Saberes antiguos para
la agricultura del futuro
28 de mayo de 2016
Por Pablo A.Roset (Sabe la Tierra)
Miguel Altieri, referente mundial del movimiento agroecológico,
visitó la Argentina y nos dejó sus impresiones sobre el presente y futuro de la
agricultura. ¿Puede la Agroecología alimentar al mundo?
Agroecología
nace como una respuesta a las falencias de la agricultura industrial.
Al combinar conocimientos tradicionales campesinos indígenas de América Latina
con ciencias como la Ecología, la Agronomía y la Sociología, resulta una
alternativa socialmente más justa, económicamente más viable, culturalmente
aceptable y ecológicamente más diversa. Así lo entiende Miguel Altieri,
profesor de Agroecología en la Universidad de California (UC), quien fue invitado
por la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) para disertar sobre las bases de
esta disciplina. Entrevistado por el sitio de divulgación científica Sobre La
Tierra, explicó cómo considera que su difusión masiva solucionaría el problema
del hambre en el mundo.“Existen etnias que han practicado la agricultura por cientos de años, absorbiendo los cambios y permaneciendo estables en el tiempo. Los principios de la Agroecología incluyen esos saberes, que al combinarse con otros provenientes de la Ecología, por ejemplo, permiten cultivar la tierra de una forma más biodiversa, resiliente y productiva. Por otra parte, los supuestos que guían a la agricultura industrial ya no son válidos: el clima está cambiando, la energía del petróleo es cara y finita, y el agua no es abundante. Además, la naturaleza no se puede controlar con tecnología: los agroquímicos, fertilizantes, transgénicos y demás subsidios que supuestamente iban a aumentar la producción y reducir el hambre, tuvieron una serie de efectos ecológicos indeseables sobre la salud humana y el ambiente, y no resolvieron el problema de la alimentación.”
Altieri, quien también es Presidente Honorario de
No obstante, los grandes productores también son tenidos en cuenta
dentro del movimiento agroecológico, tal cual lo señaló Clara Nicholls, docente
y colega de Altieri en la UC: “Nos interesa que vaya desapareciendo ese mito de
que la Agroecología es sólo para campesinos. Los grandes
productores, aquellos que tienen entre 200 y 500 hectáreas ,
también pueden aplicar estos principios. Obviamente, las formas tecnológicas
que deben adoptar son diferentes a las de la pequeña escala, pero las bases son
las mismas. Por eso, para nosotros es clave venir a la Argentina a mostrar
ejemplos de grandes productores agroecológicos de países como Colombia y Chile,
incluso de Estados Unidos”.
Un futuro sano
Para que la ciencia de la Agroecología pueda llegar a alimentar al mundo será necesario fortalecer aspectos educativos, legislativos y económicos, además de mejorar su divulgación hacia la sociedad en general, y a los productores en particular. “Necesitamos políticas públicas que incluyan la educación y la extensión de grado y posgrado en esta disciplina, con profesores capaces de brindar una visión más amplia. Así es el pensamiento agroecológico, más holístico y sistémico; requiere otra pedagogía. Por ejemplo, para nosotros, las plagas no son problemas que aparecen porque sí; hay condiciones, desbalances, causas que permiten que se expresen. En vez de ir al síntoma, como la agricultura convencional, que aplica insecticidas, la Agroecología hace foco en las causas fundamentales. Esto diferencia mucho nuestros diagnósticos de los problemas”, comentó Clara.
Una de las formas más eficientes en las que esta disciplina se está difundiendo en el continente es a través de los movimientos sociales. Tanto Altieri como Nicholls destacaron el ejemplo de Brasil, donde muchas fuerzas sociales rurales empujaron al gobierno a elaborar una ley nacional de agroecología. “Nosotros trabajamos con una metodología llamada campesino a campesino, que funciona de manera horizontal: cuando un campesino ve que a su vecino le funcionó una determinada práctica, hay alta probabilidad de que
Tanto Altieri como Nicholls destacaron la importancia de que las sociedades y los gobiernos tomen conciencia de la importancia que tiene una alimentación sana. “Es necesario que la sociedad esté alerta de la procedencia de los alimentos que consume. Hoy se sabe, por ejemplo, que la buena salud de los niños depende en gran medida de la calidad de su dieta: existen enfermedades directamente vinculadas al sistema de producción industrial. Una vez entendido esto, la demanda de alimentos sanos, abundantes y accesibles vendrá de los pueblos. Y si los gobiernos analizaran la problemática en profundidad, no dudarían en apoyar la agricultura sana. La salud pública representa una proporción considerable de los presupuestos, y ciertas enfermedades, evitables a partir de una dieta saludable, salen caras”.
Agricultura ecológica y cambio climático
Para Clara
Nicholls, desde el punto de vista agroecológico el cambio climático es una
preocupación y también una oportunidad: “Muchos pequeños agricultores ya no
pueden predecir los cambios climáticos. Ellos, que nada tuvieron que ver con
este cambio, son quienes más lo sufren. Sin embargo, desde hace 5 años,
investigadores en agroecología nucleados en
“Casi siempre se piensa que la ciencia, la
academia o la tecnología tiene las mejores respuestas. Nosotros, en las
universidades, no nos damos cuenta de que muchas de las soluciones que buscamos
están en el campo. Hay agricultores que son muy innovadores, experimentaron
mucho por prueba y error, y fueron exitosos en ajustar sus sistemas. Por
ejemplo, los campesinos de Los Andes, que supieron ajustar sus prácticas
milenarias de manejo del agua,
del suelo y de la biodiversidad. Podemos
incorporar esos aprendizajes a los principios agroecológicos para rediseñar las
fincas y hacerlas más resilientes al cambio climático”, sostuvo Altieri.
Ecoportal.net
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=212706
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