Revocatorio, tentación
autoritaria y crisis:
Las cúpulas No Nos Representan
3 de mayo de 2016
Por Equipo Operativo Nacional, Marea Socialista
Editorial #13
La última medida del ejecutivo para el ahorro
eléctrico es una muestra contundente de la situación del país: el Estado ya no
es capaz de asegurar su labor diaria y cierra sus funciones administrativas de
miércoles a domingo.
Lo mismo sucede con el abastecimiento de
alimentos y medicinas. La organización de distribución de alimentos casa por
casa, que es un síntoma claro de escasez extrema, demoraría para cubrir, y lo
haría parcialmente, las necesidades de la población, al menos dos meses. Hasta
que estén juramentados los “Comités Locales de Alimentación y Producción
(CLAP)” y levantado el censo de cada comunidad. Demasiado tiempo en las
actuales circunstancias.
Mientras tanto sigue la larga penuria para
conseguir medicamentos en un recorrido estéril por establecimientos que
permanecen vacíos. Y el racionamiento en el suministro de electricidad y agua
se ha vuelto un mal endémico. Es
evidente, para el que quiera ver, que estamos a punto de cruzar el umbral que
lleva a la emergencia humanitaria.
En este contexto se han puesto en marcha los
mecanismos para habilitar el proceso hacia el Referendo Revocatorio del presidente
Maduro. Luego de muchas idas y vueltas el Consejo Nacional Electoral ha
entregado a la cúpula de la MUD las planillas para recolectar las firmas de la
primera etapa de este proceso.
Entre tanto, el discurso de la cúpula oficial
sube de tono. El diputado Diosdado Cabello denuncia un golpe de estado
organizado desde el exterior por un General que hasta hace meses era
considerado un “héroe” por el gobierno y hoy es denunciado como corrupto,
golpista y agente de la CIA.
La manera de formular la acusación suena más a amenaza que a
advertencia.
Desatada la crisis también en el terreno
político, las semanas y meses próximos serán de extrema turbulencia.
Para enfrentar la crisis, más
democracia
El Referendo Revocatorio es un derecho
constitucional. Como explicaba el presidente Chávez cuando aceptó el desafió en
2004 y lanzó la batalla de Santa Inés. Se trata de evaluar la gestión del
gobierno. Es un mecanismo democrático que a mitad de periodo devuelve la
soberanía al poder originario para que sea el pueblo el que decida si sus
gobernantes están cumpliendo con lo prometido o con las expectativas de la
población que los eligió. Y en ese sentido lo defendemos como uno de los
mecanismos más participativos de nuestra Constitución.
Por lo mismo rechazamos todo tipo de
persecución o amedrentamiento hacia los ciudadanos que decidan apoyar la iniciativa. Lo
mismo que toda maniobra ilegitima que busque que ese derecho no pueda ser
ejercido.
Las denuncias de un golpe en proceso,
realizadas por el Ministro de Defensa y jefe de las FANB, General Padrino
López, igual que las del diputado Cabello, con fecha fija inclusive, golpe que
debe ser conjurado y evitado, no justifican limitación alguna de los derechos
democráticos.
En ese sentido, frente a cualquier amenaza de
restricción de los derechos y garantías que establece nuestra constitución,
rechazamos todo intento de limitar, todavía más, esos derechos, o de suspender
esas garantías. Repudiamos la tentación totalitaria que pudieran encerrar esas
advertencias.
Dicho esto, queremos señalar que la cúpula de
la MUD recurre a la utilización de este derecho, luego de buscar todo tipo de
caminos no democráticos y conspirativos para cumplir un objetivo que, de hecho,
fue anunciado el día de la asunción de la nueva Asamblea Nacional
como meta superior incluso, a la solución de la grave crisis por la que
atravesamos: Salir de Maduro como sea.
La práctica demagógica de esta cúpula se puede
ver cuando no clarifica los mecanismos para convocar al referendo y cuando
miente en las colas de las firmas, anunciando que así se resolverán la escasez
y la inflación.
Creando la falsa ilusión de una solución automática de los
problemas de nuestro pueblo por el simple hecho de firmar. Cuando aprueba leyes
que solo intentan aumentar la falsa polarización.
Esta cúpula es tan manipuladora como la
oficial, secuestran las decisiones importantes de la mirada, decisión y control
popular. El plan de emergencia económica que prepara la Asambleas es producto
de la elaboración de “especialistas” tanto de la MUD como de simpatizantes del
oficialismo que, como es público comparten la misma receta monetarista, y no es
llevado a debate con la población ni abierto a la confrontación pública con
ideas diferentes o propuestas alternativas.
