casos hasta el 2017: http://www.correpi.org/wp-content/uploads/2018/02/Archivo-2017-CORREPI.pdf
Y acá, el Informe completo: http://www.correpi.org/2017/archivo-2017-cada-23-horas-el-estado-asesina-a-una-persona/
#OrdenDeMatar #BullrichMiente
Fuente: http://www.anred.org/spip.php?article15994
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