Tesis sobre
Colombia para el debate…
Colombia frente al
cambio civilizatorio
7 de mayo de 2016
Por Fernando Dorado (Rebelión)
“La aristocracia financiera, lo
mismo en sus métodos de adquisición, que en sus placeres, no es más que el
renacimiento del lumpen-proletariado en las cumbres de la sociedad
burguesa".
Karl Marx
Frente a los artículos denominados “tesis para el debate” hemos recibido valiosas críticas, comentarios y aportes. Valoramos el ejercicio porque estamos en una búsqueda. Hemos planteado la necesidad de construir una “corriente de pensamiento” de los trabajadores y los pueblos para contribuir al “salto cualitativo de carácter civilizatorio” que requiere la humanidad para garantizar su existencia en la tierra.
Antes de presentar las tesis sobre Colombia es importante reiterar la idea central de estas reflexiones. Hoy los trabajadores y los pueblos del mundo entero necesitamos un verdadero ideario transformador, una filosofía política de nuevo tipo, unos principios éticos acordes al tiempo, nuevas formas de organización democrática y participativa, y una nueva narrativa libertaria y liberadora.
Los contenidos y las formas de la lucha social y política de los trabajadores y los pueblos tienen que adecuarse a las nuevas realidades. Las experiencias adquiridas en América Latina, incluyendo los retrocesos que sufren los gobiernos progresistas de la región, nos muestran que las ilusiones “estatistas”, o sea, concentrar todos nuestros esfuerzos en “gestionar” y administrar el Estado heredado, han conducido al debilitamiento de nuestras fuerzas.
La crisis sistémica del capitalismo requiere de la construcción de un pensamiento-acción cualitativamente diferente a lo que hemos conocido y aplicado hasta ahora.
Tesis para el debate sobre Colombia
·
Colombia nunca ha sido una verdadera República. Tampoco ha
existido –ni por asomo–, una República Social. Formalmente hemos sido un país
independiente pero en realidad siempre hemos sido una colonia sometida a
imperios (España, Reino Unido, EE.UU).
·
La
República Social quiso surgir liderada por Jorge Eliécer
Gaitán en los años 40s del siglo XX. Fue ahogada en sangre. De allí en adelante
el conflicto armado fue instrumentalizado por el gran capital.
·
La clase dominante colombiana nunca ha tenido sentido nacional. Es
por esencia entreguista y anti-patria. Las clases y sectores subalternos
(trabajadores, campesinos, artesanos, de diversas etnias y regiones), han
estado disgregados. Hasta ahora, no hemos logrado construir identidad.
·
Los elementos de identidad indo-afro-ibero-americana están allí
presentes, pero no han cuajado por la enorme dispersión territorial, la
diversidad cultural y social, y por sobre todo, por la acción divisionista de
la oligarquía entreguista e imperial.
·
Hoy es imposible construir por separado una verdadera Nación con
autonomía económica. Si no es en unión con toda América Latina y con base en el motor de una
profunda revolución social, lograrlo es una ilusión.
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Incluso, la soberanía política es muy difícil de ejercer como lo
estamos observando en diversos países de Sudamérica. El imperio (y los nuevos
imperios) siempre se aprovecharán y explotarán nuestras debilidades.
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Pero además, hoy una República Social tiene que hacer parte de un
movimiento global de los trabajadores y los pueblos para preservar la vida
humana en la tierra (tarea central).
·
Un nuevo ideario y una nueva narrativa transformadora debe ser
construida para poder avanzar por los caminos que exige un “cambio
civilizatorio”.
Una nota de
coyunturaLo más interesante y especial que ha ocurrido con ocasión del llamado “proceso de paz” es que los antiguos terratenientes “uribistas” se han ido deslizando hacia el bloque imperio-santista.
Los grandes dueños de los ingenios cañeros, palmicultores, bananeros y ganaderos ya entendieron que deben ayudar a terminar en forma negociada el conflicto armado. Por eso, el gobierno se da el lujo de disputarle a Uribe y a Lafourie, el control de Fedegan.
Al igual que en toda América Latina, los diversos bloques burgueses no tienen ya diferencias ideológicas. La mayoría de partidos políticos tradicionales representan intereses de mafias y bandas lumpen-burguesas llenas de avaricia con ansias desaforadas de acumulación de riqueza por desposesión y despojo.
A los grandes terratenientes en camino de convertirse en “agro-industriales” y a todos los “inversionistas”, Santos les ofrece condiciones óptimas para explotar la Orinoquía y el Chocó Biogeográfico en alianza con grandes capitales transnacionales. Además, la ofensiva sobre las llamadas zonas francas turísticas y los megaproyectos mineros y energéticos.
Las “peleas” entre liberales, conservadores, los de
Los demócratas pueden y deben desligarse totalmente y con cierta
urgencia de ese ambiente degradado y degradante para construir una alternativa
política totalmente diferenciada de esa dinámica tanto en contenido (programa)
como en las formas (métodos).
En la agenda de los demócratas debe estar –con urgencia– la
construcción de un Nuevo Proyecto Político que nos unifique pasando por encima
de intereses grupistas y veleidades personales de poca monta.
Lo mejor y poco que va quedando de los partidos políticos, grupos
y movimientos sociales que no estén interesados en la “rebatiña” y en la “feria
burocrática” del post-conflicto (que ya se configura como la “gran alianza por
la paz” para gestionar los “recursos de la paz”), pueden y deben unirse con
autonomía e independencia frente al gobierno, al uribismo y a ese entorno
artificialmente polarizado.
Y al interior de ese bloque democrático, las fuerzas que se
plantean un cambio de carácter civilizatorio, pueden avanzar y cohesionarse.
Sólo se necesita tener claro el asunto. Después, humildad, modestia y mucha
paciencia estratégica.
Blog del autor: http://aranandoelcieloyarandolatierra.blogspot.com.co/2016/05/colombia-frente-al-cambio-civilizatorio.html#.VyuT6oR97IU
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=212035
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