Dividida por apetitos personalistas y de
facciones partidarias, la cúpula de MUD no se pronuncia contra los atropellos
que sufren los derechos democráticos de otros. Dejaron pasar sin resistencia la
intervención por parte del TSJ de su aliado Copei, y por supuesto, mucho menos
rechazan el atropello del CNE contra Marea Socialista. Por el contrario como
con muchas otras políticas, son cómplices junto al PSUV en este caso, del pacto
del “polvo cósmico y la arena de playa”, que dejó por fuera de la disputa del
6/D, a sectores importantes del pensamiento político nacional como quedó
expresado en la histórica cantidad de votos nulos que se contabilizaron en esa
elección.
Estas son algunas de las consideraciones por las que alertamos a
los ciudadanos que buscan ejercer su legítimo derecho al revocatorio, que no se
dejen manipular por unos dirigentes que como han demostrado a lo largo de su
historia reciente, piensan más en sus intereses corporativos y de cúpula, que
en las necesidades del pueblo que vive de su trabajo.
Pero es importante resaltar aquí que, más allá de la intención y
la política de ambas cúpulas; el pueblo venezolano ha demostrado, hasta ahora, que
entiende que la búsqueda de una salida a la crisis global que atravesamos, debe
ser con más democracia y participación y no con menos.
Abrir un canal internacional de ayuda
para enfrentar la emergencia
La gravedad de la actual situación obliga a
mirar la realidad cara a cara. Si no se comienza a revertir el
desabastecimiento, si no se detiene la escalada hiperinflacionaria, si no se
pone un freno al deterioro social y en los servicios, estaremos entrando en un
desmoronamiento de más difícil resolución que el actual.
Nuestra situación es similar a un desastre
natural de magnitudes superiores en 100 veces al reciente terremoto en Ecuador
o a la provocada por la guerra civil en Siria y no sería una exageración
compararlo con los peores años del Periodo Especial cubano. En esas
circunstancias Venezuela ha demostrado una enorme solidaridad con todos esos
países y con muchos otros, acosados por crisis económicas y políticas enormes
como fue el caso de Argentina en 2001.
Es necesario un llamado público a la
solidaridad de todos ellos, los integrantes de CELAC, ALBA y UNASUR, y de
socios comerciales internacionales que han hecho muy buenos negocios con
nuestro país en las épocas de las vacas gordas como China y Rusia.
El llamado es para abrir inmediatamente
un canal internacional de ayuda de esos países y de los que entiendan el
llamado de manera solidaria, sin condiciones, en alimentos,
medicinas e insumos imprescindibles para atender las necesidades básicas de la población. Y este
suministro debe realizarse a manera de shok.
Por otra parte, ni los “Motores” de la economía productiva del gobierno
y mucho menos el Arco Minero,
ni la apertura petrolera enmascaradaque
propone la Asamblea detendrán la crisis, solo la profundizaran. Por
eso al tiempo que se busque frenar la caída en barrena de este desquicio, hay
que iniciar un gran debate nacional sobre el modelo productivo que el país va a
seguir. Las propuestas de ambas cúpulas confluyen, disimuladamente, en un nuevo
pacto que podríamos denominar de “borrón y cuenta nueva” al no atacar la
principal causa que nos ha llevado a esta situación: la corrupción descarada y
el patrón mafioso de acumulación de capital privado.
El primer punto de este debate es: cómo
obtener los 50.000 millones de dólares de financiamiento necesario para frenar
el actual desastre y revertir el camino al abismo en el que nos encontramos. En
este sentido es que planteamos estas propuestas:
a) Depósitos de venezolanos en el
Exterior. Declaraciones
públicas, tanto del gobierno como de la MUD, coinciden en que las cuentas en el
exterior de venezolanos privados, ascienden a la cifra de MM$ 300.000.-
(Trescientos mil millones de dólares). Estos cálculos tienen como fuente de
origen instituciones internacionales de crédito, por lo que su existencia está
probada y los titulares de esos fondos son conocidos.
Existe una sospecha fundada de que gran parte
de este enriquecimiento súbito (esos depósitos se duplicaron en los últimos
cuatro o cinco años) se debe al Desfalco que ha sufrido el país.
Por eso mientras logramos instalar un gran
movimiento nacional por la
Auditoria Pública y Ciudadana, que desnude el origen criminal
de esos fondos y a los responsables del Desfalco, exigimos que se aplique
inmediatamente un impuesto especial sobre los depósitos en el exterior, que
incaute al menos el 10% de ellos.
