Argentina - Por el monocultivo:
“La napa
subió de 14 metros
a 50 centímetros ”
Un investigador del
INTA lleva adelante estudios que prueban cómo el monocultivo hace que la napa
freática esté casi a la altura de la superficie y que, en consecuencia, con un
poquito de lluvia quedemos todos chapoteando.
El ingeniero Nicolás Bertram es un investigador
del INTA de Marcos Juárez. Desde hace 10 años sus estudios apuntan a un
problema que puso en jaque a toda la región productiva rural santafesina: los
anegamientos e inundaciones. Pero Bertram no estudia El Niño o La Niña. Conoce ,
obviamente, cuántos milímetros llueven todos los años en diferentes lugares del
país, si bien su foco es la zona del sudeste cordobés. Sabe que hay ciclos de
mucha lluvia y ciclos donde no cae una gota. Pero no considera que las
inundaciones se produzcan por los excesos pluviales. Todo lo contrario: se
producen por los excesos de soja.
“Había alguna polémica, hace algunos años
atrás, de que estaba lloviendo más. Fuimos a ver si era cierto, si estos
excesos hídricos se deben a que está lloviendo más. Nuestros estudios abarcan
la zona de Marcos Juárez, sudeste de Córdoba, pero son extrapolables a muchas
partes de la región pampeana y extra pampeana también. Vimos que para nuestra
zona no está lloviendo más y que el factor que estaba determinando este ascenso
de napas, o que tengamos la napas más cerca de la superficie, era que estábamos
consumiendo menos agua que en otros momentos de la historia reciente”, explica
Bertram.
Capacidad buffer
Cuando la lluvia cae, la tierra la absorbe. Los
vegetales que crecen en la tierra se nutren del agua de lluvia todo lo que
necesitan. Si no necesitan más agua para seguir creciendo, la lluvia pasa a
nutrir las napas, y las napas suben. Es así de sencillo. Eso es la capacidad
buffer, y va mucho más allá de la cantidad de agua que caiga del cielo.
Así, cuando caen lluvias extraordinarias, el
escenario es peor. “Es totalmente diferente si vos tenés pasturas, pastizales y
montes a que si en toda esa superficie tenés cultivos agrícolas con napas
cerca. El ambiente no tiene capacidad buffer para regularlo. Antes tenías un
monte que podía infiltrar, absorber, 300 milímetros por
hora. Si se saca el actor principal que puede regular eso, se pierde la
capacidad buffer. Al sacar el monte, la soja tiene una infiltración, en el
mejor de los casos, de 30
milímetros la hora”, define Bertram.
La napa, en consecuencia, sube o baja de
acuerdo a la capacidad de absorción de los vegetales que crecen en el suelo.
Como consecuencia del cambio en el modelo agropecuario (que va del monocultivo
al corrimiento de la ganadería y la deforestación) la napa ascendió: en la
década del 70 estaba 14
metros debajo de la superficie. Ahora ,
se encuentra a 50
centímetros . Bertram utiliza el ejemplo de una maceta y
su capacidad de absorber hasta rebalsar.
Vivir a los chapoteos
El panorama es desalentador. Betram entiende
que el actual modelo productivo conlleva estas consecuencias: “Es un fenómeno
que llegó para quedarse, excepto que tomemos otro camino respecto del consumo
de agua. Consumir agua es poner pastura, poner dobles cultivos, forestar
ambientes con mayor riesgo. Tenemos que poner especies vegetales que consuman
por lo menos lo que está lloviendo en el año. Si no consumimos lo que llueve en
el año, con una napa que está a 50 centímetros , esto nos va a traer dolores de
cabeza todos los años, inclusive los años en que llueve menos de lo normal”.
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