Transgénicos: amenazas a la
biodiversidad
24 de mayo de 2016
Por Jaime E. García G.
En la celebración del Día
Mundial de la Biodiversidad (22 de mayo), vale la pena tener presentes las
amenazas y peligros de los cultivos transgénicos para la diversidad biológica.
¿Qué es un
transgénico? De acuerdo con la Organización Mundial
de la Salud, los transgénicos son organismos cuyo material genético (ADN) ha
sido alterado o manipulado de maneras “que
no ocurren de forma natural”, por lo tanto, son organismos artificiales.
Las técnicas utilizadas para realizar estas manipulaciones genéticas entre
organismos son bastante imprecisas, groseras e impredecibles. Además, es
importante recordar que los genes no funcionan como unidades aisladas o
independientes, sino que interactúan de maneras complejas que aún no pueden
predecirse (ver aquí).
Como organismos vivos,
los cultivos transgénicos interactúan con su entorno, especialmente con la
biodiversidad circundante, teniendo la capacidad de alterar y contaminar -entre
otros aspectos- la integridad genética de sus congéneres cercanos naturales.
Las consecuencias de las interacciones con su ambiente sólo pueden visualizarse
después de varios años.
Opiniones autorizadas: al respecto, el Consejo Universitario
de la UCR (2003) recomienda evitar: “el
contacto no controlado entre el ambiente y los organismos genéticamente
modificados”; porque: “La conservación in situ y ex situ de los recursos
genéticos es esencial para preservar intactas las especies nativas de cada zona
geográfica, ya que en este ámbito existen importantes vacíos de conocimientos
científicos relacionados con los efectos de los factores externos sobre los
ecosistemas y los efectos a largo plazo en el ambiente” (ver
aquí).
Por su parte, el
Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) advierte en sus
informes GEO-ALC (2003), GEO 4 (2007) y GEO 5 (2012) que:
-La posibilidad de que
los constructos genéticos artificiales pasen descontroladamente de una especie
a otra es un riesgo real, y uno de los peligros principales es que esta
intromisión (contaminación) afecte sus características naturales, “poniendo en peligro una
biodiversidad que es fundamental para la seguridad alimentaria de la
humanidad”.
-Con el paso del
tiempo la mezcla de genes entre especies transgénicas y no transgénicas (por
hibridación natural) causaría la desaparición de los cultivos no transgénicos.
-Los efectos
accidentales por la expansión descontrolada de los cultivos transgénicos pueden
provocar la degradación de los servicios proporcionados por los ecosistemas.
-La introducción de
los cultivos transgénicos ha agudizado la reducción y la pérdida de la
biodiversidad a nivel global, tanto de las variedades cultivadas y sus especies
emparentadas (mediante contaminación genética), como por sus efectos negativos
en organismos no objetivo (p.ej. organismos benéficos y acuáticos), ya sea por
efecto de las características transgénicas introducidas al cultivo y/o los
agrovenenos a los que están indisolublemente relacionados.
-El desarrollo
creciente de resistencia, tanto al herbicida glifosato como a la toxina del Bacillus thuringiensis (Bt), son ejemplos que generan
preocupaciones justificadas sobre las complejidades de las implicaciones
ambientales de los transgénicos.
Casos concretos: en Argentina, Brasil y Paraguay los bosques (junto con la
biodiversidad contenida en ellos) se han venido arrasando brutalmente para
favorecer los mega monocultivos transgénicos, especialmente los resistentes al
herbicida glifosato, una sustancia clasificada en la categoría“Probablemente
cancerígena” por parte de la Agencia Internacional
de Investigación del Cáncer de la Organización Mundial
de Salud (OMS), al concluir que hay suficiente evidencia científica de que
produce cáncer en animales de experimentación. Estos monocultivos transgénicos
requieren de cantidades significativas de agrotóxicos que afectan negativamente
la biodiversidad vegetal y animal, tanto en el área cultivada, como en los
campos aledaños, causando además un envenenamiento de los recursos hídricos y daños
severos a la salud de las personas en los asentamientos humanos adyacentes,
como lo han venido denunciando los médicos en Argentina (ver aquí).
Conclusiones: al ignorar las relaciones ecológicas,
los transgénicos se convierten en una clara amenaza a la biodiversidad. Como
lo recuerda Gudynas (2002), los sistemas ambientales poseen relaciones
no-lineales, que no necesariamente están en equilibrio, e incluso pueden ser
caóticos. Por lo tanto, hay que reconocer que existen serias limitaciones para
poder pronosticar los efectos de las modificaciones e impactos sobre los
ecosistemas por parte de los organismos transgénicos, tanto en los efectos,
como en las escalas de tiempo y espacio consideradas. En la actualidad la
ciencia propone que los ecosistemas no sólo son más complejos de lo que se
pensaba, sino que son más complejos de lo que podemos pensar (ver aquí).
De acuerdo con el
informe GEO-AL (2003), a pesar de la preocupación por la proliferación masiva
de organismos transgénicos y los riesgos de contaminación genética de especies
nativas, el problema es que tienden a prevalecer las presiones comerciales por
sobre la precaución, en un tema donde el principio precautorio debería
aplicarse como regla principal, dado que estos “presentan una grave amenaza
para las poblaciones humanas y los ecosistemas naturales”. En los siguientes enlaces:ver aquí y ver
aquí se encuentran
documentos que tratan con detenimiento las amenazas concretas que representan
los transgénicos para la biodiversidad.
Jaime E. García G. Catedrático UNED-UCR, Red Coordinación
Biodiversidad -biodiversidadcr@gmail.com
Fuente: http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Documentos/Transgenicos_amenazas_a_la_biodiversidad
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