Con esto lograríamos una base de
financiamiento superior a los MM$ 30.000.- (treinta mil millones de dólares).
Los fondos así obtenido deben estar bajo escrutinio de una comisión especial
integrada por personalidades y/o movimientos de ética incuestionable y abierta
a mecanismos públicos de control social y ciudadano.
b) Deuda Externa Soberana. Según venimos
sosteniendo, una parte importante de la deuda externa del país es producto de
operaciones financieras especulativas e ilegítimas. El mismo mecanismo de la
auditoria pública lo demostrará. Mientras tanto proponemos declarar una moratoria en los pagos de esa deuda.
En lo que hace a la deuda de PDVSA, que tiene las mismas
características oscuras que la deuda soberana, proponemos iniciar una agresiva
ofensiva para la suspensión
negociada de su pago (sujeto
al resultado de la
Auditoria Publica ) por un periodo no menor a cinco años.
Con esta medida (sobre la deuda soberana y de
PDVSA) el país se ahorraría entre 2016 y 2017, cerca de MM$ 20.000.- (Veinte
mil millones de dólares)
c) Deuda en divisas de operaciones de
comercio internacional. Una de las justificaciones del desabastecimiento por
parte de las cámaras empresariales, es la deuda en divisas que el estado
mantiene con sectores importadores.
Pero todo el sistema de otorgamiento de
divisas está cuestionado por corrupto. Y es de público conocimiento que una
parte sustancial de esa corrupción tiene que ver con maniobras delictivas en
las importaciones y con el otorgamiento de divisas a empresas de maletín,
fantasmas.
La Auditoria publica y Ciudadana podrá
determinar, qué parte de esa deuda es verdadera y cuál es parte de aquellas
maniobras. Lo mismo que identificará a los responsables.
Pero, como medida extraordinaria por la
gravedad de la crisis, proponemos: que sean canceladas con bonos especiales de
la república, con vencimiento a diez años, las deudas cuyos titulares acepten
cobrar un 30% del total de lo que reclaman, pero con el compromiso de reiniciar
sus operaciones.
Al mismo tiempo es necesaria una corrección
inmediata, urgente, de los ingresos de los sectores populares. El estado debe
garantizar que el salario y
los ingresos familiares no sean menores al valor de la canasta básica como
exige el texto de nuestra constitución.
Ni PSUV ni MUD: las cúpulas No Nos Representan.
Sería de una soberbia inadmisible pretender
pronosticar como sucederán los próximos hechos. Pero algo es seguro, como sea
que resulte el desenlace de esta disputa política y social, ya sea en 2016,
2017 o 2018, su resolución vendrá con la instalación de un nuevo gobierno. Y es
para diputar en ese terreno que debemos prepararnos.
En los últimos cuatro años hemos visto por
parte de las cúpulas políticas tradicionales, el desprecio hacia la situación
del pueblo y el país.
Si la dirección del PSUV y el gobierno ha
tratado con sordera, maltrato, soberbia y desprecio a nuestro pueblo, algo
similar sucede con la dirección política de la MUD. Concentradas
en conservar unos o en recuperar los otros, el control político y económico
sobre el país, ambas cúpulas no han mostrado iniciativas consistentes con la
solución de los problemas que sufre el pueblo que vive de su trabajo.
Han dejado al desnudo su cinismo. Y han puesto
al descubierto su falta total de proyecto nacional. Unos abandonando
tempranamente el ideal bolivariano por un pragmatismo servil, y los otros
tratando de ocultar su verdadera intención neoliberal.
Dispuestos a enfrentar la falsa polarización
en la que estas cúpulas pretenden atrapar a la sociedad toda, es que hacemos un
llamado a la construcción de una nueva referencia política. Sin renunciar a
nuestra procedencia como parte del chavismo crítico y con la conciencia del
deber de revisar los errores propios, nuestro llamado es transversal.
A los que viven de su trabajo, a los jóvenes
cansados de la manipulación, a los que están asqueados de la corrupción y el
maltrato de las elites. A los no soportan la trama de silencio, miedo y falsa
polarización que se pretende imponer sobre toda la sociedad. A todos
ellos los llamamos a construir una nueva referencia, plural, democrática y
solidaria. Una nueva referencia política que ponga en pie un nuevo horizonte de
esperanza.
Está en nuestras manos hacerlo, porque estas cúpulas, No Nos Representan.
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