Uber y Lyft conducen a
los choferes a
la pobreza y la desesperanza
10 de febrero de 2018
Democracy Now!
El lunes pasado por la mañana, un taxista y
conductor de limusinas profesional de la ciudad de Nueva York llamado Douglas
Schifter hizo un último viaje al área del Bajo Manhattan. Varias horas antes
había publicado en Facebook una acusación contra las autoridades políticas por
permitir que empresas de servicios de transporte en línea como Uber y Lyft
desmantelen la industria del taxi de la ciudad y dejen sumidos en la pobreza a
miles de conductores de taxi, entre ellos él mismo. Estacionado frente al edificio
del Ayuntamiento en un sedán negro alquilado se suicidó de un disparo en la
cabeza.
Schifter escribió en su publicación de
Facebook: “Debido a la gran cantidad de coches disponibles, con conductores
desesperados por intentar llevar el pan a sus hogares, [las empresas] reducen
las tarifas a un nivel inferior a los costos operativos y los profesionales
como yo nos quedamos fuera del negocio. [Las empresas] cuentan su dinero y
nosotros quedamos tirados en las calles por las que antes conducíamos, sin hogar
y con hambre. No trabajaré como un esclavo por unas monedas. Prefiero estar
muerto”.
La mayoría de las principales ciudades tienen
un servicio de taxi regulado desde hace mucho tiempo, lo que limita el número
de taxis con licencia y exige un estricto cumplimiento de las normas de
seguridad y de cobertura de seguros. Uber y Lyft, las principales plataformas
de servicio de transporte en línea o “empresas de redes de transporte”, han
logrado eludir esas leyes y multiplicar la cantidad de coches en las calles.
Bhairavi Desai, directora ejecutiva de la
Alianza de Trabajadores del Taxi de Nueva York, un sindicato sin fines de lucro
con más de 19.000 miembros, declaró en una entrevista para Democracy Now!:
“Antes solía haber solo unos 13.000 taxis
amarillos y otros 40.000 de otras compañías y coches negros, en total. Ahora
hay más de 130.000. Nadie puede ganarse la vida así”.
Un nuevo informe elaborado en conjunto por el
Proyecto de Ley Nacional de Empleo ( NELP , por sus siglas en ingés) y la
Asociación para Familias Trabajadoras, titulado “Interferencia estatal por
parte de Uber: cómo las empresas de redes de transporte compran, intimidan y
engañan para lograr su desregulación”, señala: “Las [empresas de redes de transporte],
principalmente Uber y Lyft, convencieron a legisladores de la gran mayoría de
los estados a anular y pasar por encima de las regulaciones locales y despojar
a los choferes de sus derechos. La velocidad y la efectividad del uso de esta
estrategia por parte de la industria, conocida como interferencia (o
apropiación) estatal, no tiene precedentes”, indica el informe. El estudio
también compara las tácticas de lobby utilizadas por Uber y Lyft con las de los
grupos de presión de la industria del tabaco y las armas de fuego, e identifica
41 estados donde este cabildeo agresivo ha reducido o eliminado los derechos de
las ciudades para regular las empresas de servicios de transporte en línea.
Nuevamente, estas son palabras de la portavoz
de la Alianza de Trabajadores del Taxi, Bhairave Desai: “Es una carrera hacia
el abismo. En 2016, Uber y Lyft gastaron en lobby más que Amazon, Walmart y
Microsoft juntos. Recurren a su poder político para lograr la aprobación de
leyes de desregulación de los servicios de transporte. La mayoría de sus
lobbystas, por cierto, provienen del Partido Demócrata. Muchos de ellos pasaron
directamente desde la Casa
Blanca de [Barack] Obama a trabajar para Uber”.
La muerte de Douglas Schifter fue precedida
por otro suicidio, unas semanas antes. Danilo Corporan Castillo se precipitó a
su muerte desde lo alto de un edificio el 20 de diciembre, tras una audiencia
ante la Comisión de Taxis y Limusinas de la Ciudad de Nueva York ( TLC , por su
sigla en inglés), en la que lo amenazaron con revocarle la licencia de
conductor. Corporan Castillo escribió su nota de suicidio al dorso de la
citación de la TLC .
En abril del año pasado, Bhairavi Desai
testificó ante la TLC (acrónimo extraño para una comisión conocida por no
brindarles a los taxistas de la ciudad una “atención amable”, sino, más bien,
por imponer drásticas multas por incontables infracciones menores). Desai
declaró:
“En mis 21 años de activismo en esta
industria, jamás había visto personas en tal crisis: las bancarrotas, las
ejecuciones hipotecarias, los avisos de desalojo. Ahora recibo llamadas
telefónicas con pedidos de información sobre servicios para personas sin hogar,
gente que quiere saber sobre líneas directas de prevención del suicidio. Hay un
nivel de crisis muy arraigado entre los conductores de taxis. Debo decirles
desde el fondo de mi corazón que, como defensora, algunos días simplemente no
sé qué hacer. Esta es una crisis humana grave debido a la plaga financiera que
existe en esta industria desde hace tres años. Esto me lleva a preocuparme
seriamente por cómo será el futuro de las personas y, sin duda, por el nivel de
crisis al que se enfrentan hoy en su vida cotidiana. Es una violenta carrera
hacia el abismo. Para matar de hambre al taxista, Uber mata de hambre al chofer
de Uber. Ese es el núcleo de la cuestión. Reducen las tarifas, lo que deja a los
conductores en una pobreza abrumadora. Y lo hacen para poder reducir las
tarifas de los otros sectores. Ningún chofer puede ganar en esta carrera hacia
el abismo”.
La dirigente de la Alianza de Trabajadores del
Taxi Bhairavi Desai lucha por fijar un límite en la cantidad de taxis y otros
servicios de transporte privado, el uso de taxímetros en los diversos servicios
de automóviles para garantizar un salario digno para los conductores y acceso a
beneficios, principalmente atención médica para los conductores. Además, el
Proyecto de Ley Nacional de Empleo y la Asociación para Familias Trabajadoras
afirman que las legislaturas estatales deben dejar de hacer lo que exigen las
empresas Uber y Lyft.
Douglas Schifter expresó en su publicación
final en Facebook: “El propósito de la vida es aprender, enseñar y amar”.
Además de conducir taxis durante cuatro décadas, fue un prolífico columnista de
la revista especializada en limusinas Black Car News. Schifter escribió: “No sé
de qué otra forma tratar de marcar la diferencia si no es con una exhibición
pública de un asunto muy privado. Espero que, con el sacrificio público que
hago ahora, se preste algo de atención a la difícil situación de los
conductores, que la gente quiera salvarlos y que esto no haya sido en vano”.
© 2018 Amy Goodman
Traducción al español del texto en inglés: Inés Coira. Edición: María
Eva Blotta y Democracy
Now! en español,spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy
Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800
emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es
co-autora del libro “Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en
tiempos extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique
Cono Sur.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=237726
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